Jurassic World (2015)

                                                                


Película de acción dirigida por Colin Trevorrow, quien escribió el guion junto a Rick Jaffa, Amanda Silver y Derek Connolly, a partir de una historia del matrimonio (los del medio). Es la cuarta entrega de lo que antaño fue Parque Jurásico, de hecho el regreso de la franquicia tras lo que parecía el final de la saga original, PJ III. La protagonizan Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Vincent D´Onofrio, Ty Simpkins, Nick Robinson, Omar Sy, BD Wong e Irrfan Khan.  Wong vuelve por primera vez desde la PJ original, y la trama también regresa a Isla Nublar, lejos del litoral del Pacífico que bordea Costa Rica. Allí hay  un parque temático animal de dinosaurios clonados en donde se ha cumplido el viejo sueño del difunto John Hammond, pero un dinosaurio creado por transgén amenaza con arruinarlo todo, entre otros peligros. 

Universal estuvo años desarrollando este proyecto, resultando en todo un infierno para sacarlo adelante, pues Spielberg no daba con un director y guionistas que acertaran con las ideas adecuadas a su visión. Rodada entre Luisiana y Hawái, los dinosaurios fueron creados por la compañía de Lucasfilm, ILM, usando ordenador, mientras que por otro lado se utilizaron animatrónicos, como en la original. Spielberg le dio a Trevorrow tres consejos para su película: que hubiera un parque abierto al público, un entrenador de raptores y un dinosaurio que se escapa y amenaza a todos en el parque. Todo eso está aquí en la película.

Diría que esta es la mejor secuela que ha tenido Parque Jurásico, porque  la idea de un mundo con esas características era la evolución lógica, está muy bien hilada para ilustrar las décadas pasadas y que el tema sigue teniendo tirón entre las nuevas generaciones, a tenor de sus dos secuelas que completan la reciente trilogía, Reino caído  y Dominion. 

                                                             


Los hermanos Zach y Gray Mitchell visitan Jurassic World, un parque temático de dinosaurios en Isla Nublar, del que su tía materna Claire Dearing es la gerente general, para las vacaciones de navidad.  Claire le asigna a su ayudante Zara la tarea de ser la guía de los chicos, pero estos la evitan  y lo exploran por su cuenta. 

En otro lugar de la isla, el veterano de la armada estadounidense y etólogo Owen Grady ha estado entrenando a un escuadrón velociraptor  formado por Blue, Charlie, Delta y Eco, para poder investigar su inteligencia. Basándose en la habilidad de los raptores para seguir órdenes, el jefe de seguridad de InGen, Vic Hoskins cree que los animales pueden ser convertidos en un arma, una idea a la que Owen y  su ayudante Barry Sembène se oponen vehementemente. 

Antes de su apertura, Claire y el dueño del parque Simon Masrani inspeccionan la nueva atracción del mismo, el Indominus Rex, un dinosaurio transgén creado por el genetista Henry Wu. Masrani le encarga a Owen evaluar la seguridad del recinto. Este le advierte  a Claire que el Indominus carece de habilidades sociales, haciéndolo peligroso  e impredecible. Cuando la Indominus aparentemente escapa  de su recinto, Owen y dos trabajadores del parque  entran en  el cercado. El Indominus, que se puede camuflar, aparece repentinamente  y devora a los otros dos hombres, pero Owen logra sobrevivir. Sin embargo, el Indominus  escapa de su prado  y va hacia el interior de la isla. Percatándose de que es altamente violento e inteligente, Owen aconseja a Masrani que destruya el espécimen, pero  para proteger la inversión de su compañía, el jefe envía a una unidad especializada para contenerlo  con armamento no letal para que así  pueda ser devuelto sin peligro  a su prado. Después de que la unidad sea masacrada, Claire ordena la evacuación  del sector norte de la isla  mientras Masrani medita la advertencia de Owen  y aborda a Wu. 

                                                            


Mientras exploran  el parque en un vehículo visitante, Zach y Gray  entran en una zona restringida. El Indominus llega y destruye el vehículo, pero los chicos escapan por poco. Hallan las ruinas del centro de visitantes del Parque Jurásico original, reparan un viejo Jeep Wrangler, y regresan  al centro turístico.

Según Claire y Owen buscan a los chicos,  apenas escapan del Indominus también. Masrani y dos soldados capturan al Indominus desde un helicóptero, pero este  se mete en el aviario del parque. Los pteranodóntes y los dimorfodónes , sorprendidos por el Indominus, huyen del aviario y vuelan hacia el helicóptero de Masrani, provocando que se estrelle  y mate a sus pasajeros, antes de reunirse  en el centro turístico, y atacar a todo el mundo, incluyendo a Zara que es luego devorada por un mosasaurio. Zach y Gray hallan a Owen y Claire  en el centro turístico mientras el personal armado abate a los pterosaurios. 

Asumiendo el mando, Hoskins ordena que los raptores sean usados para localizar al Indominus, tras lo cual Owen cumple  de mala gana  y encabeza el asalto con los raptores . Tras hallar al Indominus, los dinosaurios comienzan a comunicarse entre ellos. Owen se da cuenta de que el Indominus tiene ADN de velociraptor, y este usurpa el mando de los raptores de Owen, convirtiéndose  en el nuevo dominante de la manada. Las tropas disparan al Indominus, pero este escapa. Los raptores masacran a la mayoría de los soldados, mientras que Charlie es asesinado  en medio del caos. Hoskins evacúa  al doctor Wu y a los embriones de dinosaurio  de la isla para proteger la investigación de este. Owen, Claire, y los chicos hallan a Hoskins en el laboratorio asegurándose más embriones, pero Delta irrumpe y lo mata. Owen restaura su vínculo con los tres raptores supervivientes  antes de que reaparezca el Indominus. Atacan al híbrido, pero Delta y Eco  son asesinados mientras Blue queda inconsciente. Claire suelta al veterano tiranosaurio de Parque Jurásico  de su prado y lo atrae a una batalla contra el Indominus. Este finalmente gana ventaja sobre el tiranosaurio  hasta que Blue se recupera y se une a la batalla. El dúo abruma al Indominus  hasta que es arrinconado al  borde de la laguna costera, donde es arrastrado a lo profundo  por el mosasaurio. 

                                                          


Los supervivientes son evacuados, y la isla es abandonada una vez más. Zach y Gray se reúnen con sus padres, mientras que Owen y Claire  deciden quedarse juntos. 

Según el director, el personaje de Sy aparentemente muere, pero luego en la última entrega de esta trilogía se verá que no fue así, que salvó su trasero de ser agarrado por un dinosaurio. No fue así para quien en una escena sufre una muerte de altos vuelos, la ayudante de la gerente del parque. No se ha dicho, pero tenemos en el reparto a Judy Greer como la hermana de Claire y madre de Zach y Gray, pero es que sale poco. En esta entrega tenemos acceso a todas las zonas del nuevo parque, donde aparece brevemente Jimmy Buffett, el famoso cantante de música ligera, suponemos que porque era amigo del productor. Hay muchas referencias a la original, como la aparición del Señor ADN, esa hélice animada que explicaba la tecnología del parque a los visitantes. Aunque lo negó, Trevorrow volvería a dirigir en la franquicia  para su conclusión, porque no había otro mejor para el puesto. 

                                                                   


El doctor Ian Malcolm no aparece aquí, era uno de los personajes principales de la original y con tanto cambio en el proyecto en busca de un director y un buen guion acabó por no salir.  Tal vez porque al ser esto un nuevo comienzo no había agallas de vérselas con el Indominus Rex, una abominación y un asesino que quiere darse un festín con los humanos. Fue creado mediante los dos sistemas citados al principio del artículo. Según un miembro no identificado del equipo, "la persona y el entorno son uno", obvio pensamiento budista; otro tema es que "aquellos que no detienen el mal lo están apoyando y alentando". La película tiene realmente  cosas muy importantes que contar sobre como tratamos a los animales. Pensemos por ejemplo en los acuarios, esas orcas cautivas como lo están aquí los dinosaurios; por mucha ficción que veamos, nos recuerda que los derechos de los animales están siendo  violados para diversión de un público ignorante y que los que explotan esos centros se enriquecen con tales torturas,  como pasa con la tauromaquia. 

Tras el estreno de la tercera, ya había planes para la cuarta entrega de esta saga jurásica, la cual era probable que ocurriera pero sin que repitiese no ya Spielberg, sino Joe Johnston. Se rechazaron dos guiones muy locos  tanto de William Monahan como de John Sayles en los que aparecían, nada más y nada menos, que humanosaurios, una serie de hombres raptores, una mezcla de personas y la especie extinta protagonista de la saga. Monahan abandonó el proyecto para hacer Infiltrados, película que adaptaba un éxito de Hong Kong al estilo estadounidense y Johnston también se fue para dirigir el Capitán América del MCU. Se descartó la idea de que los dinosaurios fueran armados, aportada por Sayles, y el tercer guionista en pasar fue Mark Protosevich, el del remake de Oldboy, hasta la llegada definitiva de Jaffa y Silver, los responsables del guion de El origen del planeta de los simios. 

En Jurassic World, a Trevorrow  se le pidió elaborar su propia historia, pero había un par de conceptos que quería mantener. Uno era la noción audaz de Sayles de los raptores trabajando con los humanos, pero no cazando narcotraficantes, sino la tensa relación entre el hombre  y unos animales violentos. El otro era el aportado por Spielberg, que el sueño de Hammond  de un parque temático de dinosaurios activo  se hiciese realidad. Kathleen Kennedy no regresó para producir porque ya se centró en las nuevas de Star Wars, donde iba a estar también Trevorrow. Esta cuarta entrega está ambientada 22 años después de la original, recapturando la magia  del primer viaje al parque y con un director que venía del cine independiente, pero sin recurrir a Sam Neill o Jeff Goldblum. Una de las nuevas caras es el joven Robinson, el mayor de los chicos, que salía en Los reyes del verano. 

Bryce, hija de Ron Howard, es la protagonista, mientras que D´Onofrio es el villano, cuyos personajes están atrapados en el paraíso de los dinosaurios, escenario de momentos horribles para ser una película de corte familiar, como la loca muerte  de esta mujer que iba con los chicos y que acaba devorada por hasta tres dinosaurios, lo nunca visto en la franquicia por la controversia generada, como si antes no hubiera habido  muertes peores. La música esta vez es de Michael Giacchino, sustituto del legendario John Williams y conocido por las nuevas entregas de Star Trek, aportando sus partituras a toda la destrucción causada por los dinosaurios (y muy similar  a la de Kong: Isla Calavera). En Jurassic World,  InGen ha revolucionado la cría de dinosaurios para que la gente planee unas vacaciones (falsas) al parque. 

La ciencia mal aplicada para revivir dinosaurios de Parque Jurásico aún importa, y aquí encima ya abre al público, con la novedad del Indominus Rex, que mata por placer hasta que entra Pratt en acción, en un plan tan sexista a lo años 70 que parece que la ha dirigido Joss Whedon, el antaño icono del feminismo de Hollywood  y ahora marginado tras ser acusado de misógino. Volviendo a lo caótico y asombroso, los dinosaurios  siempre han sido chicas listas más que chicos listos, por los genes que se usaron para su creación, para apoderarse del mundo y de la taquilla internacional (sobre todo Asia). Jurassic World  no puede ir a la par de la original en impacto y pura inventiva, pero funciona por derecho propio como una intrigante, entretenida y visualmente deslumbrante propuesta para pasar un buen rato. Pratt se descontrola  en este desastre  actualizado con dinosaurios. 

Los dinosaurios aún asombran, es un viaje por la nostalgia  con una secuela que respeta el legado del taquillazo moderno, como ya se explicó en la entrada anterior, subiendo la apuesta  con resultados variados, pero genuinamente en la línea que marcó Spielberg con Neill de protagonista y con  muertes  extrañamente crueles e inusuales, gente inocente que pasaba por allí y  que es devorada sin piedad (pero tranquilos, es sólo una película). Digamos que para cuestiones serias luchan a su manera contra las mismas; si hay acusaciones de  sexismo, pues se pone a Howard a correr por la jungla en tacones y problema resuelto, la supervivencia humana depende  de ir bien elegante contra esos dinosaurios. Es una decisión estúpida, pero alguien permitió que pasara y el público que no es tonto se dio cuenta de ello.

Howard además defendió el tener que correr con tacones muy altos por el parque, porque  eso es, según ella, lo que pueden hacer las mujeres. Tan práctico como las puertas contra los dinosaurios, algo que ya quedó claro que era inútil contra tiburones  en Deep Blue Sea. Para mantener la continuidad con las películas anteriores, en cuestión de exactitud científica, se contradicen  al quitar a los dinosaurios emplumados, lo cual los paleontólogos han criticado por no ser preciso o quedarse estancado en los años 80, decepcionados de que los dinosaurios no hagan honor a su nombre. Este tonto y monstruoso error  del que se han quejado los expertos, confundidos porque en el original no pasaba, no se debe a Hammond, sino a los guionistas, por no estar mejor informados de los nuevos hallazgos, pero claro, ya se ha explicado las disputas por quien quedaba acreditado en el guion definitivo. 

                                                                 


Trevorrow ha podido responsabilizarse por el error, pero con tantos cocineros involucrados el plato estuvo por quedar incomestible. No fue así dado que luego han venido más secuelas, con El Reino Caído,  del español JA Bayona, y Dominion,  de hace tan sólo un par de años. Tranquilamente y con nueva tecnología, la saga continúa haciendo las delicias del público y que no se extinga el recuerdo de Parque Jurásico, una de las más memorables franquicias de Universal de la que se espera que hagan más en el futuro, con sus raptores e Indominus que se escapan de sus recintos. Todas las veces que mi generación ha jugado con dinosaurios de juguete  es algo que querríamos que continuasen nuestros hijos e hijas, siempre con este referente jurásico atemporal, porque siempre habrá un parque abierto, aunque lo llamen cretáceo. 

Puntuación: 6,5

                                              


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