Superman Returns (El regreso)- 2006.
El
regreso de Superman
La película que inauguró el
género de los superhéroes vista desde la perspectiva del cineasta que solo en
su vida adulta empezó a interesarse realmente por ellos, el director y
productor Bryan Singer, en su hasta ahora única incursión en
un cómic de DC y con el cometido de traer de vuelta a Superman a la gran
pantalla tras una larga ausencia. Singer realizó un homenaje en forma de secuela tanto del Superman del 78 como de Superman II, ignorando los
acontecimientos de Superman III y Superman IV: En busca de la paz.
Para ello nos cuenta la
historia del protagonista (
Brandon Routh) regresando a la Tierra tras estar ausente cinco años y
descubrir que su amada Lois Lane (Kate Bosworth) ha seguido adelante con
su vida, y que su archienemigo Lex
Luthor (Kevin Spacey) está tramando
un plan para destruir a Superman y al
mundo entero.
Warner Bros trasladó el rodaje principal a los estudios que tiene la Fox en
Australia y le encargó los efectos
visuales a diferentes compañías, entre ellas
Sony Pictures Imageworks (Mark
Stetson), Rhythm and Hues Studios y Framestore. Tras una serie de infructuosos proyectos que buscaban resucitar a Superman para el
cine, la contratación de Singer buscaba
su implicación para dirigir y desarrollar el filme definitivo del héroe
en dos años, terminándolo en sólo año y medio. Como resultado, Superman Returns fue un completo éxito
de taquilla y en general gustó a la crítica por la historia, los efectos
visuales y más que nada, el estilo. Pero aquí venía la otra cara de la moneda y la que
verdaderamente importaba, la de los espectadores.
Siendo la primera película de
Superman que vi en una sala de cine, mi sensación fue de que aquello era
excesivamente largo, la historia bastante corriente y sobretodo, se echaba en
falta todas las escenas de acción que debían ir donde no pasaba absolutamente
nada, así que aquí la taquilla nada tenía que decir de resultados y ni mucho
menos de planear una secuela en un plazo de tres años. Warner se la pegó aquel
verano de hace diez años y lo que se le
ocurrió no fue otra cosa que empezar de
cero con Superman y reiniciar todo su recorrido cinematográfico en 2013 con El
hombre de acero, la película dirigida por Zack Snyder y con
Henry Cavill como protagonista. Singer lleva en lo que va de
siglo muy asumida su función como orquestador de grandes y costosas
producciones de superhéroes y aún así le ha dado tiempo a encargarse de otros
temas en sus películas y en series de televisión.
Para la que hoy nos
toca, cabe recordar que nuestro director no se había leído cómic alguno de
Superman pero que siempre había admirado
al personaje y que de hecho se identificaba con él, citando el dato real de que
ambos son huérfanos. Es por eso que a la
falta de arcos argumentales que adaptar, Singer
reconoció que su versión era un tributo
a la película original hecha por
Richard Donner. El productor Jon Peters
trabajó en esta película tras su agitada experiencia con Kevin Smith cuando este estuvo escribiendo el guion de aquella bizarrada que pudo llegar a ser Superman Lives. Según
Smith, Peters le pidió entre otros delirios que escribiese el papel para Sean Penn, por la
interpretación de este en Pena de muerte, donde lo que transmitía
era la antítesis de Superman, un animal enjaulado y todo un puto asesino en
masa.
Por no mencionar que quería desposeer a Superman de su habilidad para
volar y de su tradicional traje. Peters quiso también que al tercio de la película el hombre
de acero luchase contra una araña gigante como
referencia secreta a King Kong (escena más tarde reciclada para Wild Wild West). Y sin haber leído Singer un
solo cómic de Superman, ¿ como podía adaptar sus aventuras a la gran pantalla?
Michael Dougherty y Dan Harris, socios suyos, pulieron el guion con hasta cuatro argumentos diferentes que luego
acabaron reciclados para que DC los distribuyese de cara a promocionar la
película, como un avance o precuela de la misma. Así pudo justificar Singer su
decisión de retomar la historia original de Superman durante sus dos primeras
entregas e ignorar las dos otras secuelas, todo sin poner sus manos en un cómic
para documentarse.
Durante cinco años,
Superman ha abandonado su hogar
adoptivo en la Tierra para visitar lo
que queda de Krypton. Esta decisión aparentemente egocéntrica de viajar sin avisar ha arruinado su
reputación a ojos de todo el mundo,
incluida la periodista Lois Lane, quien
ha escrito un artículo bastante mordaz
donde informa que la humanidad “ya
no necesita a Superman”. Mientras, el científico Lex Luthor ha perdido su fama y su fortuna tras verse expuesto ante la sociedad como un
criminal por el propio Superman,
asegurándose una prematura salida de prisión
y casándose con una anciana heredera, cuya posterior muerte le convierte de nuevo en millonario. En su regreso a Metrópolis,
Superman, en su identidad humana de
Clark Kent, se conmueve al descubrir todas las consecuencias de su desaparición.
El accidente que hace que
vuelva a la carga tiene como perpetrador en la sombra a Luthor, quien ha robado
tecnología kryptoniana de la Fortaleza
de la Soledad. Clark luego trata de arreglar
su relación con Lois, pero pronto sabe que ahora ella está prometida con un tal Richard White (James Marsden), sobrino del editor jefe del Daily
Planet, Perry White (Frank Langella),
y con quien comparte un hijo
pequeño, Jason (Tristan Lake Leabu).
Luthor decide enviar a su ayudante Kitty (Parker
Posey) para que distraiga a Superman y el propio Lex se permita
sustraer una muestra de kryptonita de un museo. Aunque no veamos el origen de
Superman por ninguna parte, si que tenemos una escena de su juventud en la que
el Clark adolescente (Stephan Bender)
va descubriendo sus poderes.
En el casting para el papel principal, Routh se lo
llevó siendo un completo desconocido que ya probó suerte para ser el hijo
adoptivo de los Kent en la serie
televisiva Smallville hasta que se lo
dieron a Tom Welling. Routh también tuvo
una reunión con el director Joseph McGinty Nichol, alias McG, durante la
preparación de la inconclusa Superman: Flyby. Dana Reeve, viuda de Christopher, se asombró del increíble
parecido físico de Routh con el del actor original y dio su aprobación justo
antes de fallecer . Singer tuvo en mente para Superman a alguien más formado
físicamente que Routh y ese no era otro que el actor de X-Men 2 Daniel Cudmore.
Sinceramente, no hubiera sido muy creíble ver a Coloso haciéndose pasar por
periodista.
A la reportera compañera de Clark en el Planet y antigua amante de Superman la
habíamos visto previamente en Beyond the Sea encarnando a la actriz clásica Sandra Dee, interpretación
que convenció a Singer para reclutarla por delante de otras actrices como Claire Danes, Keri Russell o, lo que son las
cosas, Amy Adams, quien lo conseguiría en
El hombre de acero. Las tres eran las
finalistas para el rol cuando el que estaba al frente del proyecto era Brett Ratner.
Bosworth, que quien para esto escribe está algunos peldaños por debajo
de Adams, había preparado su Lois inspirándose en la actuación de Katharine
Hepburn en Historias de Filadelfia y Adivina quién viene esta noche, así como
de Julia Roberts en Erin Brockovich.
El trastornado y antisocial
Luthor solo podía ser interpretado por un actor con la personalidad de Spacey,
reconocido por su enorme trabajo cuando
se puso a las ordenes de Singer en Sospechosos habituales. Este Lex es la perfecta imagen de la vanidad
y porque no decirlo ,un vivo retrato del que bordase Gene Hackman, pues como
aquel, su personaje también persigue intereses en la adquisición de inmuebles, si bien no
resulta ser tan extravagante. Su secuaz, Kitty Kowalski, hace tanto de su
enfermera como de su sicario. Posey no es más que una variante de Eve Teschmacher de la película del 78 que interpretase Valerie
Perrine. Y para los nostálgicos, que
mejor que traer de entre los muertos
a Marlon Brando para recuperar su parte
como Jor-El. El padre biológico de Superman había pasado a mejor vida a la vez
que Reeve y lo que hicieron fue recuperar escenas suyas combinadas con imagen
digital, ya que el carismático actor siempre será patrimonio de la saga y hubiera resultado soez no incluirlo en la
trama.
Y entre esas decisiones de casting que nos hubieran brindado unos
secundarios más memorables, pensar que antes que a Langella nos hubiera
encantado ver como Perry White a
Hugh Laurie, pues era el
candidato pero tuvo que dejarlo por problemas de agenda. Aún así tuvimos un elenco muy
variado, con Sam Huntington como Jimmy
Olsen, Eva Marie Saint como Martha Kent y Kal Penn como compinche de Luthor. Jack Larson, el Jim
Olsen de Las aventuras de Superman
televisivas, tiene un cameo como barman, mientras que Noel Neill, Lois en los primeros seriales de
Superman, hace de la anciana esposa de
Luthor. Hay incluso gente real con pequeños papeles como el magnate Richard Branson o el jugador de rugby Ian Roberts,
haciendo de ingeniero y guardaespaldas respectivamente.
Películas de Superman se
habían hecho pero durante años se abandonaban
proyectos a cual más descabellado, por lo que Singer, ya con experiencia
dirigiendo y produciendo, concibió una trama
en la que el héroe regresaba a la Tierra tras una ausencia de cinco años, todo mientras rodaba X-Men
2. Le presentó la idea a Lauren Shuler Donner y a su marido Richard, el responsable de Superman. El matrimonio Donner aceptó y así comenzó la
preproducción, en este caso, del proyecto Flyby que pensaba dirigir McG a partir de un texto de J.J. Abrams. Tras descartarse, Singer
presentó su argumento desarrollado
junto a Dougherty y Harris en un tratamiento más elaborado que lo
escrito por Abrams. Singer tuvo que declinar su
involucración en X-Men, la decisión final y
retrasar su todavía inédita nueva
versión de La fuga de Logan.
Logró que Warner
financiase la película a medias con Legendary
y eliminó del guion
referencias a los atentados del 11-S de
2001. El estudio por su parte cambió el lugar de rodaje previsto, la Gold Coast
de Australia, hasta la vecina Nueva
Gales del Sur. Por ejemplo, Smallville se recreó en la ciudad local de Tamworth y el Museo
Australiano hizo de réplica del de historia natural de Metrópolis. Durante el rodaje se probaron por
primera vez unas vanguardistas cámaras digitales para recrear los paisajes ficticios de la
película.
Hay muchos diseños
arquitectónicos basados en la obra de
Frank Lloyd Wright, siendo el más
conocido el del edificio del Daily Planet, basado en la sede de la
Johnson Wax, un rascacielos que hay en
Wisconsin. Los efectos visuales
permitieron recrear un momento como sacado de las viñetas en el que Superman posa
de manera segura un Boeing 777 sobre el
césped de un estadio de béisbol.
Con extras reales hubiese resultado imposible
y de ahí que se recurriese al ordenador y a la segunda unidad de rodaje, que ya
traía filmado a público de verdad del
Dodger Stadium de Los Ángeles. Hablar de la música de
Superman es decir John Williams. La banda sonora original con el tema que él
compuso no podía quedarse fuera, y no lo hizo, pero Singer contrató a su colaborador habitual
John Ottman para añadir música de su
cosecha que encajase con la de una de
las melodías más reconocibles del cine. Ottman tiene un estilo influenciado por
Williams y su trabajo aquí es otro homenaje, no una copia o imitación
descarada. Teniendo en cuenta los costes de los otros proyectos
desarrollados desde principios de los
90, Superman Returns salió a la larga más
rentable que aquellos intentos frustrados que se salían continuamente de
presupuesto.
La increíble historia de Superman miraba al cielo constantemente,
pero necesitaba de impulso y con Red Bull no bastaba. Había que devolver la ilusión a los lectores de los cómics y al público que apenas conocían a
la personificación del sueño americano salvo por las historias contemporáneas
escritas por Jimmy Palmiotti, Marc Andreyko, Martin Pasko o Marv Wolfman e ilustradas por Karl Kerschl. La intriga por una sola
imagen del de las mallas azules nos tuvo
en vilo durante meses. Se gastaron más en promocionarlo que lo que se deja
Disney en cualquiera de sus licencias, y
es que Warner licenció todo tipo de productos con la imagen de la capa de
Superman, desde libros hasta videojuegos pasando por refrescos, aperitivos,
pasta de dientes o anunciarse en los coches de la Fórmula 1.
El hecho de no haber tenido
preestreno influyó en su posterior y divisoria recepción entre periodistas y
espectadores. Si bien en el primer fin de semana no tuvo problemas para
desbancar a Matrix Revolutions, con el tiempo
demostró tener menos poder de convocatoria en salas con la llegada de El
caballero oscuro. ¿Estábamos por tanto ante la mejor película de
superhéroes de la historia? Tienes que haber visto pocas cintas del género para
dejarte impresionar por la dirección de
Singer y la historia que este nos cuenta. Las actuaciones tanto de Routh como
de Bosworth dan por momentos la
sensación de encontrarse en punto muerto y en otros de no superar lo mediocre. Nada especial,
aunque aun considero que la
caracterización de Lex Luthor estaba bastante bien escrita por los guionistas y bien llevada
por Kevin Spacey. La parte técnica pintaba algo mejor, eso es otro punto
a su favor.
El propósito era
actualizar a Superman para el público moderno y por tanto había que
hacerlo lo mejor posible, pues no hay que olvidar que es un blockbuster cargado
de mucha mitología y deudora de la sensibilidad de la película que hiciera Richard Donner en 1978, con la
diferencia de que aquella te sigue poniendo la piel de gallina y esta solo nos
mejora a Luthor con el cambio de actor. A Brandon Routh le faltaba el carisma
que se necesita para ser Superman y solo
estaba ahí porque se parece físicamente a Reeve. Si esto era entendido como un
reinicio, no me explico porque no haber seguido la fórmula de Batman Begins, porque escoger a una
Bosworth tan joven, de apenas 22 años entonces, para ser un personaje maduro
como Lois y porque el clímax no está a
la altura de un metraje tan largo y con
tantas secuencias hechas por ordenador.
Los efectos visuales son lo
más sobresaliente, no lo discuto, son el aspecto más cuidado pero sin llegar a
ser del todo estimulantes en Superman Returns. La naturaleza que transmite en su conjunto es
depresiva desde el momento que el héroe
regresa a los cielos para rescatar a la señorita Lane de un avión que cae en picado hasta el final.
Podría haber sido un satisfactorio
regreso que mucha gente había esperado, pero la
visión que Singer tenía del Hombre de Acero se quedó en un esfuerzo
heroico en vano, un espectáculo que subió como la espuma pero que sin el alma
necesaria se desinfló pronto.
Para acabar, todo esto que he
recogido antes nos privó de una secuela que jamás llegó a producirse.
Routh, Bosworth,Spacey,Huntington,Langella y
hasta Leabu volverían de nuevo a los
cines y Singer también regresaría, conllevando otro retraso más de su ansiada revisión de La fuga de Logan. Dougherty quería escribir una secuela más centrada en la acción y en la que apareciesen Darkseid, Brainiac y Bizarro, así como la Nueva
Krypton para llevar todo el peso
narrativo. La gente de Warner se percató de que
la recaudación no podía tapar el frío entusiasmo con el que el público
recibió a Superman Returns y comenzó a retrasar el
desarrollo, con Singer directo a su siguiente encargo, Valkiria. Tanto Dougherty como Harris se decantaron por escribir un vehículo de
lucimiento para Van Damme cuando se produjo al poco tiempo la huelga de
guionistas en Hollywood de 2007-08. Para DC esto fue un auténtico jarro de agua
fría y de ahí que optasen por el
reinicio y Singer prosiguiese con otros trabajos, en este caso Jack
el caza gigantes.
Puntuación: 6
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