Seven (1996)
Largo y duro es el
camino que lleva del infierno a la luz
Suspense
policíaco neo noir dirigido por David Fincher y escrito por Andrew
Kevin Walker, con Brad Pitt, Morgan Freeman, Gwyneth Paltrow y Kevin
Spacey. Cuenta la historia de David Mills (Pitt), un detective
que se asocia con William Somerset (Freeman), quien va a
jubilarse, para localizar a un asesino en serie (Spacey) que
utiliza los 7 pecados capitales como tema central de sus asesinatos.
Ambientada en Nueva York, realmente se rodó en Los Ángeles, con el
desenlace teniendo lugar en Lancaster (California), siendo una
producción de New Line. Este filme destaca por su oscuridad,
brutalidad y temáticas relacionadas con la ética y la moral.
Somerset
y Mills investigan una serie de crímenes inspirados en los siete
pecados capitales; por ejemplo un hombre obligado a comer hasta que
su estómago se rompió sería la gula; y un abogado defensor matado
como Shylock (una libra de su carne) sería la avaricia. Estas
pistas les llevan hasta una víctima que era un pederasta y que
representa la pereza al estar atado a su cama. Usando los registros
de la biblioteca pública, los detectives identifican a un tal John
Doe al que rastrean hasta su apartamento, donde hay cientos de
cuadernos que revelan su psicopatía. Desgraciadamente llegan tarde
para detener a un hombre obligado por Doe a punta de pistola a matar
a una prostituta violándola con un consolador (lujuria).
Al
día siguiente, acuden a otra escena del crimen en la que una quinta
víctima, una modelo cuyo rostro ha sido mutilado por Doe, a la que
se le había dado la opción de llamar para pedir ayuda y vivir
desfigurada o suicidarse tomando pastillas, representando la
soberbia. Doe se ofrece a llevar a los detectives hasta las dos
últimas víctimas y confesar los crímenes, pero sólo bajo
condiciones específicas o alegará enajenación mental. Luego Doe le
dice a Mills que su pecado era la envidia y que su esposa Tracy
(Paltrow) murió por culpa de ello. Pese a las advertencias de
Somerset, Mills dispara a bocajarro a Doe, completando su plan con
la ira y dejando al joven investigador roto de por vida.
Walker
concibió la trama cuando vivía en NY, donde ideó el que los
crímenes estuviesen motivados por los siete pecados mortales y pensó
en William Hurt como posible candidato a encarnar a Somerset,
bautizado en honor al escritor Somerset Maugham. Un aspirante a
dirigir el texto era Jeremiah Chechik, y para el papel de Somerset
nada menos que Al Pacino, quien prefirió hacer City Hall. Para
el rol de Mills sonaron Denzel Washington y Sylvester Stallone, con
el primero arrepentido tiempo después de dejarlo pasar (rechazó
igualmente protagonizar Michael Clayton). Fincher, frustrado por
Alien 3, dijo que prefería sucumbir a un cáncer de colon que
dirigir otra película, no le atraía decaer de nuevo.
Michael
De Luca, jefe de New Line por entonces, convenció a Fincher para que
se mantuviera el infame final que ya es desde su estreno uno de los
más recordados de Hollywood. Pitt, quien venía de protagonizar
Leyendas de pasión, era partidario de mantener la cabeza del
personaje de Gwyneth en la caja como conclusión a Seven. Se
pretendía hacer cine de serie B, un tipo de cinta como las que
hubiera perpetrado William Friedkin tras El exorcista, de ahí
que en la parte fotográfica se contratase a Darius Khondji, para
poder lograr un tipo de imagen similar a la de Cops. La
secuencia de apertura se cambió durante el preestreno y fue
realizada por Kyle Cooper, acompañándola del tema de Nine Inch
Nails Closer.
Dicha
cabecera pudo hasta tener director propio, el mismo que hizo el vídeo
musical para NIN, Mark Romanek. Sería Angus Wall quien lo realizaría
junto a Cooper y Harris Savides, siendo el tema una remezcla de Coil.
En una época donde compitió con estrenos tan variados como Jungla
de cristal: la venganza o Toy Story, este filme es un
brutal e implacablemente mugriento monstruo con unas interpretaciones
tensas, efectos resbaladizos y sangrientos pero ante todo un final
inolvidable. Es un thriller tan siniestro que prácticamente no se ha
hecho otro igual después. Y es que el pecado rara vez ha tenido tan
buena pinta, más cuando quien los ha cometido ha sido un gran actor
como Spacey.
Para
terminar, destacar que el estilo de Seven recuerda mucho al de
George Sluizer en Desaparecida, una inquietante cinta
holandesa que recomiendo y que es de la misma época que la excelente
Hunter. Y como podréis adivinar, la academia la marginó
bastante en su día, olvidándose entre otros de Walker para el
galardón a mejor guion original por su texto sobre los horribles
pecados o a la banda sonora de Howard Shore.
Puntuación:
8,5
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