Wolf Creek (2007)
Basado en hechos
reales
Terror
escrito, producido y dirigido por Greg McLean, protagonizado por John
Jarratt, cuya trama trata sobre tres mochileros que son hechos
prisioneros y posteriormente cazados por Mick Taylor (Jarratt),
un asesino demente, psicópata y racista, en el outback australiano.
Su ambiguo contexto está inspirado realmente en los crímenes
cometidos por Bradley John Murdoch, de quien McLean se basó para su
guion. Estos tuvieron lugar en el Territorio del Norte, conmocionando
al país ante el misterio ocurrido una navidad. Distribuida por
Dimension Films, presenta una clase de violencia inusual que aviso
que no es agradable de ver, muy parecida a la del género grindhouse,
porque rompe tabús constantemente.
En
Broome, 1999, dos turistas británicas, Liz Hunter y Kristy Earl, son
unas mochileras que van con un amigo, Ben Mitchell, un australiano de
Sídney, cruzando el oeste del país. Este ha comprado un
destartalado Ford Falcon XD para su viaje por carretera hasta Cairns,
en Queensland, a través de la Gran Autovía del Norte. Antes de
partir, acampan por la noche en la playa y luego paran cerca de un
cráter de impacto formado por un meteorito. Después de medianoche
se topan con un hombre del campo llamado Mick Taylor, quien se ofrece
remolcarlos hasta su campamento para repararles el coche.
Inicialmente indecisos, el grupo permite a Mick que les lleve hasta
el lugar, una mina abandonada cercana a Wolf Creek.
Mick
les agasaja con cuentos de su pasado mientras les muestra como les
arregla el coche. Su actitud inquieta a Liz, aunque Ben y Kristy
están menos preocupados. Mick les da a los turistas un agua que
describe como caída de la mejor lluvia, la cual los
deja inconscientes. Liz despierta amordazada y atada a un cobertizo,
oyendo como Mick tortura a Kristy en un garaje, por lo que una vez
liberada le prende fuego al ahora desmantelado Falcon para
distraerlo, yendo a ayudar a su amiga mientras este está ocupado
apagando el fuego, logrando disparar a su agresor con su propio
rifle, con la bala dándole en el cuello y aparentemente matándolo.
Las mujeres intentan huir del campamento en la camioneta de Mick.
Sin
embargo, este sale tropezando del garaje, revelándose que el
disparo no era letal y que aún sigue vivo, preparándose para
devolverles el tiro con una escopeta de doble cañón antes de
perseguirlas en otro coche. Las mujeres evitan a Mick empujando su
camioneta por un precipicio y ocultándose tras un arbusto, con Liz
dejando a la histérica Kristy fuera en las puertas de la mina y
diciéndole que huya a pie si no regresa en cinco minutos. La
protagonista entra en otro garaje y descubre el enorme suministro de
coches de Mick, así como un despliegue organizado de posesiones de
viajeros, incluyendo videocámaras, en una de las cuales reproduce
el horror de ver a este ayudando a los tirados en Wolf Creek.
En
otra cámara observa como Ben y ellas han sido perseguidos por Mick
en su camioneta al fondo mucho antes de llegar a Wolf Creek. Cuando
entra en un coche e intenta arrancarlo, Mick aparece en el asiento
trasero y la apuñala a través del asiento del conductor con un
cuchillo Bowie. Liz se escurre del vehículo y Mick le machetea los
dedos de un golpe, para a continuación cabecearla hasta dejarla casi
inconsciente. Finalmente le corta la médula espinal con el cuchillo,
paralizando a la chica y dejándola como una cabeza en una
estaca, procediendo a interrogarla para saber el paradero de
Kristy. Al alba, la otra muchacha está descalza y ha llegado a una
autopista donde la ha hallado un motorista que pasaba por allí.
Este
intenta ayudar a Kristy, pero es disparado cruelmente de lejos por
Mick, quien tiene un rifle de francotirador y que la persigue en un
Statesman , lo que hace que la chica tome el auto del difunto, con el
que consigue sacar a su perseguidor de la carretera, pero este sale
de su vehículo y dispara a la rueda trasera, haciendo que el coche
de vueltas, con el intento de salir pero siendo acribillada de
muerte por el asesino, quien ata su cuerpo a la parte trasera de su
auto, junto al del motorista, incendiando el vehículo siniestrado
antes de irse. Ben despierta clavado en un falso crucifijo en la
mina, con dos rottweiler agresivos y enjaulados enfrente suya. Cuando
logra escapar, se va de regreso al outback.
Repentinamente
se deshidrata y acaba desmayándose al lado de un camino
polvoriento, siendo hallado por una pareja sueca que lo lleva a
Kalbarri, al oeste de Australia, donde es llevado a un hospital. No
hubo rastro de Liz o Kristy y a Ben se le retiraron los cargos de
sospecha, yéndose a vivir al sur del país y con la silueta de Mick
caminando hacia el atardecer con su rifle en mano.
A
McLean se le ocurrió la historia diez años antes, concibiéndola
como un slasher en la línea de Psicosis y los gialli de
Mario Bava, mezclando esas influencias con personajes locales como el
malogrado naturalista australiano Steve Irwin y asesinos en serie
oriundos de Nueva Gales del Sur. Así nacería Mick Taylor, el tipo
que persigue a las dos británicas y al chico y que imita la
verdadera historia del crimen del outback, un enigma que aún
inquieta con el paso del tiempo. El rodaje en Australia Meridional
llevó al equipo hasta la Wolf Creek real, que se encuentra en un
parque nacional de la zona occidental del país, algo más lejos en
dirección norte. La parte de Boome se hizo realmente en Adelaida.
El
rompecabezas australiano se hizo con poco presupuesto y logró
importantes beneficios en taquilla al llegar a los cines del mundo,
incluyendo Reino Unido y Estados Unidos. Fue el slasher más rentable
desde La matanza de Texas, así como el primero en años que
hizo que muchos espectadores se largasen de las salas antes del
desenlace, un efecto similar al que provocaban las películas de Val
Lewton. Nadie antes ha sabido mejor rodar entre la niebla, de noche y
en el outback como McLean, como tampoco mezclar la Inquisición con
Cocodrilo Dundee. Además, los tres viajeros están
permanentemente con la mierda hasta el cuello por culpa de los
disparates del antagonista, vaya.
Ya
sabemos que irse de acampada en una película de terror supone
encontrarse con un asesino y en Wolf Creek esto pasa
efectivamente de forma horrible, aún sabiendo que el resultado sera
como siempre que se ha explotado en el género, de muy mal gusto.
Está claro que o se ama o se odia, con el añadido de que adonde
vaya la cultura nace una tendencia y aquí se pusieron de moda las
películas de terror australianas, con sus consabidas limitaciones
culturales marcadas por la política de hacer cine en ese país. Esta
sería el equivalente australiano de El resplandor, por decir
cualquier cosa y hasta donde yo sé que en nada se parecen salvo que
son escalofriantes y que coquetean con el gore.
El
asesino en serie del outback regresaría, pero de mientras que Mick
planeaba nuevas matanzas, McLean dirigió El territorio de la
bestia, donde también intervino Jarratt, hasta rodar la secuela
de Wolf Creek. El cineasta australiano experto en terror
estaba predestinado a buscar financiación ante la falta de apoyos
privados, logrando al fin su cometido y trazando una continuación
con otras tres víctimas siete años después. Hace un año empezó a
emitirse en el canal Stan, plataforma de streaming australiana, una serie homónima, por lo que está visto que el mal nunca muere, así que tras
dos temporadas parece que habrá una tercera película. En la primera, pese a unas cuantas inconsistencias narrativas, es una ingeniosa y potente extensión de las películas que añade más intrigas y emociones con los mismos personajes cautivadores. Está en el aire la conformación de más temporadas.
Puntuación:
6
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