Polar (2019)

                 Si el trabajo no te mata, lo hará la jubilación

                                                  

Neo noir de acción basado en la serie homónima de cómics, dirigido por Jonas Akerlund y protagonizado por Mads Mikkelsen, Vanessa Hudgens y Matt Lucas. El que fuera protagonista de Hannibal, el prestigioso actor danés, encabeza el elenco de esta película de Netflix que recuerda bastante a John Wick. La obra original fue creada por Víctor Santos, un dibujante valenciano, mientras que la música es de Deadmau5, siendo una producción de Constantin Film, que adapta a imagen real la historieta de Dark Horse publicada en nuestro país por Norma Editorial en tres tomos: Surgido del frío, Ojo por ojo y Sin piedad para la hermana María.

En algún lugar en Chile, un asesino recientemente retirado es aniquilado en su señorial mansión por un grupo de sus antiguos compañeros de trabajo por mandato del señor Blut (Lucas), su patrón. Duncan Vizla (Mikkelsen) está a catorce días de jubilarse como asesino de clase trabajadora, planeando establecerse en un pequeño pueblo de las afueras cuya localización no es revelada. Blut envía a Duncan a una misión en Bielorrusia para matar a un objetivo que fue supuestamente responsable de los asesinatos de otros antiguos matones. Al enterarse Duncan de que Camille (Hudgens), su joven, tímida y asustadiza mujer a la que ha enseñado a usar su pistola y preparar ataques, ha sido secuestrada, va a Detroit a reunirse con su antiguo mentor, Porter (Richard Dreyfuss), solo para ser traicionado y drogado por este antes de tener alguna información.

                                               

La novela gráfica cuenta con la casualidad de que el protagonista es muy parecido a Mikkelsen y de que su trama es muy de thriller. El rodaje se llevó a cabo en Toronto, al tiempo que se grababa la banda sonora del conocido artista de electrónica. Un thriller de acción protagonizado por Mikkelsen como el asesino más peligroso del mundo debería ser estupendamente entretenido, pero Polar demuestra que es posible arruinar cualquier cosa si lo intentas. Una serie de delirios que con Akerlund firmemente irónico resulta un planteamiento alegremente indignante.

Puntuación: 6