Hellraiser (1987)
Los que traen el
infierno
Uno
de los títulos de terror más emblemáticos de los últimos 30
años, escrito y dirigido por Clive Barker, autor de la novela
homónima en que se basa y con la que debutaba tras la cámara,
siendo el inicio de una breve pero intensa trayectoria como cineasta.
La trama aborda la resurrección de Frank Cotton (Sean Chapman),
quien ha abierto la puerta de una dimensión alternativa donde su
cuerpo ha sido hecho pedazos por criaturas conocidas como los
Cenobitas. Años después, el hermano de Frank, Larry (Andrew
Robinson) se muda a la casa abandonada de su difunta madre con
su nueva esposa, Julia (Clare Higgins), donde un accidente
provoca que la sangre de Larry se derrame en el suelo del ático y
resucite a Frank.
Para
completar su resurrección, este necesitará mucha más sangre y
para ello Julia se la irá entregando mientras Kirsty (Ashley
Laurence), la hija de Larry, descubre el rompecabezas de Frank
con el que conocerá a los Cenobitas. Barker quería originalmente
para la banda sonora de Hellraiser al grupo de música
electrónica Coil, pero por insistencia del productor la compuso
Christopher Young, si bien algunos temas entraron dentro de la
partitura final de este. Desde su estreno este filme ha dividido al
público pero en general es uno de los más aclamados de su género y
quizás el mejor dentro del mismo que ha venido desde Gran Bretaña,
una lástima que luego, reduciendo el presupuesto, sus secuelas se
quedasen sin ideas.
La
franquicia cuenta nada menos que con nueve entregas, estando las
siete primeras protagonizadas por Doug Bradley como el líder
Cenobita Pinhead, acompañado de su séquito: Chatterer (Nicholas
Vince),Butterball (Simon Bamford) y La Hembra. New World
Pictures distribuyó esta y su primera secuela, Hellbound,
antes de ser absorbida por Fox a principios de los 90, aceptando que
Barker dirigiese al estar este decepcionado con anteriores
adaptaciones de su obra a la gran pantalla y por tanto rodar con un
presupuesto modesto, terminándose en un periodo prolongado de diez
semanas y con el sugerente titulo provisional Sadomasoquistas de
Ultratumba, por fortuna luego cambiado a Hellraiser.
En
Marruecos, Frank Cotton compra un rompecabezas a un comerciante y
luego, en un ático vacío, una vez que lo resuelve, ve como emergen
cadenas con ganchos que lo despedazan. Luego, la habitación se llena
de más cadenas oscilantes que lo cubren todo con los restos de su
cuerpo. Un ser vestido de negro se lleva la caja y la devuelve a su
estado original, restaurando el cuarto a la normalidad. Un tiempo
después, el hermano de Frank, Larry, se muda a la casa para rehacer
su tensa relación con su segunda esposa, Julia, quien tuvo un lío
con Frank poco antes de su matrimonio. La hija adolescente de Larry,
Kirsty, ha elegido no vivir con ellos y se ha mudado a su propio
hogar.
Larry
se corta la mano mientras sube con una cama por las escaleras,
dejando que su sangre gotee sobre el piso del ático, causando la
resurrección de Frank como un cadáver sin piel que es de pronto
hallado por Julia. Aún obsesionada con él, acepta extraer sangre
para su recuperación completa y que así puedan huir juntos, por lo
que ella comienza a seducir a otros hombres en bares para traerlos
hasta la casa, donde los asesina para que Frank consuma su sangre y
regenere su cuerpo. Luego le explica a Julia que ha agotado toda
experiencia sensorial y que por eso buscó el rompecabezas, con la
promesa de que se abriría un portal a un reino de nuevos placeres
carnales (y llegar al extremo de su libido).
Una
vez resuelto, los Cenobitas vendrían a someterlo hasta los límites
del sadomasoquismo. Kirsty espía a Julia mientras mete a más
hombres en casa, creyendo que tiene una aventura con uno, por lo que
la sigue hasta el ático, donde interrumpe la reciente alimentación
de Frank, quien la ataca pero sin embargo la niña arroja el
rompecabezas por la ventana, creando una distracción que le permita
escapar. Kirsty recupera la caja y huye, aunque se derrumba apenas un
poco después, despertando en un hospital donde resuelve el puzzle e
invocando a los Cenobitas y a un extraño monstruo llamado El
Ingeniero, del que escapa por poco. El líder Cenobita explica que
aunque han sido percibidos tanto como ángeles y demonios, son
simplemente exploradores de otra dimensión que buscan
experiencias carnales y que ya no pueden diferenciar más entre dolor
y placer.
A
pesar de que intentan obligar a Kirsty a que regrese a su reino con
ellos, ella le hace saber a Pinhead que Frank ha escapado, por lo que
los Cenobitas aceptan llevárselo y a cambio dicen que considerarán
liberarla, pero sin embargo el truco es que necesitan escuchar a este
confesar sus crímenes y huir. Kirsty regresa a casa, donde Frank ha
matado a Larry y ha tomado su identidad robando su piel. Julia le
muestra lo que pretende ser el cadáver despellejado de Frank en el
ático, cerrando la puerta a sus espaldas. Los Cenobitas aparecen y,
no engañados por dicha ilusión, exigen que aparezca el hombre que
hizo esto. Kirsty trata de escapar, pero es sujetada por Julia
y Frank, quien revela su verdadera identidad.
Cuando
Kirsty rechaza sus insinuaciones sexuales, Frank decide matarla para
completar su rejuvenecimiento, pero apuñala accidentalmente a Julia
en su lugar y bebe su sangre sin remordimiento, pasando a perseguir
a la niña hasta el ático y cuando va a acabar con ella, los
Cenobitas aparecen tras oírle confesar que ha matado al padre de
esta, por lo que ya están seguros de que él es a quien buscan,
atrapándolo con cadenas y rompiéndolo en pedazos. Finalmente
intentan secuestrar a Kirsty, pero esta le arrebata el rompecabezas a
Julia de sus manos muertas y hace desaparecer a los Cenobitas
revertiendo los movimientos necesarios para abrir el dispositivo. El
novio de Kirsty se deja ver y la ayuda a huir de allí.
La
casa se ha derrumbado y poco después Kirsty lanza el rompecabezas
hasta una pira funeraria ardiente, pero entonces aparece un vagabundo
que ha estado acechando a la muchacha caminando hacia el fuego y
recuperando la caja antes de transformarse en una criatura alada que
se va volando. La caja acaba en manos del mercader que se la vendió
a Frank, ofreciendo el objeto a otro posible cliente. Pura debilidad
para cualquiera que busque nuevas sensaciones y lo que acabe abriendo
sea una puerta al infierno por pura torpeza de su inconsciente nada
bondadoso ni indulgente.
Siempre
tiene un enorme mérito que un escritor se pase a la dirección de
películas, pues de primeras tiene tanta idea de cámaras como puede
tener un mono de platos de espagueti. La productora convenció al
novato Barker de que trasladase la trama a Estados Unidos para que
el público local se familiarizase con unos personajes originalmente
británicos. Bradley a menudo solía despistarse en plató rodando
por culpa de lo maquillado que iba, apenas podía ver con sus
lentillas negras y temía tropezarse con los faldones que vestía
como Pinhead. Otro problema era manejar al Ingeniero, la criatura
creada a partir de efectos especiales tradicionales y que requería
varias horas de rodaje.
El
encargado del montaje, Tony Randel, sería designado sucesor de
Barker como director en Hellbound, la segunda parte de
Hellraiser, sugiriendo además a Young como reemplazo de los
Coil, puesto que tenía experiencia componiendo para cine de terror,
de Pesadilla en Elm Street 2 a la cinta de Tobe Hooper
Invasores de Marte. Aún así, Young llevaba poco en la
profesión y no había demostrado todo su talento que le ha llevado a
ser uno de los más ingeniosos compositores del género, si bien aquí
se consagró al dotar al vistoso y perturbador estilo de Barker un
sonido gótico mezclado con fascinantes efectos de sintetizador, un
deslumbrante debut que crea una sensación de temor extraordinario
bien ensayado.
Todos
los elementos simplemente explotan como en una reacción en cadena
de intensidad acumulada, dando de esta forma un filme de terror
serio, inteligente e inquietante. Ya pudieron los censores en su día
quemar y cortar cuanto elemento les disgustase sosteniendo que se
había llegado demasiado lejos con las secuencias de los ganchos o
las ratas que escapaban de un retorcido Frank que muchos no nos
echamos atrás en apreciar cada segundo de tales momentos. Barker
logró transmitir un buen nivel de peligro y alcanzó la cumbre del
género al desmarcarse en esta película con un aspecto notable como
es la seriedad estilística en una época donde el terror solía ser
ampliamente cómico (Evil Dead).
El
autor inglés no solo tuvo que cambiar el escenario de la trama a un
lugar al otro lado del Atlántico, sino que tuvo que usar sabiamente
a los Cenobitas como personajes sugestivos y ambiguos respecto como
consideraban el sufrimiento, para ellos un compromiso menos que
cotidiano, acompañados de ese ser monstruoso como concesión torpe
a los gustos más repugnantes del público adolescente de la época,
en lo que supuso un paso adelante innovador en el terror y que en
los momentos más horripilantes es un recordatorio de la intensidad
que se desintegra perezosamente hasta salpicar la pantalla y hacer
vibrar la butaca, compartiendo la jocosidad de coetáneas como House
o Noche de miedo.
En
este cuento de terror lo mejor sin duda es la ambición con la que
moral y emocionalmente se construye una compleja transición del
papel al celuloide de un miedo primario que nace del interior hasta
hacerse tangible, la esencia del horror biológico que nació con
Mary Shelley y que luego heredaron otros como HP Lovecraft, David
Cronenberg o Junji Ito. A propósito del remake /reinicio de
Hellraiser, el arte conceptual para el Pinhead que iba a
realizar Patrick Lussier murió como proyecto sin que apenas ideas o
conceptos llegasen a desarrollarse, con William Fichtner considerado
hasta tal punto para el papel del Sacerdote del Infierno. Tal
renovación de los Cenobitas se abandonó y pudo ser una precuela.
El
nuevo Hellraiser de Lussier no era ni mucho menos el único
que se estaba preparando. Dimension Films quería para su nueva
versión traer de vuelta de entre los muertos al personaje con un
primer candidato a dirigirla que no era otro que Pascal Laugier, el
guionista y director de Martyrs, del que Barker confiaba poder
sacar adelante su diseño para Pinhead hasta que salió del remake
para realizar en su lugar El hombre de las sombras. A
continuación reemplazaron al francés sus compatriotas Julien Maury
y Alexandre Bustillo, quienes también abandonaron la producción
para ponerse con Lívido. Patrick Lussier y Todd Farmer iban a
dirigir y escribir a la tercera tras descartar realizar un Halloween
en 3D.
El
remake de Hellraiser se paró definitivamente por deseo
expreso del propio Clive Barker, quien nunca estuvo seguro de rehacer
su obra magna, si bien planeó realizar un documental sobre la misma,
ya que el reinicio que envió firmado de su puño y letra a Dimension
parece haberse quedado desde hace años perdido en las oficinas de
este estudio sin que nadie le haya respondido para seguir adelante.
Quien sabe si en un futuro tomase forma como serie para TV tras
muchas cancelaciones y en donde se mostrase a Pinhead en el
amanecer de la historia.
Puntuación:
7
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