Abraham Lincoln: Cazador de vampiros (2012).
¿ Eres un patriota o
un vampiro?
Fantasía
oscura, acción y terror en este filme dirigido por Timur
Bekmambétov, basado en la novela homónima de 2010, cuyo autor,
Seth Grahame-Smith, escribió la adaptación junto a Simon Kinberg.
Benjamin Walker protagoniza la película como el personaje titular,
secundado por Dominic Cooper, Anthony Mackie, Mary Elizabeth
Winstead, Rufus Sewell y Marton Csokas. Toda una personalidad pública
e histórica como Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los
Estados Unidos (en el cargo de 1861 a 1865), es representado
en un papel inédito hasta la fecha, pues tanto en la novela como en
el filme posee una identidad secreta como cazador de vampiros.
La
película fue producida por Tim Burton, Bekmambétov y Jim Lemley,
filmándose en Luisiana en marzo de 2011 y estrenándose en 3D en
los cines el verano del año siguiente. Resulta una cinta muy
contradictoria, porque lo más loable de la misma son sus escenas de
acción y la originalidad de la trama, pero no puedo evitar poner a
parir su tono excesivamente serio, el uso excesivo de CGI y el
ritmo lento que hace que su visionado pueda desesperar. Esta película
además pretendía ser educativa por la parte que le corresponde, al
menos esa era la premisa de Fox cuando compró los derechos del
libro. Ben Walker se hizo con el papel principal tras vencer a Adrien
Brody, Josh Lucas, James D´Arcy y Oliver Jackson-Cohen, todos ellos
candidatos interesantes de haber visto como Abe en esta nueva
superproducción del cineasta ruso.
En
1818, Abraham Lincoln (Benjamin Walker) vive en Indiana con su
familia; su madre Nancy (Robin McLeavy) y su padre, Thomas
(Joseph Mawle), quien trabaja en una plantación propiedad
de Jack Barts (Marton Csokas). Allí, Lincoln corre a la
ayuda de su amigo, un joven muchacho afroamericano llamado Will
Johnson (de adulto con los rasgos de Anthony Mackie), quien
ha sido golpeado por un negrero. Por las acciones de su hijo, Thomas
es despedido, y esa noche, Lincoln observa a Barts irrumpir en su
casa y atacar a Nancy, quien cae enferma al día siguiente,
muriendo poco después. Thomas le cuenta a Lincoln que Barts
envenenó a Nancy. Nueve años después, en 1827, un vengativo
Lincoln trata de matar a Barts en la dársena, pero este, que en
realidad es un vampiro, logra dominarle.
Sin
embargo, antes de que Barts pueda matarlo, Lincoln es rescatado por
Henry Sturges (Dominic Cooper). Sturges le explica que los
vampiros existen, ofreciéndose enseñar a Lincoln a ser cazador de
vampiros, lo cual este acepta y tras una década de entrenamiento,
viaja a Springfield (Illinois). Durante otra sesión de
preparación para ser caza vampiros, Sturges le cuenta a Lincoln
que los vampiros en América descienden de Adam (Rufus Sewell),
una criatura de la noche que posee una plantación en Nueva Orleans
junto a su hermana, Vadoma (Erin Wasson). Sturges también le
cuenta a Lincoln acerca de la debilidad de los vampiros, la plata,
enseñándole un reloj de bolsillo plateado.
En
Springfield, Lincoln se hace amigo de un comerciante llamado Joshua
Fry Speed (Jimmi Simpson) y además conoce a Mary Todd, su
futura esposa (interpretada por la musa del terror moderno, Mary
Elizabeth Winstead). Aunque Sturges le advirtió de no crearse
ninguna relación cercana, Lincoln se enamora perdidamente de Mary y
halla con éxito a Barts, a quien derrota. Este, agonizante, le
revela que Sturges también es un vampiro, por lo que Lincoln lo
confronta y este le revela que hace muchos años fue atacado y
mordido por Adam. Debido a que el alma de Sturges era impura, su
transformación fue instantánea y eso le impidió hacer daño al
primigenio o a otros de su raza (ya que sólo los vivos pueden
matar a los muertos). Desde entonces Sturges ha entrenado a
cazadores de vampiros con la esperanza de destruir a Adam.
Decepcionado,
Lincoln decide abandonar su misión, pero sin embargo Adam sabe de
sus actividades y secuestra a Johnson para atraer a Abe hasta una
emboscada en su plantación, donde le captura y trata de
reclutarlo, revelando sus planes de convertir los Estados Unidos en
una nación de muertos vivientes, pero Speed rescata a sus amigos y
juntos escapan hasta Ohio. Lincoln se casa con Mary y comienza su
carrera política, haciendo campaña para abolir la esclavitud,
siendo en este punto de la película donde Abe se pone su simbólico
sombrero de copa y que llevará hasta el final de la misma. Sturges
advierte a Lincoln que el comercio de esclavos mantiene a los
vampiros bajo control, pues estos los usan como alimento, y que si
interfiere contraatacarán.
Después
de que Lincoln venza en las elecciones presidenciales de Estados
Unidos de 1860 y se convierta en presidente del país, se muda a la
Casa Blanca con Mary, donde tienen un hijo, William Wallace, quien
luego es mordido por Vadoma y acaba muriendo. El presidente de los
Estados Confederados, Jefferson Davis, (John Rothman)convence
a Adam de que despliegue sus vampiros en el frente, mientras que
Lincoln ordena la confiscación de toda la cubertería en la zona
y que sea derretida para fabricar armas plateadas. Speed, creyendo
que Lincoln está dividiendo la nación, deserta e informa a Adam
que Abe transportará la plata en tren. A bordo del ferrocarril van
Adam y Vadoma, quienes han prendido fuego al puente más próximo y
que a continuación atacan a Lincoln, Sturges y Johnson.
Durante
la pelea, en la que Speed es asesinado, Adam descubre que el tren
solo lleva piedras, y Lincoln revela que la traición del fallecido
era una treta para atraer a su verdugo a una trampa, a quien apuñala
usando su reloj, con el que lo mata, para que luego los tres escapen
del tren antes de que este explote y mientras tanto, Mary y los
antiguos esclavos han transportado la plata hasta Gettysburg a través
del ferrocarril subterráneo. La Confederación ahora ha quedado
descabezada y sus vampiros escenifican un ataque final y masivo,
donde se encuentran cara a cara con la Unión. Equipados con sus
armas plateadas, los soldados unionistas acaban con los vampiros y
finalmente ganan la batalla.
Durante
la disputa, Mary se enfrenta a Vadoma, la vampiro que mató a su
hijo, acabando con la vida de la no muerta. Casi dos años después,
el día del asesinato de Abraham Lincoln, Sturges le cuenta que los
vampiros restantes han huido del país, tratando de convencerlo para
que le permita convertirlo en no muerto y así pueda ser inmortal
para continuar luchando contra más hijos de la noche, pero este
rechaza su oferta. En la actualidad, Sturges se acerca a un hombre
en un bar de Washington DC de la misma forma que hizo con Lincoln.
Mezclar
una historia tan patriótica con elementos sobrenaturales y de
acción a raudales es siempre algo muy arriesgado. La película tiene
un estilo visual sobrio, pero su tono serio en demasía no cuadra
con su premisa central decididamente absurda, dejando a los
espectadores con una insatisfactoria mezcla de ingredientes
enfrentados. Aunque original, supone un esfuerzo extenuante combinar
las convenciones de los dos géneros, la épica histórica y el
relato terrorífico, que van en caminos paralelos, ocasionalmente
chocando pero nunca formando un todo coherente, apuntando bajo y
dejando muchos cadáveres por medio. El tono y los efectos visuales
idealmente podrían haber sido más juguetones y deliberados, pero
en su lugar tenemos algo tieso y deprimente.
El
esquema visual es tan falso y cercano a la animación que agota a la
película de cualquier sentido de peligro, dejando la caza de
Lincoln como algo turbio y triste. Alguien olvidó contarle al equipo
que la película se suponía que debía ser divertida, o al menos
ingeniosa, dejando una insípida mezcla de lección de historia y
serie B de terror que se toma a si misma medio en serio, lo cual
es verdaderamente mortífero, ya que no es una combinación buena
por mucha sangre que le metas. El título además te destripa
malamente la trama y su problema es que se basa en una sola broma
que rara vez divierte lo justo para sostenerse todo el tiempo que
dura la película.
Tony
Kushner, el guionista del Lincoln de Steven Spielberg, que
casualmente se estrenó el mismo año que esta, declaró que esta
visión de la vida del personaje le parecía un lío dejado de la
mano de Dios,aunque esta opinión no tenía nada que ver con
la perspectiva histórica, quizás más con el hecho de que en el
fondo es una película de miedo moderna que hace justicia a lo que
hoy en día representan los vampiros, sin tener porque imitar la vida
real del ex presidente, más bien la trocea finamente con muchas
dosis de acción al estilo veraniego pero siendo respetuosa con los
valores americanos y su defensor más heroico protagonizando las
escenas de batalla de forma épica.
Para
acabar, añadir que el actor principal, Benjamin Walker, es un
interprete imponente que parece la versión joven de Liam Neeson y
que nunca se encorva a la caricatura de quien representa, un honesto
Abe que se dedica a matar demonios chupasangre. Tampoco quiero dejar
de lado la banda sonora, compuesta por Henry Jackman y con un tema
adicional de Linkin Park, Powerless, una balada de rock
electrónico de su álbum Living Things. Por cierto, la
oportunista The Asylum aprovechó para estrenar su propia versión
cutre, solo que cambiando vampiros por zombis, derivando al año
siguiente la ya analizada Hansel y Gretel:Cazadores de brujas,
versión gamberra del cuento de los hermanos Grimm. Otro
precedente de cazavampiros sería Jesucristo, protagonista de otra
serie B de principios de milenio.
Puntuación:
5,5
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