Prisioneros (2013)


                        Cada momento importa

                               

Thriller dirigido por Denis Villeneuve con un reparto coral que incluye a Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, Viola Davis, Maria Bello, Terrence Howard, Melissa Leo y Paul Dano, protagonistas de lujo en una intriga justiciera exitosa cuando se estrenó hace seis años pero que en los 86º Oscar solo fue candidata a mejor fotografía (el siempre excelente Roger Deakins) cuando era una producción que merecía mayor reconocimiento por la trama presentada por Villeneuve o por la actuación de su dúo principal. La música es del fallecido Jóhann Jóhannsson y visualmente es similar toda la puesta en escena a los mejores suspenses de Clint Eastwood. Supuso el primer trabajo del director canadiense con Warner.

                                                    

En las afueras de Pensilvania, Keller Dover (Jackman), su esposa Grace, su hijo adolescente Ralph y su hija pequeña Anna asisten a la cena de Acción de Gracias en casa de sus amigos, Franklin Birch (Howard) y su esposa Nancy (Davis), así como su hija adolescente Eliza y la pequeña Joy. Los cuatro niños van a dar un paseo por el vecindario y se acercan a una autocaravana aparcada fuera de una casa cercana. Hay música sonando, lo que sugiere que hay alguien dentro. Tras la cena, Anna y Joy desaparecen. El detective Loki (Gyllenhaal) es informado del suceso y comienza una búsqueda, localizando el auto aparcado en una gasolinera. Mientras la policía rodea el vehículo, el conductor, Alex Jones, lo pone en marcha.

                                       

En la huida lo estrella contra un árbol cercano y es posteriormente arrestado y apartado de allí. Alex tiene el cociente intelectual de un niño de 10 años y parece confuso cuando le preguntan en comisaria. Su vehículo es hallado por los forenses pero no encuentran nada relacionado con el secuestro de las dos niñas en esa parte del estado, Persiguiendo a otros sospechosos, Loki descubre un cadáver en el sótano de Patrick Dunn, un sacerdote que admite que mató al hombre porque este confesó que odiaba a Dios y que en su guerra personal tenía que sacrificar a 16 niños y a más si fuera necesario. La policía libera a Alex, por lo que Dover, como padre de una hija que aún no ha aparecido, se toma el caso por su propia mano.

                                                    

Otro sospechoso, Bob Taylor (David Dastmalchian), es también arrestado más tarde en su domicilio, donde las paredes están cubiertas con dibujos de laberintos como los de los pasatiempos. La policía concluye que Taylor vivía una fantasía según pruebas psicológicas y que no tenía nada que ver con las desapariciones. El desarrollo de los hechos a partir de aquí siguen el mismo patrón que en El corazón delator, un regreso a la brutalidad básica de los relatos de antaño.

                                              

Este filme estuvo a punto de tener otros rostros protagonistas, como Christian Bale y Leonardo DiCaprio, así como directores de la talla de Antoine Fuqua y Bryan Singer. Sería Mark Wahlberg quien finalmente recomendó a los productores que firmasen a Villeneuve y el resto del elenco, con especial atención a darle todo el peso dramático a Jackman y Gyllenhaal. Se ganó inicialmente la calificación de no recomendada a menores de 17 en EEUU, pero tras unos ajustes se subió y aún así no le impidió tener una buena taquilla. Posee una complejidad emocional y una sensación de temor que verla la convierte en una experiencia atrayente y a la vez perturbadora, una apuesta comprometida por parte del estudio.

                                                

Jackman demuestra una vez más el talento que se trajo en su día desde Australia, inadvertido para la academia de cine de Hollywood en un año donde prefirieron acordarse de nominar a Philomena y a 12 años de esclavitud (la segunda al menos es una buena película). Gyllenhaal por su parte nos brinda una interpretación sutilmente construida desde la base que nada tiene que envidiar a la de su compañero. Insisto en que su ostracismo por parte de la élite de Hollywood muestra lo podrida que está la industria últimamente. Eso, o que quizá consideraron lo similar que es su trama a la de El secreto de sus ojos y su versión estadounidense El secreto de una obsesión.

Puntuación: 8

                                                     

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