La forma del agua (2017)

                                                                           


 Fantasía romántica dirigida y producida por Guillermo del Toro, escrita por él y Vanessa Taylor, protagonizada por Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Doug Jones, Michael Stuhlbarg y  Octavia Spencer. Ambientada en 1962 en Baltimore, Maryland, la película sigue  a una limpiadora muda en un laboratorio gubernamental de alta seguridad que se enamora de una criatura humanoide anfibia capturada y decide ayudarle a escapar de la muerte a manos de un malvado coronel. Rodada en Ontario (Canadá), se estrenó en el festival de Venecia y ganó el León de Oro, así como en el de Toronto, seguida de un estreno limitado en salas, para evitar a la competencia.  

Es una película que tiene un montón de cosas a su favor, como son sus actuaciones, el guion, la dirección, la parte visual, el diseño de producción,  la fotografía y la música. Ha sido una de las mejores producciones de su año, razón por la que triunfó en los 90º Oscar, llevándose los premios de mejor película y  director, para Del Toro, junto con otros reconocimientos. Fue la segunda película de fantasía  en ganar el Óscar a mejor película tras El Señor de los Anillos: El retorno del rey, teniendo incluso una adaptación a novela escrita por el mexicano y Daniel Kraus, que es casi una expansión de la trama.  

                                                         


Elisa Esposito,  quien fue hallada  abandonada a la orilla de un río de niña con cicatrices en su cuello, es muda y se comunica a través de lengua de signos. En 1962, durante la Guerra Fría, Elisa trabaja como limpiadora en un laboratorio gubernamental secreto en Baltimore, viviendo una rutina diaria en un apartamento que está encima de un cine. Sus únicos amigos son Giles, su vecino de al lado, un gay en el armario que es un ilustrador publicitario  de mediana edad   en apuros, y una compañera limpiadora en el laboratorio, Zelda. 

El coronel Richard Strickland ha capturado una misteriosa criatura  de un río sudamericano  y se la ha llevado hasta la instalación de Baltimore para estudiarla. Curiosa, Elisa  descubre que es un anfibio humanoide. Esta comienza a visitarlo en secreto, y ambos forman un vínculo. 

Buscando explotar la respiración del Hombre Anfibio para una ventaja estadounidense en la carrera espacial, el general de la fuerza aérea Frank Hoyt es finalmente convencido por Strickland de que le haga una vivisección para examinar su biología. El doctor Robert Hoffstetler, un científico que es secretamente un espía ruso llamado Dimitri Mosenkov, suplica infructuosamente  a Strickland que lo mantenga vivo para mayor estudio, mientras que  le ordenan simultáneamente sus responsables soviéticos que mate a la criatura para evitarlo. 

Cuando Elisa escucha los planes que los estadounidenses tienen para el Hombre Anfibio, esta intenta convencer a Giles para que le ayude a liberarlo. Este se niega al principio, porque no quiere quebrantar la ley para salvar  a quien él considera un animal. Tras fracasar en recuperar su empleo, la propuesta de Giles es rechazada por el gerente de una franquicia local de restaurantes especializados en tartas de postre, descubriendo este que el tipo es un racista y un homófobo. Consecuentemente, cambia de actitud. 

Hoffstetler se tropieza con el plan en progreso de Elisa y elige ayudarla. Aunque inicialmente se muestra reacia, Zelda también se involucra en la fuga. Elisa planea  soltar al Hombre Anfibio en un canal cercano cuando la fuerte lluvia pueda permitir el acceso al océano. Mientras, ella lo mantiene en su bañera. Strickland interroga a Elisa y Zelda, entre otros, pero no descubre nada. 

El Hombre Anfibio se encuentra con uno de los gatos de Giles, que reacciona. El vecino pilla al Hombre Anfibio devorando al gato, y cuando Giles trata de detenerlo, este se sobresalta, araña el brazo de Giles  y huye corriendo del apartamento. Llega hasta el cine de abajo, antes de que Elisa lo encuentre  y lo devuelva a su apartamento. 

La criatura le  acaricia a Giles su cabeza calva y su brazo herido. A la mañana siguiente, el vecino que ha empezado a crecerle de nuevo pelo sobre su calva cabeza, mientras que las heridas en su brazo han curado por regeneración. Elisa continúa desarrollando una relación romántica con el Hombre Anfibio, culminando en ambos teniendo relaciones sexuales. 

El general Hoyt llega inesperadamente al laboratorio y le cuenta a Strickland que tiene 36 horas para recuperar al Hombre Anfibio, o su carrera se habrá terminado. Mientras, a Hoffstetler le dicen sus superiores que será exfiltrado de EEUU en dos días. Aunque la probable fecha de salida se acerca,  la salud del Hombre Anfibio comienza a empeorar. 

Hoffstetler va a reunirse con sus dos superiores, y Strickland le sigue. En el encuentro, el espía recibe un disparo de uno de ellos  y el coronel  interviene, disparando a los encargados. Descubriendo que Hoffstetler era un agente extranjero, Strickland tortura al moribundo para que revele el paradero del Hombre Anfibio. Se sorprende  al enterarse de que están involucradas Elisa y Zelda. 

                                                                  


Strickland amenaza a Zelda en su casa sin éxito, hasta que su marido, Brewster, revela que Elisa tiene al Hombre Anfibio. Zelda inmediatamente telefonea a Elisa, avisándole de que  suelte a la criatura. Strickland halla el apartamento de Elisa vacío y lo registra hasta que halla la prueba  de la criatura  en la bañera y una nota en el calendario que revela cuando planea  soltar al Hombre Anfibio. 

En el canal, Elisa y Giles se despiden de la criatura cuando llega Strickland, golpeando al vecino  y disparando tanto  al Hombre Anfibio como a Elisa. Este se cura y le corta el cuello a Strickland, matándolo. Cuando llega la policía al lugar con Zelda, el Hombre Anfibio se lleva a Elisa y salta al canal, nadando alrededor de su cuerpo sin vida. Le pasa a Elisa  sus poderes/capacidades curativas por  las cicatrices que tiene  en su cuello, que al abrirse  se revelan que son branquias como las suyas. 

Elisa se estremece al revivir y ambos se abrazan y se besan. En una narración final en off, Giles transmite su creencia de que Elisa vivió feliz por siempre junto al Hombre Anfibio. 

                                                              


La forma del agua  es de esas historias que a muchos se nos ha podido ocurrir durante la infancia, cuando aspiras a ser escritor de adulto, sobre todo después de haber visto  La mujer y el monstruo. Se nota que a Del Toro le influyó ver esta película clásica para hacer esta nueva historia suya, poniendo a un tritón en un escenario  de cine negro, lo cual puede parecer que ha creado un género sospechoso, pero Del Toro, un director ya curtido, navega con habilidad  en estas aguas. Siempre muy inspirado, escogió como estrella a Hawkins, proponiéndole  que encabezase  este cuento de hadas para tiempos problemáticos. 

Pero para esta bella tan mundana hacía falta una bestia acuática, y para ello que mejor que un actor que tantas veces encarna a criaturas imposibles, un Jones que comprende como nadie a los monstruos. Este actor va maquillado o disfrazado, se expresa por lenguaje corporal y tiene que aguantarse para poder ir al baño cuando la necesidad aprieta. Aquí tiene lo que le corresponde, el estar en plato constantemente evitando cagarse encima cuando se mete en el papel del Hombre Anfibio. 

En un principio, el papel de Giles no iba a ser para Jenkins, sino para Ian McKellen, porque en su día interpretó al director de cine de terror clásico James Whale, que era un cineasta que cayó en desgracia por los rumores sobre su vida personal al ser un gay en el armario. Para el villano Shannon estaba más que claro, le viene el papel a su medida. 

En La forma del agua  se demuestra que los temas hermosos y etéreos  siguen siendo muy relevantes hoy en día. Del Toro es único para ello, e incluso pensó en filmar la película completamente en blanco y negro, pero el hacerla en color le salvaría la vida del todo. Otro detalle notable es la música del compositor Alexandre Desplat, quien crea sonidos de amor y agua que se combinan para transmitir ese romance en las profundidades, capaz de sorprendernos aún más, de embrujarnos con este cuento de hadas mágico y anti fascista, el definitivo sueño húmedo. 


                                            ANÁLISIS  TEMÁTICO 

                                                               



Construcción del Otro: ¿Qué chica no ha soñado con tener un novio monstruoso, literalmente? Aquí se reconsidera lo monstruoso a través del género, la otredad y el espacio  dentro de una narrativa cinematográfica. Enamorarse de monstruos  cuando  no tiene porque ser una criatura anfibia humanoide, sino un despiadado militar. 

Humanización del Monstruo: Enamorarse del Hombre Anfibio en el contexto de una fantasía sobre la otredad firmada por un autor como Del Toro. Hay un silencio parlante, un idioma universal e incluso multilingüismo. Más allá del cuento de hadas, se reinventa a la mítica criatura de la película clásica de la Universal. Hay gran cantidad de símbolos, todos apuntan al mar. 

Aparición de un monstruo moral: Tenemos a dos mujeres, una muda y otra afroamericana, que  se ven envueltas hasta los tobillos en el misterio del Hombre Anfibio. 

La crítica de la película: Se ha llegado a reseñar que La forma del agua  convierte a la gente con discapacidad en menos humanas. 

Sea como fuere, la cinta de Fox  trata la diversidad con una sensibilidad que en manos de Disney tendría otro resultado, tal vez útil para poder dominar el discurso en medio de la mal llamada guerra cultural ideológica actual. La forma del agua  es visualmente  la mejor y más distintiva obra de Del Toro hasta la fecha, igualada por una historia emocionalmente interesante que cobra vida gracias a la estelar actuación de Hawkins. Este cuento de hadas exuberante es una poderosa visión del amor, un romance de chica conoce a monstruo que es una joya, en la línea del cineasta mexicano, que es un director único en su estilo, donde no tiene rival. 

Acusaciones de Plagio: El entorno del  dramaturgo Paul Zindel  denunció a Del Toro por haber copiado una obra suya muy similar a La forma del agua  que estrenó a finales de los sesenta. La polémica fue desestimada por el estudio, Searchlight, al ver que se trataba de una campaña de desprestigio oportunista, como confirmaron los tribunales después. El mismo director comentó que la coincidencia entre ambos trabajos era fruto de la coincidencia. ¿Acaso necesita una película tener una trama original para ser buena? ¿Cuánto cine popular de hoy en día ha sido señalado como plagio de largometrajes filmados en su momento en la URSS? ¿ Se han copiado aquí escenas de Amelie o Delicatessen, películas ambas de Jean-Pierre Jeunet?  En ese juego de imitación, hay una diferencia entre  homenaje y plagio, y en la película lo que hay es una carta de amor al cine. 

                                                                    


Nada que se haya visto antes  puede hacer que se acuse de plagio a La forma del agua, ni largometrajes ni cortos. Con tales controversias sólo se busca hacer daño desde el ventajismo, como si las ideas fueran algo exclusivo. 

Puntuación: 7

                                              


 



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