Ben-Hur (2016).

               Primero en terminar, último en morir

                                               
Cinta histórica y épica dirigida por Timur Bekmambétov y escrita por John Ridley, siendo el quinto guion adaptado de la novela homónima de 1880 de Lew Wallace tras la película de 1907, la de 1925, la múltiple ganadora de los Oscar de 1959 y la menos conocida versión animada de 2003. Esta que nos ocupa ha sido calificada de nueva interpretación de la novela, pero no esperéis ver carreras de cuadrigas en cámara lenta, pues Paramount prometió ser respetuosa con la representación de Jesús en el filme que protagonizan Jack Huston, Morgan Freeman, Toby Kebbell, Nazanin Boniadi, Haluk Bilginer y Rodrigo Santoro. Rodada principalmente en Italia,entre Matera (Basilicata, que se hace pasar por Jersusalén) y Roma ( los estudios de Cinecittà, el Hollywood sobre el Tiber, como en el 59) y también el condado de Billings (Dakota del Norte), de febrero a junio de 2015.
                                                      

Estrenada hace dos veranos en España por Paramount y MGM en 3D, su paso por cines fue nefasto y derivó en fracaso de taquilla al no recaudar suficiente a nivel mundial frente a lo que costó hacerla, promocionarla y distribuirla. En el reparto también figuran Ayelet Zurer, Pilou Asbaek y Sofia Black-D´Elia, mientras que la música es de Marco Beltrami. Buena parte de las escenas de acción se rodaron con cámaras GoPro, lo que le da a esta nueva versión de Ben-Hur un aire a películas como El rey escorpión o las más recientes entregas de La momia (tanto la tercera de 2008 como la de Tom Cruise), lo cual es alarmante teniendo en cuenta que es una historia bíblica y religiosa.

¿ En que se diferencia esta nueva versión de la protagonizada por Charlton Heston y como dio su director con el nuevo Judá? Seguid leyendo para saberlo mejor, pues con esta reseña pongo de momento punto y aparte a la trayectoria de Timur Bekmambétov en esta página.

                                                
Un noble hebreo llamado Judá Ben-Hur (Jack Huston) y su hermano adoptivo romano Mesala (Toby Kebbel) son grandes amigos pese a sus diferentes orígenes. Mientras cabalgan, Ben-Hur es herido y Mesala lo lleva de vuelta al hogar familiar en Jerusalén. A pesar de la hospitalidad de la madre de Ben-Hur, Naomi (Ayelet Zurer) y del afecto de la hermana de este, Tirza (Sofia Black D´Elia), Mesala se siente aislado dentro de su familia adoptiva, por lo que se alista en el ejercito romano y lucha en las guerras imperiales en Germania. Ben-Hur también está enamorado de la esclava que sirve a su familia, Esther (Nazanin Boniadi), aunque el estatus diferente de cada uno sea un impedimento para que estén juntos.

Cuando el padre de la muchacha, Simonides (Haluk Bilginer) busque casarla con un romano, Judá le declara su amor a la chica y la toma como su esposa. Tres años después, Mesala regresa como oficial condecorado del ejército romano, retorno que coincide con una creciente insurrección de los zelotes, quienes se oponen a la naturaleza opresiva del mandato romano. Judá cura y refugia a un joven zelote judío desesperado por luchar por su libertad después de que su familia haya sido asesinada por los romanos, llamado Dimas (Moisés Arias), mientras que Mesala se reúne con Ben-Hur , a quien trata de convencer, como hermano adoptivo suyo que es, de que sirva como informador. Tras una cena conjunta con Ben-Hur y su familia, Mesala le comunica que el nuevo gobernador romano, Poncio Pilato (Pilou Asbaek), fijará su residencia en Jerusalén, por lo que no quiere que ocurran incidentes graves en su presencia.

                                                       

Días más tarde, Poncio Pilato marcha por Jerusalén,con Ben-Hur y su familia observándole desde un balcón. Dimas intenta asesinar a Pilato con un arco, pero falla. Como represalia, los romanos irrumpen en casa de Ben-Hur y lo arrestan a él y a su familia, pero en vez de traicionar a otro judío, se responsabiliza del intento de asesinato y es sentenciado a la esclavitud a bordo de una galera. Su madre y su hermana son sentenciadas a ser crucificadas, lo que provoca que Ben-Hur y Mesala acaben odiándose por sus respectivas traiciones, y mientras el primero es llevado a la galera, se cruza con Jesús (Rodrigo Santoro), quien le da un poco de agua para beber.

Ben-Hur sobrevive a cinco años de esclavitud como remero a bordo de una galera romana bajo el mando de Quinto Ario (James Cosmo). Durante una batalla naval contra los rebeldes griegos en el mar Jónico, la galera de Ben-Hur es abordada, y el tamborilero presiona a los esclavos para que remen, pero la nave colisiona con otro barco y es destruida, mientras que nuestro protagonista se las arregla para aferrarse a un mástil flotante, viéndose arrastrado por la marea hasta una orilla donde es encontrado por Sheik Ilderim (Morgan Freeman), quien lo reconoce como un esclavo fugado. Ben-Hur se las arregla para convencer a Ilderim de que no le entregue a los romanos a cambio de cuidar a uno de sus caballos de carrera nubios.

                                                         
Después de que Ben-Hur desarrolle un vínculo con los cuatro caballos de carreras, un Ilderim agradecido le entrena para ser corredor de cuadrigas. Ben-Hur y Sheik Ilderim viajan luego a Jerusalén para participar en una gran carrera de carros en el recién construido circo romano. Jesús por otro lado está predicando como parte de lo que será la futura iglesia cristiana, lo cual llama la atención del gobernador Pilato y de Mesala, quien ahora es el comandante de la guarnición romana y todo un corredor campeón de carreras de cuadrigas. Mientras visita Jerusalén, Ben-Hur se encuentra con Esther, quien se ha convertido en seguidora de Jesús y se ha involucrado en obras de caridad, contándole a nuestro protagonista que su madre y su hermana están muertas y que pese a su reunión los dos deben mantenerse separados emocionalmente debido a su nueva causa, contraria a la insistencia de Judá de vengarse de Mesala.

                                                        
Ben-Hur luego se enfrenta a Mesala en solitario en su antiguo hogar, pero se ve obligado a huir cuando aparecen los soldados romanos, y después de que ejecuten a veinte judíos en represalia, Esther termina definitivamente su relación con su antiguo amado. Sheik Ilderim instruye a Ben-Hur en las técnicas de competición con cuadrigas, encontrándose más tarde con un antiguo capitán romano llamado Druso (Marwan Kenzari), quien le informa de que su madre Naomi y su hermana Tirza aún siguen vivas. Sin embargo, su reunión resulta ser un tanto amarga cuando Ben-Hur descubre que ambas tienen lepra y que su madre ha perdido la memoria. Sheik Ilderim soborna a Pilato para que permita a Ben-Hur competir proponiendo una apuesta alta, mientras que Esther trata de convencer a Mesala de que no corra contra nuestro protagonista, pero se muestra firme en que le ganará.

El día de la carrera, Ben-Hur sigue las instrucciones de Ilderim para aguantar durante todo el trayecto hasta las últimas vueltas. Usando tácticas antideportivas, Mesala se las arregla para noquear a los otros aurigas competidores, y tras una carrera brutal y agotadora, Ben-Hur gana. Sin embargo, Mesala ha sobrevivido aunque malherido hasta el punto de perder una pierna. La victoria de Ben-Hur anima a los espectadores judíos y produce beneficios para Ilderim. A pesar de su victoria, Ben-Hur está desalentado por su familia y por su antiguo amigo Mesala. Luego, Esther y él son testigos del arresto de Jesús en Getsemaní, donde ven como el nazareno es golpeado y amoratado.

Cristo es obligado a cargar con su cruz por las calles, e imitando su primer encuentro, Ben-Hur trata de darle agua pero es golpeado por un soldado romano. Tras la crucifixión del mesías, se produce un gran temporal y Naomi y Tirza se curan milagrosamente gracias al agua de lluvia que llevaba consigo la sangre de Jesús, mientras que Sheik Ilderim paga un rescate para liberarlas. Al final, Ben-Hur se reconcilia con Mesala y pese a su ira, halla las fuerzas necesarias para perdonarle a él y a su familia, y todos juntos acompañan al libertador en su caravana procesional mientras abandonan Jerusalén, que aún sigue bajo el yugo del imperio romano después de la muerte y resurrección de Jesucristo.

                                                            
Jack Huston toma las riendas del carro que cabalgaron en carreras similares los anteriores actores que hicieron de Ben-Hur, esta vez para la nueva versión producida entre MGM y Paramount, tomando como lugar de rodaje el mismo sitio donde Mel Gibson filmó La Pasión de Cristo,dando vida otra vez a un relato histórico de la antigüedad. Para el actor protagonista debió ser un honor calzarse las sandalias que inmortalizó Charlton Heston en la épica escena de las cuadrigas. Esta versión sin embargo sería más apropiada calificarla como el encuentro de Jesús con el ritmo narrativo de la saga Fast & Furious, que es como se ha rehecho Ben-Hur en esta época contando con el actor conocido por salir en Boardwalk Empire de estrella principal.

En un principio, el primer candidato a subirse al carro como protagonista titular era Tom Hiddleston. También había comparaciones entre lo que iba a hacerse con Huston y lo hecho por Heston, como si Kenneth Branagh fuese hacer la 50º versión de Romeo y Julieta. ¿Iba a ser la oveja negra de las versiones de Ben-Hur en la carrera de carros que actualmente es la industria en su búsqueda por entretener a los espectadores de todo el mundo? Morgan Freeman es el acaudalado jeque africano que entrena a Ben-Hur para convertirse en auriga que busca vengarse de su hermano, Mesala, villano y oficial del ejército romano. En el lado femenino del elenco está Nazanin Boniadi, que hace de Esther, una esclava judía que se enamora de Ben-Hur y a la que hemos visto actuar en Homeland.

Este papel estaba pensando en principio para Gal Gadot, que tuvo que rechazarlo debido a su participación en Batman v Superman: El amanecer de la justicia. El Jesús que encarna Rodrigo Santoro tiene un rol más prominente que en la película original, y esto se debe a que un ejecutivo del estudio, Rob Moore, luchó porque fuera así debido a que es un devoto cristiano y quería evitar lo sucedido en la cinta de Darren Aronofsky Noé, donde se inventaron muchas más ocurrencias de las que salen en la Biblia, llevándonos al porqué las películas religiosas están atrayendo cada vez más a las estrellas establecidas, algunas que incluso reciben las bendiciones del mismísimo papa Francisco, como el que aquí interpreta a Cristo. Ayelet Zurer, la actriz que da vida a Naomi (llamada Miriam en el libro y en la adaptación de 1959), la madre de Ben-Hur, participó en El Hombre de Acero,mientras que Pilou Asbaek, al que vimos en Lucy, es Poncio Pilato, y James Cosmo, de Juego de tronos, es Quinto Ario.

                                                     
Según el director de la película, Timur Bekmambétov, esta cinta va sobre el imperio romano, que era muy atractivo y sofisticado, así como peligroso, por lo que tales ideas están presentes, el poder y la competición. Hoy en día vivimos en un mundo similar al del imperio romano, por lo que el objetivo del filme es mostrar de alguna manera como podemos sobrevivir a lo mismo en la actualidad. No es una película sobre Jesús, sino sobre nosotros. MGM se hizo con la adaptación de Lew Wallace de la novela de Ben-Hur porque es de dominio público, lo cual atrajo el interés de Paramount pero especialmente de Mark Burnett, productor del primer estudio y confeso evangélico, y de su esposa Roma Downey, también católica, quienes querían transmitir su mensaje de fe en la gran pantalla.

MGM fue la distribuidora de la película de 1925 y de la de 1959, que es la más famosa, pero los derechos de ambas los tuvo luego Ted Turner en los 80. El estudio dejaba atrás su bancarrota tras los éxitos de la reciente entrega de James Bond Skyfall y de El hobbit: un viaje inesperado. Por su parte, Paramount lo hizo bastante bien en lo económico con el relato bíblico Noé. John Ridley, ganador del Oscar por haber adaptado 12 años de esclavitud, fue contratado para revisar y pulir el guion a instancias del productor Sean Daniel, quien le indicó que se centrase en un contexto anterior a que el imperio romano tomase Jerusalén. La nueva versión echaría a rodar con la contratación de un Bekmambétov que dudaba hacerse cargo de un filme cuyo predecesor había sido una obra maestra insuperable.

Sean Daniel le convenció tras mostrarle el guion , y el director de Wanted aceptó darle un nuevo giro a esta épica aventura. La interpretación esta vez sería en la clave de Hamlet y la obra de Antón Chéjov, porque el problema que había era que la del 59 se centraba mucho en la venganza en vez de en el perdón, que es de lo que va el libro, escrito en torno al amor y no a los milagros. Lo más prominente en el imperio romano eran los valores considerados como más importantes, a saber: orgullo, rivalidad, poder (como dictadura), fuerza y amor propio, temas tratados en esta versión por Bekmambétov, que no es solo la historia de Ben-Hur, sino sus experiencias compartidas con su hermano Mesala.

Las comparaciones con las versiones clásicas seguirían presentes y por eso Bekmambétov debía dejar su sello para diferenciarla, así que la hizo como una tragedia realista y no como una atracción para el gran público actual. El director tampoco quería hacer una versión más estilizada del pasado como en Abraham Lincoln: Cazador de vampiros, sino algo más tangible y fundamentado. Mark Burnett comentó que esta clase de películas que se centran en la fe y los mensajes de Jesucristo deben ajustarse a los épicos éxitos de taquilla veraniegos para poder atraer a espectadores más jóvenes y laicos. Eso explica todo el presupuesto invertido, una cantidad cercana a los 100 millones de $ más la conversión al 3D para resaltar los efectos especiales, que es lo que espera la juventud.

Bueno, no hace falta decir que el primer fin de semana para Ben-Hur en cines fue apocalíptico, ¿ pero había redención para la épica religiosa en la taquilla actual? Esta nueva versión que no era tal como decía Rob Moore, sino una nueva interpretación de la novela de Lew Wallace en la que ambas se basan, sería diferente según el guionista John Ridley, que cogió un texto asombroso y que volvía a su fuente original profundizando la relación entre los dos personajes principales, Ben-Hur y Mesala. Hay cosas de la película de 1959 que creemos recordar, cosas que realmente pasaron, incluyendo obviamente la carrera de cuadrigas, así que su visión iba a ser diferente en el sentido de que realmente no tratarían de seguir la película que la gente recuerda, pero si elementos que forman el alma de la misma, el ritmo emocional que llevar a un nuevo público.

En manos de los mencionados sonaba como un proyecto interesante, ciertamente desafiante, un reto al que la gente iría con expectativas y que debían excederse hasta cierto punto y no preocuparse por ello, porque en el fondo lo que se esperaba era lograr algo único. El guionista John Ridley quiso hacer una nueva versión diferente de lo que conocemos de Ben-Hur, reescribiendo la adaptación basándose en el original que firmó Lew Wallace en 1880, una novela que es recomendable leer antes de ver lo escrito por el creador de la serie de antología American Crime, emitida por el canal ABC. Ridley admiraba la trama y como se centraba en temas tales como la esclavitud y la colonización, así como la profunda relación entre ambos amigos.

En lo que se vio más atraído del proyecto fue sin embargo en como tocaba los temas de la fe de manera muy potente, pues ya es conocido que Ridley ha sabido describir el panorama americano en este aspecto de forma sobresaliente y ahora podía aplicarlo con libertad a otro contexto. Pedro Pascal, también de la serie Juego de tronos, estuvo en conversaciones para interpretar a Poncio Pilato, mientras que Olivia Cooke (Ouija) fue considerada para ser la hermana de Ben-Hur, Tirza. La célebre secuencia de la carrera de cuadrigas estaba originalmente planeada para ser filmada en exteriores de Roma, concretamente en el Circo Máximo, pero el acceso fue denegado debido al temor de que la tan peligrosa escena pudiese dañar un lugar tan histórico.

Con una duración de 10 minutos, como en las anteriores versiones, reiniciaría el debate sobre si se debía rodar en lugares tan frágiles y en restauración, pero a la vista está de que las autoridades italianas hicieron lo lógico al ser un espacio culturalmente significativo y por tanto prohibido para filmar,por mucho que los administradores municipales lo aprobasen. El objetivo no era recaudar impuestos a cambio del uso de un espacio público, algo que seguro lamentarían los políticos locales romanos, sino devolver a Roma el papel relevante de ser un gran escenario internacional, algo que es historia y tradición de la Ciudad Eterna. Los problemas técnicos fueron la principal excusa para prohibir filmar allí.

Si bien Ben-Hur es una historia épica que rompió moldes, a la nueva versión la bloquearon en cuanto a poder filmar en un lugar histórico de Roma los expertos en arqueología que calcularon el posible daño de la presencia de los extras y todos los transportes de material de rodaje sobre la arena, volviéndose de nuevo para Cinecittà. Hay que aclarar que donde se ambienta la carrera es en Antioquía del Orontes, una ciudad del imperio romano situada en la actual Turquía, pero al final el circo acabó construyéndose dentro del estudio, con las dimensiones de una montaña rusa como las que hay en los parques de atracciones y con añadidos posteriores con CGI. Los caballos y carros fueron proporcionados por la misma empresa que trabajó para Ridley Scott en la Robin Hood de 2010.

Para una escena de tal calibre si un solo detalle salía mal, el resto saldría peor, incluyendo la posible muerte de Jack Huston delante de la cámara. Por eso los carros se hicieron con el mismo material que emplean en Ferrari, siendo esta la forma de como reinventaron el legendario y épico género del péplum, con lo justo de efectos por ordenador salvo por precaución de que los hermanos protagonistas se jugasen el físico. El resultado es igual que ver en vídeo por YouTube en el iPhone o en foto por Instagram una carrera de la NASCAR, llevando a otro nivel escenas de cuadrigas que han salido en Gladiator o en la serie de la HBO Roma, con una perspectiva que recuerda a la de Hardcore Henry, furiosa y completamente de locos. Fue un milagro que nadie saliera herido, teniendo en cuenta que las armaduras estaban hechas de kevlar, un material con el que es muy difícil estar de pie y moverse.

No os voy a engañar, pero cuando vi el primer avance de la película me pareció todo un crimen contra Dios, una forma de jugar con clásicos que la gente admira y que a los grandes estudios parecen darle igual con tal de ganar dinero. Por los carteles solo parecía que estábamos ante la promoción de 300: El origen de un imperio o de Spartacus: Sangre y arena, enfatizando más la acción que no la figura de Jesús, como si el protagonista fuera un gladiador evangélico, muy tonto y con más ruido que nueces, abundante en lo primero y olvidando que esto es una novela histórica y no la nueva entrega del Capitán América, y de hecho podría haber sido mucho peor si quitan a Jesús de la película.

Hollywood sigue sin aprender nada, continúa anotando más fiascos cada verano y así no es extraño que la gente se abone más a las plataformas bajo demanda tipo Netflix o Amazon, que no suelen perder tanto dinero como los estudios y compañías  tradicionales. De hecho ni en formato doméstico paró su sangría esta nueva versión, porque era predecible que algo que ni en América querían ver reportase beneficios tanto a MGM como a Paramount, cada vez más hipotecados por culpa de debacles como la de esta película, carente de estrellas de primer nivel, estrenada muy al final del verano, con una dura competencia en salas, nefasta recepción general, promoción muy austera y una larga lista de razones para su fracaso e incapaz de expandirse más allá del público cristiano, porque esta es una película apta solo para gente muy religiosa.

Por eso no puedo evitar enumerar todas las películas con mayor déficit en recaudación ambientadas en la antigüedad que han pasado por los cines últimamente y que, la casualidad, eran de enormes presupuestos y de grandes estudios, a saber: Exodus, el Hércules de Renny Harlin y Dioses de Egipto. Todas han tenido que depender mucho de los mercados extranjeros, de zonas muy cristianas como América Latina, pero en general los caballos han salido más asustados de la carrera que otra cosa, ensombreciendo todo el esfuerzo en llevarla a cabo. ¿Como puede defenderse la idea de hacer esta película? Pues filmando una nueva versión que tiene poco de sí misma y que trata de tapar sus defectos con un montaje muy agitado y con todo el CGI que pueda meterse.

                                              
La nueva Ben-Hur solamente mejora conforme se acerca al final, donde se vuelve una historia más atrevida, pero las cuadrigas llegan tan agotadas como algunos pilotos profesionales de Fórmula Uno que prefiero no nombrar. Es una actualización muy salvaje para la nueva generación, metiendo sus ruedas esos carros en un lodazal que solo saben pasar zumbando en muchas direcciones y sin que Judá Ben-Hur complete su camino a la redención. No tendría que haberse hecho jamás esta versión ni tampoco que la dirigiese este  ruso tan chiflado.

Puntuación: 5,5

                                                   



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