El protegido (2001)
Irrompible
Thriller
de superhéroes escrito, producido y dirigido por M. Night Shyamalan,
protagonizado por Bruce Willis y Samuel L. Jackson junto a Robin
Wright, Spencer Treat Clark y Charlayne Woodard, siendo la primera
entrega de una trilogía que nadie esperaba y en la que un guardia de
seguridad llamado David Dunn (Willis) sobrevive a un horrible
accidente de tren (Eastrail 177). Shyamalan organizó la
narración de El protegido de forma similar a la estructura
en tres actos de los cómics tradicionales, y tras establecer la
historia del origen escribió el guion con Willis como protagonista y
Jackson como la mente maestra Elijah Price. El resultado es una
película admirable por su estética e interpretaciones, así como la
banda sonora de James Newton Howard.
Esta
historia ha pasado a ser con el tiempo una de las que más seguidores
de culto tiene porque es una deconstrucción del género de
superhéroes, siendo de los filmes más complejos de Shyamalan hasta
la fecha, si no el mejor de este cineasta o ya por concretar de
temática heroica. Tenemos habitualmente adaptaciones de esta clase
procedentes de suelo americano, bien sea DC, Marvel o Dark Horse, con
sus elementos de fantasía, acción y ciencia ficción, pero una
cinta de esta clase es siempre tan bienvenida como si Quentin
Tarantino se hiciese con las riendas de Batman o de la novela gráfica
Powers. Pasados unos años, se desarrolló como continuación
la secuela temática Múltiple, con Willis retomando su rol
como Dunn en un cameo y que llegó en 2017. El éxito de esta
propició que llegase inmediatamente la tercera secuela, Glass,
conclusión a una obra en la que se cruzan los personajes de
ambas.
En
1961 en Filadelfia (Pensilvania), Elijah Price nace con
osteogénesis imperfecta de tipo 1, una enfermedad rara que deja los
huesos del paciente extremadamente frágiles y propensos a romperse,
por lo que cuando crece se convierte en marchante de cómics y
desarrolla una teoría basada en las historietas que ha leído
durante sus muchas estancias en hospitales de si él representa la
extrema fragilidad humana entonces debe haber alguien en el extremo
opuesto que sea inquebrantable, una especie de protegido. En
el presente, otro tipo de Filadelfia, el vigilante de seguridad David
Dunn, también busca el sentido de su existencia tras haber dejado
pasar una oportunidad de hacer una prometedora carrera en el fútbol
americano.
En
aquellos días universitarios se casó con Audrey (Wright)
tras estar ambos involucrados en un accidente de tráfico, las cosas
no van bien en el matrimonio y el que lo sufre es el hijo, Joseph
(Clark). Tras regresar a casa de una entrevista de trabajo en
Nueva York, el tren de David, el Eastrail 177 descarrila matando al
resto de los 131 pasajeros, siendo él el único superviviente y sin
sufrir heridas. En el funeral de las víctimas del accidente, halla
una tarjeta en el parabrisas de su coche con el logo impreso de la
galeria de arte de Elijah, Edición Limitada, y con un mensaje en el
dorso preguntando si alguna vez ha estado enfermo. David y Joseph se
reúnen con Elijah, quien le sugiere al primero que es un superhéroe.
Mientras
hace entrenamiento con pesas junto a Joseph, David realiza press de
banca levantando 160 kg, pero insiste pese a la hazaña que él sigue
siendo un hombre corriente. David desafía la teoría de
Elijah con un recuerdo reprimido de cuando estuvo a punto de morir
por ahogamiento, por lo que su debilidad podría ser el agua
(acuafobia). Otra revelación es que Dunn posee percepción
extrasensorial y esto es algo que le ha ayudado como vigilante de
seguridad, por lo que pone esto en práctica en la estación de la
calle 30, tocando a gente de forma aleatoria y detectando que una
persona ha cometido un delito de odio y a un sádico barrendero que
ha allanado un domicilio ajeno.
David
asiste luego a una exposición en Edición Limitada donde conoce a la
madre de Elijah (Woodard), quien le explica la diferencia
entre los villanos que combaten a los héroes con la fuerza física
frente a los que emplean la inteligencia. Allí su hijo se revela
como Don Cristal, un apodo que los niños solían usar para
burlarse de él mientras crecía y que ahora usará como mote para su
héroe, llevando esto a los hechos que analizaremos con profundidad
en Glass. Por cierto, Shyamalan tiene cameos tanto aquí como
en Cristal y en Múltiple, y además dentro del
canon de esta ficción tenemos un breve encuentro con el
protagonista de la segunda entrega, el demente Crumb, que sólo era
un niño entonces.
Shyamalan
enfrenta al superhéroe contra su archienemigo empezando por la
historia del origen de ambos. La idea se concibió durante el rodaje
de El sexto sentido, con Willis y Jackson en mente para
dichos roles y como el amanecer de la que algún día sería la
trilogía heroica improbable del cineasta que firmó la inquietante
cinta arriba mencionada. Disney se lanzó a una nueva colaboración
para distribuir el filme bajo el sello Touchstone Pictures y la
productora Blinding Edge. Julianne Moore rechazó el papel de
Audrey, la esposa de David, para aceptar el de Clarice Starling en
Hannibal, llevándoselo Wright en su lugar. A nivel
fotográfico, la cámara nos muestra cada escena como si fuera una
viñeta con su tópico literario.
Jackson
parece tener un cierto gusto por el color púrpura en sus papeles de
cine, pues ya con George Lucas portaba un sable de luz del mismo tipo
en el episodio II de Star Wars. Además, su peluca es un
homenaje al político afroamericano Frederick Douglass. Tanto él
como Willis ya habían trabajado juntos en Jungla de cristal: La
venganza, Pulp Fiction y Con el arma a punto. Howard supo
interpretar el misterioso storyboard de Shyamalan en su partitura
musical, dotando a cada arquetipo de un tema característico de la
forma que suele hacer con las referencias a los cómics Kevin Smith o
en sus historietas Matt Wagner (Mage,Grendel). Tiene eso sí
un final bastante endeble y no es tan buena como El sexto sentido.
Sin
embargo, es un filme discretamente intrigante que te mete en la trama
y te lleva como espectador a giros impredecibles por todo el camino,
escalofriante e inteligente, un laberinto de un universo paralelo
ficticio continuamente fascinante. Puede ser que deje un sentido de
déjà vu en su montaje y en la música de Howard con su
anterior trabajo, pues ese era el temor de Shyamalan con respecto a
Touchstone, que la vendió como un thriller psicológico de terror al
estilo de Hollywood. Es un caso parecido al de la obra de Tarantino,
que aquí en este caso no se reconoció hasta hace poco su puesta a
punto entre las películas de superhéroes como la más compleja de
todas.
En
una época ya lejana como la del videoclub, El protegido era
una de las películas que más veces alquilé y que actualmente he
podido volver a ver gracias a Netflix como repaso a esta trilogía y
cuya secuela, Múltiple, tocará reseñar pronto. Como
curiosidad, La trampa del mal estaba planeada como
continuación de la que nos ocupa hasta que el proyecto fue a parar a
manos del director John Erick Dowdle, si bien la historia fue escrita
por Shyamalan, que además ejerció de productor. La segunda entrega
es otra de sus mejores películas en años porque es un thriller
sorprendente y conmovedor. Finalmente, con Cristal Shyamalan
toma lo mejor que aprendió de los Vengadores.
El
final de Múltiple le llevó años concebirlo a Shyamalan,
para que así en Glass se justifique el impactante desenlace
donde toman parte Willis, Jackson, Anya Taylor-Joy y James McAvoy. Lo
que comenzó en 2001 fue algo más que una película de superhéroes
originales, se trataba de la crónica de un único superviviente en
accidente ferroviario.
Puntuación:
7
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