Bone Tomahawk (2016)
Weird
West que combina elementos de Western con terror, escrito y dirigido por el
debutante Steven Craig Zahler, un reputado novelista americano de Miami
que cuenta con un reparto de altura
para una producción independiente
del género fantástico que tuvo
una distribución limitada en los cines de nuestro país este año pero que ahora
por fortuna puede verse por televisión. Se rodó íntegramente en un rancho cercano a Malibú,
California, en apenas 21 días.
En la década de 1890, dos bandoleros errantes llamados Purvis (David
Arquette) y Buddy (Sid Haig), dedican sus vidas a matar y robar a los viajeros. Asustados por el sonido de caballos que se
acercan, se esconden en las colinas y se topan
con un cementerio indio hecho por los nativos de aquella parte de América. Buddy es atacado y asesinado, mientras que Purvis logra
escapar. Once días después, Purvis llega
al pequeño pueblo de Bright Hope y entierra sus pertenencias robadas. Chicory Kory (Richard Jenkins), el ayudante del sheriff, lo divisa
e informa de inmediato a su superior,
la autoridad principal de la ley, el sheriff Franklin Hunt (Kurt Russell).
En la taberna del pueblo, Hunt se enfrenta a
Purvis y cuando le pregunta como se llama,
Purvis duda antes de dar otro nombre, Buddy, en un intento de ocultar su identidad. El
sheriff Hunt dispara a Purvis en la pierna cuando trata de escapar, y luego envía a John Brooder (Matthew Fox), un educado
caballero armado local que es conocido por allí por su faceta de mujeriego
y que presencia el tiroteo, para que
vaya a buscar al doctor del pueblo. Mientras, el capataz
Arthur O´Dwyer (Patrick Wilson)
descansa en su hogar por culpa de una
pierna rota. Su esposa Samantha (Lili
Simmons) es la ayudante del médico y cuida de su herida a su marido vaquero.
Como el doctor está
borracho, Brooder llama a Samantha y la acompaña hasta la cárcel para tratar la herida de Purvis, dejando a
ambos allí junto a Nick (Evan Jonigkeit), otro ayudante de Hunt,
quien junto a los otros vuelve a casa.
Esa noche, en el establo de una casa, un
mozo de cuadra es asesinado por atacantes
invisibles. Hunt es informado del crimen, por lo que se pone a
investigar la escena del delito y se encuentra con que los caballos han
desaparecido. La cárcel está vacía y
solo han dejado una flecha, por lo que Hunt
llama a un indio que vive en la localidad para que examine la pista al
ser de origen nativo.
Hunt informa a Arthur
acerca de este incidente y en la
taberna, el indio vincula la flecha a un clan
de trogloditas. Le cuenta a Hunt
que el clan habita en un lugar
llamado Valle de los hambrientos, advirtiéndole de que estos son un grupo de caníbales
salvajes. Con la certeza de que
Samantha, Nick y Purvis han sido capturados por ellos, Hunt se prepara para ir tras estos con la compañía de Arthur. Chicory y Brooder se prestan voluntarios para acompañarles.
Cabalgan durante días hasta que dos extraños
tropiezan con su campamento. Temiendo que sean exploradores de asalto, Brooder los mata y luego deciden
hacer paradas improvisadas para evitar ser atacados.
Por la noche, un grupo de
invasores los emboscan, hieren al
caballo de Brooder y secuestran al resto
de la caballería, dejando herido al
caballero armado uno de los atacantes, quien
lamentablemente tiene que
despellejar a su montura agonizante. Tras un día caminando, estalla una
pelea entre Brooder y Arthur,
empeorando la pierna rota del segundo.
Chicory se la coloca en su sitio y lo
deja atrás para que se recupere mientras que él, Hunt y Brooder continúan adelante. En el valle, los
tres hombres resultan heridos por culpa
de una lluvia de flechas. Tras matar a
dos atacantes, Hunt y Chicory se
retiran, dejando a Brooder, gravemente herido,
quien ha pedido expresamente quedarse solo.
Brooder mata a un
atacante antes de suicidarse, y el resto capturan a Hunt y Chicory y los hacen presos en su cueva. Los hombres dan con Samantha y con un Nick herido, también hecho
prisionero en una jaula cercana. Todos
contemplan como sacan a Nick de su celda, lo despojan, lo dividen
y finalmente lo devoran. Samantha
estima que el número de caníbales hostiles
puede ser de unos doce, más tarde reducidos a nueve gracias a
la cuadrilla de Hunt. Este se da cuenta
de que todavía tiene algo de láudano
que le confiscó a Arthur
antes para prevenirle de que se
auto medicase.
Lanzan el anzuelo a varios
miembros de la tribu para que se
lo beban, pero sin embargo solo uno se
toma una dosis letal, aparte de que solo
otro se queda inconsciente. Mientras,
Arthur despierta y sigue el rastro de
los hombres hasta descubrir el valle.
Mata a dos de la tribu y se da cuenta
de un objeto incrustado en
sus tráqueas. Tras
extraer uno, ve que se trata de
un silbato, por lo que lo sopla y
reclama a los cavernícolas cercanos para
matarlos. En la cueva, dándose cuenta
que dos de sus hombres fueron
envenenados, el líder se acaba enfadando, por lo que este y otro de los
suyos sacan a Hunt de su celda a
empujones, lo abren por el abdomen y le
derraman la botella de opio caliente
dentro de la herida.
Entonces, el líder toma el rifle de Hunt y le dispara
en el brazo y en el abdomen.
Arthur llega y mata a uno de los
de la tribu, mientras que Hunt se carga
al jefe con una de las hachas de
guerra hechas de hueso del clan. Arthur
libera a Samantha y a Chicory, mientras que un Hunt herido mortalmente permanece junto a su rifle, ya que se prepara
para matar a los caníbales
supervivientes cuando vuelvan, para
prevenir que aterroricen Bright Hope. Cuando los tres salen de la
cueva, ven a dos hembras embarazadas, cegadas
y con todos sus miembros amputados.
A distancia de la cueva, oyen tres disparos, lo que da a entender que el sheriff Hunt ha matado a los machos que quedaban en la tribu.
Chicory reconoce esos tiros mientras
sonríe tibiamente. Arthur sopla el
silbato de la tribu y sin respuesta asumen que los trogloditas están muertos. Cansados, heridos y con pocos
suministros, los tres comienzan el viaje de regreso a casa.
Como curiosidad, decir
que el papel de Simmons estaba pensado
en un principio para Jennifer Carpenter, pero la inolvidable actriz de Dexter
decidió firmar por otro proyecto, la efímera
serie de televisión Sin límites.
Largometraje característico de festivales
como Sitges, y en donde lo más aclamado
son las actuaciones de Russell,
Jenkins y Fox, a los que el
realismo de la dirección de Zahler y los
diálogos de su guion ensalzan por encima
de todas las cosas. Es una mezcla peculiar de géneros
que no está hecha para todos los gustos, pero sin embargo sus
interpretaciones tan fascinantes y su historia
cocinada a fuego lento satisfarán
a los que busquen algo diferente.
Puntuación: 7
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