Asalto a la comisaría del distrito 13 (1980)

La pandilla callejera más mortífera de L.A. acaba de declararle la guerra a los polis


                                                


Acción y suspense escrita, dirigida, compuesta y editada por John Carpenter. Austin Stoker la protagoniza como un oficial de policía que defiende una comisaría en desuso contra una implacable banda criminal, junto con Darwin Joston como un asesino convicto que le ayuda. Laurie Zimmer, Tony Burton, Martin West y Nancy Kyes coprotagonizan como otros defensores de la comisaría. Puro cine de explotación que se inspira en Howard Hawks y su wéstern Río Bravo, pero también en George A. Romero y su obra maestra La noche de los muertos vivientes. Pese a la polémica que hubo en EEUU por la escena del violento asesinato de una niña pequeña, la película pudo estrenarse.


Su consiguiente paso por festivales de cine de todo el mundo le hizo merecedora de su seguimiento de culto y de una nueva versión, Asalto al distrito 13, dirigida por Jean-François Richet y protagonizada por Ethan Hawke y Laurence Fishburne. Carpenter alcanzó la popularidad tras Halloween y esta película de hecho llegó a España posterior a su estreno.


En el sur de Los Ángeles, una banda local, Trueno Callejero, roba un depósito de rifles de asalto y pistolas. A las 3 de la mañana del sábado en Anderson, un gueto plagado por el crimen, un equipo de agentes de la policía muy armados emboscan y matan a seis miembros de la banda. Luego, los cuatro señores de la guerra de la pandilla juran un pacto de sangre en venganza contra la policía y los ciudadanos de Los Ángeles. Durante el día, tres secuencias de eventos ocurren paralelamente el uno al otro: Primero, el teniente Ethan Bishop, un agente recién ascendido de la Patrulla de Caminos de California, es asignado para hacerse cargo de la desmantelada comisaría de policía del distrito de Anderson durante las últimas pocas horas antes de que sea permanentemente cerrada.


La comisaría es atendida por un personal esqueleto compuesto por el sargento Chaney (Henry Brandon) y las dos secretarias del puesto, Leigh y Julie. Cruzando la ciudad, dos de los señores de la guerra de Trueno Callejero junto con otros dos miembros de la banda conducen por el vecindario buscando a gente a la que matar. Uno de los señores de la guerra dispara y mata a una niña pequeña, Kathy (Kim Richards), y al conductor de un camión de helados. El padre de Kathy, Lawson, persigue y mata al señor de la guerra, por lo que los otros miembros de la banda le persiguen hasta el distrito de Anderson. En estado de shock, Lawson no puede comunicarle a Bishop o Chaney lo que le ha pasado.


Justo antes de esto, un autobús de la prisión conducido por Starker (Charles Cyphers) se detiene en la comisaría a dar con ayuda médica para uno de los tres prisioneros transportados a la cárcel estatal. Estos son Napoleón Wilson, Wells y Caudell, que está enfermo. Cuando son llevados a sus celdas, las líneas telefónicas se cortan, y cuando Starker se prepara para devolverlos de vuelta al bus, la banda dispara a la comisaría , usando armas ajustadas con silenciadores. En segundos, matan a Chaney, al chófer, Caudell, Starker y a los dos agentes que lo acompañaban. Bishop desencadena a Wilson del cuerpo del policía muerto y lo pone junto a Wells de nueva en las celdas.


Cuando los pandilleros cortan la electricidad de la comisaría y comienzan una segunda oleada de disparos, Bishop envía a Leigh para que suelte a Wells y Wilson, ayudando a su vez a sus guardianes a repeler el intento de invasión pese a que Julie es abatida en en el tiroteo. Mientras, los pandilleros borran toda prueba de la escaramuza para evitar llamar la atención del exterior. Bishop espera que alguien haya oído las armas policiales dispararse, pero el vecindario está muy escasamente poblado por residentes cercanos para que detallen la localización del ruido. Wells es elegido para que se escape de la comisaría por el alcantarillado y le haga el puente a un coche, pero lo mata un pandillero oculto en el asiento trasero.


Sin embargo, dos policías que han respondido a los avisos de disparos hallan el cadáver de un técnico de telefonía colgando de un poste cercano a la comisaría y por tanto llaman para refuerzos. Según la banda se reúne para un asalto final con todo, Wilson, Leigh y Bishop se retiran al sótano, llevándose al aún catatónico Lawson con ellos. Entonces la banda irrumpe en el edificio y se precipitan contra los supervivientes que se protegen con una enorme señal resistente. Bishop dispara a un tanque lleno de gas acetileno que explota y se carga a todos los pandilleros en el sótano, y los restantes se retiran según llega más apoyo policial para asegurar la comisaría.



Aventurándose en el sótano, los policías hallan docenas de pandilleros muertos y quemados malamente desparramados por todo el salón; los únicos supervivientes son Bishop, Leigh, Wilson y Lawson, siendo este último llevado en una camilla, pero ella rechaza la ayuda médica para la herida de bala en su brazo y se marcha. Un agente trata de esposar a Wilson, pero Bishop lo detiene furiosamente y le pide a Napoleón que salga de la comisaría con él.


                                                 


Tras Estrella oscura, Carpenter vendió dos guiones, este y el de Los ojos de Laura Mars , que lo compraron Barbra Streisand y Jon Peters. El que nos ocupa homenajea a Hawks, tomando elementos de El Dorado y Río Lobo, pero finalmente desechó ambos títulos y se quedó con Río Bravo. Entre las referencias están que el personaje de Zimmer se llama como la guionista de aquella cinta, Leigh Brackett, así como momentos que recuerdan al cine de Sergio Leone y de Hitchcock. Stoker venía de Batalla por el planeta de los simios y Sheba Shayne, mientras que Joston era colega de Carpenter de su etapa en la USC. Una de las jornadas de rodaje cayó el día de acción de gracias, ya que no podían parar ni en festivo.


La música se asemeja a la de Lalo Schifrin para Harry el sucio y a la de Led Zeppelin en Immigrant Song . En un principio la película iba a titularse Estado de sitio, que luego fue usado para otra cinta igual de polémica en 1999 que trataba sobre ataques terroristas en EEUU y que protagonizaron Bruce Willis y Denzel Washington. Con todo el tema de la calificación por edades, en su salida a DVD la duración quedó en 90 minutos justos. Austera, tensa y convincentemente cruda, la libre actualización de Carpenter de Río Bravo se sitúa como un clásico de culto del cine de acción de serie B y una de las mejores de este cineasta maestro del terror.


                                                 


Su nueva versión es violenta y mezquina, añadiendo a la trama original una enorme variedad de complicaciones que al juntarse crea un conjunto de incredulidad bien montada pero con momentos risibles y predecibles.


El control creativo que ganó Carpenter para sus películas se mantendría durante años salvo en su trabajo final hasta la fecha, Encerrada. Repetir el vigor con el que filmó Asalto , esa sensación de fuego en las calles, demuestra el narrador de primera que ha sido en el género y como ha influido a otros autores y títulos, ya sea Edgar Wright, Abierto hasta el amanecer o Nido de avispas de Florent-Emilio Siri.


Puntuación: 7


                                                            


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