La temporada de la bruja: May (2003)

                   Nadie es bueno del todo, solo por partes


                                
Terror psicológico  escrito y dirigido  por  Lucky McKee en el que fue su debut detrás de las cámaras. Esta película sigue a  una solitaria muchacha (Angela Bettis), traumatizada  por culpa de una infancia difícil, y sus cada vez más desesperados intentos  por conectar con la gente  que la rodea. Su nombre es  May Dove Candy y es una chica bastante  torpe,  reitero el dato de que ha pasado una niñez  dura debido a  que padece estrabismo, por lo que ha tenido poca interacción social  y su única verdadera amiga siempre ha sido  una muñeca encerrada en una vitrina  llamada  Suzie, fabricada por su madre  y regalada a May  por su cumpleaños con este  proverbio en su base:  Si no puedes hacer amigos, créalos.

May trabaja  en un hospital veterinario, ayudando  en las operaciones. Su  oculista  le  arregla  el estrabismo  primero con unas gafas y luego con lentes de contacto. May se hace amiga  de Adam Stubbs (Jeremy Sisto), un mecánico local, desarrollando la chica una fijación  por las manos del muchacho, ya que las considera  la parte más atractiva de él, por lo que empiezan a salir juntos.  Polly (Anna Faris), la compañera  lesbiana de May, comienza a  tontear con la protagonista y un día la chica  le comenta a su colega que tiene un cuello hermoso. Ambas se hacen amigas  y Polly  le entrega a May  su mascota, una gata llamada  Lupe.

May invita a Adam a su apartamento y le pone  una película que hizo  para su universidad titulada Jack y Jill.  La cinta revela  la historia de dos jóvenes  amantes que van de  picnic  y que acaban  practicando el canibalismo entre ellos al comerse  el uno al otro. May  se excita por todo el tema de la antropofagia  y al liarse con su chico, muerde a Adam  en el labio mientras se besan  hasta que  este empieza a sangrar. Trastornado  por su extraño comportamiento, Adam abandona abruptamente el lugar mientras que May le chilla a  Suzie  y luego la  mete en un armario. Tras esto comienza a trabajar como voluntaria en una escuela para niños ciegos.

Se entrega a los deseos  de Polly y comienzan ambas una pequeña aventura. Adam deja de llamarla y May  le escucha decir  que se alegra  de haberse deshecho de ella. Afligida,  visita a Polly  y la encuentra con otra chica llamada Ambrosia (Nichole Hiltz). Incluso cuando Lupe  se niega a acercarse a ella, May se  encoleriza  y mata a la gata, delirando  y creyendo que Suzie le habla, por lo que  se la lleva a la escuela  y les cuenta a  los niños ciegos que  la muñeca  es su mejor amiga.  Los pequeños  tratan de  sacarla de la vitrina, que acaba rompiéndose en mil pedazos y provocando que los cristales  corten a May  y a los menores. Sacando de allí a la ya estropeada muñeca,  May regresa a casa  desolada. 

Al día siguiente, conoce a un  punki  llamado Blank (James Duval), que le pregunta si le apetece  tomar  unos dulces  y ella acepta. A May no le gusta él  pero sí el tatuaje que lleva en su brazo. En su casa,  Blank  se encuentra con el cadáver  de la gata y llama a May  bicho raro, por lo que ella le apuñala en la cabeza. En la noche de Halloween,  May se disfraza  poniéndose un traje casero  parecido al de Suzie  y con ello puesto va a casa de Polly, a quien raja la garganta. Cuando llega Ambrosia, May contempla con admiración sus piernas  y también la apuñala. A continuación mata  a Adam y a su nueva novia, Hoop (Nora Zehetner). 


 En casa  diseña a su  nueva amiga, Amy ( un anagrama de su propio nombre), que tiene la forma de una muñeca de trapo a tamaño real  hecha con los brazos de Blank, el cuello de Polly, las manos de Adam,  las piernas de Ambrosia y las orejas de Hoop, usando el pelo de  Lupe para el cabello. La cabeza y el torso  han sido  embalsamados  en tela  y cosidos juntos.  May se da cuenta de que  Amy no tiene ojos  y por tanto no puede verla,  así que  se  saca su ojo vago, ocasionándole  una herida letal. Llorando de dolor y sangrando,  coloca su ojo  en la cabeza de Amy y le  ruega a la muñeca que la mire. Cae muerta  en la cama  junto a su creación  y la acaricia hasta que esta cobra vida y  le  acaricia afectuosamente la cara a su creadora  con las manos de Adam.

Como inspiración, Lucky McKee afirmó que May no existiría de no haber sido por la vez que vio al personaje de Amanda  Plummer en  El rey pescador (1992). No es una referencia que se nos venga primero a la mente, ya que la principal  aquí no es otra que  el monstruo de Frankenstein.  Esta versión tiene un  estilo singular  y  elogio esa brutalidad a través de los ojos  de alguien que  está tan metido  en su propia fantasía, ahí el mérito lo tiene la interpretación de  Bettis. Es terror pero hay algo más profundo, perturbador  y raro moviéndose a su alrededor. Su desenlace  es una última toma  que haría reír en otra película, pero  May  se gana su derecho a mostrarla, funciona porque tiene sentido al embarcarse su protagonista en su sangrienta misión final que  en su rezagada  acumulación de acontecimientos.


                                              
El resto del reparto está  varios peldaños por encima de lo que cabría esperarse  en el slasher  corriente, pero ya digo que su final es lo que cuenta, en una producción criminalmente infravalorada en su momento y que ahora es imprescindible su visionado, pues su trama  se las arregla para  esquivar  los tropos del género lenta e inexorablemente desenredándolos con maestría hasta conducir a una  inolvidable  conclusión  que  te retuerce  y te desconcierta.


Puntuación: 6,5

                                                        

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