James Bond contra Goldfinger (1965).
James Bond vuelve a la acción.
Goldfinger, ya con este
nombre evocamos a uno de los villanos más conocidos del cine de espionaje, el
tercero en las películas de James Bond, la tercera entrega donde le dio vida
Sean Connery, el primer y genuino actor con el que asociamos al agente más
famoso del MI6, un James Bond escocés, de treinta y pocos y que en sus principios era considerado la
antítesis del personaje. Su destreza física y su magnetismo sexual acabaron identificando a Bond con Connery. Por
supuesto la trama de esta película esta sacada directamente de la novela sobre
Goldfinger que Ian Fleming escribiese en
1959.
En esta cinta no pueden
faltar arropando a 007 gente como Honor Blackman, la chica Bond de turno, Pussy
Galore, y Gert Fröbe como el enemigo de la función, Auric Goldfinger. La no
menos bella Shirley Eaton es la otra chica Bond, la mujer cubierta de
oro de los pies a la cabeza, Jill Masterson, en esta producción de Albert
Broccoli y Harry Saltzman bajo dirección
de la primera de cuatro aventuras de Bond que dirigiría el recientemente
fallecido Guy Hamilton. El argumento nos trae a Bond investigando el tráfico ilegal de oro por parte del magnate Goldfinger, de quien
007 destapará sus planes de
contaminar Fort Knox.
Goldfinger
fue el primer blockbuster de la saga al
recaudar de una sola vez lo que sus dos predecesoras, además de ofrecernos unas
espectaculares vistas de los asombrosos paisajes montañosos de Suiza, una sola
muestra de lo que el canon de la franquicia siempre ha cuidado con mimo. La
trama nos sitúa de primeras en Miami Beach, donde James Bond recibe
instrucciones de M (Bernard Lee) a
través del agente de la CIA Felix Leiter
(Cec Linder), para que vigile al
traficante y distribuidor de lingotes Auric Goldfinger, quien se hospeda en el
mismo hotel que Bond, el Fontainebleau.
Allí ve como el magnate hace trampas jugando
al gin en una mesa de juego.
El agente secreto
chantajea a su objetivo para que pierda
en las cartas, lo que le lleva después a ser noqueado por el esbirro coreano de
Goldfinger, Oddjob (Harold Sakata),
que le lanza su sombrero. Bond acaba recuperandose y logra infiltrarse en la fábrica del magnate, descubriendo que
este oculta el oro derritiéndolo y añadiéndolo a la carrocería de su coche, por lo que se lo lleva consigo
cada vez que viaja. 007 también logra escuchar
una conversación entre Goldfinger y un
agente del partido comunista de China, el sr Ling (Burt Kwouk), oyendo algo sobre una operación llamada en clave Grand
Slam. Desafortunadamente Bond es descubierto y atado a una camilla donde un
láser amenaza con partirle en dos.
Bond engaña astutamente a Goldfinger diciéndole que el MI6 conoce lo del Grand Slam, lo que lleva
al criminal a perdonarle la vida al espía
sólo haciéndole creer con esta mentira que la agencia lo tiene todo controlado. Así, Bond es llevado por Goldfinger en su jet privado y con la piloto
quien no es otra que Pussy Galore, volando hasta Fort Knox, donde el
villano planea volarlo por los aires con una bomba de cobalto, un peligroso
material radiactivo que puede llegar a
contaminar varias hectáreas de la zona. En el clímax, Goldfinger secuestra otro
avión con Bond dentro y mientras luchan por pillar un revolver, el arma se
dispara y al dar en una ventanilla crea una
descompresión descontrolada donde la fuerza de absorción mata al villano.
Blackman fue
seleccionada para el rol de Pussy
Galore debido a su participación en Los Vengadores, lo que llevó a que el
guion fuera reescrito para que la actriz luciese sus movimientos de judo. El nombre de su personaje tiene doble
sentido, al menos en inglés (lo podéis
buscar en cualquier diccionario). Orson Welles fue considerado para interpretar a
Goldfinger, pero sus exigencias económicas eran demasiado altas para
reclutarle. Theodore Bikel fue otro actor que hizo la prueba, pero no lo
consiguió. Fröbe se lo llevó gracias a que antes había dado vida a un pederasta en una película alemana llamada El
cebo. Este actor no sabía hablar del todo inglés, por lo que se aprendió su
texto fonéticamente.
Eaton, quien hace de Jill
Masterson, viene a ser en la trama una especie de ayuda de campo de Goldfinger,
y su imagen cubierta de oro fue portada de muchas revistas pese a aparecer en
pantalla tan solo unos minutos. Por otra parte, Linder reemplazó a Jack Lord
como Leiter tras su presentación
en Dr No, de nuevo por exigencias
económicas. Originalmente el elegido iba a ser
Austin Willis, quien aparece como el derrotado contrincante de
Goldfinger en las cartas al principio. No quiero olvidarme del entrañable
Desmond Llewelyn, quien aquí hacía una
nueva intervención como Q tras Desde Rusia con amor, y quien solo se
ausentaría en Vive y deja morir.
Todavía reciente la
disputa legal entre el estudio y el guionista
Kevin McClory por su adaptación de
Operación trueno, Cubby Broccoli decidió en calidad de productor ir
adelante con esta nueva aventura en la que invirtió más presupuesto que en la anterior entrega
ambientada en tierras rusas. Terence Young, director de las dos primeras
películas, optó por filmar Moll Flanders tras otra disputa más por
salarios. Hamilton entró porque conocía personalmente a Fleming de sus días en el servicio de
inteligencia en la marina real británica
durante la segunda guerra mundial.
En la versión descartada
del guion, el dispositivo que iba a lanzar Goldfinger contra Fort Knox era el que usaban los chinos en sus pruebas
nucleares. Connery nunca llegó a pisar Miami porque estaba rodando Marnie la ladrona a las ordenes de
Alfred Hitchcock, por lo que se trasladó directamente a Pinewood. Cuando
Goldfinger vuela hasta Suiza en realidad está en el aeropuerto de Londres-Southend, pero luego ya las
unidades principal y secundaria viajaron hasta el municipio suizo de Realp, donde la fábrica de Pilatus
Aircraft en Stans sirvió como la
factoría ficticia del villano.
Otras vistas suizas que
aparecen son el puerto de montaña de
Furka y la localidad de Andermatt, al parecer escogidas por el hijastro de Broccoli y futuro productor de la saga, Michael
Wilson. Los vehículos de James Bond son otro de los atractivos y aquí no podía
faltar en esta producción el legendario
Aston Martin como parte de la publicidad por emplazamiento de este lujoso coche
diseñado por el especialista visual John
Stears, quien incorporó luego a las ruedas unas cuchillas afiladas como las de
los carros de Ben-Hur, reciclado para Operación Trueno.
En la novela, Goldfinger
usaba para torturar a 007 una sierra circular en vez de un laser porque cuando
se escribió aún no se descubrieron (fue
gente de Harvard quienes lo crearon). Los efectos del láser se simularon
con un soplete. En cuanto a la música, esta fue la primera gran composición de
John Barry para un tema de Bond, cantado por
Shirley Bassey, cuya prodigiosa voz se dejaría oír de nuevo
en Diamantes para la eternidad y la ya
analizada Moonraker. Barry la compuso
junto a Anthony Newley y Leslie Bricusse,
y la estimo a nivel personal como uno de sus grandes éxitos del añorado músico británico.
Esta película estuvo
durante un tiempo prohibida en Israel debido a que Fröbe perteneció al partido
nazi. Como parte de su promoción, se lanzaron miles de productos relacionados
que iban desde figuras de acción a juegos de tablero, rompecabezas, fiambreras,
cromos y coches en miniatura. Goldfinger
está estupendamente construida, es ágil,
disparatadamente divertida y emocionante. La película es tan sofisticada como
los inventos que en ella aparecen usados por 007. Su tradición auto paródica
continúa aunque a veces se supere a sí
misma en esa sandez intencionada. El Goldfinger de
Fröbe es un villano sagaz muy en deuda
con los que diese vida Sydney
Greenstreet, aquel secundario que apareció en El halcón maltés o Casablanca.
Puntuación: 7,7
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