Alien: Planeta Tierra (2025-)

                                                          


Serie de televisión de ciencia ficción y terror creada por Noah Hawley que es la primera de su estilo dentro de la serie fílmica y está ambientada dos años antes de los acontecimientos de la original. La protagonizan Sydney Chandler, Alex Lawther, Essie Davis, Samuel Blenkin, Babou Ceesay, Adarsh Gourav y Timothy Olyphant , quienes forman el reparto principal. 

Ridley Scott, director de Alien, el octavo pasajero, produce esta serie de FX/Hulu, retrasada dos veces, una por la pandemia de COVID 19, y la otra por la huelga de cine y televisión más reciente, hasta que Disney+ la estrenó este pasado verano. Siguiendo la premisa establecida en el 79 por Dan O´Bannon y Ronald Shusett, el primer episodio (Nunca Jamás), la historia comienza presentando la trama central: la búsqueda de la inmortalidad por la  humanidad  mediante tres caminos- cíborgs, humanos mejorados con partes del cuerpo biomecatrónicas; androides, seres completamente artificiales dotados con inteligencia; y transferencia mental, cuerpos sintéticos que contienen consciencias de personas muertas. 

                                                      


Este último aspecto, si se presta atención a los diálogos, cambia completamente el canon de la franquicia. Y es que aquí se dan muchos cambios, incluyendo la música (aquí de Jeff Russo), donde se han empleado instrumentos poco convencionales para una banda sonora cautivadora e inolvidable. Por otro lado, cuando la nave de investigación del espacio profundo USCSS Maginot  hace un aterrizaje forzoso en la Tierra, una chavala híbrida llamada Wendy  y un grupo de soldados tácticos hacen un descubrimiento que los pone cara a cara contra la mayor amenaza a la que se enfrentará el planeta. 

Una de las propuestas del género más interesantes recientes, con permiso de  Fundación, un extraño brebaje terrestre que no es fácil de resumir en un sólo artículo, ya que cada personaje es un mundo en sí mismos. Rodada en Tailandia, en medio como ya he dicho de una huelga de artistas, la recapitulación  de lo visto se podría describir como "dolores de crecimiento".  El episodio 5 en particular es un desmadre,  como si fuera un capítulo de The White Lotus. 

                                                


En la parte técnica, los prostéticos prácticos son los que han hecho que en la serie cobren vida sus antagonistas   con un glorioso despliegue sangriento. Eso hace que se rinda a la evidencia y se convierta en una película de Alien . Hay lucha de clases con xenomorfos  y grandes sorpresas, como el hecho de que su creador haya prescindido de Prometheus  y Covenant  por considerarlas, con criterio, intrínsecamente  menos útiles para contar una precuela de la emblemática película. Es salvajemente ambiciosa,  muy cara, y la protagonizan unos actores y actrices talentosos que se niegan a interpretar  a sus personajes según el libro de estilo de Hollywood. Para la plataforma ha supuesto una apuesta arriesgada  al convertir la serie en una producción del calibre de un taquillazo de cine, como muestra la banda sonora incidental. 

Meterse de lleno en la serie  es algo que para los aficionados a la saga es todo un regalo, porque hay mucha acción con xenomorfos empapada de abundantes estudios de personajes , mejor que por ejemplo Miércoles (ya es habitual mis críticas a las producciones de Netflix, que priman demasiado las cifras de visionado, y claro, aquí la actriz protagonista me parece menos insoportable que Jenna Ortega). 

                                                               


Estilísticamente osada y aterradora , la nueva creación de Hawley en la mítica saga traspone el mito de los xenomorfos al medio televisivo  con su grandiosidad cinematográfica intacta  a la vez que asegura una identidad única  a su medida. Si le tengo que poner un pero sería que  se ha entregado  a demasiadas cosas pueriles para dejar que la franquicia crezca. Aún así, cuando se estrenó pude  sentir el entusiasmo de su creador, la explosión de sus ideas, y su genuino amor por el material. Ha habido muchas quejas centradas en que se ha abusado demasiado de la metáfora de Peter Pan, que antes todo era perfección y que  Disney lo ha arruinado. Recordatorio oportuno de que cuando Fox era un estudio independiente , ya llevó a cabo una cruel masacre a partir de la tercera entrega, con  su cruce efímero con Depredador  y con las muy prescindibles precuelas. 

                                                          


Ya desde el inicio la serie hace añicos las altas expectativas que traía, porque es otra precuela de la influyente saga de ciencia ficción  que es intrigantemente ambiciosa y finalmente acaba  como un viaje emocionante a lo casi conocido. Como producto de terror, es una experiencia dispersa, un híbrido incorrecto. Pero entonces llega Sigourney Weaver, la inmortal Ripley, y dice que la serie es más profunda que las películas. Y entonces ahí nos callamos todos. Respecto al futuro de la serie, estamos a la espera de que al creador le dejen hacer más, porque ha terminado con Wendy no dando esto por un desenlace, con ganas de ver más del globo ocular alienígena y que la hipotética segunda temporada se planifique y no nos deje en suspense. 

Puntuación: 7





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