Passengers (2016).

                             Cada momento cuenta

                                   

Aventura de ciencia ficción dirigida por Morten Tyldum (The Imitation Game) y escrita por Jon Spaihts, que protagonizan Jennifer Lawrence, Chris Pratt, Michael Sheen y Laurence Fishburne. La película trata sobre dos personas que despiertan 90 años antes de lo previsto de su animación suspendida a bordo de una nave espacial que va rumbo a un nuevo planeta. La producción original de Neal Moritz para Columbia estuvo nominada a los Oscar de mejor banda sonora (Thomas Newman) y y diseño de producción en la edición 89, cuyos premios fueron a parar ambos a La La Land. Fue uno de esos guiones que estuvo durante años en desarrollo sin que ningún estudio lo comprase.

                                             

La astronave Avalon transporta a 5.000 colonos más tripulación en capsulas de hibernación hacia el planeta Hogar II, en un viaje que va a durar 120 años. Cuando han transcurrido sólo treinta de esos años, la nave se encuentra con un cinturón de asteroides, colisionando con uno enorme de los que lo forman. Un fallo despierta a un pasajero, el ingeniero mecánico Jim Preston (Pratt), con nueve décadas de adelanto. Tras un año de aislamiento y sin otra compañía excepto la de Arthur (Sheen), un barman androide, Jim, desalentado, contempla la posibilidad de cometer suicidio. Pero un día se topa con la hermosa Aurora Lane (Lawrence), una escritora que aún está en su capsula.

                                          

Más tarde y de manera imprevista otro fallo en una capsula despierta a Gus ( Fishburne), oficial jefe de cubierta. El ordenador que administra la energía de fusión que hace funcionar a la nave ha sido dañado causando que esta tenga múltiples fallos. Mientras la computadora trata de arreglarlo todo, sobrecarga el sistema y pone la situación en gravedad irreversible.

                                            

Cuando aún estaba en pleno desarrollo, esta historia estaba pensada para que la protagonizasen Keanu Reeves y Emily Blunt, contando con un presupuesto no mayor de 35 millones de $. La entrada de Sony cambió la planificación y dio lugar a la contratación de Tyldum, director noruego que rodaría por primera vez en Estados Unidos una super producción de ciencia ficción con dos actores muy cotizados, en especial Pratt. El argumento guarda cierto parecido con una historia publicada en su día en las páginas de EC Comics realizada por Al Williamson, en la que dos pasajeros de una nave espacial colonial despiertan pronto de su letargo y acaban enamorándose.

                                        

Passengers se rodó en Atlanta y posteriormente se convirtió a formato 3D, pero lo que aquí viene a demostrarse es que Pratt y Lawrence trabajan juntos bastante bien, lo que aun con toda esa química sin embargo no es suficiente para vencer a una historia fatalmente nacida con fallos desde el inicio. No es un romance lo que tienen los personajes de Chris y Jennifer, sino una repulsiva oda a la manipulación, un acto central de pura violencia que además se ve suavizada y justificada. Por algún motivo puramente comercial se ocultó deliberadamente en los avances la razón por la que Aurora despierta en esta versión interestelar del acoso en las redes sociales.

                                         

Como ya he comentado, el comienzo de la película es fantásticamente asqueroso y que al contrario que cuando las comedias románticas se las arreglan para allanar la bajeza de las tácticas de acoso, aquí se presentan de una forma que es repelente e inevitable, toda una fantasía del síndrome de Estocolmo en la que la cautiva acaba identificándose e incluso acaba amando a su captor, lo que acaba convirtiéndose en el cumplimiento de un deseo realmente perturbador.

Puntuación: 5,5