Pobres criaturas (2023)

                                                          


Esta película que comento hoy ha sido mencionada como una obra que desafía cualquier género, y es que Pobres criaturas  es una historia donde Emma Stone está estupenda interpretando a una mujer reanimada  que se reinventa a sí misma  en esta fantástica odisea de Yorgos Lanthimos. La crítica la ha etiquetado como una comedia bien erótica, de humor negro o incluso de humor absurdo, dándose cuenta la misma de  su diseño  visual parecido al steampunk. Más adelante volveré a comentar sobre su género según las fuentes especializadas que he consultado, principalmente prensa especializada en cine. Como ya se ha señalado, dirige el  griego Lanthimos y escribe Tony McNamara, el tándem de La favorita, basándose en la novela homónima de Alasdair Gray y protagonizada por Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe, Ramy Youssef, Christopher Abbott y Jerrod Carmichael, con una actriz principal que intimida como no se ha visto en pantalla desde hace tiempo. Stone encarna a Bella Baxter, una joven  del Londres victoriano (siglo 19) que ha sido revivida mediante un trasplante de cerebro.

Con un rodaje llevado a cabo en Hungría, esta coproducción entre Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos  se estrenó en el pasado festival de Venecia, donde ganó el León de Oro. Otro éxito por tanto para Searchlight, el sello de prestigio de Disney , con el que ha logrado que esta cinta de ciencia ficción fantástica victoriana haya triunfado en los últimos Óscar, Globos de Oro y BAFTA, particularmente en la figura de Stone. Tras La favorita, Lanthimos puede realizar lo que quiera, cada proyecto que saca es más salvaje que el anterior. 

                                                                      


En el Londres victoriano (la época de la película es difícil de ubicar, pues la imaginería visual cautiva de tal forma  que uno no presta atención a ese detalle ante tal emocionante desfile de rarezas, con varios elementos futuristas fantásticos  incluidos en los paisajes urbanos de Lisboa y Alejandría), el estudiante de medicina Max McCandles  es contratado  por el científico loco Godwin Baxter para registrar  el comportamiento de  una extraña y casi muda mujer  que vive en la casa de Godwin. Este revela que el cuerpo de Bella es el de una mujer  que estaba embarazada  y que se suicidó al saltar desde un puente; Godwin reemplazó el cerebro de la mujer  por el del feto, dándole una mente infantil, así como llamándole Bella Baxter. 

Con el paso de las semanas, el vocabulario de Bella mejora y esta muestra un asombro infantil ante el mundo. Con el apoyo de Godwin, Max se enamora de Bella  y le propone matrimonio. Bella acepta, pero pronto descubre la masturbación y  el placer sexual, llevándola a huir con Duncan Wedderburn, un abogado depravado, a Lisboa. Allí, ambos tienen relaciones sexuales casi constantes, pues Bella vive puramente para el placer. Ella es confundida por error como "Victoria Blessington"  por una huésped  de hotel. 

                                                                


Cuando Bella se vuelve difícil de controlar para Duncan, este la mete  en un crucero, donde esta se hace amiga de dos pasajeros que abren su mente a la filosofía. Duncan intenta dificultar su progreso inútilmente, consintiéndole que beba y apueste. Durante una escala en  Alejandría, Bella observa el sufrimiento de los pobres  y queda consternada. Deseando ayudarles, esta les confía las ganancias de Duncan a unos miembros inmorales de la tripulación, quienes falsamente prometen dárselo a estos. Incapaces de permitirse el resto del viaje, Bella y Duncan se bajan en Marsella y se abren camino hasta París, sin un duro. Buscando dinero y alojamiento, Bella comienza a trabajar en un burdel. Encolerizado, Duncan estalla  y Bella le abandona. En el burdel, esta queda bajo la tutela de Doña Swiney y comienza  una relación con otra prostituta, Toinette, quien le descubre el socialismo. 

Ahora terminalmente enfermo, Godwin le pide a Max que le traiga a Bella. El muchacho la la encuentra  tras ubicar a Duncan, quien ha sido recluido. De vuelta en Londres, Bella se reconcilia con Godwin y renueva sus planes  de casarse con Max, pero su boda es interrumpida por Duncan y el general Alfie Blessington. Este, quien se refiere a Bella como Victoria, declara que estuvieron casados antes de su desaparición  y que ha venido a reclamarla. Bella abandona a Max para saber sobre su vida pasada, pero descubre la naturaleza violenta y sádica de Alfie. Bella se da cuenta de  que ella era Victoria y que se suicidó  para huir de Alfie. 

                                               


Alfie confina a Bella en su mansión y le cuenta que planea extirparle el clítoris  y embarazarla, amenazándola con una pistola y exigiéndole que beba un sedante. Esta se  lo tira  a su cara  y Alfie  se dispara accidentalmente  en el pie  y se desmaya. Bella regresa a casa de Godwin y con ayuda de Max trasplantan un cerebro de cabra en la cabeza de Alfie. Godwin muere pacíficamente junto a Bella y Max, quienes, con Toinette, comienzan una nueva vida  en la casa de Godwin, mientras Alfie  come hierba felizmente. 

Se dice que el autor de Pobres criaturas  era un gran admirador de Lanthimos desde el principio, con lo que el cineasta y Stone  decidieron crear para la adaptación una mujer libre de vergüenza, al más puro estilo de un cuento inmortal como es Frankenstein. Con un elenco de apoyo estelar y algunas caras nuevas al alza, esta tragicomedia inesperadamente sobresaliente tiene un toque muy a lo Familia Addams,  pues nada es normal y más cuando se tocan temas como la muerte. El personaje protagonista es además toda una rareza, pues se trata de una mujer renacida  con una mente totalmente  liberada de las presiones sociales de su época. En eso tiene mucho que ver su creador, un inquietante doctor en medicina forense muy lacónico. Al llegar a la parte en que Bella sale al mundo (aunque todo este rodado en Hungría) , el entorno se vuelve más colorido y evocador. 

                                                         


Visualmente tiene una fotografía cuya luz, para una comedia sexual de ciencia ficción, parece estar inspirada por el Drácula  de Coppola, pero también hay detalles que la hacen  muy evocadora de clásicos de otro tiempo, como son los tranvías voladores, el entorno homenaje a la Belle Époque y hasta el cabello de Stone. Luego está el despliegue de vestuario, con trajes inusuales  que prácticamente se quitan para tener relaciones sexuales, toda una forma de romper reglas históricas. De hecho, Stone tiene un arco entero de su personaje que consiste en como evoluciona su atuendo, de ir en bragas a  llevar una capa con forma de condón y finalmente  casi desnuda. Y la música, en fin, es inclasificable. 

Pobres criaturas , como segunda colaboración entre Lanthimos y Stone, supone un clásico instantáneo  al presentar una comedia sexual descaradamente rara, gótica y obscena como no se ha visto en años. La protagonista cobra vida en lo que puede decirse que es una obra maestra feminista bien hecha, porque la película a primera vista parece indecente y que empuja al espectador hasta sus límites, pero también es un largometraje muy revelador, impresionantemente original porque imagina grandes cosas  en un mundo retorcido pero fantástico. Nunca una resurrección científica resultó ser  tan trascendente. 

                                                          


Salvajemente imaginativa y estimulantemente desmesurada, Pobres criaturas  es una extraña  y genial hazaña para su director y su estrella, un extraño y loco buen entretenimiento donde Stone  está fantástica y donde hay que estar preparado para unos cuantos temas adultos  que pueden perturbar e incluso ofender  a algunos espectadores, aunque ese no ha sido mi caso. La actriz ha sido aclamada por los críticos  al afrontar todas esas  escenas sexuales absurdas  con valentía, pues no están ahí gratuitamente en medio de una fantasía de ciencia ficción. Esa magia funciona  dentro del retorcido cuento de hadas que es, una aventura sexual  de proporciones cómico épicas de la mano de un virtuoso como Lanthimos. Ambos despliegan sus alas como engendros  en esta excitante  historia sobre la madurez como no ha habido otra. 

Stone encaja en el papel perfectamente, nadie como ella para la historia de una realmente estrambótica Frankenstein femenina. Ella y Ruffalo encabezan una comedia demencial de auto creación y humillación, puré de monstruo para almorzar. Esas escenas  de sexo explícitas  son consecuencia de una interpretación digna de premios y un gran logro en el cine actual. Hay quien la ve como un cuento derivado del de Mary Shelley bastante fallido, lo cual discrepo, pues a lo mejor han visto otra película o simplemente que no les ha gustado, pues no han sido pocos los que han cargado contra la misma, afirmando que no es la mejor forma de representar en pantalla la sexualidad femenina. Me parece absurdo que por esas chorradas desacrediten esta película, es propio de gente muy reaccionaria y retrograda, tanto conservadores como progresistas. 

                                                                      


No he tenido oportunidad de leer la novela de Gray, un autor escocés  cuyo legado desconozco si se quedará en esta cinta o se harán más adaptaciones. Poco importa si sólo con este libro ya hemos visto lo mejor que escribió en vida el hombre. Lanthimos desde luego ha hecho ya su trabajo y eso es lo que importa, una pena que el Oscar fuera para Oppenheimer, pero al menos  han reconocido como se merece a Pobres criaturas  y le ha parado los pies a la sobrevalorada y vacía Barbie. En los premios de cine hay mejor criterio que en los de televisión, eso no lo dudo, por eso celebro los triunfos de Stone como si la conociera en persona, tiene un talento que está por encima del resto. 

Puntuación: 7,5

                                                  


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