Mad Max: Furia en la carretera (2015)


                           El mundo se vuelve loco

                                            

El escenario apocalíptico de acción creado por George Miller, cuyo guion reinició una franquicia emblemática del cine. Producida por Village Roadshow Pictures para Warner Bros, nos lleva hasta un páramo desierto en donde la gasolina y el agua son productos básicos escasos. Por allí está Max Rockatansky (Tom Hardy), quien une fuerzas con Imperator Furiosa (Charlize Theron) para huir del líder espiritual Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne) y su ejército en un camión cisterna blindado, dirigiéndose a una larga batalla en la carretera. En el reparto también están Nicholas Hoult, Rosie Huntington-Whiteley, Riley Keough, Zoë Kravitz, Abbey Lee Kershaw y Courtney Eaton.

Esta cinta pasó por todo un infierno de desarrollo, con la preproducción parada dos veces por culpa tanto de los atentados del 11 de septiembre de 2001 como de la guerra de Irak, así que tras Happy Feet se puso manos a la obra, con vistas a presentarla en el festival de Cannes 2015 y en salas de cine 3D, IMAX. Estamos ante una de las mejores películas de acción de todos los tiempos, si no ya la mejor que se haya hecho nunca. Tiene grandes ingredientes: dirección, guion, escenas de acción, música, fotografía y reparto. En los Óscar estuvo nominada a mejor película y director, llevándose vestuario, producción, maquillaje, montaje, edición de sonido y sonido. Miller se redimió con esta producción y Hardy lo bordó.

                                               

Max Rockatansky es capturado por su grupo sanguíneo para que done un poco a Nux, un chaval enfermo de la guerra. Mientras, Imperator Furiosa se ha revelado contra Joe llevándose su camión blindado junto a las cinco esposas que este seleccionó desde la ciudadela, pidiendo ayuda a las cercanas poblaciones de Centro Gasolina y Granja Bala. Furiosa conduce hacia una tormenta de polvo con las esposas: Capaz, Cheedo, Dorada, Desaliñada y la Esplendida Angharad, la cual está con un embarazo muy avanzado del hijo de Joe. Furiosa conduce a través de un cañón controlado por otros enemigos, para luego llevar al grupo en motos por los inmensos salares hasta dar con un nuevo hogar.

                                                       

Treinta años después, la visión de Mad Max sobre nuestro apocalípsis posterior se nota más profética que nunca. Quizás lo mejor que hayamos visto en mucho tiempo, con persecuciones locas, mujeres duras de pelar y más acción de la que pueda desearse en una película. El colapso ecológico es real y en esta nueva entrega se ve como han dejado hecho mierda un paisaje natural, en este caso Namibia. En EEUU, el cine de Hollywood siempre ha transmitido esperanza y terror en este sentido, con Miller tomando ambas como catalizadores, añadiendo el elemento del feminismo en la figura del personaje de Theron, el cual establece un matriarcado bastante manifiesto en sus actos según camina por el infierno.

Miller ha logrado con este detalle coronarse como un maestro de lo maníaco e inesperadamente de lo feminista, porque su mujer protagonista no se ha andado con chiquitas y se ha mostrado siempre muy pasional. En su género encontramos tributos a la obra de John Ford y a la de Chuck Jones con sus historietas de El Coyote y El Correcaminos, donde aún siguen enfadados todos tras muchos años pasados. El bombo publicitario era real y tenía mucho en común con anteriores trabajos de Miller, ya fuera El aceite de la vida o Babe: el cerdito en la ciudad. El infierno del desarrollo nos hacía pensar que la cosa iba a ser muy grande, puesto que el gran ataque de Max estaba por llegar, aunque conllevaría un gran cambio.

                                                 

A caballo entre Los Ángeles y Australia, a Miller se le ocurrió que había que cambiar de actor, puesto que se iba a llevar su creación a Fox, pero el 11-S lo impidió y en su lugar se centró en la animada Rompiendo el hielo. Mel Gibson quedó cortado de la nueva entrega, la cual tuvo luz verde al aprobarse su presupuesto de 100 millones de dólares por parte del estudio estadounidense. Namibia, elegida como escenario exterior, quedó descartada esta vez debido a la guerra de Irak, que vetó posibles desplazamientos a África. Esta fue la génesis de la película, con Gibson muerto para el papel de Mad Max, por lo que sin él tocaba esperar a la cuarta parte mientras Miller quería hacer más cosas sobre pingüinos.

La idea era poder ver un lugar hecho añicos en la cuarta película que durante largos años se planeó, gestó y anunció, un sitio con unos personajes y situaciones al estilo de los de los cómics de Grant Morrison, con Miller al frente pero sin protagonizarla Gibson. Mad Max es un icono australiano y Heath Ledger, antes de su muerte, era el favorito para interpretarlo. Además de en 3D, se quería lograr la calificación para mayores de 18, que se consiguió, pensando ambas cosas para una hipotética cinta animada. La inspiración para el cambio vino en la figura de Akira Kurosawa, licenciando así un producto en la línea de God of War II, de ahí que Miller estuviera asesorado por su responsable, Cory Barlog.

                                                   

La cuarta Mad Max pasó a ser en imagen real y a buscar lugares de rodaje, volviendo otra vez a Warner, con Broken Hill como escenario inicial. Max regresaba, pero Mel cedía el testigo a Hardy y entraba en el juego Theron, con el rumor de que competía por ser su compañera junto a Teresa Palmer. El que el británico se hiciera con el papel principal era un asombroso giro de los acontecimientos para la franquicia, tanto como que ahora formara equipo con Furiosa. Weta Digital se iba a encargar de los efectos visuales, pero lo dejaron por problemas de agenda pese a que se rodaba en 3D. Namibia acogió definitivamente el rodaje tras la aparición de flores silvestres en la localidad mencionada, que está en las cercanías de Sídney.

Se optó finalmente por volver a África, por lo que así Mad Max dejaba Nueva Gales del Sur, algo que mosqueó a la población local que había visto la trilogía original rodarse allí antaño. En los 15 años en que se diseñó el guion gráfico de esta película, la última y genuina de acción, se tantearon lugares como el desierto de Atacama, Chott el Djerid y Azerbaiyán. El mundo postapocalíptico de Miller es tan complejo como la obra de Hitchcock, el maestro del suspense, sólo que con más accidentes de coches y el magnetismo animal de Hardy. El rodaje en Namibia seguía siendo una incertidumbre tanto para el cineasta como para los actores principales, si bien Theron ya estaba preparada para dar vida a Furiosa.

                                                         

Lo primero eran las escenas de las calles de Sídney, por donde rugirían los vehículos, supervisado todo ello por los ejecutivos de Warner, a los que el estudio también enviaría como representantes a Namibia para que todo saliese correctamente hasta el final del rodaje. No obstante, el frágil desierto namibio quedó destrozado tras el paso del equipo de filmación, desatando una furia real por ello, aunque la comisión de cine local debatió sobre sí la reclamación por daños en el lugar de rodaje de MM4 era cierta o no. Por otro lado, se hubo de volver al sitio para tomas adicionales, para que los australianos se pusieron tras el volante del camión petrolífero de guerra de Furiosa y otros vehículos locos creados para la cinta.

Sin apenas CGI, asombra enterarse de que esa demente guitarra lanzallamas no era ningún truco de ordenador, sino artesana. John Seale fue el director de fotografía de este épico filme, sustituyendo al que había sido el oficial de las dos anteriores, Dean Semler. Dentro de un equipo global de artesanos, también se fue al arduo rodaje en Namibia con sus cámaras, usadas en las escenas de recorrido a 80 kilómetros por hora a través del desierto para captarlo todo. La película atrajo al ganador del Óscar para que saliese de su retiro y volviese a ponerse tras una cámara fotográfica. A la vista está que supo poner el objetivo donde rugía cada motor, con los efectos especiales manuales dando vida a la locura visual .

                                           

Fueron posibles gracias a la participación del Cirque du Soleil y a atletas que han estado en los juegos olímpicos. Vuelven a ser relevantes los efectos prácticos gracias a Mad Max y a Misión Imposible. Como no todo es músculo, estuvo presente en rodaje la autora Eve Ensler (Los monólogos de la vagina) para asesorar sobre el trascendente tema de la violencia contra la mujer, de ahí que este filme sea tanto de acción como un alegato feminista. Los efectos visuales abundan en fotogramas y son increíbles, así que otro punto más para Miller, por si no fuera suficiente con su impulso a la lucha de sus compañeras desde su puesto como director, mejorando su clásico del género, El guerrero de la carretera.

Un éxito de taquilla pudo ganar un Óscar antes que Mad Max, y fue Star Wars. Sus efectos visuales son propios de un relato gráfico, y además aquí se empleó el efecto de noche americana, rodar de día y hacer que la escena parezca que transcurre cuando se ha puesto el sol. Jenny Beavan, ganadora del BAFTA, fue la diseñadora de vestuario y no tuvo que comerse mucho el coco para ello. El petrolífero de guerra es una alegoría de Moby-Dick, con Immortan Joe como capitán Ahab, por lo que los sonidos del camión se asemejan a los de una ballena. La música fue compuesta por Junkie XL (300:El origen de un imperio) , quien se impuso a otros candidatos como Hans Zimmer, John Powell o Marco Beltrami.

                                                    

Este compositor también ha trabajado en Divergente y con Zimmer en Interstellar, así como en Una noche para sobrevivir o en Batman V Superman. Aparte, existe una precuela en cómic que aterrizó en las estanterías a la vez, con la rapidez que hoy salen estas publicaciones y con una trama centrada en Furiosa. Gibson se dio una vuelta por el estreno en cines para apoyar a Hardy antes de exhibirse en Cannes y posteriormente en salas IMAX para verano, puesto que Warner y Village querían que se viera en este formato en todo el mundo (donde uno vive es misión imposible porque no hay de esta clase, no es como en EEUU, tenemos cines del nivel de la India o de China). El cómic es del sello Vertigo/DC.

Dicha serie limitada tenía un precio para rascarse los bolsillos (como casi todo lo de DC) si querías conocer el cuento tradicional de la saga, sobre todo la historia de Furiosa y su trasfondo. Cuando iba a salir en Blu Ray, tenía que aparecer una versión en blanco y negra muda donde Miller incluiría escenas eliminadas, pero se descartó aún con la promesa de que saldría en cines al año de su estreno tras los Oscar. Los tatuados seguidores de la franquicia y amantes de sus vehículos extremos aún esperan impacientes. Es como con la secuela, pues según su recepción debería continuar, pero la taquilla no fue tan optimista como cabría pensar, y las cifras son las que al final lo determinan (parecido a Al filo del mañana).

No estamos ante un fracaso de taquilla, pues recaudó bastante a nivel mundial y eso siempre es un apoyo importante. Recordemos que por rentabilidad Marte fue un éxito similar y se fue de vacío en los Oscar. El detalle de no estrenarse en suelo chino fue otro factor, superada allí nada menos que por Terminator Génesis. Dentro de lo que son las cintas del estudio ganó lo mismo que San Andrés. De largo fue un resultado positivo para una secuela que no es una alegre comedia musical de las que tanto abundan hoy día. Y para ser candidata a mejor película no siempre hay que estar en el bulto de las más taquilleras, con poner el pedal sobre el metal ya le vale para competir codo con codo contra la competencia.

En lo que a acción y aventuras se refiere, esta película lo tiene todo, es una de las mejores de siempre o al menos de entre las 12 mejores vistas. Con acción estimulante y una sorprendente cantidad de narrativa de peso, Mad Max: Furia en la carretera trae a la franquicia postapocalíptica de Miller de vuelta a la vida rugiendo vigorosamente. Sobresalientes actuaciones, guion atrayente, coreografías y escenas de riesgo espectaculares, humor y la cima como director del cineasta australiano, una erupción de locura en esta secuela espiritual. Hardy es el Mr Bean macho de este reinicio magníficamente tuneado, otro clásico de caos postapocalíptico, una obra maestra del cine de acción.

Si la original era la Ciudadano Kane del género, esta sería El ocaso de los dioses, con Hardy y Theron revolucionando este viaje de regreso postapocalíptico que se ha ganado, para ser una cinta de acción, una improbable legión de fans feministas. También tiene el mérito de ser la película muda más ruidosa de la historia, que además conduce a través de retóricas sobre discapacidad, ya que su narrativa incluye una teoría acerca de los lisiados y la capacidad ecológica. Y Hardy seguía cotizándose al alza, pues se ganó un papel en la no menos interesante El renacido. Con seis Oscar en el bolsillo, es la cinta australiana más premiada de la historia, la mejor en los últimos años desde que comenzó el siglo 21.

                                              

Miller asegura que tiene un nuevo guion, con Hardy de nuevo como protagonista, con todo lo necesario para hacer otra película intensa. La secuela tenía hasta título, prometiendo que se llamaría Mad Max: La tierra baldía, la cual sería la primera de dos secuelas, sin el protagonismo de la Imperator Furiosa de Theron pero con su director involucrado en ambas. Sin embargo, este demandó a Warner por el tema de las ganancias y exigió que su actriz regresase, yendo hasta la justicia para que su contienda no pusiese un freno a la secuela, de forma que podamos ver pronto más de Max y Furiosa.

Puntuación: 8

                                                             

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