Vértigo (1958)

 

                              De entre los muertos


                                            



Cine negro y thriller psicológico dirigido y producido por Alfred Hitchcock, protagonizado por James Stewart como un antiguo detective investigador, John Ferguson, alias Scottie, que se ve obligado a la jubilación anticipada por un incidente en acto de servicio que le ha provocado desarrollar acrofobia ( un miedo extremo a las alturas) y vértigo (un falso sentido del movimiento rotativo). Scottie es contratado por un conocido, Gavin Elster, como detective privado que siga a la esposa de este, Madeleine (Kim Novak), quien se está comportando extrañamente. Rodada en San Francisco (California) durante su etapa en Paramount, fue la primera en Hollywood que usó travelling compensado.


Dicho efecto de cámara distorsiona la perspectiva para crear desorientación y así expresar la acrofobia de Scottie. Como resultado de su uso en esta película, el efecto a menudo es mencionado como Vértigo. Siempre he preferido este filme a Ciudadano Kane como la mejor cinta de la historia, porque visual y técnicamente me parece superior. Entre los secundarios tenemos a Barbara Bel Geddes, Tom Helmore y Henry Jones, con música de Bernard Herrmann y montaje de George Tomasini. Paramount vendió los derechos cinematográficos a los herederos de Hitchcock y estos a Universal pasados los años, por lo que los espectadores estuvieron décadas sin poder ver este y otros trabajos suyos.


                                                  



Tras una persecución en la azotea, donde un compañero policía cae abatido, el detective de San Francisco John Scottie Ferguson se retira debido a su miedo a las alturas y al vértigo. Scottie trata de conquistar su miedo, pero su ex prometida, la diseñadora de ropa interior Marjorie Midge Wood, dice que otro choque emocional severo podría ser la única cura. Gavin Elster, un conocido de la facultad, le pide a Scottie que siga a su esposa, Madeleine, asegurando que su estado mental era anormal y que podría ponerla en peligro. Scottie acepta de mala gana y sigue a Madeleine hasta un florista donde compra un ramo, a la Misión San Francisco de Asís y a la tumba de Carlotta Valdés (1831-1857).


Luego va al Museo de arte Legión de Honor en donde contempla el Retrato de Carlotta. La ve entrar en el Hotel McKittrick, pero investigando ella no parece estar allí. Un historiador local explica que Carlotta Valdés se suicidó: había sido la amante de un hombre casado rico y con el que tuvo a su hijo; de otra manera el hombre sin hijos mantuvo al niño y desechó a Carlotta. Gavin revela que esta (de quien teme que esté poseyendo a Madeleine) es la bisabuela de su esposa, aunque ella no tiene conocimiento de esto y no recuerda los lugares que ha visitado. Scottie sigue a Madeleine hasta Fort Point, y cuando esta salta a la bahía, la rescata.


                                                       



Al día siguiente Scottie sigue a Madeleine; quedan y pasan el día juntos. Viajan a Muir Woods y Cypress Point en la 17 Mile Drive, donde Madeleine corre hacia el océano. Scottie la agarra y se abrazan. Al día siguiente, Madeleine visita a Scottie y le relata una pesadilla en la que el detective identifica su escenario como el de la Misión San Juan Bautista, el hogar de infancia de Carlotta. La conduce hasta allí, donde expresan su amor mutuamente. Madeleine llega repentinamente a la iglesia y sube al campanario. Scottie, parado en los escalones por su acrofobia, ve a Madeleine caer muerta. Su fallecimiento es declarado como suicidio. Gavin no culpa a Scottie, pero este rompe a llorar y sufre un trastorno.


Muy depresivo, entra en un sanatorio casi en síndrome de catatonia. Tras salir, Scottie frecuenta los lugares que Madeleine visitó, a menudo imaginando que la ve. Un día, observa a una mujer que le recuerda a Madeleine, pese a su aspecto diferente. Scottie la sigue y esta se identifica como Judy Barton de Salina, Kansas. Una escena retrospectiva revela que Judy era la persona que Scottie conoció como Madeleine Elster; esta imitaba a la esposa de Gavin como parte de un asesinato planeado. Judy redacta una carta para Scottie explicando su intervención: Gavin se había deliberadamente aprovechado de la acrofobia de Scottie para sustituir el cuerpo de su recientemente asesinada esposa en el aparente salto suicida.


                                                       



Pero Judy hace pedazos la carta y continúa la farsa porque ama a Scottie. Comienzan a verse entre ellos, pero Scottie permanece obsesionado con Madeleine y pide a Judy que cambie su vestuario y peinado para que se parezca a la señorita Elster. Después de que Judy cumpla, esperando que puedan finalmente hallar la felicidad juntos, él ve que ella lleva el collar retratado en el cuadro de Carlotta y se percata de la verdad y de que Judy ha sido la amante de Elster antes de ser desechada como lo fue Carlotta. Scottie insiste en llevar a Judy a la Misión. Allí, le cuenta que debe restablecer el suceso que le condujo a su locura, admitiendo lo que sabe.

Él ahora comprende que Madeleine y Judy son la misma persona. Scottie la obliga a subir al campanario y la hace admitir su engaño. Scottie alcanza la cima, conquistando finalmente su acrofobia. Judy confiesa que Gavin le pagó para imitar a la poseída Madeleine; Gavin aparentó el suicidio arrojando el cuerpo de su esposa desde el campanario. Judy ruega a Scottie que la perdone porque le ama. Le abraza, pero una figura sombreada emerge de la trampilla del campanario, asustando a Judy, que da un paso atrás y muere tras caer. Scottie, desconsolado de nuevo, se pone de pie en el estante mientras la figura, una monja investigando el ruido, tañe la campana de la misión.


                                                   



La lectura más conocida de Vértigo es a la vez la más problemática, el papel de la fémina en el cine de Hitchcock como el sueño febril de un hombre agonizante. Partimos de la base de que el texto original fue una novela de detectives del autor francés Thomas Narcejac, una novela barata que el maestro del suspense adapta a su propio estilo y que acaba convirtiendo en un clásico. Con sus sombras y sus luces, el cineasta se obsesionó, dejando su pisada en la niebla de San Francisco, donde se ubican entre otros la casa de Scottie. El doble desafío fue tener a dos unidades de rodaje en el inmueble en venta, un mapa minuciosamente planeado y totalmente esbelto de la ciudad californiana.


                                                  



Vértigo induce el mismo efecto en el espectador, es hábilmente vertiginoso y diferente, por lo que tras más de 60 años sigue siendo eterna y ofreciendo un despliegue de lo que era el cine de Hitchcock. A los espectadores no les gustaba entonces ver a Jimmy Stewart en un papel tan extraño y a menudo indolente, anhelando el mismo sentido de estar de su parte como había tenido en La ventana indiscreta y El hombre que sabía demasiado. En conclusión, un impredecible y escalofriante thriller que se duplica como una triste meditación sobre el amor, la pérdida y el consuelo humano.


Puntuación: 8


                                                   




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