Llegó del más allá (1953)
Vinieron del espacio
Un
clásico de Hollywood en blanco y negro de la ciencia ficción y el
terror, en 3D para Universal y en pantalla ancha. Producido por
William Alland y dirigido por Jack Arnold, la protagonizan Richard
Carlson y Barbara Rush, con un guion basado en un relato original de
Ray Bradbury. La música tiene aportes de Henry Mancini y la
fotografía es de Clifford Stine, narrando la historia de un
astrónomo aficionado y su prometida, quienes observan las estrellas
en el desierto cuando un objeto grande y ardiente se estrella contra
la Tierra. En el lugar del impacto el hombre descubre una nave
espacial alienígena esférica justo antes de ser completamente
enterrada por un derrumbe.
Cuando
este le cuente al sheriff local y al editor del periódico lo que
vio, será tildado de chiflado, pero eso antes de que pasen cosas
extrañas constantes y la incredulidad se vuelva hostil.
El
autor y astrónomo aficionado John Putnam (Carlson) y la
maestra escolar Ellen Fields (Rush) observan un enorme impacto
de meteorito cerca del pequeño pueblo de Sand Rock, Arizona.
Despiertan a un vecino, que tiene un helicóptero, por lo que los
tres vuelan hasta el lugar del impacto. Putnam desciende al cráter y
nota un objeto redondo parcialmente enterrado en el pozo. Llega a
percatarse, tras ver una escotilla de seis lados cerrarse, que eso no
es un meteorito sino una enorme nave espacial alienígena. El ruido
de la escotilla inicia un derrumbe que entierra completamente la nave
y la historia de Putnam es luego convertida en una burla por el
sheriff de Sand Rock y los medios de prensa locales.
Incluso
la muchacha está insegura sobre que creer, pero aún así acepta
ayudar a Putnam en su investigación. En los días que siguen, la
gente de la localidad desaparece, con unos pocos regresando pero
comportándose distantes o aparentemente un tanto aturdidos y no como
solían ser. Convencido por estos y otros sucesos raros, el sheriff
Warren llega a creerse la historia de Putnam acerca de que el
meteorito que se estrelló era realmente una nave espacial con
moradores alienígenas, por lo que organiza una patrulla para
encontrar a los invasores en su lugar de impacto. Putnam sin
embargo espera alcanzar una solución pacífica a la crisis
inminente.
En
solitario, entra en una mina cercana abandonada en la que espera que
acabará conectando con la ahora enterrada nave espacial y sus
ocupantes alienígenas. Putnam finalmente descubre el vehículo y se
entera por el líder alienígena que se estrellaron en la Tierra
por accidente; estos parecen benignos y sólo planean estar en el
planeta el tiempo suficiente para reparar su nave dañada y luego
continuar su viaje. La apariencia real de estos, cuando
definitivamente se revelan ante Putnam, es enteramente no humana,
pues son enormes, con un solo ojo, casi como medusas que parecen
deslizarse sobre el suelo dejando un rastro brillante que pronto se
desvanece. También pueden cambiar de forma para parecer humanos.
Con
esa apariencia pueden moverse por los alrededores de Sand Rock sin
ser observados para coger todos los materiales de reparación que
tanto necesitan. Por ello copian las formas humanas de los residentes
locales a los que han abducido, pero con ello sin embargo no logran
reproducir sus personalidades con exactitud, llevando a sospechar y a
la larga a que al menos mueran dos alienígenas. Para protegerlos
del sheriff y su patrulla avanzada, Putnam logra acordonar la mina
para darles tiempo necesario para terminar las reparaciones de la
nave que aún quedan. Sin embargo, han decidido autodestruirse ahora
que han sido descubiertos, por lo que Putnam razona con ellos un rato
y convence al líder para que acaben mientras él, como signo de
buena fe con los alienígenas, lleva a los prisioneros fuera con el
sheriff y su patrulla.
Poco
después la nave espacial alienígena abandona la Tierra, y la
prometida de Putnam, Ellen, le pregunta si se han ido para siempre, a
lo que él responde No, sólo por el momento, no era el instante
adecuado para ellos encontrarnos, pero habrá otras noches, otras
estrellas para nosotros que observar, volverán.
Arnold
y Bradbury colaboraron en este histórico filme ambientado en plena
Guerra Fría y rodado en California, en las ciudades de Palmdale y
Victorville, cerca del desierto de Mojave, donde también se rodó
Regreso a la Tierra. Por tanto no es como siempre se ha
pensado que era Tucson, pues ante todo Universal quería ahorrarse
unos cuantos dólares y ganarlos en la recaudación que tuviese la
película en la mayor parte de salas de EEUU. Aunque estrenada en
1953, no llegó a España hasta 1981, puesto que la ciencia ficción
estuvo censurada en su mayor parte durante la dictadura, aparte de
que la cinta era hija de una lista negra que mató al género durante
el periodo más patriarcal del siglo pasado.
Esa
lista negra de Hollywood era el barbitúrico del cine y entre sus 10
implicados estaba quien defendía que la cinta era propaganda anti
comunista americana. Hay que tener cuidado con los chicos espaciales,
porque están otra vez sueltos, y en Llegó del más allá tenemos
una película de ciencia ficción infumable pero efectiva
psicológicamente, con un mensaje provocativo sobre la xenofobia.
Hubo un telefilme secuela con Elizabeth Peña, Bill McKinney, Dean
Norris, Lauren Tewes, Mickey Jones y Howard Morris que prácticamente
ha caído en el olvido. Los terrores de la Universal en los 50 nos
dieron un puñado de clásicos entre un género y otro, calificado
desde siempre como fruslería dentro de la historia del cine.
Puntuación:
6,5
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