Alicia en el País de las Maravillas (2010)

                           Descubriendo un mundo mágico


                                        


Fantasía oscura y aventuras dirigida por Tim Burton a partir de un guion escrito por Linda Woolverton, protagonizado por Johnny Depp, Anne Hathaway, Helena Bonham Carter, Crispin Glover, Matt Lucas y Mia Wasikowska, así como las voces de Alan Rickman, Stephen Fry, Michael Sheen y Timothy Spall. Inspirada libremente en las novelas homónimas de Lewis Carroll y también en la película animada de 1951 de Disney, el filme cuenta la historia de Alicia, de diecinueve años, a la que le dicen que puede restituir a su trono a la Reina Blanca con la ayuda del Sombrerero. Ella también es la única que puede matar al Galimatazo, una especie de dragón controlado por la Reina Roja que aterroriza a la gente del submundo. Ante esta situación, Alicia lucha para proteger dicho lugar.


Disney rodó en Reino Unido en 3D digital para IMAX una cinta no animada que tiene un estilo visual sobresaliente y unos efectos especiales notables, pero que carece de coherencia narrativa. Ganó dos Oscar, mejor diseño de producción y vestuario, irónicamente no los efectos visuales. Bastante rentable en taquilla tiempo antes de la época dorada de los superhéroes, puede decirse que fue la que impulsó las nuevas versiones en imagen real de los clásicos animados del estudio pese a que ya hubo una adaptación de El libro de la selva casi olvidada y dos prescindibles de 101 dálmatas, una de ellas secuela. Se ve que el ejecutivo encargado de ello en el departamento ha dado con la gallina de los huevos de oro, puesto que la que nos ocupa tiene continuación, estrenada seis años después y que mostraba más problemas en la fiesta del té paralelos a la crisis de las salas de cine iniciada hace una década, que boicotearon su estreno.


                                                 


En 1871, afligida por un extraño sueño recurrente y de luto por la pérdida de su padre, Alicia, de 19 años, acude a una fiesta en el jardín en la finca de Lord Ascot. Allí se ve cara a cara con una propuesta de matrimonio indeseada del hijo de Lord Ascot, Hamish, y las expectativas sofocantes de la sociedad en la que vive. Insegura de como proceder, persigue a un conejo que viste un chaleco azul, que lleva un reloj de bolsillo y que cae accidentalmente por una enorme madriguera bajo un árbol. Entra por una puerta pequeña bebiendo de una botella etiquetada como Bébeme y aparece por un bosque en un lugar mágico llamado País de las Maravillas donde es recibida por el Conejo Blanco, la Lirona (Barbara Windsor), un Dodo y dos gemelos idénticos llamados Tweedledum y Tweedledee, quienes parecen conocerla.


Alicia sugiere que todo es un sueño mientras que los otros discuten sobre si ella es la verdadera que debe matar al Galimatazo de la Reina Roja en el Día Gloricioso y restablecer a la Reina Blanca, que es la hermana de esta, en el poder, tal como lo ha predicho la Oruga azul y su oráculo, un calendario con forma de pergamino que narra la historia y el futuro del País de las Maravillas. El grupo es emboscado por una bestia hambrienta llamada Magnapresa y por un ejército de naipes liderados por Sota de Corazones (un imponente general que es el amante de la Reina Roja). Alicia y los Tweedle huyen al bosque, Sota roba el oráculo de la oruga y la lirona deja atrás a los otros llevándose uno de los ojos del Magnapresa con ella.


Los Tweedle son capturados por el enorme pájaro Jub Jub de la Reina Roja. La Sota le informa que Alicia amenaza su reinado, lo que hace que esta le ordene a él, a los caballeros rojos y a un Cachorro que tiene a su esposa e hijos apresados que den con la niña inmediatamente. Mientras, Alicia entra en el bosque de Tulgey, siendo recibida por un sonriente y evanescente Gato de Cheshire , quien la guía hasta el Sombrerero, la Liebre de Marzo y la lirona, que celebran una merienda. El Sombrerero le explica a Alicia que él se unió a la resistencia porque la Reina Roja destruyó toda su aldea y mató a su familia durante su primer mandato en el País de las Maravillas.


Luego este ayuda a Alicia a evitar ser capturada dejándose ser él el detenido. Más tarde, Alicia es hallada por el cachorro, pero ella insiste en ayudar al sombrerero. En el castillo de Salazen Grum, la Reina Roja se percata de la presencia de Alicia cuando se comió el pastel etiquetado Cómeme y que le hizo crecer de tamaño durante un partido de croquet con flamencos y erizos, pero ignora su verdadera identidad porque Alicia quería que la llamasen Um y por eso fue acogida como una invitada. La niña se entera de que la espada vorpal, la única arma capaz de matar al Galimatazo, está encerrada dentro de la cueva del Magnapresa. La Sota intenta seducir a Alicia, pero ella lo desprecia, haciendo que la celosa Reina Roja exija que a la niña le corten la cabeza.


                                                      


Alicia logra la espada y se hace amiga del Magnapresa al devolverle su ojo, escapando a continuación en la grupa de la agradecida bestia y le entrega el arma a la Reina Blanca, quien le da una poción que la devuelve a su tamaño normal y le obsequia con una armadura para combatir contra el Galimatazo. El gato de Cheshire salva al sombrerero loco de su verdugo disfrazándose como este a cambio de dejarle su amado sombrero. El sombrerero llama a la rebelión contra la Reina Roja, a la que todos sus súbditos aceptan iniciar gritando Abajo con la Sangre Roja. La rebelión es rápidamente sofocada cuando el pájaro Jubjub comienza a matar a los súbditos desleales, pero la resistencia logra liberar a la familia del Cachorro y huir al castillo de la Reina Blanca; ambos ejércitos se preparan para la batalla del Día Gloricioso.


La oruga finalmente hace recordar a Alicia que ella había estado en el País de las Maravillas cuando era una niña y le aconseja que luche contra el Galimatazo justo antes de completar su transformación en crisálida. En el Día Gloricioso, las reinas reúnen sus ejércitos en un campo de batalla parecido a un tablero de ajedrez y envían a Alicia y al Galimatazo a decidir la batalla en un solo combate. Animada por el consejo de su difunto padre, Alicia lucha contra el Galimatazo en una torre en espiral demolida que rodea el campo de batalla. Durante esta lucha, una piedra de catapulta mata al pájaro jubjub; Alicia finalmente derrota al Galimatazo saltando desde lo alto de la torre a su cuello para decapitarlo.


El Día Gloricioso ha terminado finalmente y los caballeros rojos se vuelven contra su gobernante. Como castigo por sus crímenes, la Reina Blanca destierra a su hermana y a Sota para que se exilien juntos. Este intenta matar a la Reina Roja porque se ha vuelto enfermizo por culpa de las muestras de cariño de esta, aunque el Sombrerero Loco la protege de su ataque. Después de que este se marque un baile de celebración llamado Futterwacken, la Reina Blanca le da a Alicia un vial de la sangre purpura del Galimatazo cuyo poder le otorgará lo que desee. Esta decide volver al mundo cotidiano tras despedirse de sus amigos. De vuelta a Inglaterra, Alicia rechaza la proposición de Hamish e impresiona a Lord Ascot con su idea de establecer rutas comerciales oceánicas con Hong Kong.


Esto le inspira para llevársela como su aprendiz, por lo que cuando Alicia se prepara para zarpar en un barco mercante, una mariposa celeste con motas azul oscuro se posa sobre su hombro y la muchacha la reconoce por haber sido la oruga.


                                                    


El capitán es un tipo valiente e inteligente, uno de esos papeles que tan bien se le dan a Depp cuando es dirigido por Burton, un ser con veneno en la piel y que está literalmente loco, con emociones muy variables, exactamente igual que con el que ha surcado los mares en cinco películas de Piratas del Caribe. Tiene un evidente trastorno de identidad tal cual lo concibió Carroll y además su carácter pomposo británico. Siempre es él excepto cuando baila al final como Michael Jackson, que es un doble de cuerpo. La nueva Alicia aporta nueva sangre al mundo maravilloso del personaje y bebe de diferentes fuentes, incluyendo una versión del cuento hecha por Jan Svankmajer.


Alicia viene de una tierra de fantasía como Oceanía, una australiana de entonces 20 años con una carrera en Hollywood muy interesante a partir de aquí al haber trabajado luego a las órdenes de Chan-wook Park o Guillermo del Toro y que desde hace una década ha vivido el sueño de su infancia en la cuna del cine. Wasikowska es la estrella aunque el nombre de Depp sea el primero en aparecer, tampoco es por hacerle la pelota. Juntos viven una venganza de lo que es conocer la vida en una historia que en los 40 años de carrera de Burton se suponía que debía ser un ejemplo para las niñas de la pasada década de los 10. La Reina de Corazones (aunque no sea ella) es irascible, la que más de todos los habitantes.


La cabeza de Bonham Carter fue aumentada de forma digital el triple de su tamaño original para la película. Un personaje muy curioso que sin embargo a los niños puede asustar demasiado porque es una tirana como lo fue Isabel I de Inglaterra contra sus enemigos, sobre todo contra la armada española. Burton y su visión para el País de las Maravillas incluyen además a Hathaway como una Reina Blanca adorable pero psicópata, punk, vegana y pacifista, una mezcla entre Debbie Harry y Greta Garbo como si fuera una pintura minimalista. También posee dotes culinarias que serían la envidia de MasterChef. Los tenientes gemelos Tweedle de Lucas dan tanto repelús como las mellizas de El resplandor.


                                                    



La Reina suele triunfar sobre todas las demás cartas en el poker, menos aquí que le gana el Sombrerero Loco. En el reparto vocal del País de las Maravillas tenemos a Sheen en plan conejo, Rickman en una de sus memorables intervenciones y al general felino Fry como un gato de Cheshire inquietante. Burton se reconciliaba con Disney para hacer películas en 3D, siendo esta la primera de dos y en la que Alicia lucha contra el Galimatazo. Antes de firmar Sombras tenebrosas dos años después, el director quería hacer otra rareza suya de Hollywood pero ambientada en Cornualles y en Plymouth, metiéndose en la profunda madriguera en un proyecto producido por Richard Zanuck y Joe Roth.


Un año después de que James Cameron alardease de 3D digital en su Avatar, Burton se subía al carro del formato que en versión doméstica tiene poco sentido para su cinta, contando para la parte musical con su socio habitual Danny Elfman y con temas especiales en la banda sonora cortesía de Avril Lavigne, Tokio Hotel o Kerli. Ilusión, magia e ideas imposibles se experimentan más que nunca con Alicia en el País de las Maravillas, que vuelve locos a los espectadores. Burton sacrifica la mínima coherencia narrativa del libro y gran parte de su alma, pero es un indiscutible regalo visual aunque sea otra payasada para el público que pagó para verla. Puede que funcione mejor como musical teatral estilo Broadway.


                                                     


Disney estaba loca por hacer secuela de Alicia y se la dio a otro director, James Bobin, para irse al País de las Maravillas de nuevo con Depp y Carter, así como las novedades de Rhys Ifans como padre del sombrerero y , ojo, Sacha Baron Cohen, en A través del espejo. Carece de todo y especialmente de lo más curioso que aquí se explora, el concepto del solipsismo, una teoría metafísica del egoísmo a gran escala (yo estoy vivo y vosotros estáis muertos).


Puntuación: 6


                                                       









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