Yo, Robot (2004).

                          ¿ Qué harás con el tuyo?


                       
Distopía neo-noir  de ciencia ficción y  acción  dirigida por Alex Proyas, con un guion  escrito por Jeff Vintar y  Akiva Goldsman cuya historia sugiere que estamos ante una colección de relatos breves de  Isaac Asimov, pues comparte título. Su premisa argumental, efectos visuales  y las interpretaciones son  dignas de elogio, pero lo que más me molesta es que la trama no está del todo bien enfocada. En el 2035, los robots  humanoides  sirven a la sociedad, y las personas  son protegidas por las máquinas  según las  tres leyes de la robótica.  Del Spooner (Will Smith), un  detective de la policía de Chicago,  odia y desconfía de los robots.


                                        
Esto se debe a que  uno de ellos  lo rescató  de un accidente de coche, pero sin embargo dejaron que una niña  muriese  porque su supervivencia  era estadísticamente  menos importante que la suya. Las heridas más graves de  Spooner  fueron curadas mediante  el trasplante de un brazo izquierdo  cibernético, así como también de un pulmón y costillas implantadas  por el cofundador  de Robots y  Hombres Mecánicos  de los Estados Unidos, el doctor  Alfred Lanning (James Cromwell).  Cuando este se precipita hasta morir desde la ventana de su despacho, el presidente de RHM, Lawrence Robertson (Bruce Greenwood),  anuncia que ha sido suicidio.

Sin embargo, Spooner se muestra escéptico, por lo que junto a  la robopsicóloga y asesora Susan Calvin (Bridget Moynahan) consulta el  ordenador central de inteligencia artificial del RHM, VIKI (Fiona Hogan), una inteligencia  virtual interactiva y cinética, donde revisan  las grabaciones de seguridad en el momento de la caída de  Lanning. Cuando Robertson  se entera de la inmunidad de Sonny (Alan Tudyk), el robot sospechoso  de violar las  Tres Leyes, le ordena a Calvin  destruirlo  mediante la inoculación de  nanorrobots  en su cerebro positrónico. Spooner además identifica  el paisaje que ha dibujado Sonny  como el  Lago Míchigan, ahora usado como vertedero de robots  fuera de servicio de la RHM, y donde descubre  un ejército de modelos similares a Sonny, NS-5, que están  desmantelando los viejos modelos  y que se preparan  para invadir Chicago  y otras ciudades estadounidenses.


                                       
Tudyk dio vida y prestó su voz a Sonny por medio de  captura de movimiento. La película originalmente no tenía conexión alguna  con  la serie de los robots de Asimov, según declaró en su momento Vintar, cuya historia  estaba inspirada en los asesinatos misteriosos de Agatha Christie, que solían  transcurrir en su totalidad en la escena del crimen, con un solo personaje  humano, el agente del FBI Spooner, quien investigaba  el homicidio  de un  solitario  científico, el doctor Hogenmiller, llevando a cabo un interrogatorio  a todo un elenco de  máquinas sospechosas  que incluía a  Sonny el robot, el superordenador HECTOR, que mostraba una perpetua  cara amarilla sonriente, el holograma del fallecido  y muchos otros tipos de  inteligencia artificial.


                                          
El proyecto pasó primero por las manos de  Disney para que lo dirigiese  Bryan Singer, pero años más tarde lo compró Fox  y firmó como  director a Proyas.  Cuando este estudio  decidió usar el nombre definitivo, incorporaron las  tres leyes de la robótica  y sustituyeron a la protagonista, Flynn, por el personaje de Calvin, una de los pocos recurrentes  en la serie de los robots  de Asimov. El libro original era una colección de cuentos, pero el nuevo guion adaptado  incorporó muchos elementos  de otros trabajos del autor, en concreto de Las bóvedas de acero, donde el misterioso asesinato involucra  a un robot y a un policía.


                                          
Goldsman  fue contratado  casi al final de todo el desarrollo y lo que  rescribió del texto lo hizo  para que encajase con la personalidad de Smith. Laurence Mark  produjo, Marco Beltrami  compuso la  música de la película y  Simon Duggan  se encargó del apartado fotográfico. También hay una enorme cantidad de  publicidad por emplazamiento, con la presencia de marcas como  Converse (el modelo All Star de Chuck Taylor  que lleva Smith), Audi (el RSQ fue diseñado en exclusiva), FedEX y JVC.  Compartiendo sólo  una ligera semejanza  con los cuentos de Asimov, esta película fue hecha para ser un taquillazo veraniego.


                                               
Y con todo, se las arregla bien en hacer pensar al público, aunque sea sólo un poco. Es una película hábil, consistentemente  entretenida y todo un viaje de intrigas de ciencia ficción. Es lo que se dice una propuesta estival  con ingenio y con  buenas dosis de acción. El final quizás es la única parte incoherente del conjunto, algo plano en mi humilde opinión, y quizás por eso se hablase tras su estreno  que el responsable de Battlestar Galactica, el guionista y productor  Ronald Moore, estaba  escribiendo  una posible secuela  que hubiera trasladado su escenario hacia el espacio exterior.


                                                 
Las similitudes con el libro  se basan en como el borrador final  del guion mantuvo  algunas de las ideas y personajes de Asimov  en su serie de los robots, que fueron completamente adaptadas salvo para la trama central, que es del todo original. Calvin, Lanning y  Robertson  se parecen a sus equivalentes  de la fuente escrita  aunque solo sea marginalmente.  En lo hecho por el autor, la doctora es de mediana edad en la época  que los robots  han comenzado a ser utilizados de manera extensiva  y recomienda además  la destrucción de unos sesenta modelos  por la simple sospecha  de que uno podría haber descubierto como funcionar según la primera ley de la robótica.

En la película, Calvin  es una joven y atractiva mujer  con una profunda fe  en las leyes de la robótica  y que además reacciona  emotivamente  cuando disparan y  destruyen a los robots. El intento por parte de Sonny de ocultarse  en un mar de modelos idénticos  está basado libremente  en una escena similar de Pequeño robot perdido. Así mismo,  los sueños de Sonny y la escena final  recrean pasajes  similares descritos en  el cuento Sueños de robot, mientras que las motivaciones de VIKI  son una extrapolación  de las Tres Leyes  que Asimov exploró  en  El conflicto evitable, Robots e Imperio y Fundación y Tierra.

La premisa de los robots volviéndose en contra de sus  creadores ya se había originado  en la obra de Karel Capek  R.U.R (Robots Universales Rossum) y se ha perpetuado  en posteriores libros y películas  sobre robots, pero es algo que  en los escritos de Asimov  nunca apareció.  De hecho, el propio autor declaró explícitamente en entrevistas y prólogos  de sus colecciones publicadas  de las historias de robots, que decidió entrar en el género  para protestar por lo que él llamaba  el complejo de Frankenstein, una tendencia en la cultura popular  a representar a los robots  como amenaza.

Muchas de sus historias  tenían que ver con  expertos en robots y robots propiamente hablando  que se enfrentaban  contra los prejuicios sociales  anti robot. En los años 70 ya hubo una película con una premisa similar,  Colossus: el proyecto prohibido, de Joseph Sargent.  También en televisión hemos tenido  una serie  entre 2013 y 2014 protagonizada por un policía y su compañero robot,  Almost Human.

Puntuación: 7
                                                                        
                                                      


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