Trollhunter (2010).

                         ! Creerás cuando lo veas!

                                     
Este filme noruego de fantasía oscura realizado en formato de metraje encontrado bien podría pertenecer al género de animación, ser obra de Guillermo del Toro o incluso una de las ya habituales producciones originales de Netflix, pero lo cierto es que fue escrito y dirigido por André Ovredal, quien presenta una historia donde aparece un reparto que mezcla a actores relativamente desconocidos con cómicos muy conocidos en tierras noruegas, incluido Otto Jespersen. Un grupo de estudiantes universitarios compuesto por Thomas, Johanna y el cámara Kalle deciden hacer un documental sobre un presunto cazador furtivo de osos llamado Hans (Jespersen).

                                                 
En una reserva ilegal de caza de osos entrevistan a los cazadores locales, quienes comentan que las huellas de los animales parecen muy raras. Finn Haugen (Hans Morten Hansen), jefe del Consejo para el Medio Ambiente noruego, descarta la idea de que las huellas de osos hayan sido falseadas, así que los estudiantes siguen a Hans para poder entrevistarle, pero este les da constantes largas. Una noche escapan en el Land Rover de este tras seguirlo a través del bosque y observar unas misteriosas luces brillantes y oír lo que parecen ser rugidos, seguido del propio Hans corriendo hacia ellos y gritando ! Troll! Los chicos descubren que el vehículo donde iban ha sido volcado y que tiene los neumáticos destrozados.

                                                    
Hans admite que él no caza osos, sino trols, lo cual crea escepticismo entre los estudiantes, quienes le preguntan si pueden unirse a él y filmarlo cazando, a lo cual da su consentimiento con la condición de que sigan sus instrucciones. Al día siguiente les hace camuflarse con esencia de trol, un ungüento extraído de las propias criaturas para que estos no los distingan. También comprueba si alguno de ellos cree en Dios o en Jesús, porque un trol puede oler la sangre de cualquier cristiano. Hans lleva consigo una pistola que emite una intensa radiación ultravioleta y que simula la luz solar, petrificando a los trolls y en ocasiones haciendo que estos exploten.

                                          
El cámara causa baja y su reemplazo es una chica musulmana llamada Malica, a lo cual Hans no sabe como reaccionarán los trolls. El grupo encuentra signos de existencia de Jotuns, trols gigantes de montaña de 150 metros de altura. Thomas cae enfermo y luego descubren que la muestra de sangre trol ha dado positivo en rabia, por lo que deducen que el muchacho se infectó por la mordedura que recibió de un troll días atrás. La película termina con una aparición en el telediario del entonces primer ministro Jens Stoltenberg, aparentemente admitiendo la existencia de trolls, aunque la prensa no da crédito a dicha revelación en las noticias. Este fragmento llegó a formar parte del marketing viral de la cinta.

                                                    
Al no saberse que se trataba de una nueva película, a nivel internacional se daba por veraz lo dicho por Stoltenberg, pero en realidad de lo que hablaba este político noruego era de unos terrenos petrolíferos llamados Troll, ya que Ovredal había editado el fragmento para crear la sensación de que admitía la existencia de trolls. Lo cierto es que había nacido un nuevo clásico nacional que combinaba elementos culturales patrios con el estilo cinematográfico de Hollywood. De hecho podría compararse con El proyecto de de la bruja de Blair, aunque su dramaturgia podría haber sido mucho mejor. Los efectos especiales tienen una calidad variable, con algunas escenas bastante asombrosas, entre ellas las de Jespersen.

Es mejor de lo que se temía, pero más floja de lo que podía esperarse, pues de ahí la comparación con La bruja de Blair, que con poco presupuesto y mucha cara dura tuvo un gran éxito comercial y dio a conocer al bueno de Jespersen. La habilidad de Ovredal de combinar el humor sutil con la tensión física y una notable naturalidad por parte de los tres estudiantes es destacada, no queda plana, ni predecible ni vacía de contenido, da momentos muy divertidos aunque el formato de falso documental puede resultar redundante y cansino, pero en general aquí queda más ingenioso y cautivador gracias al muy seco humor nórdico, que suele alargar bastante sus gags.

Gran parte de las tomas son de viajes en coche sacadas desde las ventanillas y muestran paisajes absolutamente necesarios para admirar los fiordos. Los efectos especiales por ordenador presentan unos gráficos que a tenor del escueto presupuesto se quedan cortos a la hora de seguir el canon de Hollywood, pero son para mi sorpresa muy conseguidos y escalofriantes. Jespersen resulta estelar al brindarnos momentos más dramáticos y de suspense en este viaje intrigante e irónico acerca de la naturaleza de la expeditiva burocracia de quienes ocultan la verdad sobre las criaturas del filme. Es parte terror parte sátira social y un pletórico reportaje sobre la belleza salvaje de Noruega.

Destinada con el tiempo a ser un clásico en su género hasta que venga Hollywood y arruine todo ese ingenio con alguna estúpida nueva versión. Esta que nos ocupa toma un estilo ya convencional como es el metraje encontrado y le imprime su sello único para quedar como uno de los mejores ejemplos de esta clase de cine hasta la fecha. Hasta la música está bien escogida, pues no es solo poner una canción de tal grupo de heavy metal local, sino la conocida composición En el salón del rey de la montaña de Edvard Grieg para mostrarnos a la familia de trolls, que como aseguran al final de los créditos, no fueron heridos durante el rodaje de esta película.

Con Trollhunter se puede aprender mucho sobre la cultura de Noruega y del folclore escandinavo, donde los trolls son patrimonio cultural y aparecen en cantidad de cuentos de hadas, como Las tres cabras macho Gruff, referencia presente cuando Hans trata de atraer a un trol bajo un puente usando a tres de estos animales. Castillo de Soria Moria es otro de los cuentos usados como fuente para determinar que los trolls pueden oler la sangre de los cristianos, y cuyas ilustraciones de Theodor Kittelsen y John Bauer aquí cobran vida en los paisajes. Llama la atención que los trolls acaben con la vida de un cristiano teniendo en cuenta que la mayoría de la población noruega es luterana, es decir, protestante.

                                                              
Respecto al remake, Chris Columbus habló en su momento de recrear esta película para el público a través de su productora y aplicar la fórmula Harry Potter, pero con otro director, Neil Marshall (Dog Soldiers,The Descent, Doomsday). Por fortuna, desde hace unos meses se sabe que el remake ha sido cancelado definitivamente.


Puntuación: 7


                                                

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