La temporada de la bruja: Canción de cuna para un cadáver (1966).
!
No le contéis a nadie que pasó en aquel apartamento durante el
verano!
Un
nuevo filme de suspense psicológico dirigido y producido por Robert
Aldrich y protagonizado por Bette Davis, aquí acompañada por Olivia
de Havilland, Joseph Cotten, Agnes Moorehead y Mary Astor en el que
fue su último papel cinematográfico.
Aquí
se narra como en 1927 una joven belleza sureña llamada Charlotte
Hollis (Davis) y su amante casado, John Mayhew (Bruce
Dern)planean fugarse para poder casarse durante una fiesta en
la vieja mansión de la familia Hollis en la parroquia de
Ascension, Luisiana. El padre de Charlotte se enfrenta a John por
culpa de su relación y le intimida revelándole que su esposa,
Jewel, estuvo de visita el día anterior y que fue ella quien
reveló el lío amoroso que se traen. John finge que ya no ama a
Charlotte y le dice a esta que deben dejarlo. Es entonces cuando
John es brutalmente asesinado y decapitado en la residencia de
veraneo con un cuchillo de carnicero,con una mano rígida.
Charlotte
descubre su cuerpo y regresa traumatizada a la fiesta con su traje
ensangrentado, por lo que la mayoría de invitados asumen que ella
es la asesina. La trama salta hasta 1964, con Charlotte ahora
convertida en una rica solterona que aún vive en la plantación
de la parroquia que le ha pertenecido a su familia durante
generaciones. El padre de Charlotte murió el año posterior al
asesinato de Mayhew, creyendo aún que su hija era culpable. Todos
esos años Charlotte también ha creído que su padre mató a John
Mayhew, y los demás asumen que Charlotte, la loca solitaria,
decapitó a su amante. La comisión de obras públicas de Luisiana,
encargada de construir la autovía estatal, pretende demoler la casa
de la protagonista para poder asfaltar la plantación.
Charlotte
se opone con vehemencia e ignora el aviso de desahucio, pues no está
dispuesta a marcharse y mantiene alejada al capataz (George
Kennedy), a su equipo de demolición y a las excavadoras a base
de dispararlos con un rifle, por lo que con el tiempo se rinden y se
van. Charlotte sigue viviendo sola como una ermitaña en la
mansión Hollis, cuidada por Velma (Moorehead), su criada.
Buscando ayuda en su lucha contra la comisión de carreteras,
llama a Miriam (De Havilland), una prima pobre que vivía con
la familia de niña y que desde entonces se ha mudado a Nueva York
y también se ha hecho rica. Esta ha renovado sus votos matrimoniales
con Drew Bayliss (Cotten), un doctor neoyorquino que la
abandonó tras el asesinato.
La
cordura de Charlotte se deteriora con la llegada de Miriam, ya que
por las noches se ve poseída por un misterioso clavecín que
toca la canción que Mayhew escribió para ella, y también por la
aparición de la mano y la cabeza cercenadas de este. Sospechando
que Miriam y Drew van por el dinero de Charlotte, Velma pide ayuda
al señor Willis (Cecil Kellaway), un investigador de seguros
que aún está interesado en el caso Mayhew y que ha estado
visitando a la viuda enferma de este, Jewel (Astor). Miriam
despide a Velma, quien luego regresa para descubrir que Charlotte
está siendo drogada. Miriam ve al nuevo mayordomo tratando de
sacar a su antigua ama fuera de la casa.
Los
dos discuten escaleras arriba y Velma trata de escapar, pero
sabiendo que ella ha descubierto las drogas, Miriam le estampa una
silla en la cabeza, haciendo que Velma caiga por los escalones
hasta matarse. Una noche, una drogada Charlotte corre escaleras
abajo enganchada por una alucinación, creyendo que John ha
regresado con ella. Miriam y Drew deciden engañarla disparando a
este con una pistola vacía, después de que la primera ayude a
deshacerse del cuerpo tirándolo a un pantano. Charlotte
regresa a la casa y observa al supuestamente fallecido Drew en lo
alto de las escaleras, dejándola como una llorona demente.
Creyendo ahora que Charlotte está completamente loca y segura en su
cuarto, Miriam y Drew van al jardín a discutir su plan: volverla
psicótica para quedarse con su dinero.
Miriam
también le cuenta a Drew que en 1927 vio a Jewel matar a su
marido, información que ha estado usando para chantajear a la viuda
todos estos años a la vez que ha conspirado para quedarse con
todas las posesiones y riquezas de Charlotte, quien está
escuchándolo todo, por lo que se dirige hasta una enorme urna de
piedra en la cornisa del balcón, casi directamente sobre las
cabezas de los amantes. Miriam abraza a Drew y entonces los dos
miran hacia arriba en dirección a la mirada cómplice de Charlotte.
Se quedan paralizados por tal visión mientras la protagonista
empuja la urna de piedra de la cornisa y aplasta a ambos matándolos.
A la mañana siguiente las autoridades se llevan a Charlotte,
probablemente a un asilo para dementes o tal vez a un nuevo hogar
para ella.
Los
vecinos y habitantes se congregan ante la casa de Hollis para
observar los pleitos,creyendo que la loca Charlotte ha vuelto a
asesinar, pero algunos se muestran muy halagadores y solidarios
con ella. Willis le entrega un sobre de la ya fallecida Jewel
Mayhew, que ha sufrido una apoplejía tras oír acerca del incidente
de la noche anterior. La nota contiene la confesión de Jewel por
el asesinato de su marido, y mientras las autoridades se llevan de
allí a Charlotte, está echa la vista atrás a su amada
plantación.
Tres
años antes ¿Qué fue de Baby Jane? tuvo un éxito inesperado
en la gran pantalla, por lo que el director de aquella, Robert
Aldrich, quería hacer una película con temas similares que
reuniese a las estrellas Joan Crawford y Bette Davis, otro cuento
que sirviese como una excelente secuela, narrando una historia
similar de una mujer que manipula a un pariente para su beneficio
personal, pero sin embargo para este filme Aldrich tenía como idea
esencial que las dos actrices intercambiasen sus roles de la
anterior, con Crawford interpretando a la prima malvada que trata
de manipular a la inocente Davis para que le entregase su finca.
Pero recordemos que Bette y Joan realmente aún mantenían su
enemistad.
Davis
sin embargo estaba muy enfurecida cuando Crawford aceptó el
Oscar a mejor actriz en nombre de Anne Bancroft por El milagro de
Anna Sullivan por ausencia de la ganadora en los premios del
63, galardón por el cual Davis había sido nominada pero no
Crawford. Ella creía que Crawford se había asegurado de alguna
forma que Bancroft ganaría para que así eclipsase a su
compañera y rival. Así que tras preguntar a Aldrich si este había
mantenido relaciones sexuales con Crawford (igual que esta
hiciera respecto a Davis antes de Baby Jane), acordó aceptar el
papel solo si también figuraba como productora. Enterada de ello,
Crawford estaba convencida de que Davis estaba tratando de minar
su moral en represalia por la humillación de la noche de los
Oscar.
Sus
sospechas solo pudieron aumentar cuando nadie fue a recogerla al
aeropuerto de Baton Rouge, Luisiana, para el rodaje principal que
iba a filmarse en aquel lugar. De hecho, Davis hizo que los miembros
del equipo decidieran si estaban con ella o con Crawford, apoyándola
sobre todo aquellos que la conocían o que habían trabajado con
ella durante bastante tiempo y sabían de su comportamiento
arrogante en plató. El último día de rodaje en exteriores,
Crawford, que había vuelto a su caravana y se había quedado
dormida allí por si la necesitaban para alguna escena adicional,
se despertó solo para ver que todos la habían abandonado y que
estaban en un hotel tras finalizar el rodaje.
Crawford
estaba convencida de que Davis había ingeniado todo esto, y al
regresar a Hollywood, donde continuaba la producción en estudio,
anunció que tras un solo día de trabajo se encontraba enferma, al
principio una estratagema para que hicieran cambios en el guion ,
pero entonces ella realmente se convenció a sí misma que se
encontraba mal. La producción acabó suspendiéndose en su
totalidad para permitir que se recuperase, y de hecho regresó al
cabo de un día, pero luego tras dos meses , durante los cuales un
detective privado le siguió la pista para ver si realmente estaba
enferma o no, a los productores les contaron que Crawford sería
sustituida o que el rodaje sería cancelado.
Después
de que Aldrich pasase cuatro días en casa de De Havilland en
Suiza, esta actriz aún viva a sus más de cien años aceptó
hacerse con el papel. Crawford luego se quejó de que ella solo se
había enterado de su despido por las noticias de la radio. En esta
película también aparece otro miembro del reparto de Baby Jane,
Victor Buono, mientras que Astor intervino porque era amiga
personal de Davis desde sus inicios en Warner Bros. Las escenas
exteriores de la mansión Hollis se rodaron en una plantación real
de Luisiana y los interiores en un plató de Hollywood. Para Aldrich
supuso otro acierto dada la recepción positiva que suscitó,
aunque algún que otro crítico le puso a parir por lo calculador y
frío que era como perpetrador de esta historia de asesinatos, caos
y engaño en una mansión que de repente mostraba una trama tan
sumamente forzada a propósito por lo sádico y lo brutalmente
nauseabundo.
Así
que en vez de traer algo divertido como Baby Jane, sus
detractores consideraron esta continuación como algo horripilante,
pretencioso, asqueroso y profundamente irritante. La interpretación
de Davis tiene ecos que recuerdan a Baby Jane en lo emocional
y en el estilo de su caracterización, aquí una casi loca belleza
sureña que de nuevo se ve apoyada en un maquillaje demacrado y una
vestimenta excéntrica, una interpretación llevada hasta el límite.
Por otro lado, De Havilland está mucho más contenida y no
obstante logra el efecto dramático con un papel diferente. Es
excesiva, desde luego, pero al menos muy bien dirigida, visualmente
hermosa y con suficientes sustos entre tanta tensión.
Puntuación:
7,5
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