Rompenieves (2014)
Año 2031, una nueva
era glacial, el último refugio de la humanidad es un tren
Película
de acción basada en la novela gráfica francesa homónima de
Jean-Marc Rochette, dirigida por el coreano Bong Joon-ho, quien
adapta al cine un cómic europeo cuya distopía se ha hecho global.
Para la industria local significa la cima de su ambición, ya que
Bong quería hacer una cinta muy interesante sobre un tren y que
tuviera un contexto de ciencia ficción, rodando por primera vez en
inglés en su mayoría. Lo protagonizan Chris Evans, Song Kang-ho,
Tilda Swinton, Jamie Bell, Octavia Spencer, Ewen Bremner, Go Ah-sung,
John Hurt y Ed Harris. El filme transcurre a bordo del tren
Rompenieves, funcionando sobre una vía que se extiende por
todo el globo y cargando con los últimos restos de la humanidad tras
un intento en geoingeniería para frenar el calentamiento global, que
ha creado involuntariamente una nueva glaciación mundial.
Evans
es Curtis Everett, un miembro de la clase trabajadora de los
pasajeros de la sección de cola que lideran una revolución contra
la élite de la parte delantera del tren. Tiene también su lectura
económica sobre el futuro que tendrán los largometrajes de este
tipo. El rodaje se hizo en platós de vagones montados sobre
suspensión cardán en los estudios checos de Barrandov para simular
que el tren estaba en movimiento. Su visión, dirección y
actuaciones, particularmente las del Capitán América y Swinton son
lo mejor de esta producción internacional independiente de la hoy
defenestrada The Weinstein Company (la del infame Harvey),
que en un mercado cinematográfico tan polarizado como Corea del Sur
un presupuesto medio hace que una cinta de género sobreviva,
mientras que en EEUU tiene una limitación por salas salvo que la
crítica la impulse y llegue incluso antes a los servicios digitales
por internet. Una comedia terrorífica postapocalíptica disfrazada
de cuento de hadas.
Después
de que un intento por detener el calentamiento global mediante
geoingeniería salga mal catastróficamente creando una nueva
glaciación en 2014, los restos de la humanidad han tomado un tren de
circunnavegación, el Rompenieves, dirigido por Wilford, un
magnate del transporte solitario. Para 2031, los pasajeros en el
tren se han segregado por clase, con la élite en los extravagantes
vagones delanteros, mientras que los pobres se ven obligados a ocupar
unos escuálidos compartimentos de cola vigilados por guardias
armados. Impulsado por su figura paterna, Gilliam, Curtis y su
segundo al mando, Edgar, lideran a los pasajeros de cola a una
revuelta tras percatarse de que las armas de los guardias no tienen
munición.
Liberan
a Namgoong Minsoo, un especialista en seguridad cautivo, y a su hija
clarividente Yona. Este ayuda al ejército de cola a progresar hacia
adelante, pero muy pronto acaban en un punto muerto con más
guardias equipados con hachas, supervisados por la ministra Mason. En
la lucha siguiente, Curtis deja que Edgar sea asesinado para que
pueda capturar a Mason y usarla como baza para acabar la batalla. El
ejército de cola se queda atrás para poder contener cautivos a los
guardias, mientras Curtis se lleva a Mason junto a Namgoong, Yona, el
habilidoso luchador Grey (Luke Pasqualino), Tanya y Andrew,
dos padres cuyos hijos han sido llevados a la sección frontal del
tren. No son conscientes de que Franco (Vlad Ivanov), leal a
Mason, huye del ejército de cola para reunir a más guardias.
El
grupo de Curtis viaja a través del primero de varios vagones
opulentos. Namgoong y Yona reconocen un punto de referencia fuera y
consideran que el hielo podría estar derritiéndose. La panda
finalmente llega a un aula en donde la profesora (Alison Pill)
está adoctrinando a los niños la grandeza de Wilford, justo antes
de que celebren el Año Nuevo para marcar una circunnavegación a la
Tierra con huevos. La maestra usa esto como distracción para atacar
y matar a Andrew antes de que Grey se la cargue. En la sección de
cola, Franco se aprovecha de la confusión para aniquilar al ejército
de cola y capturar a Gilliam, enviando una transmisión en vivo por
televisión a la clase mientras ejecuta a su rehén.
A
cambio, Curtis mata a Mason y su grupo continúa, pero Franco los
pilla muy rápido. Tanya y Grey son asesinados tras luchar y
aparentemente matar a Franco, con el líder, Namgoong y Yona
siguiendo adelante y alcanzando el último vagón anterior a la
locomotora. Padre e hija revelan que han estado acumulando Kronole,
una droga adictiva pero también un explosivo potente que quiere usar
para volar la puerta al exterior, creyendo que pueden sobrevivir.
Curtis los detiene, ya que quiere conocer a Wilford, explicándoles
que cuando era joven la sección de cola abrazó el canibalismo y que
estuvo casi a punto de comerse al Edgar niño, pero Gilliam le
ofreció mejor su brazo.
Curtis
quiere enfrentarse a Wilford para preguntarle porqué creó este
sistema ecológico cerrado, y justo entonces se abre la puerta de la
locomotora y el ayudante de este, Claude, aparece y hiere a Namgoong
antes de invitar adentro al protagonista. Curtis conoce a Wilford y
para su conmoción se entera que él y Gilliam han estado trabajando
juntos para montar su rebelión y reducir la población, con el
objetivo de mantener la vida en el tren. Wilford ordena que el 74%
de los pasajeros de cola sean asesinados, ofreciendo a Curtis que
tome su puesto para conducir el tren, algo que parece estar dispuesto
a aceptar cuando Yona vence a Claude, entre como una tromba y tire de
una tarima que revela a varios niños de la sección de cola,
incluyendo a los hijos de Andrew y Tanya, Andy y Timmy, trabajando
en la locomotora como esclavos.
Paralizado,
Curtis deja KO a Wilford y rescata a Timmy de la maquinaria, aunque
pierde su brazo en el proceso, dándole a Yona cerillas para
encender el detonador del Kronole mientras Namgoong lucha y mata a
Franco, quien los había seguido. Como la puerta de la sala de
máquinas no se cerrará, Curtis y Namgoong usan sus cuerpos para
proteger a Yona y Timmy de la explosión. El ruido de la misma
causa una avalancha que descarrila el tren , y poco después los
niños escapan de los restos, divisando un oso polar en la
distancia, indicando que existe vida fuera del expreso.
Los
personajes se sacan sus pasaportes para convertirse en los habitantes
del Rompenieves de Bong, quien adapta un cómic con un
actor conocedor de esta clase de material como Evans y donde el
coreano brinda escenas de lucha elaboradas y sin renunciar al modelo
de distribución independiente habitual. Evans tiene un lado más
suave y el director lo explota pese a que tuvo prejuicios contra
él, pero se los quitó al verle actuar en Adicto y Sunshine.
Fue todo un acierto su elección, ya que es un cineasta muy
obsesivo y su deseo era regresar a las películas de presupuestos
más pequeños. La inspiración para el papel principal trajo cierta
controversia, como toda la película en general.
Song
y Go vuelven a trabajar en Rompenieves con Bong, haciendo de
padre e hija y con estrellas de Hollywood a las órdenes del
director. Tras el miedo que nos hicieron pasar en The Host,
ambos se reúnen con su compatriota. Dustin Hoffman iba a ser
Wilford antes que Harris, lo cual hubiera asombroso verle. Parece ser
que la elección definitiva fue cosa del productor y también
cineasta coreano Chan-wook Park (La doncella, Thirst, Old Boy),
quien sugirió a su colega que el villano debía ser bisexual.
Gilliam y Grey también tenían una relación parecida (por
cierto, Pasqualino venía de ser el joven Bill Adama en Battlestar
Galactica: Sangre y Metal).
Los
actores estadounidenses que se unieron al filme se declararon
admiradores del estilo inusual de rodaje de Bong, quien monta según
filma y Rompenieves no es una excepción. El actor de El
hombre elefante, Hurt, se unió al negocio de nieve como
broche a una larga carrera, hablando en su día efusivamente del
director. Toda una leyenda de la interpretación que aceptó su
papel tras leer el guion firmado por Kelly Masterson sobre el viaje
futurista que vemos. La visión rompedora se complementa con el
aspecto de Mason, basada en el de la ornitóloga americana Roxie
Collie Laybourne, elemento resaltado por la diseñadora de
vestuario. Dicha investigadora trabajaba en el museo nacional de
historia natural de EEUU.
Swinton
creó en Rompenieves un personaje intolerable, originalmente
escrito como masculino (para John C. Reilly) y en una
producción internacional. No parece realmente ella esa burócrata
de dentadura irregular la que aparece en el espectáculo itinerante
ondulante de Bong, casi se diría que ni actúa, le sale natural,
como cuando hizo la premiada Tenemos que hablar de Kevin. La
actriz natural de Escocia basó su villana parcialmente en Margaret
Thatcher, así como en Ayn Rand, Muamar el Gadafi, Adolf Hitler y
Silvio Berlusconi. La reacia ganadora del Óscar finalmente halló la
comodidad en Hollywood que tanto le costó en sus inicios. Respecto
a la otra actriz, Spencer, su momento cumbre fue cuando la agreden,
ya que se inspira en la tortura y asesinato de Rodney King.
En
la ciencia ficción, Bremner es un novato que venía de hacer algún
thriller como Indefenso y que de Bong conocía su trabajo en
Mother. Precisamente el director quería moverse en el calor
de la emoción al trasladarse al mundo completamente diferente que
retrata en Rompenieves. Go (o Ko como la acreditan aquí)
es Yona, su primer papel en inglés, mezclando acentos de EEUU,
Filipinas e India. En ese infierno sobre ruedas vive un glorioso
viaje al centro del tren, topándose entre otros con la psicópata
profesora que encarna Pill. Esta cinta va sobre asentar a la
humanidad, ya que este ferrocarril hace paradas a lo largo de una
alegoría política lóbrega con batallas de hachas elaboradas y
coreografiadas al detalle, así como unas cómicas y bobas caídas
intencionales o esa ambientación muy del cine de Hong Kong.
Todos
a bordo del Rompenieves forman una humanidad rasgada que debe
iniciarse de nuevo. Es un tren nevado un poco diferente al que
concibió el artista Rochette para el cómic en este filme de habla
inglesa, pero sigue habiendo gente que pasa hambre lejos de los
vagones brillantes de estilo europeo. La cinta de Bong, con todo
ello, se mueve poco a poco por pantalla y lo surgido de la mente de
su creador ve obrado el milagro filmado. Ya se ha explicado algo del
largo viaje desde la novela gráfica francesa a lo hecho por el
coreano en este largometraje que encabeza Evans, por lo que el
trabajo llega a América cumpliendo. Es el Arca de Noé que imaginó
el ilustrador y que el director leyó en su paso por la universidad.
El
discurso del recuerdo y de la ocupación en Rompenieves
refleja la estratificación social que bien podría haber firmado
tras la cámara Park. Es la película coreana mejor vendida de la
historia exhibida en Francia y con la que el director, Bong, observó
que en Europa y no en Canadá (sobre todo Vancouver) podía
rodar, eligiendo los estudios Barrandov de República Checa en
detrimento de Hungría. Nuestro hombre es uno de los cuatro
directores coreanos destacados que trabaja en proyectos en el
extranjero. El guionista de Antes que el diablo sepa que has
muerto, Masterson, acabó redactando la trama para que el
Vengador Evans calentase de cara a protagonizar la cinta. Swinton
comparó filmarla como estar en preescolar.
Hurt,
cuya vida era su propiedad más valiosa, fue reclutado justo antes
que Spencer, habitual favorita al Óscar que nunca renuncia a
participar en cintas de ciencia ficción, embarcándose en esta con
otros como Harris o Bremner, una de las estrellas de Trainspotting
que encuentra una manera de cambiar de registro. Rompenieves
llegó a ser líder de taquilla incluso antes de su estreno en
cines coreanos. Las estrellas de The Host se unieron a Bong
en el thriller de ciencia ficción internacional mediada la
producción en el estado de Tirol, Austria. Los glaciares ganan en la
película, ¿pero a que precio? Se hacía global al filmar en 35
milímetros (de las últimas veces que se ha hecho así) fuera
de Corea.
Rompenieves
fue para los estudios Barrandov la revuelta en el expreso polar,
tal como se ha analizado el final y como acabó todo en Praga tras la
posproducción. Los efectos visuales eran de CGI y se pusieron en
marcha paralelamente al rodaje en República Checa, construyendo las
secciones como un mundo dentro de un tren a ninguna parte en una
nueva Edad de Hielo a partir del arte conceptual del diseño gráfico
combinado con la suspensión cardán. Marco Beltrami (Alma
surfera, Lobezno inmortal) compuso la música meses antes del
estreno nacional. Ofrece un producto de acción espectacular y
descaradamente ambicioso para los espectadores cegados por los
taquillazos impulsados por sus efectos visuales.
Tiene
algo del teatro del absurdo, un cruce entre Terry Gilliam y Samuel
Beckett, atascado en tercera clase para el post apocalípsis hasta su
desenlace, una epopeya visionaria y un emocionante filme de ciencia
ficción y acción que es realmente divertido. Todos suben a bordo de
un tren gélido a ninguna parte sin demasiado bombo y que no apesta.
Ya para acabar, mencionar que TNT ordenó un piloto para la serie de
TV de Rompenieves que se verá próximamente y que
inicialmente iba a adaptar el guionista Josh Friedman (Reacción
en cadena, La guerra de los mundos). Aquí se verá por Netflix
y la protagonizarán Jennifer Connelly y Daveed Diggs.
Puntuación:
7
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