Indiana Jones y el templo maldito (1984)

                                                                              


Película de acción  dirigida por Steven Spielberg a partir de un guion de Willard Huyck y Gloria Katz, basado en una historia de George Lucas. Segunda entrega de Indiana Jones y precuela de En busca del arca perdida, protagonizada por Harrison Ford, quien repite su  papel como Indiana Jones, acompañado en roles secundarios por Kate Capshaw, Amrish Puri, Roshan Seth, Philip Stone y el debutante Ke Huy Quan. En la cinta, tras llegar a la India británica, unos aldeanos desesperados  le piden a Indiana Jones que encuentre una piedra mística y rescate a sus hijos de un culto llamado los Estranguladores que practican la esclavitud infantil, la magia negra y rituales de sacrificios humanos  en honor de la diosa Kali. 

No deseando mostrar otra vez como villanos a los nazis, se rechazaron hasta tres recursos argumentales, por lo que Lucas escribió un tratamiento al no estar disponible Lawrence Kasdan, contando esta vez con Huyck y Katz, con quienes trabajó anteriormente en American Graffiti. La crítica de la época señaló  que la violencia de la película era demasiado intensa para que fuera una cinta familiar, así como que la historia tenía elementos muy lúgubres. Afortunadamente la opinión ha mejorado en cuatro décadas y ahora se alaba su intensidad y su imaginación. En respuesta a algunas de las escenas más violentas de la película, y con quejas similares a  las de otra producción de Spielberg, Gremlins (estrenada dos semanas después que esta), el cineasta sugirió que la MPA alterase su sistema de calificaciones, lo cual hizo apenas dos meses después del estreno, creando la nueva calificación para mayores de 13 años, que se ha mantenido en adelante para este tipo de largometrajes. 

                                                        


Con este cambio en el sistema, hay que aclarar que tanto esta como Gremlins, en lo opuesto a la creencia popular, fueron ambas estrenadas en EEUU  para todos los públicos (no para mayores de 13), pese a que la polémica  que rodeaba a las dos películas llevó a la creación posterior  de dicha calificación para adolescentes. La primera cinta que llevó esa novedad histórica  fue Amanecer rojo. Estuvo nominada al Óscar a mejor banda sonora original, pero ganó el de mejores efectos visuales (también en su variante británica). Tuvo una secuela, cinco años después, Indiana Jones y la última cruzada. 

En 1935, el arqueólogo estadounidense Indiana Jones  sobrevive a un intento de asesinato por parte del jefe del crimen de Shanghái, Lao Che, quien lo contrató para para recuperar los restos de Nurhaci. Indy huye de la ciudad en compañía de su joven secuaz huérfano, Tapón, y la cantante de club nocturno Willie Scott, no sabiendo que el avión en el que está viajando es propiedad de Che. Los pilotos del avión tiran el combustible y los paracaídas, pero Indy, Willie y Tapón huyen usando una balsa inflable antes de que el avión se estrelle. El trío alcanza las cuestas del Himalaya y caen a un río  antes de llegar a la aldea india británica de Mayapore. Allí, los aldeanos suplican a Indy su ayuda para que recupere una piedra sagrada lingam robada junto con los niños  de la aldea por parte de fuerzas malignas  del cercano palacio de Pankot. Indy lo acepta, suponiendo que la piedra  es una de las cinco de Adi Shankara  entregadas por los dioses hinduistas para ayudar a la humanidad a luchar contra el mal. Viajando hasta el palacio, el trío es bienvenido amablemente y permitido a que se quede por la noche como invitados, asistiendo a un banquete organizado por el joven maharajá  del palacio. 

                                                                  


Durante la noche, Indy es atacado por un asesino, pero logra matarlo. Descubre una serie de túneles bajo el palacio y los explora junto a Willie y Tapón. El trío acaba llegando a un enorme templo donde descubren a sectarios Estranguladores que llevan a cabo un sacrificio humano. El culto, que posee las tres piedras Sankara, se revela que ha secuestrado a los niños de Mayapore, usándolos para encontrar las piedras restantes. Durante un intento para recuperar las piedras, Indy es capturado junto a Willie y Tapón. El sumo sacerdote Estrangulador, Mola Ram, obliga a Indy a beber una poción  que lo pone en un estado de trance que le lleva  a preparar a Willie para su sacrificio. Tapón es mandado a trabajar en los túneles, pero este escapa e interrumpe el sacrificio liberando a Indy de su trance, quien a su vez rescata a Willie. 

El trío derrota a los Estranguladores, cogiendo las piedras Sankara y liberando a los niños, escapando de un intento por parte de Mola Ram de ahogarlos. Cuando cruzan un puente colgante sobre un río, Mola Ram los embosca otra vez, llevando a Indy  a cortar el puente en dos, provocando que un número de sectarios caiga al agua por debajo del puente, que está infestada de cocodrilos. Cuando Indy, Willie, Tapón y Mola Ram luchan por subir por el puente roto, Indy invoca el nombre de Shiva, ocasionando que las piedras ardan a través de su bolsa; una de las piedras quema a Mola Ram  y este cae al rio, donde es devorado por los cocodrilos. Llegan soldados del ejército indio británico y derrotan a los sectarios restantes, e Indy, Willie y Tapón regresan a Mayapore y entregan su última piedra restante. Cuando los aldeanos  se reúnen con sus niños, Indy y Willie se abrazan. 

                                                                


Para gran sorpresa, aquí salen pocas serpientes, quizás porque Lucas no quería repetir el hecho recurrente del miedo que les tiene el protagonista. En cuanto a la compañera de Indy, Willie Scott (Capshaw), estuvo a punto de tener el rostro de Sharon Stone, quien pasó la oportunidad de ir con el doctor Jones al templo de la muerte, como se iba a llamar originalmente la película. Para el papel de Tapón se pedía que el actor fuera un niño asiático o de orígenes orientales, y se lo dieron  a Quan, quien además se haría muy amigo de Spielberg entre tomas. Atentos al cameo de Dan Aykroyd como el hombre que escolta a Indy, Tapón y Willie hasta el avión que les saca de Shanghái. 

En esta secuela queda claro que la aventura tiene un  nuevo nombre, que es Indiana Jones, algo que debemos al productor Robert Watts, quien contrató para el diseño de producción a Elliot Scott, quien se implicó bastante en la planificación del rodaje con Spielberg, al igual que el encargado de vestuario Anthony Powell, quien tuvo que descartar muchos diseños originales para los vestidos de Willie, así como de otros personajes secundarios que aparecen en El templo maldito. Tom Smith, de maquillaje, creó el siniestro tocado de Mola Ram (Puri), e incluso quiso que Capshaw llevase la fedora como Indy. En esta mitad de trilogía (por entonces no era saga), se va para atrás en la cronología y como en Star Wars,  se pretende que esta entrega tenga el tono serio de El imperio contraataca. 

                                                                


La mejor defensa contra los críticos y las malas críticas que  Katz y Huyck  dieron es que sus guiones, tanto aquí como en el pasado (y en el futuro) tienen antecedentes más positivos  de lo que el historial ha demostrado, pues la trayectoria de ambos ha resultado ser más exitosa que otra cosa (con excepciones, pero es que ahí él por ejemplo dirigía). La trama tiene momentos de éxtasis y de pena, como en todo buen trabajo de Spielberg; también nos deja frases memorables ("Fortuna y gloria", que pueden conducir sin saberlo a la muerte), en definitiva una alternativa a cuanto podía ofrecer Kasdan. Una escena que escribieron pero que se descartó era la que mostraba a una serpiente enrollándose alrededor de Willie, y es que  parece ser que  Capshaw les tiene más pánico que el propio Indy. 

Spielberg llegó a calificar a Puri, leyenda de Bollywood, como el "mejor villano del  mundo" incluso después de que este rechazase hacer una prueba para él. Cuando cambió de idea, se fue a rodar sus escenas en Sri Lanka, lugar que Lucas  sugirió al negarse el permiso de filmación en India. Las escenas más peligrosas, los efectos visuales y  los efectos sonoros corrieron a cargo como siempre de la gente de ILM, quienes de nuevo aprobaron con matricula. 

                                                          


Esta película, como toda de Indiana Jones, también se puede disfrutar de adulto si se tuvo la suerte de verla de niño, cuando ya la trilogía era mítica. Puede que sea muy "siniestra" para algunos, pero El templo maldito sigue siendo una ingeniosa aventura  que muestra  de forma retrospectiva a uno de los mejores equipos de rodaje que ha dado Hollywood, impecable, fantástico. Es una de las mejores películas de acción de siempre, la segunda mejor de su director diría yo. Desafortunadamente, la cinta fue prohibida  en la parte del mundo que retrata, el sur de Asia, por la mala imagen que da de ese lugar; y es que los indios aún no la perdonan por lo mal que los deja. Por no hablar de que cae en el tópico del salvador blanco, ya que es un gran héroe occidental quien  nada más llegar a la aldea perdida el que se erige en la solución de  los problemas de esos aldeanos indios. 

La verdad es que toda esa polémica es un tanto absurda, porque por ejemplo el villano es muy de cómic, como toda la violencia mostrada, que muy poca gente se atrevería a repetir tras ver la película. Hoy día sería muy censurada, pero como lo fue entonces, sólo que se esgrimirían argumentos mucho más ridículos, como le ha pasado a tantos otros largometrajes, como el  Batman  de Tim Burton. 

Puntuación: 7,5

                                                               


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