Fuego en el cuerpo (1982).

Es un verano caluroso, Ned Racine  espera a que algo especial suceda  y cuando pasa, no estará listo para sus consecuencias.


                                      
 Neo-noir  con tintes de suspense erótico  escrito y dirigido por  Lawrence Kasdan, inspirado tanto en  Perdición de Billy Wilder (de la cual adapta parte de su trama) como de  elementos de  Retorno al pasado de Jacques Tourneur. Esta película lanzó  la carrera de su protagonista femenina, Kathleen  Turner, quien por aquellos años era una de las actrices más sexys  de la industria  y cuyo debut en un largometraje dejó  al público con la boca abierta, ya que a partir de aquí construiría una trayectoria  fundamentada en dar vida a mujeres ambiciosas y abiertamente carnales  a la par que físicamente robustas. El filme también fue  el debut como director de  Kasdan, guionista de  El imperio contraataca y  En busca del arca perdida. De hecho, George Lucas sirvió de manera no oficial como productor ejecutivo al haber colaborado Kasdan con el creador  de las franquicias de  Star Wars e Indiana Jones.

Durante una  particular e intensa ola de calor en  Florida, un inepto abogado llamado Ned Racine (William Hurt) comienza una aventura amorosa con  Matty (Turner), la esposa de un acaudalado hombre de negocios llamado  Edmund Walker (Richard Crenna). Ambos amantes llegan hasta donde haga falta para mantener su idilio  en secreto, pero Ned se declara descuidadamente  a una vieja compañera de colegio de Matty, Mary Ann  Simpson (Kim Zimmer), creyendo que esta era su ligue. Matty le deja claro a Ned que quiere separarse  de Edmund pero también que quiere llevarse su dinero, pues le explica que  el divorcio podría dejarle con poca cosa debido a su  capitulación  matrimonial. Racine sugiere que la única opción que queda  es matar a Edmund, y mientras planea el asesinato, Ned  consulta con uno de sus clientes más  sospechosos, Teddy Lewis (Mickey Rourke), un experto en  bombas incendiarias, quien le proporciona material.  

El protagonista coloca el cadáver  de Edmund Walker en un edificio abandonado donde el difunto tenía intereses empresariales, usando la bomba para que parezca que la víctima murió durante un  delito de incendio. El nuevo testamento de Edmund está tan pobremente redactado que la sucesión queda  intestada y Matty hereda  así toda la fortuna del fallecido. Dos amigos de Ned, el ayudante del fiscal Peter Lowenstein  (Ted Danson, antes de ser conocido por Cheers) y el detective  Oscar Grace (James Allen Preston) comienzan a sospechar que el abogado colaboró con Matty en la muerte de su marido. Más tarde, Grace  halla un cuerpo sin vida  que es identificado como  Matty Walker, cuyo apellido de soltera fue Tyler, gracias a  la prueba de odontología forense, confirmando así que la viuda actuaba desde su época de instituto como una mujer fatal.



                                          
Esta producción nos trae  el deseo que tuvo Kasdan  de hacer una estructura intrincada como la de  los sueños, con la densidad de una buena novela y la textura de gente reconocible  inmersa en extraordinarias circunstancias, todo ello con los soleados y cálidos paisajes de Florida como escenario.  Su fuerza narrativa  y su concentración de personajes  dan la sensación de encontrarnos ante una obra  del séptimo arte comparable en su género a  Chinatown, dejándonos espacio para  que el elenco de la cinta impregne un nuevo aire  que haga  posible esa textura. En este melodrama el crimen y el sexo  van de la mano  hacia un desenlace trágico como en los tiempos del  gran escritor policiaco James Mallahan Cain, los años 40, donde este tipo de historias ya eran frecuentes antes de la llegada de los seriales televisivos.

Puntuación: 7

                                                            


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