Distrito 9 (2009)
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Ciencia
ficción y acción dirigida por Neill Blomkamp, escrita por él junto
a Terri Tatchell y producida por Peter Jackson, en una colaboración
entre Nueva Zelanda, Estados Unidos y Sudáfrica que protagonizan
Sharlto Copley y David James, adaptando un corto de Blomkamp titulado
Vivo en Joburg. Tenemos una película presentada en parte
como metraje encontrado, un género cuyo formato consiste en
entrevistas ficticias, imágenes de noticias y vídeos de cámaras de
vigilancia. La historia explora temas como la xenofobia y comienza en
una ucronía en la que apareció una nave espacial alienígena sobre
Johannesburgo cuyos ocupantes eran una raza de insectos enfermos y
malnutridos a los que el gobierno encerró.
Su
campo de confinamiento fue designado como Distrito 9, por lo que años
más tarde el gobierno sudafricano los traslada a otro lado, pero uno
de los alienígenas, llamado Christopher Johnson, trata de escapar
con su hijo para regresar a casa, cruzándose en el camino con un
burócrata, Wikus van der Merwe. Todo esto se inspira en hechos
reales ocurridos en Ciudad del Cabo durante el apartheid,
sirviéndose del marketing viral en diferentes convenciones del
gremio para ser adquirida por TriStar. Magistralmente dirigida e
interpretada, con temas e historias relevantes para el género y sin
duda de las mejores de la década de los 2000, fue nominada a varios
Óscar, incluyendo mejor película y guion adaptado.
Sus
efectos visuales están tan notablemente montados que realmente
parece un documental, por lo que es una pena que se fuera de vacío.
Sony expande los temas tratados en el corto original, principalmente
el apartheid en la zona del Cabo, dotándole de un genial tono de
fantasía a una realidad en la que muchos habitantes de chabolas en
Sudáfrica son aquí representados como alienígenas poco apreciados.
Este aspecto era poco conocido y al parecer fue un desastre en cuanto
al alojamiento de personas, denunciado más tarde por la ONU y
diversas ONG para que la ciudad y el estado reconsiderasen la
legalidad de los desahucios. Un punto clave para que los bichos raros
tuviesen voz en los Óscar.
El
director del proyecto quiere capturar al híbrido de humano y
alienígena en el que se ha transformado Wikus, quien además es su
yerno, practicando sobre este una vivisección. Venter (James),
miembro de la empresa militar privada y el antagonista psicópata
humano, va a la caza suya por temor a que propague infecciones
parecidas a las de transmisión sexual.
El
debut en el largometraje tanto de Blomkamp como de Copley es
fascinante por como ambos se enfrentan a una historia tan compleja
con soltura, pues trata no solo temas sociales sino hasta zoológicos,
como la entomología, el estudio de los insectos. Distrito 9
revela la inhumanidad humana, el racismo a través del especismo
(es decir, una vaca y un perro son animales, pero el primero es
ganado que se mata para ser consumido y el segundo es considerado
mascota). Algo así como Encuentros en la tercera fase pero
tomando a los extraterrestres por invasores, con un contexto que
remite a la historia imperial de ciertas novelas británicas de
ciencia ficción posteriores a la segunda guerra mundial.
Esa
discriminación es lo que mueve al traslado alienígena en la
película, un tema social no tan extraterrestre. En Distrito 9,
los camarones espaciales son detenidos como si de una versión
fea de algún evento de Marvel se tratase. Jackson planeaba producir
una adaptación de Halo, el videojuego, con Blomkamp, pero el
director no pudo completar la historia a tiempo y en su lugar
acometió este largometraje junto a Tatchell, preparando el primero
todo lo relacionado con el desarrollo de la producción, con el
matrimonio revisando el cortometraje Vivo en Joburg para los
conceptos de los mecha en la ciencia ficción. Sony Pictures, a
través de TriStar,estrenó la cinta a nivel mundial.
La
película se filmó en Soweto, cerca de Alexandra ( provincia de
Gauteng), donde el joven director llevó la nave espacial y su
metáfora sobre el aterrizaje de esta, con sus ocupantes reclamando
por una vivienda digna. La vista que se aprecia en la mayoría de
escenas es de los apartamentos de Ponte City, que parecen pensados
para un relato de ciencia ficción o para un episodio de Chernóbil,
porque es como si hubiera pasado un holocausto nuclear. La industria
armamentística local aportó los fusiles R4 y los Vektor CR 21, así
como subfusiles, transportes blindados de personal Casspir, Ratel IFV
y Rooikat, helicópteros Atlas Oryx y vehículos de combate
improvisado artillados modelo Toyota Hilux.
Posibles
influencias cinematográficas incluirían a las dos primeras entregas
de Terminator y a la Depredador original. En
cámara se capta esa sensación de invasión cual documental o
circuito cerrado de televisión con la mejor tecnología del sector,
coordinada por Trent Opaloch. Los efectos visuales son cortesía de
Weta Workshop e Image Engine, con ayuda adicional de Weta Digital,
los mismos de Avatar. La segunda compañía tiene su sede en
Columbia Británica e hizo a los alienígenas por CGI, con las de
Weta bajo mando de Jackson. La música combina tambores taiko y
sonidos kwaito locales, compuesta por Clinton Shorter (The
Expanse). Las vallas publicitarias del filme se usaron igualmente
para su promoción.
El
lema sólo para humanos fue buena parte del éxito de esta
historia, bien recibida por el público por su estrategia comercial,
creando anuncios en paradas de bus para informar sobre avistamientos
alienígenas, lo cual causó revuelo según fuentes consultadas en la
web. La empresa ficticia, Multinacional Unida, aparecía como
creadora de mentiras a la vez que patrocinadora de una iniciativa
sobre las matemáticas del espacio exterior. Sony lo hizo viral como
si estuviese promocionando un videojuego, una manera postmoderna de
vender cine. Weta incluso sacó figuras de colección de Christopher
Johnson e hijo, muy parecidas a las de los bichos de Monstruoso o
Starship Troopers.
Esta
invasión contra la humanidad es técnicamente genial y
emocionalmente desgarradora, tiene acción, imaginación y todos los
elementos de un clásico de ciencia ficción completamente
entretenido. Te vuela la cabeza con sus giros dramáticos almacenados
en cada escena. Una space opera donde los visitantes parecen gambas
en una barbacoa envueltos en los mismos problemas que los de Alien
nación o las criaturas de Bright. No hay que pasar por
alto la controversia política que tuvo en el África negra, cuando
el ex presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, pidió que la
prohibiesen en su país por retratar a los suyos de la peor forma
posible (los personajes negros aparecen como criminales
caníbales).
Además
de la censura gubernamental de Distrito 9 en Nigeria, un actor
nativo de allí, el británico Hakeem Kae-Kazim, la calificó de
racista contra su gente . África ofendida por una película de
ciencia ficción y sólo se quejó Nigeria (sic). Otro oriundo de
allí, el novelista y fotógrafo Teju Cole, criticó que se tome aún
a África como un sólo país por este detalle. Por su parte, el
periodista americano y blanco David Sirota, ahora metido en política,
escribió que la nominaron a los Óscar porque allí siempre gusta
un buen salvador blanco y que a estas alturas ya no es tan necesario
recurrir a ello, siendo el lado oscuro que aún queda en el cine.
Esto para nada ensombrece los premios que haya recibido.
A
todo esto, es improbable que tengamos secuela o incluso precuela.
Seguro que antes Blomkamp se une a Star Wars.
Puntuación:
7,5
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