La jungla: Un buen día para morir (2013)
Una de las sagas de acción más grandes de todos los tiempos llega a su quinta entrega. Hablo de La Jungla de Cristal, y aquí dirige John Moore a Bruce Willis como John McClane en su última película en la franquicia. La trama principal muestra al protagonista viajando a Rusia para sacar a su hijo Jack, del que está distanciado y que es un agente de la CIA infiltrado, de prisión. Pronto se ve atrapado en el fuego cruzado de una trama terrorista global. Junto a Willis, la película también la protagonizan Jai Courtney, Sebastian Koch, Cole Hauser y Yuliya Snigir.
Desde que se estrenó Jungla de cristal parecía que todo terminaba en La Jungla 4.0, pero finalmente llegó esta quinta parte, rodada por cierto en Budapest. La emblemática saga , además de salir de EEUU y llevar la trama a un escenario internacional, es la única que tuvo buena taquilla pero una pésima acogida por el público, razón por la que el estudio la dio por terminada, ya que vieron que la formula estaba agotada.
En Moscú, Viktor Chagarin, un corrupto funcionario ruso de alto rango, planea incriminar al ex multimillonario e informante gubernamental Yuri Komarov en una farsa judicial a menos que entregue un archivo secreto que se cree que contiene pruebas que incriminan a Chagarin. Aparte, Jack McClane, arrestado tras un intento de asesinato, negocia para una sentencia más corta ofreciéndose a testificar contra Komarov.
El padre de Jack, el detective de la policía de Nueva York John McClane, quien no ha estado en contacto con su hijo durante varios años, se entera de que está en problemas y vuela a Rusia . Cuando John se acerca al juzgado donde Komarov está sometido a juicio, una explosión orquestada por el secuaz de Chagarin, Alik, tiene lugar dentro del juzgado, y Jack se escapa con Komarov. John se enfrenta a su hijo, pero su discusión se interrumpe cuando Alik y sus hombres los persiguen por todo Moscú en un vehículo protegido resistente a las minas y emboscadas.
Ocultos en un lugar seguro, John descubre que Jack es un agente de la CIA que ha estado en una operación encubierta durante los tres últimos años. El socio de Jack, Mike Collins, exige la localización del archivo de Komarov para que la CIA pueda hundir a Chagarin. Acepta con la condición de que él y su hija tengan un salvoconducto para salir de Rusia. El grupo es emboscado por los hombres de Chagarin; Collins es abatido y asesinado mientras los McClane y Komarov escapan, abriéndose paso hasta un hotel para conseguir la llave de la caja de seguridad que contiene el archivo. Allí quedan con la hija de Komarov, Irina, tal como habían planeado. Alik y sus hombres irrumpen y atan a John y Jack , tomando como rehén a Komarov; Irina confiesa para informar sobre ellos. Jack se suelta de sus ataduras y él y John matan a la mayoría de los guardas presentes. Alik e Irina, con Komarov aún como su rehén, regresan en un helicóptero de ataque Mil Mi 24 y trata de matarlos, pero escapan.
Esa noche, Jack y John roban un coche lleno de armas, conduciendo hasta Pripyat, Ucrania, donde se halla la caja fuerte con el archivo, sólo para descubrir que Komarov, Irina y Alik ya están allí. John sospecha que algo va mal en el lugar, ya que hay muchos hombres cargando contenedores en los vehículos mientras que en su lugar se supone que van sólo a por el archivo secreto. La caja fuerte con el supuesto documento es un pasaje secreto hasta una bóveda del accidente de Chernóbil que contiene armas de uranio 235 por valor de mil millones de euros. Resulta que no hay archivo secreto y que Komarov e Irina han preparado una argucia para robar el depósito de uranio y ganar mucho dinero en el mercado negro. Komarov mata a Alik y llama a Chagarin para regodearse mientras este es asesinado por uno de los hombres del primero cuando se encontraba en una sauna.
Cuando John y Jack entran en la bóveda, Komarov finge estar contento porque han venido a salvarle , pero Jack ve que hay uranio en el lugar y descubre toda la argucia. Cuando él y John se preparan para arrestar a Komarov, Irina y algunos secuaces vienen a ayudar a su padre. En el momento de irse, Jack sigue a Komarov , mientras que John va a por Irina, quien escapa en un helicóptero Mil Mi 26; este se infiltra en el compartimento trasero. Irina trata de proteger a su padre disparando los cañones del helicóptero hacia Jack, pero John logra desequilibrar el vehículo conduciendo un camión fuera de la sección de carga mientras está abrochado al helicóptero por una cadena. Komarov se burla de Jack diciéndole que verá morir a su padre, incitando a que este lo arroje desde la azotea hacia las hojas rotatorias del helicóptero, matándolo. John es arrojado del camión al edificio.
Cuando Jack y John se reúnen, Irina trata de vengar a su padre embistiendo el helicóptero, ahora sin munición, hacia el edificio en lo que es un ataque suicida. John y Jack saltan desde el edificio hasta una enorme piscina llena de agua cuando el helicóptero se estrella y explota, matando a Irina. Habiéndose reconciliado, John y Jack vuelan de vuelta a casa en Estados Unidos y se reúnen con una emocionada Lucy.
Moore es un director que prácticamente su carrera la ha hecho en Fox, para quien había realizado antes otras cuatro películas: Tras la línea enemiga, El vuelo del Fénix, La profecía y Max Payne. Su última cinta, posterior a esta que nos ocupa, sería la independiente Amenazados en la red. Desde entonces, este irlandés parece haber desaparecido de Hollywood. Por si fuera poco, esta entrega iba a ser un cruce con la estupenda serie 24, por lo que el compañero de fatigas de John McClane habría sido el no menos emblemático Jack Bauer. El estudio lo descartó, prefiriendo que le acompañase su hijo, que interpreta la entonces estrella de Spartacus, viniendo a ser un sosias de McClane pero sin su carisma. Vuelve también de la entrega anterior Mary Elizabeth Winstead, quien encarna a la hija del protagonista, aunque sale poco.
Los villanos son una pareja de padre e hija bastante cabrones. Y entre los secundarios está Cole Hauser, que últimamente andaba por Yellowstone. También hay unas cuantas rusas de muy buen ver. Se dice que el rodaje causó importantes restricciones de tráfico en Budapest, ya que en una escena Willis y su equipo dispararon armas reales, concretamente el helicóptero usó munición del ejército húngaro. Un desastre real que provocó un incendio en pleno plató, cargándose algunas cámaras que costaban millones, llevando esta saga de acción al extremo, lo cual explica porque es la más ruidosa de todas las entregas. Puede ser este el motivo de porque Fox prescindió de Moore tras el estreno, pese a que Willis quiso hacer dos entregas más, pero lamentablemente el actor acabó retirándose de la actuación por culpa de un diagnóstico de afasia que le detectaron años después.
Marco Beltrami vuelve a componer la música, emulando la partitura de la trilogía original. Tuvo que darse prisa y trabajar a destajo según se rodaba la película, logrando meter casi todo cuanto preparó. La banda sonora empieza prometedora y luego gira hacia una dirección muy acorde con lo que se ve en pantalla y lo que se espera de esta saga. Con esta quinta entrega, La jungla de cristal se despide con una historia muy débil dentro de una franquicia que va como por pisos, y ni siquiera Willis, con su actitud sonriente, puede avivar un guion trillado y anodino. Aquí lo que es la acción está claro que no es un negocio familiar para los McClane, pues el chaval se esfuerza en vano, pero no le llega a su padre ni a la suela del zapato. Todo está muy desorganizado, no se ve esa dureza de las anteriores y al menos el héroe no acaba muriendo. Por algo es de las menos queridas, no sé si al nivel de lo que hizo Disney con la tercera de Iron Man.
De hecho, podría considerarse mejor secuela de la trilogía cualquiera de los videojuegos que salieron en su momento, ya fuera el de Las Vegas o el Vendetta. Willis temía en su momento ser reemplazado para una hipotética sexta entrega, ya que no veía a otro como McClane ni tampoco a directores capaces de entender al personaje (por ejemplo Len Wiseman). Cuando se iba a hacer, se habló de que la escribirían los guionistas de la Expediente Warren original, quienes se entrevistaron con el actor para que les eligiese a su versión joven, porque la cosa apuntaba a precuela ambientada en los 70. Esta especie de año uno iba a mostrar a la joven Holly Gennero y como John se rumoreaba a Tobey Maguire. El proyecto era un complicado equilibrio entre una continuación y una historia de origen, como se ha podido comprobar en las de Marvel, ya sea con Carol Danvers o en Veneno.
Sin un guion coherente ni personajes clave, es difícil que vuelva McClane o el resto de secundarios, y a tenor de como fueron las últimas producciones donde estuvo Willis, esta franquicia ha pasado al limbo por culpa de una fallida última entrega. Disney ganó en su momento la batalla por hacerse con Fox frente a otras multinacionales, despidiendo a mansalva gente para recortar y adaptar el estudio a sus intereses, convirtiéndolo en su nueva filial para dominar aún más el mercado cinematográfico. De hecho, la primera decisión fue cancelar todo cuanto Fox pensaba estrenar, que era bastante, incluyendo esta precuela que arrojó desde la azotea de su rascacielos. Sin Willis, que ya no está para anuncios siquiera, preocupa bastante que pasará tras saberse públicamente que su decadente estado cognitivo ya rondaba por los platós en años recientes. Probablemente Disney reinicie la franquicia desde cero, como ha hecho con otros títulos, o retome esa sexta parte con algún joven de moda, como ese actor que hizo en Fox las de El corredor del laberinto, Dylan O´Brien.
Puntuación: 5







Comentarios
Publicar un comentario