Déjame salir (2017)
Sólo porque estés
invitado no significa que seas bienvenido
Todavía
no me queda claro si esta es una película de terror al uso, pues el
debutante tras la cámara Jordan Peele ha escrito una extraordinaria
e ingeniosa historia que sin embargo se ajusta a los cánones del
género, pero ajustada a los tiempos actuales, pues es el tipo de
filme que necesitamos hoy día para entender que pasa en esta
sociedad. Quien no conozca a Peele le recomiendo verse su serie de
sketches cómicos que emitió en España Comedy Central junto a su
socio Keegan-Michael Key, la irreverente Key & Peele, pues
como en la cinta que nos ocupa ya se trataban con ironía
estereotipos étnicos, que aquí se centran en su protagonista al que
interpreta el actor inglés Daniel Kaluuya.
Él
es Chris, un muchacho de raza negra que visita a la familia de su
novia, que es blanca (Allison Williams); en el hogar de estos,
los sirvientes son todos negros y se comportan de forma extraña. El
resto del reparto incluye a Bradley Whitford, Caleb Landry Jones,
Stephen Root, Lakeith Stanfield y Catherine Keener. Universal vuelve
de nuevo a aliarse con Blumhouse y nos traen otra sorprendente
historia de miedo donde dan rienda suelta a todo tipo de emociones
para hacernos reflexionar entre sustos con una de las grandes
sorpresas del año tanto en taquilla como entre crítica y público.
Por el contexto de su director y de algunas situaciones en las que se
ve envuelto el personaje de Kaluuya, insisto en mi duda sobre si
debería considerarse comedia en vez de terror, ya que toda
producción de Jason Blum suele navegar entre dos aguas.
Chris
Washington es un fotógrafo que acepta de mala gana ir a conocer
a la familia de su novia, Rose Armitage, inseguro en cuanto a que lo
reciban de manera acogedora. Durante el viaje en coche a la finca
rural de la familia atropellan a un ciervo y por tanto deben
informar de dicho incidente a la policía. El agente que se persona
es blanco y le pide a Chris su identificación pese a que él no
era el que conducía, pero Rose interviene y el encuentro queda sin
registrar. Ya en la casa conocemos a los padres de Rose; Dean es
neurocirujano y Missy es psiquiatra e hipnoterapéuta, además de
al hermano, Jeremy, quienes hacen comentarios desconcertantes sobre
negros.
Chris
se ha dado cuenta de que los empleados negros de la finca se
muestran increíblemente obedientes. Incapaz de dormir, Chris sale al
exterior para fumar y ve al jardinero Walter corriendo hacia el
bosque. Missy pilla a Chris regresando y le habla acerca de una
sesión de hipnoterapia para curar su adicción al tabaco. Mientras
está en trance, relata la muerte de su madre durante un delito de
fuga cuando él era un niño, algo por lo que aún se siente
culpable y que le hace hundirse en un vacío que Missy llama “la
depresión”, despertándose creyendo que ha tenido una
pesadilla, pero se percata de que ahora los cigarrillos le dan asco.
El ama de llaves negra, Georgina, desenchufa su teléfono
consumiendo toda la batería.
Docenas
de blancos ricos llegan para la reunión anual de los Armitage,
interesándose por Chris, admirando su físico o alabando a
celebridades negras como Tiger Woods. Allí conoce a Logan King,
un negro casado con una señora blanca mucho mayor que él, quien
también actúa extrañamente, por lo que Chris llama a su amigo
Rod Williams (Lil Rel Howery), un agente de la Administración
de Seguridad en el Transporte, también negro, para contarle lo de
la hipnosis y el extraño comportamiento de los que viven en la
casa. Cuando intenta fotografiar furtivamente a Logan, el flash
de la cámara lo vuelve histérico y le implora al invitado que le
“deje salir”. Dean admite que Logan ha sufrido un
ataque epiléptico.
Lejos
de la casa, Chris convence a Rose de que se marche con él,
mientras Dean preside una subasta con una foto de su yerno expuesta.
Chris envía la foto de Logan a Rod, quien lo reconoce como Andre
Hayworth, una persona desaparecida. Mientras hace las maletas para
irse, Chris halla fotos de Rose de anteriores relaciones con
negros, incluyendo a Walter y Georgina. Rose y el resto de la
familia bloquean la salida al protagonista y Missy lo hipnotiza.
Sospechando que todo es una conspiración, Rod acude a la policía,
pero es ridiculizado. Chris se despierta atado a una silla y
mirando una presentación en vídeo en la que sale el abuelo de
Rose, Roman (Richard Herd), explicando que su familia
trasplanta los cerebros de blancos en cuerpos de negros, pero que la
consciencia del huésped permanece en “la depresión”,
vigilando aunque impotentes.
Jim
Hudson, un marchante de arte invidente, le cuenta a Chris que
necesita su cuerpo para poder tener vista y sus talentos
artísticos. El chico se tapona sus oídos con el relleno que ha
sacado de un sillón, bloqueando las órdenes hipnóticas. Cuando
Jeremy viene a recogerlo para la operación, Chris lo aporrea,
luego ensarta a Dean sobre las astas de la cabeza de un ciervo
colgada en la pared y finalmente apuñala a Missy. A continuación
roba un coche y se va de allí atropellando sin querer a Georgina.
Aún sintiéndose culpable por la muerte de su madre, decide meter
a la criada en el auto, pero a esta la posee la mente de la abuela
de Rose, Marianne quien lo ataca y hace que Chris choque y la mate.
Rose
y Walter, este poseído por Roman, atrapan a Chris y este despierta
al auténtico hermano perdido con el flash de su teléfono,
momento en el que toma el rifle de Rose para dispararla y luego
matarse él. Chris empieza a estrangular a su chica, pero le es
imposible matarla, justo cuando llega un coche de policía y Rose
pide ayuda al conductor, que es Rod y que ha seguido a Chris por
medio de la AST, rescatando a su colega y dejando a la novia morir
allí. Después de plantarnos todas estas teorías el bueno de
Peele, empezando por el atropellamiento del ciervo y en general el
papel del negro en esta historia, sólo podíamos esperar una
conclusión así a un divertido planteamiento camuflado como cuento
terrorífico, algo como un cruce entre La semilla del diablo y
Adivina quién viene esta noche.
No
se recuerda un debut en dirección como el de Peele, quien como ya se
dijo al principio es la mitad del dúo cómico que protagonizó el
programa Key & Peele, donde se parodiaban a personajes
como Barack Obama y a su traductor de emociones. Peele es todo un
amante de las películas de terror y se inspiró para esta en el
clásico de culto Las mujeres de Stepford, una sátira sobre
un pueblo donde todas las mujeres son perfectas para sus esposos y
sus hijos. Aquí lo que se trata es el racismo, ya que Peele es
afroamericano hijo de matrimonio mixto y está casado con una mujer
blanca en la vida real, pero más allá de ser un tema personal está
basado en situaciones comunes. Se rodó en Fairhope y Mobile,
ambas en Alabama.
Con
un elenco en el que se encuentra una de las protagonistas de Girls,
su director temía que su propuesta no entusiasmase o que su éxito
pudiese incomodar a los blancos, pero finalmente ha desafiado todas
esas posibilidades y se ha convertido en un fenómeno cultural que
ha causado gran revuelo, como lo hubiera sido de haberse incluido el
final alternativo pensado en principio, mucho más desalentador. La
música de la película es claramente afroamericana, con voces en
suajili e influencias de blues, para acompañar la historia más
terrorífica que cabía imaginarse: ser negro en América. Si bien
me ha sorprendido el actor principal, me hubiera gustado ver en su
lugar a otro talento de su comunidad como el polifacético Donald
Glover (Marte, Atlanta, Spider-Man: Homecoming), que habría
sido perfecto, pues además es cantante.
El
tema de Déjame salir digamos que satiriza esa dinámica
liberal que tenía El ala oeste de la casa blanca, una
virtuosa combinación de terror y crónica racial en la que sus
personajes se consideraban aliados de los movimientos contra el
racismo aunque sus intenciones hacían más daño que bien. La
película se atreve a revelar el horror del racismo liberal en
América, como la esclavitud en los Estados Unidos aún existe y
como por tanto Peele ha dado un gran salto contándolo. También es
una crítica respecto a las desapariciones de negros comparadas con
el síndrome que se experimenta en la sociedad cuando la desaparecida
puede ser una mujer blanca, una verdad alarmante que hace a Déjame
salir tristemente creíble.
La
película te atrapa desde el principio, sabes que lo realizado por el
estudio y la productora anteriormente son garantía de buen producto,
no en vano ha tenido la mayor recaudación de una primera película
basada en un guion original de toda la historia (superando a
El proyecto de la bruja de Blair) y también la mejor en
este apartado por un cineasta negro, mucho mejor por ejemplo que lo
logrado por las cintas de F. Gary Gray Straight Outta Compton y
Fast &Furious 8. Todo porque es divertida, escalofriante
y que te incita a pensar, tejiendo sin interrupciones sus agudas
críticas sociales en un magnífico, eficaz, intrigante y
entretenido viaje cómico terrorífico. Garantiza carcajadas a la
vez que honra al terror tradicional.
Peele
ha llevado con Déjame salir el racismo del siglo 21 a tomar
la trama de una magistral película de miedo, donde los sustos se
han encontrado con una sátira cargada de contenido racial que ya es
en este instante un clásico del género por captar como nadie el
espíritu de este tiempo, como si Tarantino dirigiese la biografía
de Obama. Y esto no es todo, pues Peele ya tiene ideas para una
posible secuela, en la que aparecería John Malkovich y se
conectaría con el universo de la película en la que la gente
entraba en su mente y que casualmente fue otro debut, tanto de Spike
Jonze como de Charlie Kaufman, así como el hecho de que Keener
aparecía en el reparto. ¿ Era esta por tanto su secuela? Veremos.
Puntuación:
7,5
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