Escondidos en Brujas (2008)
Dispara primero y haz
turismo después
Unir
el humor negro y el cine policíaco es la marca distintiva del
guionista y director británico Martin McDonagh, quien debutó con
este filme que protagonizan Colin Farrell y Brendan Gleeson, dos
sicarios irlandeses escondidos de su jefe, Ralph Fiennes. La película
está ambientada y rodada en la ciudad belga de Brujas, y supone la
segunda colaboración de Gleeson con McDonagh tras aparecer en un
cortometraje suyo unos años atrás. La considero una película de
culto precisamente por ese humor tan macabro y por sus ágiles y
dinámicos diálogos, la mayor parte de ellos entre Farrell y
Gleeson, en un guion original que es toda una joya del género.
Cumpliendo
órdenes, el sicario novato Ray (Farrell) dispara a un
sacerdote durante el sacramento de la penitencia, pero
accidentalmente mata a un niño que también estaba en la iglesia.
Él y su mentor Ken Daley (Gleeson) son enviados a
Brujas,donde esperan nuevas instrucciones por parte de su superior,
Harry Waters (Fiennes). Ken considera que la ciudad es
encantadora y pintoresca, mientras que Ray solo muestra desprecio
por el lugar. De casualidad se topan con el rodaje de una película
en la que participa un actor enano, lo cual le parece divertido a
Ray. Este además se ve atraído por Chloë Villette (Clémence
Poésy),una traficante local pluriempleada,a quien lleva a un
restaurante en donde discute con una pareja canadiense (a quienes
confunde con americanos).
Tras
acabar golpeándoles hasta dejarles inconscientes, Chloë se lleva a
Ray a su apartamento donde terminan enrollándose, pero el ex novio
de ella, Eirik (Jérémie Renier), aparece y amenaza al
muchacho con una pistola. Ray lo desarma y vacía el cañón de la
pistola, cargada con cartuchos de fogueo, en la cara de Eirik,
dejándolo ciego de un ojo. Chloë admite que ella y Eirik roban a
los turistas, pero insiste en que le dijo que él no era ningún
objetivo. Ray y Ken pasan una noche de lo más depravada con el
actor enano, Jimmy (Jordan Prentice), quien toma cocaína y
despotrica sobre una guerra venidera entre negros y blancos. Harry
llama a Ken y le ordena que mate a Ray, bajo la premisa de que
matar a un niño por accidente es imperdonable.
Con
una pistola dada por un contacto local de Harry, Yuri , Ken
localiza a Ray hasta un parque y se prepara para matarlo aunque a
regañadientes. Ray sin embargo aún está consternado por haber
matado al chico, por lo que está decidido a suicidarse con la
pistola cargada de Eirik. Viendo esto, Ken frena a Ray y le informa
de la orden de Harry, diciéndole que abandone Brujas para empezar
de cero en otra parte. Le da algo de dinero y lo lleva hasta un tren
que va para otra ciudad, al tiempo que le confisca la pistola para
evitar otro intento de suicidio. Ken se lo hace saber a Harry, quien
inmediatamente parte para Brujas encolerizado por tal
desobediencia, por lo que pilla otra pistola donde Yuri, padre de
Eirik.
Al
saber el hijo de la intención del mafioso, va también tras los
sicarios renegados. En el tren, Ray es identificado por la pareja
canadiense a la que atacó en el restaurante, siendo escoltado por
la policía de vuelta a Brujas. Chloë lo rescata del marrón
pagando la fianza y luego los dos se van a tomar un refresco en la
plaza del mercado detrás del campanario de Brujas. Harry llega a la
ciudad y corre a través de las calles hasta el hotel donde se
hospeda Ray, pero ve a Ken fuera en la terraza de una cafetería.
Los dos se toman una copa y el jefe se jacta de sí el muchacho en
persona mató al niño, porque si fue así ya se habría quitado la
vida. Ken argumenta que Ray es capaz de cambiar y que merece otra
oportunidad.
Esa
redención de la que habla no le convence a Harry, por lo que Ken
sugiere que suban al campanario, y en lo alto, el jefe apunta con su
arma a su sicario, quien se resiste. Confundido, Harry no se ve
capaz de matar a Ken, así que le dispara en la pierna como castigo
por no matar a Ray, al que ve por la plaza. Luego sube por el
campanario Eirik, quien informa a Harry mientras este ayuda a Ken a
bajar, tratando de desarmarlo, pero recibiendo otro tiro en el
cuello y dejando marchar a su jefe. Sangrando gravemente, Ken se
arrastra hasta lo alto del campanario y se arroja a la plaza. Ray
corre hasta el cuerpo aplastado de Ken y se entera de la llegada de
Harry, pero justo antes de morir, Ken le dice que coja el arma.
Lamentablemente
la pistola ha quedado destrozada también por culpa de la caída.
Harry persigue a Ray hasta el hotel, donde Marie (Thekla Reuten),
la dueña embarazada, no deja entrar al jefe ni siquiera cuando este
saca su pistola. Harry y Ray deciden continuar la persecución por
el canal, con el segundo saltando a una barcaza que pasaba por allí.
Harry hiere a Ray de un tiro a larga distancia, y el segundo se
tambalea por la calle donde se está rodando la película de Jimmy.
Harry lo pilla y le dispara varias veces a Ray hasta que se
derrumba, con una de las balas dándole al pequeñín, que va
disfrazado de colegial y que acaba con la cabeza reventada. Harry
cree que ha matado a un niño y pese a quejarse Ray, se suicida.
El
muchacho es llevado hasta una ambulancia, con Chloë desconsolada y
con Eirik y Marie, la dueña del hotel, a su favor después de todo
lo ocurrido. A modo de narración final, Ray reflexiona sobre la
naturaleza del infierno, al que compara con la ciudad de Brujas,
declarando que realmente esperaba no morir.
La
trama del filme tiene similaridades con la obra de un solo acto de
1957 El montacargas, de Harold Pinter, así como referencias
a la película de 1973 Amenaza en la sombra,de Nicolas
Roeg. Las segundas son si cabe más ingeniosas, intensas, incisivas,
pegadizas e inspiradoras, incluyendo cuando Chloë asegura que la
película que están rodando dentro de esta es un homenaje a la
misma. La música de la película la compuso Carter Burwell, quien
mezcla lo clásico con lo tradicional, como ya hiciera en las bandas
sonoras de No es país para viejos o Quemar después de
leer, ambas de los hermanos Coen. También se oyen los temas
Viaje de invierno de Franz Schubert y 2000 Miles de
los Pretenders.
Como
ya dije al principio, los diálogos son muy agudos y las
interpretaciones del trío muy hábiles, toda una mezcla efectiva
de comedia negra y elementos de intriga criminal. Conviene recordar
que quien debutaba como cineasta era un dramaturgo, pues como tal
es una sorpresa infinita que alguien que viene del teatro haga una
película tan oscura y a la vez tan humana como comedia, con una
trama que no puede predecirse sino solamente deleitarse. Farrell
logra exitosamente hacer la transición de estrella de acción e
intriga infravalorada a artista de una película al año, la cual le
lleva mucho trabajo hacer pero que luego la lleva perfectamente,
cambiando convincentemente de registro.
Pasa
de ser un improvisado y quisquilloso estúpido a un amante joven
y nervioso y luego un mártir desintegrado. El resto del elenco
está muy bien escogido y ayudan a convertir una farsa ligera con
tonos de intriga en algo más profundo y agradable de ver. Cuando
es divertida resulta graciosa y cuando se pone seria es potente, y
de una forma u otra es una sorpresa infinitamente placentera.
Escondidos en Brujas ofrece la historia más aguda y
estrafalaria de dos sicarios de vacaciones. La clásica película
de mafiosos británica pero con un lavado de cara que si no nuevo,
maravillosamente fresco para un género tan familiar, muy jodido,
fantástico y muy divertido.
Aquellos
que ya conozcan la obra de McDonagh reconocerán esa manera de
tratar lo macabro dentro de la comedia, ya que pocas veces ha sido
tan negro o tan divertido, pues hacer una película sobre sicarios
en la que no sabes que pasará y no puedes adivinarlo hasta el final
no lo hace cualquiera. Farrell ya apuntaba maneras en El sueño
de Casandra a las ordenes de Woody Allen y aquí su sicario
demuestra más sentimiento que en todos sus papeles anteriores, ni
que decir de Gleeson, al que conocíamos concretamente de la saga de
Harry Potter y ambos son ahora dos perfectos forasteros en
tierra desconocida, actuaciones de primera y química al más puro
estilo La extraña pareja.
La
dirección de McDonagh indica que es un especialista en construir
historias violentas satisfactorias que son pura energía, aventuras
de mafiosos en entornos donde se encuentran en su salsa, brutalidad a
la irlandesa con talento.
Puntuación:
7,5
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