Calma total (1989)

 

                                                                         


Thriller psicológico de terror dirigido por Phillip Noyce y protagonizado por Sam Neill, Nicole Kidman y Billy Zane. El guion se basa en la novela homónima de Charles Williams y anteriormente ya quiso adaptarla Orson Welles, aunque sin éxito porque murió el que iba a ser uno de los actores principales, Laurence Harvey . Rodada en la Gran Barrera de Coral, la trama se centra en un matrimonio que tras la trágica pérdida de su hijo pasa algún tiempo aislado en el mar, hasta que se cruza con un extraño que ha abandonado un barco hundido. La actriz hizo esta película para Warner Bros antes de darse a conocer con Días de trueno, asentando así su carrera cinematográfica hasta hoy.


                                              



Rae Ingram (Kidman) se ve involucrada en un accidente de coche que provoca la muerte de su hijo. Su marido varios años mayor que ella, el oficial de la Armada Real Australiana John Ingram (Neill), sugiere que para ayudarles a superar con su pena se vayan de vacaciones solos en su yate. En medio del Océano Pacífico se encuentran con un barco a la deriva que parece estar sumergiéndose en el agua. Un hombre llamado Hughie Warriner (Zane) rema para pedir ayuda al barco de los Ingram, afirmando que su bote se está hundiendo y que sus compañeros han muerto todos por intoxicación alimentaria. Receloso por la historia de Hughie, John rema hacia el otro barco, dejando a Rae sola con este tipo.


                                                    



Dentro, John descubre los cadáveres mutilados de los otros pasajeros y metraje en vídeo indicando que Hughie podría haberlos asesinado en una hazaña de extraordinaria violencia. John regresa rápidamente a su barco, pero es demasiado tarde porque Hughie despierta, noquea a Rae y zarpa su yate dejando a John detrás. Según este intenta mantener el barco de Hughie para que no se hunda y los alcance, Rae despierta y trata de convencer a Hughie de volver a por su marido. Este rechaza su petición y sigue navegando, alternando entre bondad y episodios de ira. John consigue contactar con su esposa por radio, pero el daño ocasionado por el agua imposibilita que tenga respuesta de salvamento con que conectar.


                                               



Con el receptor de radio de su barco averiado, este sólo puede responder si o no a sus preguntas. John le asegura que la está siguiendo muy de cerca, a lo que Rae trata de calar el yate apagando el motor y arrojando las llaves por la borda. Su perro salta para recuperarlas y traerlas de vuelta como hizo antes con su pelota para buscar. Hughie pone el yate en marcha y trata de convencer a Rae para que sea su amiga, lo cual acepta intentando ganarse su confianza. Al cabo de un rato vuelve a la sala de radar para contactar con John. Aparece un parpadeo en el borde del alcance del radar indicando el barco averiado. Pronto se entera de que ya es demasiado tarde y que se hundirá en las próximas horas.


                                                   



Con John incapaz de venir a rescatarla, Rae le asegura a su marido que regresará a por él. La radio de John corta antes de que Rae tenga posibilidad de decirle que le quiere, por lo que al no poder contactar más con él Rae se echa a llorar. Hughie baja a verla sollozando, yéndose a calmarla. Rae formula un plan para seducir a Hughie y ganarse su confianza lo suficiente para que pueda coger la escopeta en cubierta. Ella y Hughie comienzan a liarse y desvestirse sobre el suelo. Rae para y saca tiempo contándole que tiene que ir al servicio, corriendo a la cubierta para cargar la escopeta, pero Ben el perro la sigue. Antes de que tenga oportunidad de cargar el arma, el perro empieza a ladrar.


                                            



Esto hace que Hughie vaya a investigar, y en estado de pánico, Rae se deja el arma y se lleva con ella cigarrillos como excusa para haber ido a cubierta, aliviando su sospecha besándolo y llevándolo a la habitación donde se desviste para hacer el amor. Luego, Rae prepara limonada y pone una fuerte dosis de sus sedantes con receta en la bebida de Hughie tras ver la botella en la encimera. Diciendo que va a vestirse, Rae vuelve a por la escopeta y es descubierta poco después. Según se aproxima una tormenta violenta, Rae y Hughie llegan a las manos y él agarra la escopeta, pero los efectos del sedante provocan que apunte pésimamente y dispare a la radio por error.


                                                            



Rae finalmente agarra un arpón y se encierra en el cuarto. Cuando la puerta se abre dispara el arpón y al ver sangre abre la puerta solo para descubrir que ha matado a su perro. Hughie sale de su escondite para estrangularla, pero se desmaya por efecto de las medicinas. Rae lo ata y navega de vuelta para rescatar a John. Hughie viene y se libera al haber cortado la cuerda con un trozo de espejo roto, pero tras abrirse paso hasta Rae, esta le dispara en el hombro con el arpón y lo noquea dejándolo inconsciente. Luego lo deja a la deriva en el bote salvavidas del barco y continúa buscando a su marido. Mientras, el daño y la tormenta han provocado que el otro barco se hunda casi completamente.


                                                         




La tormenta se intensifica y rompe el mástil principal del barco, atrapando a John bajo cubierta. El agua sube y finalmente es sumergido por encima de su cabeza, capaz de respirar solo a través de un trozo de tubería que va a la cubierta. La única forma de poder ir es por debajo del casco del barco, en busca de una apertura. Toma un último aliento de la tubería y se zambulle; a través de un enorme agujero en el fondo del barco, John emerge de vuelta a la superficie, prendiendo fuego a los restos para señalar su localización a Rae, quien está ahora desesperada por encontrarle. En la puesta de sol Rae se cerciora de las llamas y fija el rumbo al fuego tenue en el horizonte.


Sin medios para señalar a su esposa, todo lo que John puede hacer es esperar en un trozo de escombro flotante. Después de que caiga la noche, la pareja se reúne cuando Rae llega y tira de John para subir a bordo. Luego hallan el bote salvavidas y Rae lo dispara con una bengala, prendiéndolo. Al día siguiente se están relajando en cubierta cuando John se toma un respiro de lavarle el pelo a Rae para prepararle el desayuno. Con sus ojos cerrados, Rae siente un par de manos que empiezan a darle un masaje en su cabellera y asume que es John, pero cuando abre los ojos ve a un ensangrentado Hughie que comienza a estrangularla. Mientras Rae lucha, John llega desde la cubierta inferior y viendo que Rae es atacada, dispara a Hughie en la boca con una bengala, matándolo instantáneamente.


Este relato psicológico australiano de pesadillas y muerte con grandes altibajos tiene la intensidad enroscada de Kidman y la dirección potente de Noyce para darle intriga náutica y un inquietante sentido del temor al espectador.


Puntuación: 6,5


                                                         








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