Exodus: Dioses y reyes (2014)


          Una vez fueron hermanos,ahora son enemigos

                                    

Filme épico dirigido y producido por Ridley Scott para Fox, con música de Alberto Iglesias y guion de Steven Zaillian, protagonizado por Christian Bale, Joel Edgerton, John Turturro, Aaron Paul, María Valverde, Sigourney Weaver, Indira Varma y Ben Kingsley. La trama está inspirada en el episodio bíblico del Éxodo de los hebreos de Egipto liderados por Moisés(Bale) y que conocemos por el Antiguo Testamento. La cinta está dedicada a la memoria de Tony Scott, hermano de Ridley que falleció en agosto de 2012. Puede considerarse como la tercera adaptación de este texto sagrado tras Los Diez Mandamientos y El Príncipe de Egipto.

En el 1300 AC, Moisés es un general aceptado como miembro de la XIX dinastía de Egipto, preparándose para atacar a un ejército acampado de hititas junto al príncipe Ramsés II (Edgerton) en la batalla de Qadesh. Una sacerdotisa jefa (Varma) consulta el arúspice (profecía divina a partir de intestinos animales) y lo relaciona con el padre de Ramsés, Seti I (Turturro), confesando que surgirá un líder entre los dos hermanos que será el salvador de su pueblo. Moisés le salva la vida a Ramsés en la batalla y luego el primero es enviado a la ciudad de Heroónpolis, donde se encuentra al esclavo hebreo Josúe (Paul), a quien libra de ser fustigado violentamente. Luego Moisés se reúne con Nun (Kingsley), quien le revela su auténtico linaje.

                                               

Como hijo de padres hebreos, fue enviado por su hermana Míriam (Tara Fitzgerald) para que lo criase la hija del faraón (Hiam Abbass). Con la muerte de Seti, Ramsés le sucede como monarca egipcio y a instancias de la reina Tuya (Weaver), este interroga a la sirvienta que casualmente es Míriam, con lo que la verdad sale a la luz. Tras su viaje al desierto, Moisés llega a Madián y conoce a Séfora (Valverde) y a su padre Jetró (Kevork Malikyan). Con el tiempo acaba casándose mientras vive como pastor y engendrando a Guersón, así como la zarza ardiente, una manifestación de Yavé, su Dios. De regreso a Egipto conoce a su hermano Aarón y vuelve a tener una manifestación divina que le explica como afectarán las diez plagas.

Durante el éxodo, los hebreos siguen el camino andado por Moisés a través del desierto egipcio hasta el Mar Rojo que acaban cruzando. En el Monte Sinaí transcribe los Diez Mandamientos y finalmente se le ve custodiando el Arca de la Alianza.

                                                

Scott adapta el relato bíblico del éxodo con Bale como Moisés entre medio de sus filmes de ciencia ficción recientes, mostrando el paso del Mar Rojo como un hecho científico y no un milagro, todo ello para apelar a un público familiar ávido de espectáculo a lo grande. Por si fuera poco, el Moisés de Bale resulta ser un tipo bárbaro y esquizofrénico, algo que a los cristianos les debió resultar cuanto menos que controvertido, como el ya polémico hecho de que en una historia de Oriente Medio haya un reparto de mayoría blanca, pues lo mismo Bale no es el adecuado hoy día para ser Moisés ni tampoco Edgerton para encarnar a Ramsés II. No pongo en duda el talento de ambos, pero en estos papeles hay que buscar mejor.

Buena parte del rodaje se hizo en España, en zonas como Almería y Pechina (Andalucía) o Fuerteventura, por lo que la mayoría de extras que siguen a Moisés en su éxodo bíblico son españoles. Uno de los grandes atractivos era ver de cerca a Bale y a Paul, la estrella de la serie Breaking Bad, así como a Scott, Kingsley, Turturro y Weaver. Ello sin embargo no tapaba el hecho de algunos medios que tachaban de racista al reparto por ser solamente blancos que hacían de hebreos y egipcios y que hasta la Gran Esfinge de Guiza parecía europea. Esto no es nuevo y ya pasó con Los Diez Mandamientos en 1956, donde hubo problemas con la raza y la poca presencia de artistas negros, quienes ahora gozan de mayor representación (tampoco en esa época había redes sociales que desatasen respuestas negativas por blanquear personajes).

                                                    

Scott suele siempre ser acusado de racismo y con esta épica bíblica del éxodo no era excepción, otra vez sus héroes son blancos y los esclavos negros y villanos. Caminar con las sandalias de Moisés no debe ser fácil para ningún actor pero tampoco lo es defender la decisión del cineasta británico al elegir a Bale, y no olvidemos que después de todo la producción dejó mucho dinero en el rodaje en la provincia de Almería. No es lo mismo rodar en un estudio como Pinewood que irse a Tabernas y tener a tu estrella preparada para la batalla al filmar en suelo español. La parte del Mar Rojo es de Fuerteventura (Islas Canarias) y gracias a los efectos especiales se anima más la épica del filme.


Fenómenos como el eclipse o el tsunami presentan tanto en Exodus como en Noé desafíos visuales de proporciones bíblicas. Cuando cae el granizo pasa lo mismo, que todo es obra del ordenador. En el apartado musical, Iglesias colaboró con el también compositor Harry Gregson-Williams. Exodus funcionó al principio en países extranjeros antes de reinar con supremacía en terreno norteamericano, especialmente en pantallas grandes de 3D para experimentar la parafernalia visual. Pero entonces llegó Egipto y prohibió el filme épico bíblico de Hollywood por sus inexactitudes históricas y por ser sionista (muy a favor de los israelitas judíos). Digamos que la película da a entender que las pirámides las hizo Moisés.

                                               

En el Islam existe la figura del protagonista como profeta de Alá, por lo que el sunismo tomó cartas en el asunto y defendió su estreno contra la postura del gobierno egipcio, aceptando el título como ya hiciera con Noé. Esta también debía ser prohibida según la máxima autoridad islámica egipcia. En Marruecos se hicieron modificaciones en diálogos para poder estrenarla y así evitar polémicas religiosas, y en Emiratos en cambio directamente la censuraron por ser ofensiva unánimemente contra todo lo árabe. En Exodus Moisés lucha contra la tiranía de sus opresores, pero en la taquilla la plaga se le volvía en contra a sus responsables, debilitando al rey del desierto.

Hay super producciones recientes que se arriesgan sin tener porqué, ya sea esta cinta, cualquier remake o las terceras y últimas partes de El Hobbit o Los juegos del hambre. Necesitan hacer buenas cifras en fechas familiares o mercados asiáticos que dependen de que gusten las producciones norteamericanas o sus secuelas si son sagas. Los espectadores del resto del mundo hemos tenido que luchar por salvar de los márgenes a profetas como el que nos ocupa o a Noé. Pero en lo económico no sólo está el asunto de ir al cine, ya que queremos ver buenas actuaciones y grandes logros técnicos, que Exodus tiene, pero es una cinta muy lenta con un guion muy escaso y carente de personajes desarrollados.

                                                 

La épica de Scott te deja una sensación contradictoria de lo que conoces sobre el Antiguo y Nuevo Testamento de la Biblia como sólo Mel Gibson hace en cintas como Hasta el último hombre. Es épica dentro de sus ambiciones de ser aquí y allá emocionante adecuadamente, pero no está a la altura de sus expectativas. Recordemos que es el mismo director de Gladiator y que con un santo como Moisés igualmente debería aceptarse del todo la devoción que le tenemos a Máximo Décimo Meridio. Igualmente de inspirada pero también plagada por todo lo que se ha comentado, tal vez porque el Dios de esa época era un ser horrible que sólo enviaba plagas a gente con un cabello muy limpio.

En definitiva, Scott no es Cecil B. DeMille ni Exodus la versión mejorada de Los diez mandamientos, compartiendo solo a actores que hacen de un Moisés blanco y duro dentro de una épica impasible (y mirad que adoro a Bale).

Puntuación: 6

                                                      

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