RED 2 (2013)
Los mejores nunca se
jubilan
La
secuela de RED sigue la estela de acción y comedia de su
predecesora al continuar inspirándose en la historieta del mismo
nombre creada por Warren Ellis y Cully Hamner publicada por
DC/Wildstorm. Regresan Bruce Willis, John Malkovich, Mary-Louise
Parker y Helen Mirren, mientras que se incorporan al reparto
Catherine Zeta-Jones, Lee Byung-hun, Anthony Hopkins,Neal McDonough y
David Thewlis, dirigidos todos por Dean Parisot y con los mismos
autores del guion de la primera, así como el productor Lorenzo di
Bonaventura. Cuenta con música de Alan Silvestri, por lo que el
estudio Summit se lanzó a ella tras los buenos resultados de la
anterior.
Tres
años después de lo ocurrido en su predecesora y mientras trata de
llevar una vida normal con su novia, Sarah Ross (Parker),
Frank Moses (Willis) recibe la visita de Marvin Boggs
(Malkovich), quien afirma que hay gente que aún van tras
ellos, pero Frank desestima esa idea suya. Tras insistir una segunda
vez, Marvin se marcha y su coche explota, aunque Frank no cree que
su amigo esté muerto, pero Sarah le convence de que vaya a su
funeral, donde pronuncia una elegía muy emotiva que le hace llorar
en serio. Tras el velatorio, un grupo de agentes del gobierno se
acercan a Frank y se lo llevan para interrogarlo en una instalación
gubernamental, durante la cual aparece Jack Horton (McDonough).
Este
viene acompañado de un equipo armado del SWAT y se dedica a matar
a todo el personal de las instalaciones, contándole a Frank que
torturará a Sarah hasta que le saque la información, pero en vez
de decir nada escapa de la habitación y evita a los asesinos de
Horton con la súbita y oportuna ayuda de Marvin, que estaba vivo,
por lo que ambos se van de allí junto con la chica. En una
cafetería, Marvin explica que él y Frank están siendo
perseguidos porque figuraron como participantes en una operación
clandestina con nombre en clave Belladona, llevada a cabo
durante la Guerra Fría para pasar de contrabando un arma nuclear
en Rusia pieza por pieza.
Horton
convenció a las agencias mundiales de que Frank y su equipo son
terroristas y que debían ser detenidos. Victoria (Mirren)
llama y le cuenta a Frank que ha sido contratada por el MI6 para
matar a los tres. Mientras, un asesino mercenario de élite
llamado Han Cho-Bai (Lee), a quien Horton conoce, busca
venganza contra Frank, por lo que también es contratado. Frank,
Marvin y Sarah roban el avión de Han y vuelan a París para dar
con un hombre apodado La Rana (Thewlis), con los
americanos y Han a la búsqueda. Al llegar a París son detenidos
por Katia (Zeta-Jones), una agente secreta rusa con la que
Frank tuvo una relación al principio de su trayectoria y que
también busca la Belladona.
Katia
se les une para dar con La Rana, y cuando este los ve venir,
huye, pero Frank y la rusa lo pillan, llevándolo de vuelta a su
casa, donde Sarah lo seduce tanto para ayudarles como para demostrar
que puede ser mejor novia que la ex de su chico. La Rana les
entrega la llave de su caja de seguridad, que Katia aparentemente le
quita a Frank tras echarle droga en la bebida, pero Marvin se
anticipa, pues le ha puesto en mano una llave similar a la de su
socio antes de su encuentro con ella. Luego, Marvin, Frank y Sarah
hallan los documentos en la caja de seguridad de La Rana, los
cuales apuntan al doctor Edward Bailey (Hopkins), un magnífico
científico que es el creador de la bomba que dio origen a la
Operación Belladona.
Descubren
que Bailey está vivo y que ha pasado treinta y dos años en el
asilo de una prisión de máxima seguridad para dementes criminales
en Londres. Victoria, avisada por Marvin, se enfrenta
inesperadamente al trío, pero ayuda a fingir sus muertes y así
lograr acceder al asilo, en el que la mujer finge demencia,
mientras que Frank y Sarah aparentan ser del personal de la
instalación, habiendo atado y amordazado a los empleados reales
con cinta de embalar. Frank y Victoria encuentran a Bailey, quien
resulta ser muy hiperactivo y no puede responder racionalmente a
sus preguntas por culpa de las drogas que le han nublado la mente y
que los del asilo le han suministrado.
Por
eso se lo llevan a uno de los pisos francos de Marvin, ya que una
vez que las drogas dejan de hacer efecto, Bailey recuerda que la
bomba aún sigue en Moscú, por lo que viajan hasta allí y este
concluye que la ocultó en el Kremlin, así que se infiltran en el
lugar y el profesor la localiza, teniendo el tamaño de una maleta
e impulsada por mercurio rojo, sin señal de radiactividad y sin
provocar efecto nuclear. Justo cuando salen, Katia los detiene, pero
Frank la convence de que se una a su grupo. Tras escapar y
celebrarlo, Victoria, quien ha huido de su reclusión en el MI6 por
no haber matado a Frank, lo llama desde Londres y le dice que
Bailey fue encerrado porque quería detonar la bomba, no
venderla.
Bailey
rápidamente apunta con una pistola a Frank y confirma el mensaje de
Victoria,revelando que hizo un trato con Horton y los americanos
para entregarles el mercurio rojo. Dispara a Katia para que parezca
que la ha matado Frank, dejando la maleta bomba. Horton reniega del
trato con Bailey, pretendiendo interrogarle hasta que sus secretos
salgan a base de torturas, pero el profesor escapa durante la escala
usando un gas nervioso que ha creado, administrándose el antídoto
él mismo y al agente, para luego ir hasta la embajada iraní en
Londres. Antes de que Frank pueda seguirlo, Han ataca y tras llegar a
una negociación, le ruega al coreano que se una a su causa para
detener la bomba.
Han
finalmente cede y los cinco trazan un plan para volver a capturar
a Bailey y a la bomba. Lo primero que hace Sarah es seducir al
embajador iraní, al que luego toma como rehén. Marvin se hace pasar
por un solicitante de deserción a Irán mientras atasca las tuberías
de la embajada, haciendo que el equipo entre disfrazado como
fontaneros para arreglar la avería, descubriendo entre los planos
de seguridad del embajador la revelación de cómo localizar la
bomba, aunque se percatan de que Bailey ya ha activado la cuenta
atrás y que ha matado a Horton tras saber que su familia había
sido asesinada por gente como él. Al ser descubiertos por los
guardias de la embajada, Bailey toma a Sarah y huye al aeropuerto.
La
explosión ya es inminente y escapar se antoja difícil, por lo que
Frank, Marvin, Victoria y Han llevan la bomba activada dentro de la
maleta y persiguen al profesor, pero Marvin, en su intento por
desactivarla cortando cables, hace que el contador se acelere, de
forma que Frank aborda el avión y se enfrenta a Bailey, quien
suelta a Sarah e insiste con énfasis que se llevará la bomba del
aparato con ella. Los dos se reúnen con Marvin, Victoria y Han,
esperando a su muerte en el momento que despegan. Una vez que el
avión desaparece en las alturas, este explota provocando una
inmensa bola de fuego en el cielo. Frank revela que colocó en
secreto la bomba sacándola de la maleta para ponerla en un
compartimento cercano a la salida y que se enfrentó a Bailey con
la maleta vacía. Han, enfadado, le recuerda a Frank que le debe 30
millones de $ por su avión y otros 20 por no matarlo, concluyendo
la película con una escena en la que Sarah disfruta de una nueva
misión en Caracas con su chico y con Marvin.
Summit
tomó la decisión de producir una secuela de RED tras
sobrepasar los resultados de la primera y las expectativas del
productor, Di Bonaventura, confirmándose que regresarían los mismos
guionistas y que Mirren estaría lista para volver debido a la
trama, que era muy de su agrado. La segunda entrega reuniría al
equipo de agentes retirados de la CIA junto a nuevas caras y usando
el estilo clásico de abatir nuevos enemigos, pero en Europa.
Parisot, conocido por dirigir Héroes fuera de órbita y Dick
y Jane-Ladrones de risa, entró como realizador para la
continuación junto a Zeta-Jones y Lee, así como Hopkins, el villano
de la función, quien además venía de rodar Thor: El mundo
oscuro.
El
rodaje de esta secuela se llevó a cabo en Montreal, Quebec, porque
tiene un gran parecido con las ciudades europeas que salen
(Londres,París y Moscú). Tras McDonough se sumó al elenco
Thewlis como La Rana, un traficante de información que debe su
nombre a haber envenenado el suministro de agua del Kremlin
moscovita con veneno de rana amazona. El actor de Harry Potter
cambiaba de registro interpretando al villano que se enfrentaría al
grupo de espías de Willis, de nuevo protagonista absoluto y héroe
de acción total, aunque comparte aquí más escenas románticas que
en la primera con su compañera Parker, cosa que no pasa tanto entre
Mirren y Malkovich. Para Lee, estrella en Corea del Sur, este es su
debut americano.
Es
difícil discutirle a esta película su impecable reparto o las risas
que provocan sus andanzas juntos, pero RED 2 sustituye la
mayoría de esa diversión bobalicona de su predecesora con
situaciones muy exageradas y un tanto secas. Era obligatoria la
secuela, pero es incapaz de retomar los placeres culpables y pícaros
de la anterior, Willis no está tan cómodo en lo que le gusta y
podría decirse que este es uno de sus más dolorosos batacazos
profesionales recientes, no ya que sea un mal trabajo, sino más bien
pasable, carente de narrativa y coherencia estilística que
difícilmente puede hacer que la saga continúe. Se esperaba que
Parisot diera al cine de acción lo que hizo para Star Trek
con su parodia Héroes fuera de órbita.
En
definitiva, estos espías envejecidos regresaron para más líos
pero el público ya no estaba para que salieran de su retiro otra
vez, puede que ni para una tercera vez. Como curiosidad, el
escritor Frederick Forsyth firmó hace más de tres décadas una
trama parecida que fue llevada al cine como El cuarto protocolo,
en la que unos agentes soviéticos intentan infiltrar y detonar
un pequeño dispositivo nuclear en Reino Unido.
Puntuación:
6,5
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