Indiana Jones y la última cruzada (1989)

                                                                           


Película de acción dirigida por Steven Spielberg a partir de un guion de Jeffrey Boam, basado en una historia de George Lucas y Menno Meyjes, tercera entrega de Indiana Jones y secuela directa de En busca del arca perdida, estrenada ocho años antes. Harrison Ford regresa  como Indiana Jones, mientras que Henry Jones padre es interpretado por Sean Connery. Otros integrantes del reparto incluyen a Alison Doody, Denholm Elliott, Julian Glover, River Phoenix y John Rhys-Davies. En la cinta, ambientada en 1938, Indiana busca a su padre, un estudioso del santo grial, quien ha sido secuestrado  y hecho prisionero por los nazis mientras viajaba para encontrar el grial. 

Tras Indiana Jones y el templo maldito, esta entrega recupera la esencia de la original, pues Paramount  necesitaba que la franquicia no traicionase el espíritu del personaje creado por Philip Kaufman. Y el resultado no podía ser más positivo, pues esta película tiene un humor mucho más alegre, una dirección más hábil, una música muy inspirada, una historia digna de la mejor aventura clásica por parte de Boam, temas muy emocionales y una química actoral creíble entre Ford y Connery. Valió la pena la espera de cinco años, con un rodaje que transcurrió en lugares como España, Italia, Alemania, Jordania, Reino Unido y Estados Unidos. Que mejor manera de cerrar los ochenta y encima ganando el Óscar a mejor sonido, aparte de la nominación  a mejor banda sonora original en la edición 62º. Le seguiría una secuela, El reino de la calavera de cristal, de 2008, y una quinta y última entrega, El dial del destino, en 2023. 

                                           


En 1912, el niño explorador Indiana Jones vive con su padre Henry Jones en Moab (Utah). Un día, mientras   explora una  caverna, Indy toma un crucifijo que perteneció a Coronado de un grupo de profanadores de tumbas liderados por un hombre llamado Garth,  y tras una breve persecución a caballo, huye a su casa. El tipo, sin embargo, hace que los ladrones recuperen el crucifijo  y le da su fedora antes de irse.

Veintiséis años después, Indy recupera exitosamente el crucifijo de manos del tipo del sombrero panamá frente a la costa portuguesa. Tras regresar a Estados Unidos, Indy se entera de que Henry ha desaparecido  mientras buscaba el santo grial. Walter Donovan, el hombre que respalda financieramente a su padre, le encarga a Indy que encuentre tanto a Henry como al grial. Indy recibe un paquete que contiene el diario de su padre, que incluye su investigación del grial, y viaja a Venecia junto a Marcus Brody para reunirse con la  socia de Henry, Elsa Schneider. Bajo la biblioteca  donde su padre fue visto por última vez, Indy y Elsa descubren una catacumba  que contiene un escudo inscrito  que revela que el camino al grial empieza en Alejandreta. Los dos son posteriormente atacados por un grupo misterioso que se revela como la orden secreta de la Espada Cruciforme, dedicada a proteger el grial. Tras salvar al líder del grupo, Indy se entera que Henry está preso  en un castillo en la Austria nazi. Indy  le confía a Marcus el mapa  del diario  que detalla una ruta hacia el grial  y le envía a Alejandreta para reunirse con su viejo amigo Sallah. Descubriendo que sus habitaciones han sido registradas, Indy le revela la existencia del diario a Elsa  antes de que duerman juntos. 

                                            


En Austria, Indy y Elsa se infiltran en el castillo, descubriendo que está bajo control nazi. Indy encuentra a Henry y trata de escapar, pero se rinde después de que Elsa sea hecha prisionera por los nazis. Esta se revela como una colaboradora del Reich y se queda con el diario, e Indy y Henry son atados y se enteran que Donovan también trabaja con los nazis. Tras llegar a Alejandreta, Marcus también es capturado por los nazis. Elsa regresa a Alemania, mientras Indy y Henry escapan del castillo  antes de viajar a Berlín para recuperar el diario. Tras quitárselo a Elsa, Indy y Henry  huyen en un zepelín  antes de evitar  a dos aviones de la Luftwaffe nazi que les persiguen. 

Una vez que Indy  y Henry llegan a Hatay, Sallah les informa  que los nazis también han viajado allí usando el mapa. Mientras siguen el rastro, los nazis  son atacados por la Orden  pero los derrotan. Henry  se aprovecha  de la distracción para tratar de rescatar a Marcus pero es capturado; Indy ataca el convoy nazi  como respuesta y  es finalmente capaz  de destruirlo con ayuda de Henry  y Marcus. Junto con Indy y Sallah, siguen hasta un templo  que alberga el grial, donde observan a los nazis intentando superar las trampas del templo  antes de ser capturados. Donovan obliga a Indy  a encontrar un pasaje  seguro para ellos  hiriendo mortalmente a  Henry; bebiendo del Grial puede curarle. Con la ayuda del diario, Indy supera las trampas y encuentra una sala  con muchas copas  y a un caballero del cáliz, quien explica  que sólo una copa  es el verdadero grial. Donovan y Elsa  entran en la sala,  y Elsa  le da deliberadamente la copa equivocada, matando a Donovan  tras beberla. Indy identifica al  verdadero grial  y rescata a Henry. Elsa cae y se mata  cuando su intento de fugarse con el grial  provoca que el templo se derrumbe, e Indy  casi sufre el mismo destino antes de que Henry lo detenga. El grial  cae al abismo  cuando Indy y sus compañeros  huyen y cabalgan  al atardecer.

                                                           


Indiana Jones llega al triplete, cierra la trilogía descartando por el camino la trama del Rey Mono, yendo a por un clásico  que es puro oro,  todo un triunfo para Indy, una gran aventura extremadamente buena en todos los sentidos. La elección de Doody como Elsa es perfecta, superando en su casting a Amanda Redman, que sólo había hecho televisión en Gran Bretaña, siendo una apuesta personal de Lucas para esta cruzada moderna con profesionales. El mítico Laurence Olivier iba a ser el caballero  del grial, pero se encontraba muy enfermo entonces y acabó falleciendo ese mismo año. 

Spielberg es un director de altibajos, lo mismo hace una obra maestra que un trabajo menor como su siguiente película, Para siempre. Indiana Jones aquí sigue siendo una apuesta segura, fortuna y gloria, aunque ya sin los guionistas de El templo maldito, Willard Huyck y Gloria Katz. Luego llegaría la cuarta entrega, pero esa será otra historia, un largo y extraño viaje, más duro que el de un cruzado. Pero esta iba a ser la última entrega, incluso el inicio lo sugería, por lo de los lazos familiares y porque ya iban por la tercera, queriendo terminar lo empezado en El arca perdida. Buena parte de la estructura de la trama está sugerida a Boam por las indicaciones del veterano guionista Tom Stoppard, autor de Brazil. Para completar la misión, hasta el tanque es una réplica perfecta de uno real usado en la guerra. 

                                                                   


Esta entrega abrió una nueva era  no sólo en los efectos visuales (recordemos Willow), sino también en como muestra las relaciones entre padres e hijos. Es la apoteosis  de un tipo de aventura que en los años setenta ya había quedado reducida a novelas baratas, y en los sesenta era pura serie B. Si en los noventa Ford hubiera repetido como Indy, no le habríamos visto  en Air Force One, aquel thriller donde le secuestraban a bordo  del avión presidencial, por lo que La última cruzada  parecía su último adiós verdadero en la franquicia. De hecho se estrenó en la época que irrumpió Batman y que James Bond transcurría en la recta final de la guerra fría con  007: Licencia para matar . Una etapa , que como la comedia de entonces, nos suena hoy de la edad de piedra, aunque cualquier tiempo pasado nos parezca mejor. 

Repito lo que dije en la entrada anterior, y hasta en la de la primera película: esta saga se puede disfrutar  de adulto como se hizo de niño, no pierde nada de su calidad ni del asombro  con que se pudo ver la primera vez. Menos seria  y más cómica que su predecesora, Indiana Jones y la última cruzada  hace volver a la saga  al estilo de aventura episódica que catapultó a En busca del arca perdida , más briosa  y añadiendo el doble de explosividad con las actuaciones de Ford y Connery. Esta entrega encaja perfectamente en una trilogía única, pues el elixir de Spielberg  muestra señales de  magia y madurez, reinventando las antiguas peleas de capa y espada, y con John Williams en estado de gracia. Fue además el origen del joven Indy, que luego tuvo continuidad televisiva, literaria y gráfica. 

                                                    


Un efecto que tuvo esta película fue  como incrementó el turismo  hasta un lugar arqueológico por entonces poco frecuentado como era Petra, lo cual abría el debate sobre si  contribuía a su desarrollo o a su destrucción. Ya es un destino favorito de los viajeros por su vinculación a Indiana Jones  y  por el exotismo de Jordania (con Almería no ha pasado igual porque no se menciona en la trama). 

Puntuación: 8

                                                       



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