1864 (2015)

         Los corazones sangran en la guerra y en el amor

Serie de corte histórico de la televisión danesa creada por el guionista y director Ole Bornedal, basada en dos libros acerca de la Guerra de los Ducados entre la Mancomunidad del reino de Dinamarca, el reino de Prusia y el imperio austriaco, que acabó en derrota para el bando danés y en la pérdida de un cuarto de su territorio en favor de Prusia. Se sigue de cerca a dos hermanos de una aldea remota en Fionia que se alistan en el ejército nacional justo antes del estallido del conflicto, relatando la experiencia de los horrores del combate en el ducado de Schleswig. También aparecen figuras históricas reales como las del primer ministro Ditlev Gothard Monrad (Nicolas Bro) y su homólogo prusiano Otto von Bismarck (Rainer Bock) a lo largo de sus 8 episodios.

                                                
Con claro tinte bélico, Bornedal (El vigilante nocturno, La sombra de la noche), esta serie de la televisión pública danesa se pudo ver hasta hace poco en España por Movistar Series y es, como suele ser habitual en las producciones nórdicas y europeas, una muestra de alta calidad en relación a su inversión económica para un producto de la pequeña pantalla. Pensemos en otras series del país escandinavo como Borgen (también en Movistar), con las que comparte ese sello distintivo de éxito de crítica y espectadores o el hecho de que sus actores aparezcan aquí, ya sean Sidse Babett Knudsen o Soren Malling.

                                         
La batalla de Dybbol, clave del enfrentamiento, juega un papel fundamental en la trama al ser la causa de la derrota danesa ante las tropas prusianas, en Fionia. Bornedal realizó una historia clásica sobre el poder y el abuso del mismo, que acaba separando a la gente, en un sentido épico en su escala y un gran tono de tragedia, con escenas que recrean los cuadros de la época del pintor local Vilhelm Rosenstand. En la década de 1850, los habitantes de un pueblo aguardan el regreso de los soldados victoriosos que han combatido en la primera guerra de Schleswig. Entre los que han regresado está Didrich (Pilou Asbaek),el hijo de un terrateniente y barón local, que ha servido como capitán.

                                       
La madre de Didrich murió al darle a luz y su padre nunca se lo ha perdonado, tratando a su hijo como escoria y siendo amable con sus huéspedes. En Copenhague, el obispo Monrad, líder del Partido Liberal Nacional, conoce a la famosa actriz Johanne Luise Heiberg (Knudsen), que es quien le inculca todas sus ideas nacionalistas. Ya de 1860 en adelante, Monrad es primer ministro de Dinamarca y se ha convertido en un nacionalista convencido, tratando activamente de provocar la guerra contra Prusia acerca del asunto de Schleswig-Holstein, todavía alentado por la señora Heiberg. Monrad trata de persuadir al nuevo rey, Cristián IX (Henrik Prip), de que declarar la guerra mostraría al pueblo de que el monarca, que nació en Schleswig y creció hablando alemán, es un auténtico danés.

                                                 
En Berlín, Guillermo I de Alemania, su canciller Otto von Bismarck y el general Helmuth von Moltke reciben la noticia del alarde de un poder militar que Dinamarca generalmente nunca ha tenido con incredulidad. Un grupo de gitanos liderados por Ignazio (Zlatko Buric) llega al pueblo para pedir trabajo, mientras que los hermanos hacen varios amigos como Alfred, un ingenuo joven natural de Skagen; Erasmus, un tipo larguirucho y barbudo que en la vida civil es molinero, y Johan Larsen (Malling), un veterano de mediana edad con reputación de psíquico y que luego es ascendido a cabo. También hacen buenas migas con el segundo de a bordo de su compañía militar, un suboficial padre de la futura escritora Karen Blixen.

La octava brigada es enviada al sur a ocupar Danevirke, una línea de fortificaciones que siempre ha sido considerada la frontera meridional del país y que en la mitología danesa se hablaba de ella como impugnable. Luego serán testigos de la devastación provocada por la batalla de Mysunde, la primera contienda real de la guerra en la que Didrich los mantiene bien firmes en retaguardia. Obviamente para el comandante de los daneses, Christian de Meza (Soren Saetter-Lassen), es misión imposible mantener Danevirke porque las marismas y los lagos con las que se defendían los flancos se han congelado por culpa del crudo invierno,solicitando retirarse a Dybbol, pero Monrad se lo niega.

                                        
El grupo cae derrotado en la batalla de Sankelmark, que resulta muy sangrienta para las filas danesas, pero solo es el precedente del ataque alemán en la batalla de Dybbol, con un despliegue de artillería que duró seis horas comandado por el muy competente Federico Carlos de Prusia (Barnaby Metschurat), sobrino del rey prusiano que ha reemplazado al senil y octogenario Friedrich Graf von Wrangel (Hans-Michael Rehberg). Johan llega hasta el pueblo de los hermanos, Laust y Peter Jensen (Jakob Oftebro da vida al primero) para hacer llegar la última carta de Laust a su mujer, Inge Juel (Marie Tourell Soderberg), pero la madre de la muchacha, Ingrid, impide que vea a su hija y luego quema la carta.

                                                       
Dos años más tarde, Peter vuelve a estar cuerdo y saludable, por lo que es liberado y vuelve a casa cruzando Austria y Alemania hasta Dinamarca, encontrando por el camino a las tropas alemanas marchando para combatir en la guerra austro-prusiana. De manera paralela y vinculada a la historia principal, el epílogo nos traslada a la actualidad, concretamente a esta década de 2010, donde aparece una adolescente problemática llamada Claudia Henriksen, cuyo hermano murió en acto de servicio en la guerra de Afganistán en 2014. Un relato entusiasta y pródigo visualmente que se aparta del género negro escandinavo pero que se toma libertades históricas, como el el excesivo fervor nacionalista en batalla.

                                                     
La guerra de 1864 tuvo un profundo efecto en Dinamarca debido a la derrota, asentando el curso consiguiente para el país hacia su desarrollo moderno y que inevitablemente fue causa de la paliza recibida.

Puntuación: 6,5


                                        





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