Hansel y Gretel: Cazadores de brujas (2013).
El cuento clásico
con un giro nuevo
Fantasía
oscura, acción, terror y comedia de un inclasificable del género
y amante de ese tipo de cine tan fluido como muestra su trayectoria,
aquí escribiendo y dirigiendo como de costumbre. El noruego Tommy
Wirkola nos traía una continuación del cuento de hadas de Hansel
y Gretel, donde ahora los hermanos han crecido y trabajan de
alquiler como un dúo de exterminadores de brujas. El reparto lo
componen Jeremy Renner, Gemma Arterton, Famke Janssen, Peter
Stormare, Thomas Mann, Pihla Viitala y Derek Mears. El
protagonista, a quien hemos visto en Los Vengadores y El
legado de Bourne, encabeza este delirio visual que fue vapuleado
por la crítica convencional. Aún así es mucho mejor que El secreto de los hermanos Grimm.
Ya
es normal este tipo de reacciones, particularmente porque
consideraron que el guion era muy flojo y la violencia mostrada era
demasiado gratuita. Sin embargo, como amante del género
terrorífico, yo si disfruto viéndola porque es una película sin
mayores pretensiones que entretener y hacer pasar un rato divertido,
no en vano es de esas producciones que luego funcionan en taquilla y
que no es extraño que acabe dando lugar a una saga, pues de un
momento a otro parece que tendremos secuela. El cuento ya es
conocido de sobra: abandonados por su padre en lo profundo de un
bosque, los pequeños Hansel y Gretel entran en la casa hecha de
pan de jengibre y son capturados por una bruja caníbal (Monique
Ganderton) que vive en el bosque negro.
Los
hermanos acaban por darse cuenta de que son inmunes a los hechizos
y maldiciones, pero el incidente en la casa de jengibre ha
provocado que Hansel padezca diabetes debido a que ha sido obligado
por la bruja a comer caramelos y dulces para ser engordado, así que
necesita inyectarse insulina cada poco tiempo o si no enfermará
y morirá (originalmente Wirkola concibió el hecho de que Gretel
padeciera un desorden alimenticio, pero lo descartó). Una vez
que ya son adultos y se convierten en cazadores de brujas, Hansel
(Renner) y Gretel (Arterton) llegan hasta la ciudad de
Augsburgo e inmediatamente evitan que el sheriff Berringer
(Stormare) ejecute a una joven llamada Mina (Viitala),
quien ha sido acusada de brujería. Ansioso por alcanzar mayor poder
en la ciudad, el brutal sheriff de Augsburgo desconfía de Hansel
y Gretel.
La
poderosa bruja Muriel (Janssen), acompañada por su séquito
y por un trol llamado Edward (Mears), atacan la ciudad y
secuestran a los últimos niños. Mina cura las heridas de Hansel,
revelándole que ella realmente es una bruja buena, de magia blanca,
que usa un grimorio para bendecir el arsenal de caza de brujas del
muchacho. Junto con Ben Walser (Mann), un adolescente de la
localidad, admirador de los hermanos y aspirante a cazador, los
tres se disponen a interrumpir la ceremonia del aquelarre de Luna
Sangrienta, donde se van a sacrificar a doce niños para ser
inmunes al fuego de las hogueras. Mina se concentra en descuartizar
a las brujas oscuras con una ametralladora Gatling, mientras que
Hansel va a por Muriel y por las otras que le protegen, como la
Bruja Cornuda (Ingrid Bolso Berdal), la Bruja Pelirroja
(Joanna Kulig) o la Bruja Larguirucha (Zoë Bell).
Finalmente, tras liberar a los niños, Gretel llega a tiempo y los
hermanos acaban prendiendo el cuerpo de Muriel en una pira
funeraria, consiguiendo cobrar su recompensa por el trabajo bien
hecho.
Gary
Sanchez Productions, la compañía de Will Ferrell, Beau Flynn y
Adam McKay, descubrió a Wirkola para Hollywood, presentando el
noruego su idea de una película basada en las vidas como adultos
de Hansel y Gretel, un proyecto que databa de su época de
estudiante de cine en la que quiso hacerla en forma de cortometraje,
a los ejecutivos de Paramount, logrando firmar el contrato tras dicha
reunión. La producción se llevó a cabo en los estudios alemanes
de Babelsberg e incluye un extenso uso de efectos especiales
tradicionales, ya que es una película de acción con elementos
terroríficos y mucho humor negro, el sello característico del cine
de Wirkola, quien aquí debutaba en EEUU y en un estudio
cinematográfico importante.
El
guionista y director noruego era conocido en el mundo del cine por
su anterior película de zombis independiente, la comedia de terror
Zombis nazis, que le dio fama internacional y que a los pocos
días de llegar a Los Ángeles ya había dado como resultado que
tanto GSP, MTV Films, Paramount y MGM diesen luz verde a su segundo
proyecto sobre Hansel y Gretel como cazadores de brujas. Es aún
sorprendente que la escogieran, porque es un guion rocambolesco,
con una trama al límite y escenas llenas de litros de sangre,
casquería y palabrotas. Asombra más el que se haya estrenado en
todo el mundo, pero lo cierto es que el público respondió al
esfuerzo de todos los implicados y como un servidor, disfrutamos como
enanos.
Hansel
y Gretel es uno de los grandes cuentos de hadas europeos de
siempre, de esos con los que crecimos y por el que descubrimos a los
Hermanos Grimm, quienes como buenos alemanes supieron introducir en
el folclore literario en secreto temas escalofriantes como el
canibalismo y la brujería, por lo que se diría que se trata de una
versión biográfica de ambos en la figura de los hermanos acechados
por brujas. Es oportuno por tanto hablar de esta historia y de esta
cinta ahora, pues en su día Hollywood se lanzó a la tendencia de
producir otros filmes de brujería como Hermosas criaturas y
Oz, un mundo de fantasía. McKay, director de El
reportero: La leyenda de Ron Burgundy, catalogó la cinta como
un filme steampunk.
La
estética de Hansel y Gretel debe mucho a la subcultura
gótica y a esa joya de película que es Kick-Ass: Listo para
machacar, con ecos de Sam Raimi en Terroríficamente
muertos. Los hermanos usan escopetas a la hora de entrar en
acción y ya eso te da a entender como que la cosa apunta a
franquicia mediática, al inicio de una trilogía como la iniciada
por Zombies Party, y homenajes a comedias de terror al
estilo El ejército de las tinieblas, al cine de John
Carpenter y de Quentin Tarantino, Matrix, El mito de Bourne
y por supuesto ala auténtica obra maestra de Peter Jackson,
Braindead, un referente posterior del género fantástico con
sus adaptaciones de la obra de Tolkien.
Ese
retrofuturismo está presente en el vestuario y en las armas que
usan los personajes, que parecen fabricadas por ellos mismos,
elementos modernos en un periodo clásico para dar un tono cómico y
atemporal a la película, que sea un cuento de hadas pero a la vez
una historia realista. Las brujas, por ejemplo, tienen un aspecto
que recuerdan a los Mortífagos de Harry Potter, una
percepción que podría parecer sexista, pero no hay que olvidar
que han sido villanas tradicionales desde hace cientos de años en
la cultura popular , por lo que no hay que preocuparse al respecto,
ya que parece que la gente ha olvidado lo tenebrosas y retorcidas
que han sido historias como las de Hansel y Gretel.
Renner
se hizo con el papel de Hansel adulto gracias a su interpretación en
la estupenda En tierra hostil y aquí su personaje tiene
diabetes, que como ya se dijo más arriba en principio el punto
débil lo iba a tener su hermana, concretamente trastornos de la
conducta alimentaria. Su Hansel tiene rasgos muy parecidos a los de
Peter Pan, una persona mayor haciendo cosas de niño. En cuanto a
Arterton, su Gretel es una versión muy feminista, ya que es una
chica fuerte y divertida. Era un papel originalmente planeado para
que lo encarnasen Noomi Rapace, Diane Kruger o Eva Green, pero se
lo llevó la actriz inglesa, que impresionó en su rol en La
desaparición de Alice Creed.
El
sentido del humor de Gretel es totalmente obsceno y eso es esencial
para encajar con el tono de la película, donde ella y su compañero
son auténticos héroes de acción al estilo de leyendas del género
como Sylvester Stallone y Michelle Yeoh respectivamente. Por su
parte, Janssen da vida a Muriel, la reina bruja, recordando mucho a
su personaje de villana amenazadora de GoldenEye, Xenia
Onatopp, bella y letal al mismo tiempo pero que como actriz ve
reducido mucho su faceta interpretativa por culpa de los efectos
especiales que copan sus apariciones. Edward, su trol esclavo y
moralmente afligido, tiene bajo el disfraz los rasgos de un Mears
que hizo de Jason Voorhes en Viernes 13.
En
un papel completamente mudo (su voz la puso otro actor), Mears
vestía un traje animatrónico que le hacía sentirse igual que un
Transformer en miniatura, ya que lo llevaba puesto pero no lo
controlaba él. Con un director como Wirkola al mando, varios
actores escandinavos aparecen en papeles importantes, como Viitala,
Stormare y Berdal, así como europeos (Kulig, polaca), así
que con todo el contexto de fantasía y procedencias diversas, el
rodaje parecía Disneylandia, aunque tuviese lugar en Babelsberg,
un lugar situado cerca de los bosques que rodean Berlín, además
de los parajes medievales apenas alterados por la mano humana de
Brunswick, en la Baja Sajonia.
El
estilo de Wirkola para rodar las escenas de acción recuerda
bastante, salvando las distancias, al de Spielberg, ya que es de ir
cámara en mano para luego llevar ese realismo al editar en formato
3D digital. El responsable de la segunda unidad, el también
director David Leitch (el otro que también filmó John Wick)
compara el resultado
con los híbridos de comedia y acción de Jackie Chan, donde sus
personajes matan a los malos y salvan el día haciéndote reír tras
luchar usando todo su cuerpo. No quiere decir, por ejemplo, que de
nada le sirviera a Arterton sus años de aprendizaje en la Real
Academia de Arte Dramático de Londres para acabar haciendo combate
de artes marciales en una película.
En
ese sentido se explica la presencia en el reparto de la consumada y
experta especialista de riesgo neozelandesa Bell, quien hace de una
de las brujas malvadas. Los efectos visuales por ordenador que se
añaden en posproducción aquí en su mayoría se vieron superados
por efectos prácticos, como los vuelos en escoba, que se hacían
con cables suspendidos. Renner y compañía combaten contra seres
imaginarios creados por wl responsable de FX de Hellboy,
Mike Elizalde.
Hablando de la violencia gráfica del filme, Zombis
nazis ya mostraba una
identidad similar a esta y también un homenaje a Raimi, solo que
aquí ya se ha alcanzado el nivel de parodia que previamente estaba
más controlado.
Hans
Zimmer trabajó en la música de la película, pero solo como
productor ejectivo, dejando la labor de componer a su alumno
aventajado Atli Örvarsson, un islandés que ya coincidió con su
maestro en la banda sonora de Piratas
del Caribe: En el fin del mundo
y que trabajaba por segunda vez en una cinta que trataba la brujería,
siendo su anterior encargo En
tiempo de brujas.
Como ya habréis comprobado, en esta cinta han trabajado tanto
delante como detrás de las cámaras muchos profesionales de los
países nórdicos, aportando a Hollywood un toque frío y de mucho
humor negro, con el actor de Misión
imposible: Protocolo fantasma
encabezando la función.
La
película no tuvo un paso muy exitoso por los cines estadounidenses
como si lo tuvo en el resto del mundo. A Paramount le pesó el no
haber logrado el éxito similar que tuvo ese año con Star
Trek: En la oscuridad
y la cosa se quedó como ocurrió con otra producción rentable pero
que no cautivó al público entonces, GI
Joe: La venganza. Tal
vez coincidió con demasiados reinicios similares de fantasía como
Blancanieves y la
leyenda del cazador, la
Blancanieves
de Tarsem Singh, Jack
el caza gigantes, Abraham Lincoln: Cazador de vampiros
y Yo, Frankenstein.
Aún así tuvo mejor
resultado financiero pese al presupuesto y la opinión de la crítica
seria.
Si
el título ya os fastidiaba la vista, es porque necesitabais darle
una oportunidad a las nuevas aventuras de los personajes de cuentos
de hadas, de la que han llegado a decir que alterna sangre y
tonterías y que fallaba como fantasía y parodia, lo cual ya es
exagerar. Tiene algunos momentos muy divertidos, grandes peleas y
vísceras, cabezas cortadas y torsos que explotan por doquier, pero
es muy similar a todo cuanto habíamos visto, esa estética que
imita Wirkola de Tim Burton o de Guillermo del Toro y que deja una
historia y unos diálogos que nos proponen una especie de versión
aún más pagana de Destino
de caballero pero
como si estuviera escrita por Seth MacFarlane.
Yo
desde aquí grito varios hurras por las brujas buenas y malas, por
los monstruos memorables como Edward, por su director, un entusiasta
del cine gore y que tiene tantos seguidores de culto como George RR
Martin y porque vale, esta no es una buena película, pero el rato
entretenido que te hace pasar no tiene precio. ¿ O es que solamente
va a hacer buena taquilla una saga como Crepúsculo?
Y el guion de aquellas con el de esta película están a la par, pero
decidme vosotros donde vais a ver tanto cachondeo como con Hansel
y Gretel. Se nota
claramente la mano de Ferrell aunque solo sea el productor y añado,
si hace 30 años la hubiera hecho Raimi con Hansel interpretado por
Bruce Campbell, ¿que diríais?
No
está muy claro si las brujas llegarán a ser las sucesoras de los
vampiros y los zombis en el cine a partir de esta y otras películas,
pero lo más probable es que en la serie B actual siempre tendrán su
hueco por el mérito infravalorado de esta película de culto,
estrenada el mismo año que la insípida tercera versión de Carrie
adaptada por Roberto
Aguirre-Sacasa (guionista
de los cómics de Apocalipsis de Stephen King para Marvel). En
la secuela podrían explorarse nuevos y diferentes tipos de
brujería, aunque ya sin Wirkola al frente, pues después de tres
películas ( las dos
mencionadas más Zombis nazis 2: Rojos vs Muertos)
el noruego se encamina a probar con otro género lleno de suspense,
la ciencia ficción.
Paramount quiso cambiar la opción de una secuela por una serie de TV.
Paramount quiso cambiar la opción de una secuela por una serie de TV.
Puntuación:
6
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