Los viajeros de la noche (1988)

   Matarte será sencillo, pero quizá aterrorizarte será eterno

                                     

Western de terror dirigido por Kathryn Bigelow y escrito entre ella y Eric Red (Cohen y Tate, Cuerpo maldito, Luna maldita, Arresto domiciliario). La historia sigue de cerca a un joven que vive en un pequeño pueblo del medio oeste y que se cruza con una familia de vampiros nómadas americanos. La cinta la protagonizan unos actores por entonces poco conocidos, Adrian Pasdar y Jenny Wright, formando parte de un resurgimiento de un cine de vampiros más serio a finales de los 80. Pese a que su paso por taquilla fue bastante modesto, la opinión general la considera una muy notable contribución al género y por eso durante años se ha ganado el derecho de ser considerada una película de culto.

                                             
Una noche, Caleb Colton (Pasdar), joven residente de un pequeño pueblo, conoce a una atractiva vagabunda llamada Mae (Wright). Antes del amanecer, ella le muerde en el cuello y huye. El sol naciente provoca que la piel de Caleb empiece a humear y a quemarse, mientras que Mae llega con un grupo de vampiros vagabundos que vienen de turismo en una caravana y lo secuestran. El más psicótico de los vampiros, Severen (Bill Paxton), quiere matar a Caleb, pero Mae revela que ella ya le ha convertido. Su carismático líder, Jesse Hooker (Lance Henriksen) acepta a regañadientes permitir que Caleb se quede con ellos una semana para ver si puede aprender a cazar y ganarse la confianza del grupo.

                                               
Caleb se muestra reacio a matar para alimentarse, lo cual le separa de los otros, así que para protegerle, Mae mata por él y luego le deja beber de su muñeca. El grupo de Jesse entra en un bar y mata a los clientes, para luego prender en llamas el local y huir del lugar. Después de que Caleb se ponga en peligro por ayudarles a escapar de su habitación de motel durante una redada policial diurna, Jesse y los otros quedan temporalmente apaciguados, con Caleb preguntando a Jesse que edad tenía al ser transformado y respondiendo este que por entonces el combatía defendiendo a los estados del Sur durante la Guerra de Secesión. El padre de Caleb, Loy (Tim Thomerson) se dispone a buscar al grupo de Jesse.

                                              
Un niño vampiro del grupo, Homer (Joshua John Miller) conoce a la hermana de Caleb, Sarah (Marcie Leeds), a la que quiere convertir en su compañera, pero Caleb se opone. Mientras el grupo discute, el padre de Caleb llega y los retiene a punta de pistola, exigiendo que suelten a Sarah. Jesse lo desafía a que le dispare, pero acaba escupiendo la bala antes de retorcer el arma. En medio de la confusión, Sarah abre una puerta que deja pasar la luz solar, obligando retirarse a los vampiros. Quemado, Caleb escapa junto a su familia, sugiriendo después que intenten darle una transfusión de sangre para tratar de curarle. La transfusión revierte con éxito la transformación de Caleb.

Esa noche, los vampiros buscan tanto a Caleb como a Sarah, pero Mae distrae al primero tratando de convencerlo para que regrese con ella mientras los otros secuestran a su hermana. Caleb lo descubre cuando ve que los neumáticos de su coche han sido pinchados, por lo que les persigue montado a caballo, pero cuando el animal tropieza y lo tira, se tiene que enfrentar a Severen, por lo que Caleb ahora debe montarse en un camión articulado y atropellar a su adversario, que como vampiro sólo ha resultado herido y aparece repentinamente en la cabina del vehículo, consiguiendo destrozar los cables del motor. Caleb hace un efecto tijera con el vehículo y salta antes de que el camión explote, matando a Severen.

                                                           
Buscando venganza, Jesse y su novia Crótalo (Jenette Goldstein) le persiguen, pero se ven obligados a huir en su coche cuando amanece. No queriendo que Sarah se convierta en otro monstruo infantil, Mae irrumpe desde la parte trasera del coche con la niña y su piel comienza a humear mientras va quemándose por el sol, entregándola a los brazos de Caleb, quien la cubre con su chaqueta. Homer trata de seguirlos, pero mientras corre muere debido a la exposición al sol. Jesse y Crótalo, que tampoco son inmunes a la luz, también comienzan a arder, tratando de alcanzar a los hermanos, pero fracasan y mueren mientras su coche explota. Mae se despierta después con sus quemaduras curadas. A ella también le han dado una transfusión y se ha curado del todo, por lo que junto a Caleb se consuelan el uno al otro abrazándose al final de la película.

                                                       
Las películas de vampiros estaban de moda durante el momento en que se produjo Los viajeros de la noche, todo gracias a Noche de miedo y Jóvenes ocultos. De hecho, esta última cinta, protagonizada por Corey Haim, era la más exitosa de la época, enfocada al público adolescente y con una premisa muy original. Bigelow quería hacer un western que se alejase de lo convencional en el género, así que cuando ella y Red lograron apoyo financiero, se dieron cuenta que era insuficiente para redactar un guion conjunto sobre el viejo oeste, por lo que lo mezclaron con otro género popular. El interés de la directora en una interpretación revisionista de dos estilos de cine tradicionales le llevó a ella y Red a combinarlos, pues consideraban que ya estaban listos para madurar.

Así nació el western con vampiros, una combinación de géneros que ya había sido probada antes en la gran pantalla durante los tiempos de los monstruos clásicos por parte de William Beaudine, quien enfrentó al protagonista de la novela de Bram Stoker, Drácula, con Billy el Niño, una rareza de la Universal de los 60 hoy olvidada del todo. Bigelow conoció mientras filmaba Los viajeros de la noche al director James Cameron, con quien luego se casaría y que había dirigido Aliens: El regreso en 1986, película que comparte hasta tres integrantes de su reparto (Paxton, Goldstein y Henriksen) con la que nos ocupa. De hecho, en una escena al principio se ve al fondo un cine donde están anunciando Aliens y Cameron aparece brevemente como el tío que le hace un corte de manga a Severen. La banda sonora de esta película la compuso el grupo alemán de música electrónica Tangerine Dream.

Los viajeros de la noche formó parte de una recuperación a finales de los 80 de representaciones más serias de vampiros para la gran pantalla en oposición a versiones más cómicas, de ahí que gustase mucho su mezcla de western y vampiros, géneros a los que el cine ya no consideraba relevantes y que solían ser una pesadilla para la crítica. Las composiciones de la señora Bigelow están muy estudiadas, pues tenemos la silueta de Caleb cabalgando sobre su corcel directamente hacia la cámara, un detalle que choca con su acercamiento espontáneo y más natural en el aspecto de sus personajes en este relato de vampiros en la carretera. Fue sin duda una impresionante primera incursión de Bigelow hacia las películas de gran presupuesto con estos vampiros palurdos.

Los viajeros de la noche está magníficamente rodada y entremezclar las leyendas de los vampiros, los western y las cintas de motoristas dio como resultado final un producto poético y extravagante, sangriento y emocionante. El añorado Bill Paxton además cumple como no muerto, siendo lo más excepcional entre los secundarios de este giro de tuerca al mito del vampiro que aporta nuevos terrores y demonios más atractivos, una preciosa historia romántica de vampiros adolescentes mucho mejor que lo que vendría después, cortesía de la ganadora del Oscar por En tierra hostil. Toda una variante inteligente del género de terror por excelencia como son los vampiros, una nueva dirección que llevó a Hollywood aire fresco que desde aquí queremos reivindicar para que vuelva a verse en estas criaturas un toque sangriento y maravilloso.

                                                         


Como toda buena película de terror que se precie, Los viajeros de la noche fue hace varios años objetivo de remake por parte de los estudios Rogue y Platinum Dunes, este último propiedad de Michael Bay y de su socio productor Bradley Fuller. El proyecto nunca llegó a realizarse debido a las similitudes conceptuales que guardaba, salvando las distancias, con Crepúsculo, donde también hay una especie de romance (o eso parece, no me hagáis mucho caso) entre personajes humanos y vampiros (que cuesta creerlo pero los describen como tal aunque sin ser criaturas crueles, sino gente de piel muy pálida y excesivamente sentimental).

Puntuación: 7

                                                       





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