La temporada de la bruja: ¿Qué fue de Baby Jane? (1963).

           !Oh hermana! ¿Porqué tienes sangre en el pelo?

                                          
Suspense psicológico con toques de terror producido y dirigido por Robert Aldrich y protagonizado por Bette Davis y Joan Crawford, sobre una antigua actriz que ha envejecido y que mantiene cautiva a su hermana parapléjica en una vieja mansión de Hollywood. El guion está basado en una novela homónima publicada a principios de los 60 y logró ser una adaptación muy exitosa en todos los aspectos, hasta el punto de optar a cinco Oscar, logrando el premio a mejor vestuario. La intensa y amarga rivalidad que en la Meca del cine mantenían ambas estrellas de la película, Davis y Crawford, fue la clave para la importancia del éxito inicial de esta cinta, lo que llevó a revitalizar sus entonces decadentes carreras.

Posteriormente a su estreno, el filme sigue siendo muy aclamado no solo por sus dos estrellas sino también por lo bien llevada que está la trama en el plano psicológico, a medio camino entre el humor negro y la ironía, dando lugar a un nuevo género donde aparecen señoras mayores que añoran sus años dorados de juventud y que acaban desquiciadas, siendo una amenaza viviente para quienes las rodean. Como digo, la trama en su momento resultó ser bastante polémica, lo que ha llevado con el paso del tiempo a ser considerada un clásico de culto, así como el que el personaje de Baby Jane Hudson sea uno de los grandes villanos del cine estadounidense, rivalizando con Hannibal Lecter entre otros.

                                                      
En 1917, Baby Jane Hudson es una adorada pero malhumorada actriz infantil de vodevil, mientras que su hermana mayor Blanche vive a su sombra. En 1935, la fortuna de ambas ha cambiado, ya que Blanche es una exitosa actriz de cine y Jane vive en el ostracismo y su carrera ha caído en la oscuridad, pues sus películas han fracasado. Una noche, Jane se burla de Blanche en una fiesta, provocando que su hermana salga corriendo de allí llorando. Esa misma noche, Blanche queda paralizada de cintura para abajo en un misterioso accidente de coche donde de forma no oficial culpan a Jane, quien tres días más tarde es hallada borracha en estupor.

En 1962, Blanche (Crawford) se ha quedado confinada a una silla de ruedas, y Jane (Davis) vive junto a ella en la mansión de la primera, que compró con lo que ganó haciendo películas. En ese momento Jane ha caído en el alcoholismo y sufre una enfermedad mental, amenazando a Blanche con crueldad y castigándole por haberle robado todo el foco de atención. Más tarde, cuando Blanche le informe a Jane que podría vender la casa, la salud mental de la segunda comienza a deteriorarse aún más. Durante una discusión le quita el teléfono a Blanche de su dormitorio, dejándola aislada para seguir abusando mentalmente de ella. Luego Jane se niega a comer lo que le prepara Blanche, hasta que esta le sirve a su hermana un periquito muerto en una fuente, así como un nada sugerente segundo plato consistente en una rata que mató en el sótano.

                                                         

Jane se obsesiona con recuperar su fama de niñez y pone un anuncio en el periódico buscando un pianista que le acompañe para poder cantar. Cuando sale de casa, Blanche trata de llamar la atención de su vecina, la señora Bates (Anna Lee), escribiéndole una nota rogándole que le ayude y entregándola en la ventana de su cuarto. Jane regresa a tiempo para ver la nota y evitar que doña Bates la vea y cuando la lee se enzarza en una pelea con su hermana. Cuando la cuidadora de Blanche, Elvira Stitt (Maidie Norman) llegue para limpiar la casa, Jane le paga y le da el día libre, pero cuando Elvira regresa después, Jane la despide de forma abrupta y la manda lejos.

Después de que Jane vaya al banco a por dinero en efectivo, Elvira vuelve y descubre que esta ha encerrado a Blanche en su cuarto. Cuando Jane regresa, un vecino le cuenta que vio a Elvira entrar en la casa, por lo que le pide explicaciones a la criada. Mientras, el excéntrico y siempre corto de dinero Edwin Flagg (Victor Buono) ve el anuncio del periódico de Jane y llega a la mansión, donde esta le contrata como su acompañante. Desesperado por el dinero, Edwin halaga como un insincero a Jane y le anima a que reviva su carrera como actriz. Mientras ella le conduce a casa, Blanche busca comida en su interior y descubre que Jane ha estado falsificando su firma en los cheques.

                                                             
Desesperada por que la ayuden, Blanche gatea las escaleras hacia abajo y llama a su médico, contándole acerca del errático comportamiento de Jane y suplicándole que venga a la casa. Jane regresa a tiempo para encontrar a Blanche al teléfono y así poder pegarle hasta dejarla inconsciente, todo ello antes de imitar su voz al teléfono y contarle al doctor que no venga. Entonces ata y amordaza a Blanche y la vuelve a encerrar en el dormitorio de arriba. Elvira, que todavía sospecha de Jane, regresa al día siguiente y descubre a Blanche en un estado debilitado y hambriento. Sin embargo, antes de que pueda rescatarla, Jane golpea a Elvira hasta matarla con un martillo y luego se deshace del cuerpo de la mujer.

Unos días más tarde, la policía llama a la casa de las Hudson y le cuentan a Jane que la criada de su primo ha informado sobre su desaparición. Una muy nerviosa Jane se prepara para irse, llevándose a Blanche con ella, pero antes de que puedan marcharse aparece Edwin sin ser invitado y borracho, descubriendo a Blanche en su cama, atada y demacrada, por lo que va hasta una farmacia en la que notifica los hechos a las autoridades. Jane conduce a Blanche hasta la playa y vuelve a su propia infancia. Moribunda, Blanche confiesa que su parálisis es culpa suya, ya que la noche del accidente trató de abandonar a Jane porque como hermana le había enfadado por burlarse de ella, y desde entonces le ha hecho creer que tenía la culpa por dejarle la columna rota cuando el coche impactó en la verja de hierro de su casa.

                                                      
Lastimosamente, Jane le pregunta ¿quieres decir que todo este tiempo podríamos haber sido amigas? Con un gozo infantil, Jane va a un chiringuito playero a por conos de helado para ella y Blanche, sucumbiendo entonces completamente a su demencia y bailando ante una multitud de testigos perplejos, creyendo que vuelve a ser Baby Jane y que está actuando para sus adorados espectadores y seguidores fieles. Dos agentes de policía, que han venido a arrestar a Jane por el asesinato de Elvira, ven a Blanche yaciendo inmóvil en la arena y luego corren a por su hermana.

Bette Davis solía venir ya maquillada para el papel desde su casa y decía que Jane era alguien que nunca se lavaba la cara, todo ello para maquillarse más. El exterior de la mansión de las Hudson se encuentra en el parque Hancock del centro de Los Ángeles, cerca de Hollywood, mientras que la escena de la playa se rodó en Malibú, también en California, lugar que Aldrich ya conocía de cuando hizo El beso mortal en 1955. Davis había logrado su último éxito con Los gángsters del aire en 1933, mientras que Joan Crawford lo tuvo con Así ama la mujer en 1934. La hija en la vida real de Davis, Barbara Merrill, aparece en la película como la hija del vecino, y como luego haría Christina Crawford, hija adoptiva de Joan, escribió unas memorias sobre su madre en las que no salía retratada de manera favorable, sino todo lo contrario.

                                                
Crawford tenía que promocionar junto a Davis la película, pero lo canceló en el último minuto, pues no quería compartir el mismo espacio que su compañera de reparto, ya que Bette y Joan se odiaban a muerte. Parece ser que Crawford le preguntó a Davis su opinión general y esta le contestó : Tenías razón, Joan, la película es buena y yo estuve genial. Pero eso sí, de como actuó su compañera no dijo ni una palabra, no se atrevió a reconocer su talento como actriz y por tanto se negó incluso a aparecer junto a Joan en los Oscar de 1963. Crawford no fue nominada y Davis si, pero el premio a mejor actriz se lo llevó Anne Bancroft por El milagro de Ana Sullivan. Tanto esfuerzo y sacrificio se quedó en nada para ambas.

La rivalidad de ambas continuaría cuando Crawford se negó a aparecer junto a Davis en la siguiente película de Aldrich, la casi secuela Canción de cuna para un cadáver, todo ello con la polémica de los Oscar aún coleando. Lo que si dejó para la posteridad fue un legado de filmes con una temática similar, como la antes mencionada o ¿Qué fue de tía Alice? (Lee Katzin , 1970), ¿Quién mató a tía Roo y ¿Qué le pasa a Helen? (ambas de Curtis Harrington, 1971 y 72 respectivamente). La contienda de toda una vida para las dos actrices ha inspirado episodios similares en la ficción para otras artistas como las británicas Jennifer Saunders y Dawn French, que parodiaron la cinta en su programa de la BBC.

                                                       

Las hermanas en la vida real Vanessa y Lynn Redgrave también interpretaron su propia versión de la historia en otra adaptación, mientras que Christina Aguilera actuó durante algunos años bajo la identidad de Baby Jane en sus conciertos. Pero donde mejor se ha recreado dicha batalla entre bastidores durante la mítica producción de Crawford y Davis y que por tanto ha sido su base argumental para toda una primera temporada, se ha visto este año en la serie de televisión de Ryan Murphy Feud, emitida en FX y protagonizada por Jessica Lange (como Crawford) y Susan Sarandon (como Davis), una antología que no hay que perderse, pues ambas actrices se combinan para resucitar a las dos leyendas.

                                                                          
Davis y Crawford nos regalaron un divertimento que nos pone los pelos de punta y la sangre hirviendo a base de acusaciones histéricas y cargadas de odio que no eran fruto del método interpretativo, sino natural y monstruosamente sincero y que Aldrich apenas pudo hacer más sutil, pues quedó debilitado por el carácter de sus estrellas en plató. Es toda una ironía que dos actrices antaño idolatradas, dos mujeres poderosas en todos los sentidos, vivieran con tal depravación y a la hora de encarnar a dos hermanas conserven esas emociones tan al rojo vivo, esa profunda envidia tan asentada que se procesaban la una a la otra y que como resultado nos trajera esta obra maestra y grotesca del cine de terror en su estado más puro, donde Davis sale más favorecida gracias a que el argumento gira en torno a su personaje en los niveles de locura y deja a Crawford como el elemento sereno y roto emocionalmente por el devastador carácter de su hermana ficticia.

                                                    
Esta guerra de estrellas de cine no habría sido posible con otro director que hubiera captado el envenenado entorno de las hermanas como nos lo sirvió Aldrich, ni siquiera un gigante de la talla de Alfred Hitchcock con todo su manejo del suspense hubiera igualado tal magnitud, porque aquí se necesitaba un maestro del caos. En cuanto a premios, lo único que ganó la película fue el galardón a mejor vestuario, pero con todo es sin discusión la mejor película de terror psicológico jamás rodada, una sátira de la decadencia de las viejas glorias de Hollywood, dos hermanas ancianas que viven juntas en constante tensión, una tragicomedia de humor negro tan perturbadora como lo es por sí sola la caracterización de Bette Davis.

Puntuación: 8

                                                   



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