Hush (2016)

 

                    El silencio puede provocar pánico


                                            


Slasher dirigido y montado por Mike Flanagan, protagonizado por Kate Siegel, quien también escribió el guion con Flanagan, contando en su reparto con John Gallagher Jr, Michael Trucco y Samantha Sloyan. Producida entre Intrepid Pictures y Jason Blum de Blumhouse, tras su paso por el festival SXSW llegó a Netflix, que la compró pagando cinco veces más de lo que costó. Los Hermanos Newton hacen la música de una película que tiene pocos diálogos y más escenas en lengua de signos.


Maddie Young es una mujer sorda que perdió sus habilidades para oír y hablar tras un episodio de meningitis bacteriana a los 13 años, sólo para perder ambas permanentemente tras una chapuza de cirugía correctiva. Esperando poder avanzar en su carrera como autora, tiene una vida aislada en el bosque con su gato. Su amiga Sarah la visita una noche para devolverle una copia de su libro. Mientras discuten sobre su estilo, Maddie explica como visualiza sus historias, considerando numerosos y potenciales finales antes de decidirse por uno. Más tarde, ya a medianoche, un asesino enmascarado ataca a Sarah y la persigue hasta la casa de Maddie. Una ensangrentada Sarah golpea la puerta gritando auxilio.


Sus gritos no son oídos porque Maddie no la oye, así que el hombre apuñala a Sarah hasta matarla. El hombre rápidamente se percata de que Maddie es sorda y decide que será su otra víctima, yendo a hurtadillas a su casa, robando su teléfono, tomándole fotos y enviándolas a ella. Cuando Maddie se da cuenta de que está siendo acechada, el hombre corta la luz y sabotea su coche para prevenir que escape. Maddie escribe no diré nada, no te he visto la cara, mi novio viene hacia aquí en el panel de cristal de la puerta con su pintalabios, pero el hombre responde quitándose la máscara y revelando su rostro. Maddie intenta distraerlo con la alarma de su coche el tiempo suficiente para coger el teléfono de Sarah junto a su cuerpo.


Sin embargo no lo logra y burlándose de ella, el hombre se embolsa el teléfono y también uno de los pendientes de Sarah. Mientras intenta escapar por la ventana del segundo piso, Maddie es disparada en la pierna por el hombre con la flecha de una ballesta, pero aún así logra acabar con él arrojándolo del techo para robarle la ballesta. La chica se tambalea de vuelta a la casa, sacando la flecha de su pierna antes de tratar de recargar la ballesta. John, el novio de Sarah, llega a casa de Maddie buscando a su chica, pero el hombre se enfrenta a este fingiendo ser un agente de policía que ha respondido a la llamada, soltando una historia de como le dejó inconsciente un intruso, a lo que John sospecha cada vez más.


Finalmente intenta atacarlo por la espalda con una piedra, pero justo cuando va a golpearle, Maddie aporrea la ventana para distraerlo y dejar que el hombre lo apuñale en el cuello. Con John desangrándose hasta morir, le agarra del cuello para que Maddie gane tiempo suficiente y escape. Sin embargo, ella se percata de que cualquier intento de huida o escondite resultará en su captura o en sangrar hasta morir; su única oportunidad para sobrevivir es matar al hombre. En el exterior, este atrapa y amenaza al gato de Maddie con un cuchillo antes de ser alcanzado en el hombro por una flecha. Mientras se retira a la casa, deja caer la última flecha en la puerta principal y antes de cogerla, el hombre la empuja.


La puerta corredera se cierra sobre su muñeca, aplastando su mano por debajo de la bota del hombre. Continuando su juego del gato y el ratón, deja que Maddie tire de su mano machacada adentro y cierre la puerta con llave. Cuando este amenaza con entrar en la casa, ella escribe hazlo, cobarde en la puerta con su propia sangre. Cuando el hombre empieza a golpear la puerta con una llanta de hierro, Maddie corre a su ordenador, tecleando una descripción de su asaltante y un mensaje a su familia. Concluye escribiendo que murió luchando antes de apagar su portátil, armándose con un cuchillo y encerrándose en el lavabo. No pudiendo entrar por la puerta, el hombre opta por irrumpir a través del tragaluz.


En el lavabo, sin saberlo Maddie, se ve alertada por su presencia cuando este respira contra su cuello sin darse cuenta y evitando por poco su ataque, apuñalando a su agresor en la rodilla. Maddie se tambalea hacia la cocina en donde desorienta al hombre con insecticida y su alarma visual de humo, pero este vuelve a sacar ventaja al estrangularla. Al borde de la muerte, Maddie agarra un sacacorchos y se lo hunde en el cuello, logrando acabar con él. Maddie recupera su móvil del cuerpo del hombre y marca el 091 antes de tambalearse afuera, sentándose en los escalones del porche. Su gato se frota contra ella y ella lo acaricia cariñosamente. Iluminada por las luces azules de la policía que viene, cierra los ojos y sonríe con el gato en su regazo.


                                               


Cuando Hush fue comprada tras su primer pase en Toronto, muchos distribuidores se llevaron las manos a la cabeza porque no sabían que este era un proyecto secreto de Flanagan y a partir de ahí empezó a darse a conocer. La sordomuda protagonista de este filme moderno de cine mudo es una actriz habitual del director, pues Siegel ya estuvo en su anterior thriller. Este cineasta quiere ante todo salvar el terror de los frecuentes sustos que provocan saltos en los espectadores mediante los escalofriantes sonidos del silencio y las bandas sonoras de los Newton. Netflix adquirió una película de terror con presupuesto reducido para engrosar su catálogo y presumir de tener en el mismo un intrépido título de Blumhouse.


                                                


La plataforma le compró a Flanagan su película poco antes de su estreno mundial en el prestigioso festival sureño, una Hush que navega las sangrientas aguas de los thrillers de invasiones domésticas e incisivos slashers para servir un puré de terror contemporáneo. Genial porque ofrece suspense ingenioso y es brutal y matizado, nada extraño que llamase la atención de Stephen King y de uno de los padrinos del género, William Friedkin.


Puntuación: 6,5


                                               


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