No respires (2016)
Esta casa parecía un
objetivo fácil hasta que entraron y vieron quien vivía allí.
El
horror y el suspense vuelven de la mano de Fede Álvarez, quien
dirige y escribe (junto a Rodo Sayagues) esta película que
protagonizan Jane Levy,Dylan Minnette, Daniel Zovatto y Stephen Lang,
centrada en tres amigos que quedan atrapados dentro de la casa de un
invidente tras haber irrumpido en ella. Producida por Lionsgate junto
a Screen Gems y Stage 6, es el trabajo más reciente del uruguayo, de
nuevo respaldado financieramente por Sam Raimi y Robert Tapert, así
como por Roque Baños en la música, para deleitarnos y aterrarnos
con un thriller intrigante sobre los peligros del allanamiento de
morada, sin lugar a dudas toda una advertencia y la prueba del
brillante futuro que tiene este cineasta.
Rocky
(Levy), Alex (Minnette) y Money (Zovatto) son
tres delincuentes de Detroit que se ganan la vida irrumpiendo en las
casas aseguradas por el padre del segundo a través de su compañía
de seguridad, vendiendo luego los artefactos que roban. Sin embargo,
la persona que compra los objetos robados por Money no les da un
precio justo ni suficiente para cumplir el sueño de Rocky de
mudarse a California con su hermana menor, Diddy, para escapar de su
abusiva madre y del novio alcohólico de esta. Money recibe el soplo
de que Norman Nordstrom (Lang) un veterano retirado en
términos médicos de las fuerzas especiales del ejército de los
EEUU está viviendo en un vecindario abandonado de Detroit con
300.000 $ en efectivo en su casa, recibidos como pago por parte de
una muchacha acaudalada, Cindy Roberts, quien mató a su hija en un
accidente de coche.
Los
tres mantienen bajo vigilancia la casa y descubren que el hombre es
invidente, puesto que perdió la vista durante la guerra del Golfo.
Esa noche, el trío se aproxima al domicilio y drogan al perro del
Ciego. Encontrándose todas las entradas cerradas, Rocky entra en la
casa por una pequeña ventana y facilita que los otros dos pasen. El
grupo inspecciona la casa para dar con el dinero, pero no lo
encuentran, por lo que Money rocía con gas somnífero la habitación
del Ciego, asumiendo así que la pasta está detrás de una puerta
cerrada en el piso de abajo, por lo que dispara a la cerradura. El
ruido despierta al Ciego, quien exige saber quien está junto a
Money, pero este insiste en que va solo.
El
Ciego se carga al chaval con su pistola, dejando aterrada a Rocky,
quien se esconde en un armario donde observa al inquilino abrir una
caja fuerte para comprobar que el dinero sigue ahí. Después de
marcharse, la chica abre la caja y se lleva el dinero, que parece
estar en torno a 1 millón de $. Sin embargo, el Ciego da con los
zapatos de Rocky y se percata de que Money no era el único
intruso. Rocky y Alex evitan al Ciego y huyen hasta el sótano, pero
allí se quedan impactados al encontrarse a una mujer contenida y
amordazada en una celda acolchada casera. Desesperada, les muestra
el artículo de un periódico sobre el accidente de coche, dándose
cuenta de que ella es Cindy, la muchacha rica que ha estado cautiva
por el Ciego.
La
liberan y corren hasta la contraventana, sólo para ser pillados con
la guardia baja por el Ciego, quien dispara por error a Cindy, a la
que mata, por lo que rompe a llorar al descubrir que está muerta,
sollozando mi bebé. Rocky y Alex huyen hasta el sótano
mientras el Ciego apaga las luces, dejándolos en tinieblas, y tras
un esfuerzo a ciegas, Alex noquea a su perseguidor hasta escapar por
el piso superior. Tras bloquear la puerta del sótano, se topan con
el perro del Ciego, que ha despertado, y para colmo no pueden abrir
la puerta principal a tiempo antes de que el can les ataque,
viéndose obligados a entrar en el dormitorio, donde se ven atrapados
por las ventanas con rejas.
Rocky
escapa del cuarto por un conducto de ventilación, mientras que el
perro ataca a Alex, quien se cae desde una ventana hasta un tragaluz,
quedándose inconsciente. Cuando Alex despierta, el Ciego dispara al
tragaluz y le arrincona en su lavadero, en lo que parece que es su
final pues da la impresión de que le mata con unas tijeras de
podar. Mientras tanto, el perro persigue a Rocky por los conductos
hasta ser capturada por el Ciego, despertando refrenada en el
sótano como estaba Cindy, revelando su captor que la difunta
llevaba en su vientre a su hijo para sustituir a la que mató. A
continuación se prepara para inseminar artificialmente a Rocky
con una jeringuilla, explicando que ahora ella será la que le dé un
niño.
Se
revela que el Ciego apuñaló accidentalmente el cadáver de Money
con las tijeras en vez de a Alex, quien logra salvar a Rocky y
esposar a su agresor. Ninguno de los dos puede llamar a la policía
porque su sangre está por toda la casa, así que tratan de salir
por la puerta principal, pero el Ciego se ha liberado y dispara a
Alex, a quien esta vez si mata. Rocky huye pero es perseguida por el
perro, aunque logra atraparlo en su maletero, sólo para ser
capturada de nuevo por el Ciego. Dentro de su casa, Rocky desorienta
al Ciego activando por ruido el sistema de alarma local para luego
golpearle repetidamente en la cabeza con una palanca y acabar
empujándole al sótano, con la pistola disparándose a su lado al
caer.
Creyendo
que ha muerto, Rocky escapa antes de que llegue la policía, y con el
dinero en mano, se prepara para dejar Detroit con Diddy en un tren
a Los Ángeles. Antes de subir ve un informativo donde se dice que
el Ciego ha matado a dos intrusos (Alex y Money) en su casa y
que se encuentra estable en el hospital, aunque no cuentan nada de
ella ni del dinero robado.
En
su apuesta por los jóvenes talentos interpretativos de hoy, Álvarez
incluye en el reparto principal que debe enfrentarse al hombre de
las tinieblas a Minnette, un actor de sólo 21 años al que
recordamos entre otras películas de Prisioneros, otro
thriller de mal rollo magníficamente rodado, y a Zovatto, algo menos
conocido y originario de Costa Rica, al que hemos visto en la también
espeluznante It Follows. El cineasta uruguayo hizo esta
película como reacción a Posesión infernal, que era una
versión de algo ya hecho previamente, así que lo siguiente era
traer material de cosecha propia, revertiendo nuestras expectativas
acerca del terror actual, con Raimi supervisando desde su papel de
productor.
Pese
a que la película se ambienta en Detroit, se rodó fundamentalmente
en Hungría por temas económicos, convirtiéndose en un éxito
durmiente cuando pasó por cines, saliendo rentable al estudio en
esta época de producciones muy caras (como la nueva Ben-Hur).Por
supuesto siempre está esa tendencia a que el público busca ir a
las salas a pasar miedo aunque sean adultos hechos y derechos, y con
esta cinta hay que decir que han jugado arriesgando pero con buen
resultado, algo que por ejemplo aquel verano no pudo lograr Escuadrón
Suicida, a la que superó en taquilla con holgura incluso con el
reclamo en esta de ver brevemente a Batman, dejando a DC derrotada
por un filme de menor presupuesto.
Cuando
se hace bien un género como el terror no hay película de
superhéroes, el género de moda actualmente, que la supere, más
cuando el director de No respires está más inspirado que
David Ayer en su, dicen, calvario de rodaje con Escuadrón
Suicida. Fue además una cinta de terror en aquel verano más
consistente que Nunca apagues la luz pero a la altura en
intriga a Expediente Warren: El caso Enfield o a
Calle Cloverfield 10. Los jóvenes ladrones del filme viven una
situación de amenaza constante similar a los personajes de la
primera entrega de The Conjuring aunque sin el elemento
sobrenatural, trabajo verosímil por tanto el del elenco en el que
causan baja su mayoría delante de la cámara.
La
pauta que repite con respecto al anterior trabajo de su director es
crear un lento pero fiable desarrollo de la tensión en la trama sin
que decaiga entre escenas, por lo que no se queda sin oxígeno y toma
aire para no dejar la historia muerta, levantando su ánimo por el
miedo en la línea de Posesión infernal. La veracidad de lo
mostrado, la desastrosa misión de sus protagonistas, impacta como si
el incidente hubiera ocurrido realmente, convirtiéndose dicho golpe
sucio en una obsesión para el atracado en un desenlace fatal para
los infractores. Ayuda el que la actriz fetiche del director
sudamericano acabe siendo la última superviviente desafiando las
convenciones de este rol en el género en ambas cintas.
Vuelve
a ser clave en la acción que el grupo de jóvenes patine sobre hielo
frágil para afrontar a un enemigo aparentemente implacable, dando
saltos imposibles que inevitablemente los dejan sin poder caminar más
por este mundo, fulminados como si un rayo hubiese caído sobre
ellos, doblegados sin remedio ante su verdugo (y aquí con su
perro, no olvidemos), que se sabe dominador de la situación pese
a su desventaja física y que casi los aplasta con toda su fuerza,
dejándolos al borde de la muerte o resoplando sin poder encarar otra
oportunidad de sobrevivir. Daría gusto ver más cine de esta clase
hecho en España, pero cuando sale un buen director para Hollywood
que se va.
No
respires distorsiona
inteligentemente su robusta premisa para ofrecer un tenso,
satisfactorio y escalofriante añadido al subgénero de invasiones
domésticas que es mucho más efectivo por su sencillez de ejecución,
puesto que nos asusta más aquello que no se ve que lo que ya
anticipamos de lejos. Es por tanto un thriller casi perfecto, pues si
gritas mueres, como pasaba en el clásico Sola en la
oscuridad, pasando a ser aquí
una máquina de terror claustrofóbica, eficiente y sin compasión,
con lo que estaríamos ante una clara influencia en la trama. Y por
lo que el final muestra, habrá secuela, veremos por tanto que
prepara Raimi como idea.
Puntuación:
7
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