Capricornio Uno (1978)
El acontecimiento más
importante en la historia de la humanidad podría no haber sucedido
realmente.
Película
de suspense en torno a una conspiración gubernamental sobre un bulo
relacionado con un aterrizaje en Marte,escrita y dirigida por Peter
Hyams con producción de Lew Grade (fundador de la desaparecida
compañía ITC, distribuidora de Universal) y en la que aparecen
como astronautas James Brolin, Sam Waterston y OJ Simpson. Hyams
tuvo la idea para esta cinta sobre un engaño espacial mientras
trabajaba en las retransmisiones de las misiones Apolo para la
CBS, y de hecho cuando el 11 aterrizó en la luna consideró que era
un logro realmente importante pese a que casi no hubo testigos, pues
la única confirmación obtenida fue a través de una cámara de
televisión.
Capricornio
Uno es la primera misión tripulada al planeta rojo y al principio
está en la plataforma de lanzamiento. La tripulación se siente
bastante desconcertada, estando formada por el coronel de la Fuerza
Aérea de Estados Unidos Charles Brubaker (Brolin), el
teniente Peter Willis (Waterston) y el comandante de la Marina
John Walker (Simpson), quienes son sacados de la nave
espacial y enviados a una base abandonada en el desierto. El
lanzamiento procede según el horario previsto, pero el público no
es consciente de que la astronave está vacía. En la base, los
astronautas son informados por el oficial científico de la NASA
James Kelloway (Hal Holbrook) de que un sistema de soporte
vital defectuoso podría haberlos matado durante el vuelo y que
además deben ayudar a falsificar la grabación televisiva de Marte,
a lo cual de entrada rechazan, pero Kelloway amenaza con hacer daño
a sus familias si no cooperan.
Los
astronautas permanecen en cautiverio durante el vuelo y son filmados
aterrizando en Marte dentro de un estudio localizado en la base. La
conspiración es conocida sólo por unos pocos oficiales, hasta que
un técnico de alertas llamado Elliot Whitter se da cuenta de que el
control de tierra recibe las transmisiones televisivas de la
tripulación antes de que llegue la telemetría de la nave espacial.
Whitter informa de tales problemas a sus supervisores, incluyendo
Kelloway, pero le dicen que esto se debe a que la oficina es muy
defectuosa. Este desaparece misteriosamente antes de que pueda
terminar de contarle tales anomalías a su amigo el periodista Robert
Caulfield (Elliott Gould).
Caulfield
descubre que toda prueba de la existencia de su amigo ha sido
eliminada, por lo que comienza a investigar la misión, sobreviviendo
a numerosos intentos de acabar con su vida durante el proceso. Al
regresar a la Tierra, la nave espacial vacía se prende debido a un
escudo térmico defectuoso durante la reentrada atmosférica. Se
anuncia que los astronautas han muerto debido a un fallo, pero los
cautivos suben a un avión para entrar en la nave espacial hasta que
inesperadamente dan la vuelta y regresan al aeródromo. Se percatan
de que algo ha salido mal durante el proceso de reentrada y que los
oficiales no podrán soltarlos nunca porque si lo hacen
automáticamente se expondrá el bulo.
Escapan
de su confinamiento y huyen en otro avión que se queda sin
combustible nada más despegar. Obligados a estrellarse y vagar por
el desierto, intentan regresar a la civilización mientras son
perseguidos por dos helicópteros. Dándose cuenta de que las
probabilidades de exponer la verdad aumentarán si se separan,
comienzan a caminar en tres direcciones, pero Kelloway envía más
helicópteros tras ellos. Willis y Walker son encontrados (y no
sabemos que es de ellos), mientras que Brubaker es el único que
evita ser capturado al esconderse en una gasolinera abandonada. La
investigación de Caulfield le lleva a hablar con la viuda de
Brubaker tras revisar una conversación entre los astronautas y sus
esposas emitida en directo por televisión y en la que este mencionó
unas pasadas vacaciones familiares que al parecer dejó muy confusa
a su señora.
La
mujer dice que las vacaciones que mencionó Brubaker nunca se
hicieron y que la familia había ido a otro lugar en donde se estaba
rodando una película, además de que este le había dicho a su
esposa que con unos cuantos efectos especiales y la magia del cine
todo podía parecer real. Investigando más a fondo, acaba arrestado
por agentes federales cuando le meten cocaína en su casa, siendo
luego despedido de su trabajo. Otro reportero le cuenta a Caulfield
acerca de la base militar y se desplaza hasta allí, encontrándola
abandonada. Mirando alrededor, halla un collar que recibió Brubaker
de su esposa y concluyendo con que los astronautas estaban en el
hangar.
Con
la ayuda de un piloto fumigador llamado Albain (Telly Savalas),
explora el desierto y rescata a Brubaker de manos de los hombres
de los helicópteros, quienes persiguen el avión a través de un
cañón pero acaban siendo destruidos tras ser cegados con espray
de cultivo. Finalmente, Caulfield y Brubaker acuden al funeral de
los astronautas para exponer la conspiración, en la que todo estaba
configurado, incluidos los trajes espaciales.
Puede
que el caso Watergate no inspirase Capricornio Uno, pero
si establece la tesis más aceptable de que la trama es más creíble
y de que su contenido resulta extrañamente profético. Como ocurría
cada vez que había noticias de una maniobra en un transbordador
espacial, conectaban con el estudio central en Saint Louis y allí
hacían una simulación de lo que pasaba a bordo. Aquella era una
generación donde nuestros abuelos o bisabuelos básicamente creían
que sí algo aparecía en el periódico era verdad. Todo eso eran
pamplinas, pues nuestros padres aceptaban que lo auténtico se veía
por televisión, lo cual también eran sandeces. Ver aquellas
simulaciones hacía que se preguntaran que pasaría si alguien
falseaba toda aquella historia, y ahí la inspiración de Hyams.
Este
cineasta pasaría a ser uno de los nombres fundamentales de las dos
décadas siguientes al estreno de Capricornio Uno, todo un
punto de inflexión en su carrera pues estuvo a punto de dejarlo
cuando la crítica vapuleó su comedia de misterio Un detective
curioso, protagonizada por Michael Caine y Natalie Wood. Sin
apenas dinero, ITC lo respaldó para este proyecto al estar la
productora satisfecha financiando filmes de ciencia ficción en los
70 como Mundo futuro, proveyendo al equipo con un auténtico
módulo lunar. Y una casualidad un tanto controvertida con el tiempo:
Simpson participa en el reparto mucho antes de ser sólo conocido por
sus problemas con la ley de la misma forma que pasó en otra cinta de
Hyams, Manos sucias sobre la ciudad, con Robert Blake, un
actor que también fue juzgado por asesinar presuntamente a su
pareja.
La
película se retrasó un año en su estreno para no coincidir con
Superman,puesto que era una cinta independiente y no de un
gran estudio como Warner Bros. No le afectó dicho cambio y como
resultado tenemos un agradable esfuerzo de grandes dimensiones y
posiblemente uno de los filmes más complejos de Hyams, con una
premisa teórico conspirativa magníficamente escrita que ante todo
requiere una enorme suspensión de la incredulidad que vale la pena
por ser el salto cualitativo que el cineasta esperaba. Hoy día es
una cinta de culto, pero en su momento hubo quien la calificó de
melodrama caro pero estiloso y condenado a fracasar en taquilla al
ser calificado su guion de relleno de tira cómica insípida.
Quiero,
por raro que parezca, acabar dedicando esta reseña a todos aquellos
que aún hoy creen que algo extraño sucedió en el viaje a la
Luna. Que sigan creyendo todas esas teorías de la conspiración
de los alunizajes del Programa Apolo, pues no me lo paso tan genial
que cuando los leo u oigo defender semejante mojón de putas mentiras
e inventos que se sabe a ciencia cierta que son trolas para joder al
personal, pues todo ello no es más que hablar mierda del progreso
humano a lo largo de los siglos y que esa gente jamás admitirá que
son gilipolleces y chorradas muy atroces, pues no asimilan algo veraz
pero si los cuentos chinos de sus líderes que no hacen más que
soltar tonterías por la boca.
Puntuación:
6,5
Comentarios
Publicar un comentario