Calvario (2005)


      Algunas personas matarían por tener compañía

                                         

Terror psicológico escrito y dirigido por Fabrice Du Welz y protagonizado por Laurent Lucas y Jackie Berroyer. Una película belga donde Marc Stevens (Lucas) es un joven cantante itinerante que tras un concierto en un asilo en Nochebuena decide tomar el camino y poco después su furgoneta se avería en una región montañosa desierta, acogido por un afable aunque aterrador tipo llamado Bartel (Berroyer), un posadero que quedó mentalmente frágil después de que su esposa Gloria le abandonase. Las implicaciones sexuales de la obsesión de Bartel son las que inician el calvario de Marc. Un filme de género similar a los que nos ha ofrecido el cine francés y donde comprobamos que Bélgica da miedo.

Nuestro protagonista es un artista en apuros de bajo nivel que se gana la vida interpretando baladas pop ligeras y melodías fáciles de escuchar en hogares de ancianos y otros pequeños lugares por toda Bélgica. De camino a actuar en Navidad, su camioneta, que hace las veces de su casa, se avería durante una tormenta y queda tirado en lo profundo del bosque. Perdido, helado y sucumbiendo a los elementos, Marc es rescatado por un muchacho local y demacrado llamado Boris (Jean-Luc Couchard), quien lo lleva a una pensión en decadencia. El único ocupante allí es su propietario, Bartel, un amable anciano que vive en el lugar como un ermitaño de clase. Afirmando ser un cómico retirado, Bartel da la bienvenida a Marc para que se quede.

                                                   

Se ofrece a repararle la furgoneta como símbolo de hermandad entre profesionales del entretenimiento, aceptando Marc su oferta pero quedando apartado y no hablando con Bartel sobre su propia carrera o su vida personal. A la mañana siguiente, Bartel remolca la camioneta de Marc en el jardín delantero de la pensión y este le dice que se va a caminar, momento en el que Bartel de repente se vuelve paranoide y agresivo, advirtiendo a Marc que no vaya al pueblo cercano. Este le hace caso, pero durante su paseo pasa por una granja próxima al lugar donde observa a una familia que mira con cierto vicio como un adolescente tiene relaciones sexuales con un cerdo, refiriéndose a la experiencia como tierna.

Mientras, en vez de reparar la furgoneta de Marc, Bartel husmea en la habitación de este y coge su teléfono móvil y unas fotos pornográficas aficionadas que le dio al chaval una admiradora (Brigitte Lahaie). Esa noche, Bartel se vuelve aún más agresivo, entrando en un frenesí cuando recuerda a su esposa adúltera Gloria, quien le abandonó años atrás. Insiste en que Marc le cante una canción antes de irse a la cama, por lo que al día siguiente el muchacho halla el porno casero en la pensión y se percata de que Bartel ha estado revisando sus cosas. Cuando intenta llamar para pedir ayuda, descubre que el teléfono que Bartel ha estado usando con frecuencia no estaba en línea en la pared.

                                                       

Enfrentándose a Bartel, Marc lo descubre vandalizando la furgoneta y vertiendo gasolina sobre el vehículo, cuando entonces Bartel le noquea hasta dejarlo inconsciente y vuela por los aires la camioneta. Marc se despierta atado a una silla y vestido sólo con un viejo vestido sin mangas. Bartel, balbuceando, se refiere a este como si fuera su esposa, preguntando porqué ella ha vuelto tras dejarle. Luego le afeita la mitad de su cabellera para protegerle de los aldeanos, antes de obligarlo a que se acurruque con él en la cama. Al día siguiente, Bartel ata a Marc a un tractor y lo lleva al bosque para que pode un árbol de Navidad, pero escapa aunque para acabar atrapado en una trampa, yaciendo allí boca abajo hasta anochecer.

Entonces Boris deambula por allí y Marc le pide que le ayude, pero ignora sus suplicas, refiriéndose al protagonista como si fuera su perrita perdida, sentándose a su lado, acariciándole y golpeándole hasta que desesperado le muerde la pierna, yéndose. A la mañana siguiente, Bartel, alertado por Boris, recupera a Marc llevándole de vuelta a la pensión cubierto por una manta en la parte trasera de una camioneta de heno. Un par de aldeanos ven a Boris conduciendo con algo oculto, pero no hacen nada. De vuelta a la posada, Bartel castiga a Gloria por huir, crucificando a Marc detrás del edificio antes de irse al pueblo para beber en el bar local. Aparentemente convencido de que su esposa fue una puta que se acostaba con todo hombre en la aldea, Bartel avisa a los clientes que ahora que ella ha regresado nadie podrá tenerla.

                                                   

Todos los hombres parecen asustarse por las divagaciones de Bartel, pero una vez que se marcha, uno de los clientes se sienta en el piano antiguo y comienza a tocar una música polca horripilante y discordante, así que poco a poco los hombres se levantan y comienzan a bailar los unos con los otros. De vuelta a la posada, Bartel lleva a Marc a la cocina y se sientan para la cena de Navidad. Boris llega con un ternero, convencido de que es su perrita perdida. Bartel da un discurso triste y apasionado sobre el amor, la unión y el espíritu de las fiestas antes de que un repentino disparo de rifle suene y una bala explote a través de la ventana de la pensión, matando a Boris. Los aldeanos sitian la pensión soltando a un cerdo atado como si fuera un perro, intentando reclamar el ternero pero rápidamente queda claro que también quieren violar a Marc en la ilusión compartida de que el protagonista es la esposa retornada de Bartel.

Los aldeanos hieren mortalmente a Bartel antes de prestar atención a Marc, con uno de ellos violándolo brevemente en la mesa del comedor. En la frontera de lo raro, hay disparos entre los hombres y en la confusión Marc logra escapar de la muchedumbre hasta el bosque, pasando la noche huyendo de ellos y cruzando un cementerio con una lápida imponente con un Cristo crucificado, alineado con el título del filme. Marc consigue eludir a todos menos a uno, quien va a capturar a Gloria cuando cae a un pantano y comienza a ser engullido por el lodazal. Llorando y destrozado, Marc se aproxima al ahogado y en vez de usar la pistola del hombre contra él, o intentar salvarlo, lo observa mientras se hunde bajo la superficie.

                                                   

Finalmente, justo antes de que la cabeza del hombre se hunda en el pantano, Marc, como si fuera Gloria, responde a su pregunta vehemente diciéndole que ella le quiere. En segundos el aldeano está muerto y Marc se queda solo ahí fuera en la naturaleza, en el foco de su calvario.

Este filme tiene una incuestionable cantidad de potencial desalentador, pero pierde eficacia muy a menudo por equivocarse al poner mucha sangre desordenadamente en vez de terror genuino. El género enseña los dientes en el debut de Du Welz y nosotros acudimos a la reunión.


Puntuación: 6

                                                    



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