Kon-Tiki (2013).

                         La auténtica aventura no tiene límites.


                                        
Ficción histórica  dirigida por  Joachim Ronning y  Espen Sandberg (Max Manus) sobre la  expedición  Kon-tiki. La película se rodó principalmente en la isla  de  Malta, con el papel de  Thor  Heyerdahl interpretado por Pal Sverre Valheim Hagen, siendo una coproducción  internacional entre  Noruega, Dinamarca (Nordisk Film), Alemania, Suecia (Film i Väst) y el Reino Unido. La cinta fue nominada  al Óscar a la mejor película  de habla no inglesa en  la edición nº 85 de estos premios y también  al Globo de Oro en la misma categoría en los premios de 2012. Producida por  Jeremy Thomas (El último emperador, Soñadores, Un método peligroso, Sólo los amantes sobreviven).

Kon-tiki fue el nombre de la balsa  utilizada por el explorador noruego en su expedición de 1947 por el océano Pacífico desde Sudamérica hasta la Polinesia. Las teorías vigentes en la época daban por sentado  que este archipiélago había sido poblado  por gente que emigró desde occidente. Heyerdahl era un experimentado aventurero y  etnógrafo que  vino a demostrar que los sudamericanos  habitaron  esas islas en tiempos  precolombinos. Notando similitudes  entre estatuas halladas  en América del Sur y los  Moái polinesios, la teoría de Heyerdahl  sobre el origen de los isleños  es reafirmada por el folclore local  que habla de una antigua tribu  llamada  Hanau epe , quienes pudieron vivir en la Isla de Pascua.

Mientras que muchos expertos  sostienen que tal viaje a través de un océano tan enorme es improbable que haya tenido éxito, para ilustrar que no hubo limitaciones tecnológicas  que podrían haber  cohibido a los primitivos de  hacer la travesía, Heyerdahl pone en práctica su teoría  y construye una  balsa de madera usando las mismas técnicas  que pudieron utilizarse  1500 años atrás por los indígenas de la región. A pesar de que él no  sabía nadar ni navegar, se embarcó  en un traicionero  recorrido de 4.300 millas náuticas atravesando el Pacífico desde Perú hasta  Polinesia a bordo  la pequeña balsa  junto a su tripulación de cinco hombres y un  guacamayo llamado Lorita.  

Estos eran  el ingeniero  Herman Watzinger (Anders Baasmo Christiansen), el antiguo miembro de la resistencia Knut Haugland (Tobias Santelmann), el antropólogo  Bengt Danielsson (Gustaf Skarsgard), el pintor y escultor  Erik Hesselberg (Odd-Magnus Williamson) y  el también luchador de la resistencia  Torstein Raaby (Jakob Oftebro).  Durante los tres meses que pasan navegando a bordo de la vetusta embarcación bautizada como el  dios inca del Sol y la tormenta (en español, Viracocha), la tripulación  recrea científicamente  el legendario viaje  de costa a costa, encontrándose con  reveses  en forma de tempestades, escualos y otros peligros del mar abierto.

Otras localizaciones de rodaje que vemos son Noruega, Bulgaria y  las Maldivas, todo ello  en tres meses y medio.  Kon-Tiki se filmó en  noruego, un idioma bastante complicado aunque a nivel internacional está en inglés, por lo que se puede ver en este idioma o   doblada en español . La precisión histórica es un tema importante, pues las escenas  que muestran las experiencias de Heyerdahl  en Fatu Hiva  se filmaron en  Tailandia  y con extras de allí que no se parecen en nada a los nativos polinesios, detalle que salta la vista cuando se les ve agarrando flechas que no son típicas de las Islas Marquesas o tejiendo cestos de Ratán, cuya técnica y material son originarios de  la Polinesia Francesa.

                                               
Otra inexactitud es cuando todos muestran preocupación por ser engullidos por  un Maelström, un remolino que sólo  se produce en las costas noruegas. Volver a contar  la iniciativa de seis hombres equipados  con lo justo  ha tenido detrás un equipo de cientos de profesionales, y los resultados  quedarían en nada si no se han pulido debidamente, con  un esplendido  catálogo de detalles que hacen que esta época narrada resulte convincente gracias a los efectos especiales, a veces ostentosos. 

Algunos espectadores recibirán el tema de la cinta como la licencia artística que sus cineastas se han tomado para dramatizar  a ciertos personajes y eventos  del viaje, pero en general la película es  visualmente impecable. Si le tuviera que poner un pero, hubiera reclamado algo más de  sangre para ver una atractiva secuencia de tiburones contra humanos en las cristalinas aguas del mar. Como la balsa, está épica historia real  está profesionalmente ensamblada  y es toda una vuelta a la aventura clásica y emotiva pese a sus  libertades creativas. Si queréis ver una buena película extranjera,  Kon-Tiki  es una excelente opción.

Puntuación: 7

                                                      



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