Mortal Engines (2018)
Algunas cicatrices
nunca se curan del todo
Esta
aventura pos apocalíptica dirigida por Christian Rivers a partir de
un guion de Fran Walsh, Philippa Boyens y Peter Jackson se basa en
la novela Máquinas mortales de Philip Reeve y la protagonizan
Hugo Weaving, Hera Hilmar, Robert Sheehan, Jihae, Ronan Raftery,
Patrick Malahide y Stephen Lang. Coproducida entre EEUU y Nueva
Zelanda, el mundo que se nos muestra presenta ciudades enteras
sobre ruedas y motorizadas que van persiguiéndose las unas a las
otras. Jackson se hizo con los derechos del libro hace casi una
década, pero lo dejó pasar hasta que hace un par de años la
retomó y puso como director a Rivers, ganador de un Oscar a mejores
efectos visuales por su trabajo en King Kong.
Jackson
le animó a que debutase tras la cámara y de pasó le respaldó
mandando a buena parte del equipo que trabajó en la trilogía de El
señor de los anillos y El hobbit en Nueva Zelanda.
Precisamente lo mejor que tiene son sus efectos visuales y su banda
sonora, obra de Junkie XL, pero a un servidor le ha dado la sensación
de haber visto una adaptación en imagen real de Los autos locos
por la forma en que ha sido dirigida su trama tan carente de
personalidad y que apenas me ha impresionado. A estas alturas puede
hablarse ya de fracaso de taquilla y del más que probable final de
la obra de Reeve en la gran pantalla, pues aún funcionaría como
serie de TV, donde mejor ciencia ficción se hace ahora.
Tras
un conflicto catastrófico conocido como la Guerra de los Sesenta
Minutos, el resto de la humanidad se reagrupa y forman ciudades
móviles depredadoras. Bajo una filosofía conocida como
Darwinismo Municipal, las ciudades más grandes cazan y
absorben a los asentamientos más pequeños en el Gran Coto de
Caza que incluye Gran Bretaña y Europa continental. Por
oposición están los asentamientos de la Liga Anti Tracción,
quienes han desarrollado una civilización alternativa formada
por lugares estáticos, ciudades tradicionales no móviles en
Asia y liderada por lo que antes era China, protegida por una muralla
que sirve como escudo. Todavía quedan reliquias de tecnología
moderna como tostadoras, ordenadores y hasta Iphones que han quedado
anticuados.
La
ciudad de Londres captura un pequeño pueblo minero llamado Salyaken,
absorbiendo su población y recursos bajo órdenes del alcalde
Magnus Crome (Malahide). Una muchacha enmascarada entre sus
habitantes es Hester Shaw (Hilmar), quien planea asesinar a
Thaddeus Valentine (Weaving), jefe del gremio de
historiadores. Tom Natsworthy (Sheehan), un historiador
aprendiz adolescente, es enviado a las entrañas de Londres
para coger tecnología antigua y llevarla al museo, acompañado por
la bondadosa hija de Valentine, Katherine. Hester intenta matar a
Valentine, pero Tom interviene, persiguiendo a Hester hasta un
conducto de desperdicios. Hester escapa, no sin antes contarle que
Valentine asesinó a su madre y que le cicatrizó la cara.
Cuando
Tom informa a Valentine de esto, le empuja por el conducto. Tom y
Hester se ven obligados a trabajar juntos para atravesar el Gran
Coto de Caza, buscando refugio en un pueblo llamado Scuttlebug, pero
los dueños los encierran en una celda y tratan de venderlos como
esclavos. Hester cuenta que Valentine mató a su madre arqueóloga,
Pandora (Caren Pistorius), tras robar un fragmento de
tecnología antigua que halló en una excavación en el Continente
Muerto de Estados Unidos, al tiempo que ella, siendo niña, escapó
con un collar que le dio su madre. Mientras, Valentine libera a
Verdugo (Lang), un cíborg reanimado modelo Acechador,
de una prisión del mar para encontrar y matar a Hester.
En
el mercado de esclavos de Rustwater, Tom y Hester son rescatados por
la agente de la Liga Anti Tracción, Anna Fang (Jihae).
Durante el caos, ambos son perseguidos por Verdugo, que revela a
Hester que sabe quien es, explicando que este la encontró y la crió,
prometiendo que la convertiría en una acechadora pero abandonándole
tras descubrir que Londres estaba en el Gran Coto de Caza. Allí,
Katherine se distancia aún más de su padre, especialmente tras
saber por parte del Ingeniero Aprendiz Bevis Pod (Raftery) que
Valentine empujó a Tom por el conducto y la verdad sobre su
proyecto energético en la reconvertida Catedral de San Pablo. Hester
y Tom viajan en el dirigible de Anna, el Jenny Haniver, hacia
la ciudad aérea de Airhaven, reuniéndose con otros miembros de la
Liga Anti Tracción.
Tom
descubre que Pandora halló MEDUSA, una super arma que puede destruir
ciudades en un instante. Verdugo los alcanza y destruye Airhaven
seguidamente tras un incendio, pero después de una violenta
escaramuza es herido mortalmente tras percatarse de que Hester está
enamorada de Tom. Antes de perecer, hace las paces con la chica y la
libera de su promesa. Los chavales, junto con Anna, viajan hasta la
Muralla con los anti tracción que han sobrevivido y en Londres,
Valentine mata a Crome dando un golpe y fomenta el apoyo de los
londinenses jurando destruir la Muralla con MEDUSA, liderando a la
capital a un nuevo coto de caza en Asia.
Anna
convence al gobernador Kwan de que envíe una flota anti tracción
contra Londres, pero MEDUSA la destruye y hace un agujero en la
Muralla. Hester descubre que el collar de su madre oculta una memoria
USB con un interruptor de emergencia para MEDUSA. Los que quedan
lideran un asalto contra Londres, enfrentándose a las defensas
antiaéreas de la ciudad. Hester y Anna se infiltran en San Pablo, y
aunque Valentine hiere mortalmente a la segunda durante un duelo a
espada, la chica inutiliza MEDUSA con el USB. Aún determinado a
destruir la Muralla, Valentine ordena a sus secuaces que maten a la
tripulación controladora de la ciudad y embistan contra el escudo.
Con
ayuda de Katherine, Tom usa el Jenny Haniver para destruir la
máquina de Londres. Valentine intenta huir, pero Hester le persigue
y lucha contra él a bordo de su aeronave, donde revela que es su
padre. Tom la rescata y derriba la nave de Valentine, siendo este
aplastado cuando le pasan por encima las lentas orugas del tanque de
Londres. Los londinenses que han sobrevivido, liderados por
Katherine, firman la paz con los Anti Tracción mientras que Tom y
Hester viajan e la Jenny Haniver para ver el mundo.
Jackson
pospuso Mortal Engines durante cinco años debido al Hobbit,
dejando la adaptación de la novela de ciencia ficción de Reeve
en manos de Rivers, quien debuta como director tras encargarse de los
FX de la segunda trilogía de la Tierra Media, con un guion del genio
neozelandés, su esposa, Walsh, y Boyens, así como la producción de
Media Rights Capital y Universal. La apuesta por una nueva saga
literaria juvenil de fantasía pretendía seguir los pasos de
Pesadillas y evitar ser otra La brújula dorada, con la
garantía de su reciente versión de la obra de Tolkien. Además de
los ya mencionados del reparto, muy internacional por cierto, estuvo
a punto de tener un papel Richard Armitage, quien lo rechazó al ser
el rodaje en Wellington, la capital de Nueva Zelanda, teniendo que
volar desde Londres muchas horas al establecer Universal los platós
y la realización de FX allí en vez de en Reino Unido.
Lo
nuevo de Jackson se ha venido abajo en apenas unos días que lleva en
cartelera, siendo uno de los damnificados del periodo pre navideño.
Hay mejores propuestas ahora en cines, ya que Mortal Engines no
tiene escasez de efectos especiales llamativos, pero carece del
combustible narrativo de alto octanaje necesario para darle a esta
fantasía futurista suficiente combustión cinematográfica. Es la
versión steampunk de Star Wars a medio gas y con trazas de
Terry Gilliam y Neil Gaiman, pero que ni Jackson evita que se cale,
una atracción de parque temático distópico, mecánico y desalmado
que no lleva a ninguna parte. La banda sonora de Junkie XL es muy
emocionante pero se queda corta ante la trama.
No
es nada nuevo para alguien como yo que ya ha visto cosas mejores
del tipo El Atlas De Las Nubes o similares del estilo Valerian
y la ciudad de los mil planetas. Es más, podemos incluso ver
homenajes claros a Mad Max y La ciudad de los niños
perdidos en las maravillosas escenas rodadas en territorio kiwi
de esta fantasía con cierto ritmo y estilo que cuesta digerir
arrancada por el visionario Jackson, quien trae un espectáculo
visualmente imponente con un Lang muy notable entre tanto barullo y
que seguro que con todo a Reeve le ha encantado.
Puntuación:
6,5
Comentarios
Publicar un comentario