Interstellar (2014)

 

                                                                              


Épico título de ciencia ficción dirigido y producido por Christopher Nolan, protagonizado por Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Bill Irwin, Ellen Burstyn, John Lithgow, Michael Caine y Matt Damon. Ambientada en una futura distopía donde la humanidad está en apuros para sobrevivir, la película sigue a un grupo de astronautas que viajan a través de un agujero de gusano cerca del planeta Saturno en busca de un nuevo hogar para la especie humana. Junto a su hermano Jonathan escribió el guion y la produce con su esposa Emma Thomas a través de su compañía, Syncopy, así como con la colaboración del Instituto de Tecnología de California mediante el premio Nobel de física Kip Thorne.


En un esfuerzo conjunto entre Paramount, Warner Bros y Legendary, tenemos esta película que cuenta con la fotografía de Hoyte van Hoytema, quien la rodó en 35 milímetros de Panavision e IMAX en lugares como Alberta, Islandia y Los Ángeles, con añadido posterior de efectos visuales para su estreno en cines, hace ya 7 años. En los Óscar de 2015 ganó dicho premio y personalmente debió llevarse otro al que optaba y que no era técnico: banda sonora original, compuesta por Hans Zimmer.


                                                                     


En 2067, los cultivos se ven afectados por tormentas de polvo y amenazan con provocar la extinción humana, quedando sólo como lo último viable el maíz. El mundo también retrocede a una sociedad de la posverdad donde a las generaciones más jóvenes se les enseña historia falsa, incluyendo la falacia de las misiones lunares del programa Apolo. El ingeniero enviudado y antiguo piloto de la NASA Joseph Cooper es ahora granjero. Con él vive su suegro Donald, su hijo de 15 años Tom y su hija de 10 Murphy. Tras una tormenta de polvo, unos extraños patrones aparecen inexplicablemente en el suelo de la habitación de Murph, anomalía que ella atribuye a un fantasma.


Cooper finalmente deduce que los patrones fueron causados por las variaciones de la gravedad y que representan coordenadas geográficas en código binario. Cooper sigue las coordenadas hasta una instalación secreta de la NASA encabezada por el profesor John Brand, su antiguo supervisor. Este dice que las anomalías gravitatorias han ocurrido en otros lugares, hace cuarenta y ocho años, cuando unos seres desconocidos colocaron un agujero de gusano cerca del planeta Saturno, abriendo una ruta a una galaxia lejana con doce mundos potencialmente habitables localizados cerca de un agujero negro llamado Gargantua. Doce voluntarios viajaron a través del agujero de gusano para sondear individualmente los planetas.


Los astronautas Miller, Edmunds y Mann informaron de resultados positivos. Basándose en sus datos, el profesor Brand concibió dos planes para asegurar la supervivencia de la humanidad. El Plan A supone desarrollar una teoría de propulsión gravitatoria para impulsar asentamientos en el espacio, mientras que el Plan B supone lanzar la astronave Endurance (Resistencia) , que transporta 5.000 embriones humanos en criopreservación para iniciar la habitabilidad planetaria. Cooper es reclutado para pilotar la Endurance, cuya tripulación incluye a los científicos y doctores Amelia Brand (hija del profesor ), Romilly y Doyle, así como los robots TARS y CASE.


Antes de partir, Cooper le da a una consternada Murph su reloj de pulsera para comparar su relatividad de simultaneidad cuando regrese. Tras atravesar el agujero de gusano, Romilly estudia el agujero negro mientras Cooper, Doyle y Brand descienden en una lancha de desembarco para investigar el planeta de Miller, con un océano cubierto de agua hasta la rodilla. Después de hallar los restos de la nave de Miller, Brand desobedece la orden de Cooper de volver a embarcarse inmediatamente por su insistencia en comprobar las ruinas, llevando a la muerte de Doyle por una ola gigantesca causada por el tirón gravitatorio del agujero negro. Los motores de aterrizaje se inundan y se toman un tiempo en despejarse, retrasando más su salida.


                                                             



Debido a la proximidad del agujero negro, el tiempo sufre una dilatación gravitacional y como resultado unos 23 años han transcurrido para Romilly en la Endurance en el momento que regresan Cooper y Brand. El planeta de Edmunds tiene una telemetría ligeramente mejor, mientras Mann emite datos positivos. Cooper decide usar su combustible restante para alcanzar el planeta de Mann, donde lo reviven de la hibernación. Mientras tanto, Murph, quien actualmente que trabaja con la NASA como científica, transmite un mensaje anunciando que el profesor Brand ha muerto. Se ha enterado de que el Plan A, que requería datos inalcanzables desde dentro de un agujero negro, nunca fue viable.


El Plan B fue siempre la única opción del profesor Brand. Murphy acusa a la hija de este y a Cooper de saber que aquellos que se han quedado en la Tierra estaban condenados. Cooper posteriormente declara que regresará a la Tierra mientras Brand y Romilly se quedarán en el planeta de Mann para una ocupación permanente al creerse que este es habitable. Cooper va con Mann para explorar e inspeccionar el planeta, con este revelando que al estar congelado es inhabitable al haber enviado datos falsificados para ser rescatado; Mann intenta matar a Cooper para poder hacerse con la Endurance y completar la misión yendo al planeta de Edmunds. Entonces este toma una aeronave y se dirige hacia la Endurance.


Mientras tanto, Romilly es asesinado con una trampa explosiva dejada por Mann. Brand y Cooper corren a la Endurance en otra aeronave. Mann muere durante una operación manual fallida de atraque, dañando gravemente la Endurance. Tras una maniobra de atraque difícil, Cooper recupera el control de la nave espacial dañada pero funcional. Con combustible insuficiente para alcanzar el planeta de Edmunds, usan una asistencia gravitatoria tan cerca de Gargantua que la dilatación temporal añade otros 51 años. En el proceso, Cooper y TARS se van por la borda para perder peso y propulsar la Endurance usando la tercera ley de Newton, el principio de acción y reacción con la fuerza de por medio.


Para asegurarse que la Endurance alcanza el planeta de Edmunds, se cuelan por el horizonte de sucesos de Gargantua y se propulsan desde su respectiva embarcación para hallarse dentro de un enorme teseracto construido por futuros humanos en el interior de la singularidad gravitacional. Cruzando diferentes periodos temporales, Cooper puede ver a través de las estanterías de la antigua habitación de Murphy en la Tierra e interactuar débilmente con su gravedad. Cooper se percata que él era el fantasma de Murphy. Motivado por el arrepentimiento de haberse perdido la ocasión de haber estado allí con sus hijos y entusiasmado por el amor que transciende las dimensiones del espacio y el tiempo, Cooper manipula la segunda manecilla del reloj de pulsera que le dio a Murphy, usando código morse para transmitir datos cuánticos que TARS acumuló dentro del horizonte de sucesos.


                                              



De regreso a la Tierra y más atrás en el tiempo, Murphy finalmente se percata que fue su padre del futuro tratando de comunicarse con ella y ayudada por el aberrante tictac del segundero en su reloj, descifrando el código morse. Cooper y TARS son expulsados del teseracto, con el primero recogido y despertado en un hábitat espacial de la órbita de Saturno, donde se reúne con una Murphy anciana. Usando los datos cuánticos enviados por Cooper, la Murphy más joven había resuelto la teoría de propulsión gravitatoria para el Plan A, habilitando la supervivencia y el éxodo masivo de la humanidad. Acercándose a la muerte y con su propia familia, Murphy urge a Cooper que vuelva con Amelia Brand, diciéndole que ningún padre debería tener que ver a su hija morir. Cooper y TARS toman una astronave para reincorporarse con Amelia y CASE en el planeta habitable de Edmunds.


El viaje definitivo con arrugas en el espacio tiempo y una deformada astrofísica escrito por un guionista con estrellas reales en sus ojos. Esta película de persecución espacial impulsada por Paramount hizo que el físico que la inspiró soltase su trasfondo y comentase la escena que le hizo encogerse de miedo. A todo esto, Interstellar era un proyecto de ciencia ficción planeado por Steven Spielberg antes que entrase Nolan. Adentrándome en ella, he descubierto la odisea espacial emotiva del bueno de Christopher, quien reunió a sus estrellas para revelar los secretos de uno de los filmes más misteriosos vistos y comentados en años, pues este director causa revuelo cada vez que promociona un nuevo trabajo suyo.


Los hábitos migratorios de estos directores habituales en los Oscar son equiparables a los que veríamos en cualquier versión de King Kong, de ahí que sea público que la Interstellar de Nolan sea una producción conjunta de Warner Bros y Paramount. No es para menos, pues no vamos a revelar nada nuevo respecto a salarios de Hollywood de las estrellas de la película (menos de sus representantes y ayudantes personales). WB tuvo que ceder los derechos de Viernes 13 para abordar este filme de su cineasta fetiche, con Legendary recogiendo los resultados de su divorcio con el estudio. En una producción televisiva no se sabe que se llevaría un productor ejecutivo a una isla desierta, pero Nolan en estado puro es como el Batman de Ben Affleck, siempre piensa en el futuro de la humanidad.


                                                    



Otro cineasta prestigioso como Ken Burns tiene un rol sorpresa en Interstellar y explica bastante acerca de la película, ya que él inspiró con su documental sobre el fenómeno atmosférico de los años 30 del Cuenco de Polvo todo la plaga que asola las plantaciones al inicio del filme. En este detalle se aprecia como Nolan conecta más con el cine tradicional que con el digital actual de Hollywood. Su ascenso gradual de joven cineasta a la figura que es hoy dice mucho de los aspirantes que sólo piensan en ir deprisa y no detenerse un instante a reflexionar ante el devenir de sus carreras en la industria. En ese club de altos vuelos delante de la cámara encontramos al trío protagonista: McConaughey, Hathaway y Chastain.


Los dos primeros son estrellas firmemente asentadas y se ajustan a las exigencias de Nolan en Interstellar, donde tenemos la inestimable colaboración de Damon. En el apartado visual, el director de fotografía de The Fighter, Van Hoytema, es el reemplazo de Wally Pfister y lo primero que hizo fue instalar una cámara IMAX en una aeronave de la compañía Learjet. Con ello Hollywood aumentó su seguridad para mantener su apuesta por la calidad y de paso mantener en secreto el guion de esta producción. Así, poca gente supo de que McConaughey y Lithgow fueron a rodar a Okotoks (Alberta) varias escenas. Aprovechando el momento, la siguiente parada sería Islandia, que aquí era el planeta de Mann.


Interstellar rodó mucho tiempo en Islandia , tanto que las rutas de senderismo tuvieron que ser cerradas provisionalmente por orden de Nolan, quien luego ya en LA se trasladó al hotel Westin Bonaventure para la fase definitiva. Las estrellas se dieron cuenta de que este filme era de un alcance mayor a los anteriores trabajos de su responsable, sobre todo por toda la ciencia que había detrás y que en tres aspectos eran dignas de Oscar por como dominaban la técnica. Ya advirtió el cineasta a los dueños de las salas de cine que el como iba a presentarse la película sería más importante que todo lo filmado por él hasta la fecha. Diversas especificaciones técnicas que llevaron a numerosas quejas por el sonido.


Por supuesto fueron llevadas hasta Nolan, pero la historia que importa es como Zimmer compuso el tema de Interstellar que da tantos escalofríos oír, porqué ese órgano tiene que sonar tan fuerte. Dicha conmoción une la música con las imágenes creadas por efectos visuales y de ahí que al principio reivindicase el Oscar para la partitura, son inseparables, una simbiosis perfecta entre crear temas que emocionen cuando ves las aeronaves creadas. Hasta la Habitación 237 y más allá, la cinta también explora la influencia que tiene El resplandor de Stanley Kubrick y la emparenta con la obra de Edgar Wright. Esa y otras cinco obras cumbre son claves para entender esta película antes de cogerla por los cuernos.


Con Interstellar Nolan pretendió hacer la Encuentros en la tercera fase de hoy en día, en IMAX y dando lecciones de rodaje espacial. Profundizó en el tema gracias a la ayuda del profesor Thorne proporcionándole material de apoyo y cumplió su sueño de la infancia. ¿Qué pasa entonces con los errores científicos? Pues para eso entró en escena el siempre preciso Neil deGrasse Tyson, quien explicó toda la ciencia detrás del final, la parte que aún confunde al espectador medio. El gremio de divulgadores ha experimentado una relación de amor y odio con la película, ya que su lectura sobre el aumento de los discos astrales difiere de esos críticos online que tan duros se han mostrado con esa ciencia.


En seis páginas que llevo no voy a explicar como funciona en Interstellar la lente gravitatoria mediante agujeros negros giratorios según la astrofísica general, ya que no sé nada sobre la gravedad clásica o cuántica. Como se visualiza el agujero de gusano desde el punto de la física es tarea de gente de ciencias, igual que cómo se ha construido el agujero negro con su tecnología gravitatoria. El verdadero es muy confuso y no se pudo comprobar hasta su observación en abril de 2019, cuando el telescopio M87 captó los resultados reales de un horizonte de sucesos, mostrando la sombra de un agujero negro supermasivo. Y el primero en anunciarlo fue Nolan cinco años antes con esa ciencia deformada que dilata el tiempo.


Se habla del Proceso Penrose, la extracción de energía de un agujero negro en rotación, algo que la ciencia de Interstellar vincula con los agujeros de gusano y el viaje espacial dentro de ambos astros. McConaughey reflexiona sobre ello y además del papel del espíritu humano. Me remonto a su estreno cuando no paré, invitado por lo que había visto, de mirar alrededor y hallar respuestas. Nolan es el centro único con el que tratar en la era Google para esto, interactuar en digital para dar con el eje de su trama, no solo explorar agujeros negros y destruir planetas como en un impresionante y nuevo juego. Una cápsula temporal para la gente de la Tierra que estimula su educación con lecciones ya planeadas.


La experiencia de haber visto Interstellar en un cine muy selecto es de sumersión total y parecida a leer una novela de ciencia ficción que siempre ha ido varios pasos donde las escenas terminaban. El consultor científico, repito, es un autor muy respetado en su campo y dio a la película la trascendencia que tiene más allá del tiempo y el espacio. No tiene un capítulo perdido que requiera una revelación en un pase privado por parte de algún pez gordo de Paramount. Nolan explota el aspecto íntimo desde el primer vistazo del visionado y ya hace algo de ruido como el gigante de Hollywood que ya salió de su cascarón como salían los músicos en las fiestas. La carta de amor al género despega con un gusto muy europeo.


El cineasta británico es un romántico del cine y en Interstellar se adentra, como en sus trabajos previos, con formatos clásicos que ya son mundialmente conocidos, lidiando una cruzada constante para salvarlo a base de trabajo perpetuo, una fama ganada de director con delirios de anticiparse a todo y de difundir a gran escala su obra en IMAX, donde sus estrenos lucen mejor que en ningún otro sitio. Nolan podría ahora mismo anunciar que se va a Universal para hacer algo tipo Fast & Furious intelectual pero espectacular y seguir liderando la taquilla. Ya logró que Paramount hiciera algunas excepciones con su política de estrenos digitales para ajustarse al formato celuloide, iniciativa que no comparten los dueños de las salas a los que la épica les da igual.


                                                          



El thriller espacial es un vestigio como lo fueron las películas de piratas, sólo que mucho mejor adaptado a los nuevos tiempos dentro del torneo de los éxitos de taquilla recientes. Despega como un cohete por la órbita y ahí tenemos el caso similar de Gravity, otra producción británica con idéntico recorrido y resultado. Nolan e Interstellar fueron por la vía rápida para no perderse en el espacio remontando ante la competencia cual paradoja de la predestinación en un viaje que para Estados Unidos suponía relucir su astronave con un horizonte que no se antojaba nada esperanzador. Básicamente fue eclipsada por Disney y Big Hero 6, por lo que el lanzamiento quedó corto pero con todo salvó el mobiliario.


Aunque no se quedó con cara de tonto, se graduó con honores en medio de las franquicias, por lo que Interstellar representa más de lo que puede esperar del Nolan guionista y director el público, un cine emocionante, que haga pensar y visualmente resplandeciente , aunque su alcance intelectual exceda un poco su comprensión. Una saga de ciencia ficción que puede dejarnos perdidos en el espacio al mostrarnos a McConaughey contra todo el mundo en la pasada década de los 10 cuando se reinició el éxito de taquilla gracias a un hombre que ama su oficio. Es una ambiciosa e imperfecta épica en la que imaginamos a Star Trek en la grandeza, una obra maestra que hay que ver por su belleza en sus efectos y sus ideas.


Un sublime y cósmico titulo que dependiendo de tu gusto te encantará o te decepcionará por como une el amor y la gravedad , además de hacer flotar libros en el espacio en pleno siglo 21.


Puntuación: 8,5


                                                    



                                                               





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