Suspiria (1977)


                            ¿Sabes algo sobre brujas?

                                              

Dario Argento dirigió este filme a partir de un guión que firmó junto a su ex mujer, Daria Nicolodi, basado parcialmente en un ensayo de Thomas De Quincey, protagonizado por Jessica Harper como una estudiante de ballet americana que es trasladada a una prestigiosa academia de danza en Alemania dónde se percata tras una serie de brutales asesinatos que el lugar es la fachada de una conspiración sobrenatural. También aparecen Stefania Casini, Flavio Bucci, Alida Valli, Udo Kier y Joan Bennett. La película es la primera de la trilogía conocida como Las tres madres, seguida de Inferno y La madre del mal, recordada por la música compuesta por la banda de rock progresivo Goblin.

Con numerosos seguidores de culto dentro del terror, cuenta con una nueva versión de 2018 dirigida por Luca Guadagnino. Aquí en la original la fotografía es uno de sus puntos fuertes, obra de Luciano Tovoli.

                                             

Una noche tormentosa, Suzy Bannion, una joven estudiante americana de ballet, llega durante un aguacero torrencial para estudiar en la academia coeducativa de danza en Friburgo de Brisgovia, una prestigiosa escuela de baile. Al llegar se encuentra con con otra estudiante llamada Pat Hingle, quien huye aterrorizada. Suzy ve negada su entrada a la escuela, obligando a que se quede en un motel de la ciudad hasta la mañana siguiente. Mientras, Pat se refugia en el apartamento de una amiga en el pueblo; revela que algo siniestro está pasando en la escuela, antes de encerrarse en el baño. Pronto es emboscada por un asaltante invisible que logra arrastrarla hasta la azotea del apartamento. Pat, terriblemente asesinada, es luego ahorcada y arrojada por un orificio del edificio cuando su amiga intenta avisar a los otros inquilinos del crimen, sólo para ser empalada y matada por los restos que caen.

A la mañana siguiente, Suzy regresa de vuelta a la escuela, donde conoce a la señorita Tanner, una de las instructoras jefas, así también como a la señora Blanc, la directora suplente del lugar. Tanner presenta a Suzy a su compañera de cuarto, Olga Ivanova, así como a Sara Simms. Algún tiempo más tarde, Suzy tiene un encuentro perturbador con una de las matronas de la escuela y el sobrino de Blanc, Albert, antes de perder la conciencia durante una clase de baile. Luego descubre por parte de Blanc que Olga la ha echado de su apartamento, obligando a quedarse en la escuela. Sin embargo, descubre que Sara está en el cuarto colindante y que las chicas se han hecho amigas.

                                           

Una noche, mientras los estudiantes se preparan para cenar, comienzan repentinamente a diluviar del techo gusanos, aparentemente causado por comida podrida en el ático. A los estudiantes se les aísla en uno de los estudios de baile para dormir; durante la noche, una mujer inadvertida entra en el cuarto para acostarse en uno de los catres; Sara se asusta por su ronca y antinatural respiración. Algún tiempo más tarde, el pianista ciego de la escuela, Daniel, es despedido repentinamente por la señorita Tanner cuando se descubre que su pastor alemán mordió a Albert. Esa misma noche, Daniel es acechado por una fuerza invisible mientras camina por una plaza, antes de que su perro se vuelva hacia él y le arranque la garganta.

Mientras, en la escuela, Sara revela a Suzy que ella fue la que estaba en la puerta principal la noche que Pat fue asesinada. También le cuenta que ella se comportaba extrañamente antes de morir y que había escrito notas que habían desaparecido desde entonces. Repentinamente, Suzy pierde la consciencia y Sara se ve obligada a huir cuando un atacante invisible entra en el cuarto y la persigue por la escuela, acorralándola en el ático aunque logra encerrarse en otra habitación, trepando por una pequeña ventana hasta otra estancia. Sin embargo, mientras va escapando, queda enredada en un hoyo de concertina. Su perseguidor entra y le corta la tráquea hasta matarla.

                                              

A la mañana siguiente, Suzy le pregunta a Tanner por la desaparición de Sara, quien revela que esta ha huido. Recelosa, contacta con su amigo y antiguo psiquiatra, Frank Mandel; revela que la escuela fue fundada por una emigrada griega llamada Helena Markos, de quien presuntamente se pensaba que había sido una bruja. Suzy también conversa con el profesor Milius, experto en ocultismo que le revela que un aquelarre de brujas solo puede sobrevivir con el poder de su líder, una verdadera bruja de la que sacan su poder. Al regresar a la escuela, Suzy descubre que todos se han ido, porque están viendo al ballet del Bolshoi, por lo que se dispone a tomar algo, antes de oír el ruido de pisadas hacia la oficina de Blanc.

Recordando las palabras secreto e iris de la noche en que Pat fue asesinada, Suzy puede descubrir una puerta oculta, activada mediante la colocación del iris azul en un mural de la oficina de Blanc. Suzy entra en el pasillo y descubre a los instructores, liderados por Blanc, tramando su muerte. Albert la descubre y alerta a uno de los sirvientes, Pavlo, de su presencia. Cuando Suzy huye descubre el cadáver desfigurado de Sara y la esquiva hasta otro cuarto, donde se percata de la presencia de la misma mujer con la respiración bronca con ella, dormida, deduciendo rápidamente que en realidad es Helena Markos. Cuando intenta huir, Markos se despierta repentinamente de su duermevela y se burla de Suzy, antes de reanimar el cadáver demacrado de Sara para asesinarla.

                                             

Destellos de rayos revelan involuntariamente a Markos, a la que Suzy empala en el cuello con un cuchillo decorativo, matándola definitivamente y provocando que el cadáver poseído de Sara desaparezca. Cuando Suzy se fuga finalmente, la escuela comienza a desmoronarse a su alrededor mientras observa a Blanc, Tanner y el resto del aquelarre perecer sin Markos. La película termina con Suzy escapando de noche y la escuela siendo destruida en el incendio.

Influenciada por la psicología de Jung, a su director le vino la idea tras viajar por Lyon, Praga y Turín, así como el hecho de conocer la historia de Rudolf Steiner, un ocultista que estudiaba antroposofía. Las tres madres como concepto se extendería tanto en Inferno como en La madre del mal, presentes ya en los ensayos del inglés De Quincey sobre esas señoras apenadas. Son como las Moiras o las Cárites, parte de un cuento de hadas al estilo de Barba Azul, Pinocho o Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, con un toque de magia negra marca Argento. Suzy Banyon sería aquí como Blancanieves, un papel muy a la medida para Harper, quien trabajó para Brian De Palma en El fantasma del paraíso.

                                                

Harper se preparó para rodar viendo 4 moscas sobre terciopelo gris, por lo que tuvo que rechazar un papel para Woody Allen en Annie Hall. Se filmó en Múnich, entre otros lugares en el aeropuerto internacional Franz Josef Strauss y en la torre BMW. Tovoli se inspiró en el colorido de Blancanieves y los siete enanitos para el diseño de producción y por eso el color primario es el rojo en imbibición del Technicolor. El resultado es como si Disney hiciese deliberadamente una pesadilla surrealista con dicho cuento. También recuerda al proceso visto en El mago de Oz o en Lo que el viento se llevó, lo que convierte a Suspiria en una obra maestra visual y auditiva, algo que Argento ha manejado notablemente.

En el doblaje, cada actor tiene su voz traducida porque muy pocos hablaban el mismo idioma. Estaban los que rodaban en inglés y los que lo hacían en alemán, un proceso repetido luego en Inferno. En el apartado musical, la banda de rock progresivo Goblin hizo dicha labor tras colaborar en Rojo oscuro. Como Ennio Morricone con Sergio Leone, seguirían tras este filme componiendo juntos y dejando que se usase para producciones de Hong Kong, como en la de Yuen Woo-ping La danza de la pantera borracha o en la de Tsui Hark Cole, cole, que te como. Todo novato debe saberlo como guía para entender este clásico del terror, que su sinfonía del miedo ha tenido hasta versiones del tema central en hip hop.

                                        

Suspiria fue distribuida por Fox en EEUU para su estreno en cines, donde Argento ya era conocido, por lo que usaron una empresa fantasma para que no la asociasen a su estudio cuando llegase a televisión. Fue por ello que se ganó la temida calificación R, la de menores de 17 acompañados de adultos, porque la sangre se derrama libremente en el clásico giallo (terror) tan grandioso como brillante y sangriento. Es una película cuya especialidad es gotear sangre, un terror altamente estilizado donde una escuela de ballet debería tener prohibido ejercer como tal. Superior a El pájaro de las plumas de cristal pero inferior en resultado a El exorcista. Estaría al nivel de La centinela, aunque está es más irregular.

La conmoción que provoca Suspiria no se quita hasta pasadas dos semanas de verla, como con la obra de Poe, compartiendo su sensación de misterio y deleite en todo fan del terror. Por eso es una película de culto, es un tipo de cine surgido del infierno, una explosión en el celuloide desde los márgenes culturales, en otras palabras, de Europa. Por aquí salen títulos escalofriantes y chocantes dentro del terror, y encima este con música del grupo liderado por Claudio Simonetti que antecedió al sonido heavy metal. En ese aspecto surgió dentro del thrash Susperia, una banda de rock gótico que también ha hecho drag o Ministry, que la homenajean en Psalm 69, igual que Cage el rapero y el grupo Atmosphere, ambos de Houston.

                                        

El satanismo de Suspiria ha aparecido como referencia en Terror en el patio de butacas, Juno, The Office, Scream 4 y en la exitosa serie de Ryan Murphy American Horror Story: Hotel. Las tres madres son literalmente el mal encarnado y a la primera la conocemos en Friburgo, pero en Inferno es otra y aparece en Nueva York, mientras que en La madre del mal es una romana. Hace más de una década, David Gordon Green, responsable de Superfumados, confirmó que iba a dirigir un remake de la película, a lo cual muchos reaccionamos diciendo: por favor, dejad tranquila a Suspiria. Argento dio con la original una lección magistral y esta nueva versión debía rodarse en 2010 con la participación de Natalie Portman.

Por entonces ya sonaba el nombre de Guadagnino, pero como productor y negando el rumor de que también estaría Marilyn Manson. Con Green aún interesado en rodar, prefería antes que a Portman a Isabelle Fuhrman, la estrella de La huérfana y vista en Los juegos del hambre, aunque al final dicha adaptación moderna de Suspiria fue cortada, en parte debido a que no era del género metraje encontrado. Green se centró en otros proyectos más pequeños y caseros como Joe, con Nicolas Cage, pero ya le llegaría su oportunidad con otro título de terror indispensable. Parecía imposible rehacer una joya italiana al nivel del Django de Sergio Corbucci, pues tanto este como el que nos ocupa son filmes de culto allí.

                                         
La cinta de Argento iba camino de televisión junto con la otra adaptación de Django de Corbucci , por lo que Suspiria iba a ser una serie desarrollada como remake con clase internacional. Y entonces en 2018 llegó la película que reseñaremos en la próxima entrada, una visión contemporánea del título de terror gótico clave del cine del último siglo con el reparto de Cegados por el sol, o al menos con la parte femenina, es decir, Tilda Swinton y Dakota Johnson, descartando dar papeles a Matthias Schoenaerts y Ralph Fiennes. Guadagnino hizo ese filme antes de rehacer el de su compatriota, reclutando a Chloë Grace Moretz. La adaptación es una producción de Amazon, la cual fichó al director tras rodar Call Me By Your Name, su íntimo relato de sueños adolescentes.

Puntuación: 7

                                









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