Cocodrilo Dundee (1987)

 

                                                                      


Película de acción ambientada entre las llanuras del desierto de Australia y Nueva York, protagonizada por Paul Hogan como el curtido Michael Cocodrilo Dundee y por la actriz estadounidense Linda Kozlowski como la reportera Sue Charlton, siendo una modesta producción que funcionó bastante bien en Hollywood y en todo el mundo a finales de los ochenta. Un filme considerado el embajador internacional del celuloide australiano, dio lugar a dos secuelas muy inferiores: Cocodrilo Dundee 2 y Cocodrilo Dundee en Los Ángeles. Producida por John Cornell en Paramount, el propio Hogan escribió el guion junto al primero.


Entre los secundarios se encuentran Mark Blum, David Gulpilil, Michael Lombard y John Meillon. Fox quiso reiniciar la franquicia hace unos años pero no tuvo éxito en el proyecto al no dar con un actor australiano del carisma de Hogan.


Sue Charlton es una reportera para el periódico de su padre, Newsday, quien además sale con el editor, Richard Mason. Viaja a Walkabout Creek, una pequeña aldea en el Territorio del Norte australiano, para conocer a Michael Cocodrilo Dundee, un granjero del que se rumorea que ha perdido media pierna por culpa de un cocodrilo antes de arrastrarse cientos de kilómetros a un lugar seguro. Al llegar a Walkabout Creek, esta no logra dar con Dundee, pero se entretiene en un bar local junto al socio de este, Walter Wally Reilly. Cuando Dundee llega esa noche, Sue ve que no le falta la pierna, pero que tiene una gran cicatriz o chupetón.


                                            



Mientras Sue baila con Dundee, un grupo de tiradores urbanos de canguros se cachondean del estatus de Mick como cazador de cocodrilos, haciendo que este noquee al líder con un puñetazo. Al principio, Sue ve que Dundee es menos legendario de lo que ella había creído, quedando poco impresionada con su carácter agradable pero tosco y con sus insinuaciones torpes hacia ella. Luego se asombra cuando en el interior observa al mismo Mick Dundee sometiendo a un búfalo, participando en una danza tribal ceremoniosa de los aborígenes australianos Pitjantjatjara, matando una serpiente con sus propias manos y asustando a los tiradores de canguros del bar para que dejen su cruel cacería.


A la mañana siguiente, ofendida por la afirmación de Mick de que como mujer es incapaz de sobrevivir sola en el interior, Sue va por su cuenta para demostrarle que se equivoca aunque se lleva su rifle con ella a petición de este. Mick la sigue para asegurarse de que está bien, pero cuando se detiene en una poza para rellenar su cantimplora es atacada por un enorme cocodrilo y rescatada por Mick. Abrumada por tal gratitud, Sue se ve repentinamente atraída hacia él, por lo que lo invita a regresar con ella a NY con el pretexto de continuar el reportaje. Al principio Wally se burla de su sugerencia, pero cambia de idea cuando le cuenta que el periódico cubrirá con todos los gastos.


                                            



Ya en Nueva York, Mick queda perplejo por el comportamiento local y la norma social norteamericana, pero supera situaciones problemáticas que incluyen dos encontronazos con un proxeneta y dos intentos de robo. Tras esto, Sue se da cuenta de lo que realmente siente por él y ambos se besan. En una cena social en la casa de su padre en honor del regreso sin problemas de Sue y de la visita de Mick, Richard le propone matrimonio a esta, por lo que en una confusión de emociones ella acepta inicialmente pese a que Richard ha revelado recientemente su egocéntrica e insensible verdadera naturaleza durante un periodo de embriaguez.


Mick, descorazonado por el compromiso de Sue, decide ir a deambular por todo Estados Unidos, pero Sue cambia de parecer y decide no casarse con Richard, siguiendo a Mick hasta una estación de metro. Allí, ella no puede alcanzarlo entre la multitud en el andén, pero varios integrantes de la muchedumbre transmiten su mensaje a este, tras lo cual sube por las vigas y camina hasta Sue sobre las cabezas y manos levantadas de los testigos para besarla.


                                       



El protagonista no viene de la civilización, no es de una ciudad como Sídney, no es Ned Kelly, el bandolero australiano. Es un tipo de un pueblo ficticio con un bar como único centro social en medio de una carretera rodeada por casas llamado realmente McKinlay, en Queensland. Luego ya se le ve en faena durante la parte que transcurre en lo que es el parque nacional Kakadu y por último en NY. Cocodrilo no es Mad Max, el otro icono de la tierra, pero ambos son igual de célebres y duros, casi ni lloran, como los héroes de los ochenta, esos guerreros de antaño. Un encanto contagioso y relajado más un protagonista en el papel que nació para interpretar ayudan a que Cocodrilo Dundee aproveche su premisa familiar de pez fuera del agua.


                                              



Ver Cocodrilo Dundee hace que se pase un buen día gracias al atractivo del carisma de su protagonista, un veterano artista de Sídney de imagen alegre y que es un emblema cultural que supo moverse entre la belleza natural del paisaje de su patria, una Australia de costas letales que no contempla un reinicio completo de la historia tras una película de la que no se esperaba demasiado. Por si fuera poco, es tradición que la pasen por televisión en Navidad en Reino Unido, justo después del mensaje de su majestad.


Puntuación: 6,5


                                             




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