La caza del Octubre Rojo (1990)

                         Invisible, silencioso, secuestrado

                                              


Intriga y espionaje en esta cinta dirigida por John McTiernan y protagonizada por Sean Connery, Alec Baldwin, Scott Glenn, James Earl Jones y Sam Neill, basada en la novela super ventas del mismo título de Tom Clancy. La historia está ambientada durante los últimos años de la Guerra Fría e involucra a un capitán naval rebelde soviético que desea desertar a los Estados Unidos con sus oficiales y con el submarino de misiles nucleares más avanzado y reciente de la marina soviética. Un analista americano de la CIA deduce correctamente el motivo y debe demostrar su teoría a la armada estadounidense antes de que se produzca una violenta confrontación entre las flotas soviética y americana y todo se descontrole.

                                                



Paramount logró que esta producción se colase en los 63º Oscar y ganase al menos uno de los premios técnicos a los que optó, mejor edición de sonido, quedándose sin los de mejor sonido y mejor montaje. La banda sonora original la compuso Basil Poledouris, uno de los músicos norteamericanos más legendarios que ha dado el cine, en esta primera y exitosa entrega de la saga de Jack Ryan, creación de Clancy que luego ha sido interpretado por Harrison Ford, Ben Affleck, Chris Pine y próximamente por John Krasinski. En noviembre de 1984, a bordo de un submarino de misiles balísticos de la Unión Soviética, Marko Ramius (Connery) está al frente de este proyecto 941 Akula nuclear con un sistema invisible de propulsión magnetohidrodinámica.

                                                   


Esto quiere decir que no pueden ser detectados por ningún sonar. Ramius pone rumbo al puerto para dirigir las maniobras con el submarino de ataque Konovalov, capitaneado por su antiguo pupilo, el capitán Viktor Tupolev (Stellan Skarsgard). Una vez en alta mar, Ramius asesina en secreto al comisario político Ivan Putin (Peter Firth) y luego transmite ordenes falsas para que puedan dirigir ejercicios con misiles frente a la costa este americana. A la mañana siguiente, el analista de la CIA y antiguo marine Jack Ryan (Baldwin), instruye, tras consultar con el vicealmirante James Greer (Jones) a las autoridades gubernamentales estadounidenses sobre el Octubre Rojo y la amenaza que supone.

EEUU teme que Ramius planee un ataque nuclear no autorizado contra la nación, sabiendo que el grueso de la armada soviética ha sido desplazada hasta el Atlántico. En su informe, Ryan sostiene la hipótesis de que Ramius lo que planea en su lugar es desertar, por lo que le ordenan reunirse con el submarino de ataque americano USS Dallas para demostrar su teoría. Mientras, Tupolev, aunque incapaz de localizar al Octubre Rojo, supone cual es la ruta que ha tomado su antiguo mentor para así interceptarlo. Las intenciones de la flota soviética son desconocidas para EEUU, si bien sus ordenes son hundir el Octubre Rojo. Debido a las acciones de un saboteador anónimo, el motor falla durante unas arriesgadas maniobras a través de un angosto desfiladero submarino.

                                                              



El suboficial de marina Ronald Jones (Courtney B. Vance), técnico del sonar a bordo del Dallas, ha descubierto una forma de detectar al Octubre Rojo usando acústica submarina, trazando un rumbo para interceptarlo. Ryan logra concertar un peligroso encuentro en mitad del océano para subir a bordo del submarino naval americano, donde trata de persuadir a su capitán, el comandante Bart Mancuso (Glenn), para que contacte con Ramius y determine sus intenciones. El embajador soviético informa a los EEUU que Ramius es un renegado, pidiendo ayuda para que hundan el Octubre Rojo. Esa orden es enviada a la flota americana, incluyendo al Dallas, que ha dado con el submarino soviético.

                                                         



Sin embargo, Ryan está convencido de que Ramius planea desertar con sus oficiales y convence a Mancuso para que contacte con este y le ofrezca ayuda. Ramius se muestra estupefacto por como los americanos han adivinado correctamente su plan, aceptando la propuesta. Entonces es cuando organiza una emergencia de su reactor nuclear, ordenando a su tripulación que abandone la nave. Tras ser avistada una fragata americana, Ramius se sumerge y mientras, Ryan, Mancuso y Jones suben a bordo hasta el punto de que Ramius solicita el derecho de asilo en EEUU junto a sus hombres. El Octubre Rojo es atacado de repente por el Konovalov, que lo ha seguido a través del Atlántico.

                                                        


Con los dos submarinos soviéticos maniobrando, uno de los cocineros del Octubre Rojo, Igor Loginov (Tomas Arana), un agente encubierto del DCI ruso y por tanto el saboteador secreto, abre fuego y hiere al primer oficial Vasily Borodin (Neill), antes de retirarse a la bodega de misiles nucleares, perseguido por Ryan y Ramius. Loginov dispara a Ramius, hiriéndole, pero Ryan lo mata antes de que pueda detonar un misil. Mientras, el Octubre Rojo realiza maniobras evasivas con una distracción por parte del Dallas, causando que el Konovalov sea destruido por su propio torpedo disparado. La tripulación del Octubre Rojo, ahora rescatada, observa la explosión desde la cubierta de la fragata americana.

Ignorando al segundo submarino soviético, creen que Ramius se ha sacrificado y escabullido del Octubre Rojo para evitar ser abordado. Toda vez que Ryan y Ramius han completado su subterfugio, navegan hasta el río Penobscot, en Maine, donde el segundo admite que la razón por la que desertó fue que tras serle entregados los planos del submarino, toda un arma nuclear bélica de primera clase, llegó a la conclusión de que no podría apoyar tal acción. Sobre la cubierta del Octubre Rojo, Ramius admite estar contento por haber llegado a América, tanto que le recita a Ryan una frase atribuida a Cristóbal Colón, y como agradecimiento le contesta Bienvenido al Nuevo Mundo, señor.

                                                    



El guion está lleno de referencias a la Marina de los EEUU y sirvió para que el público se familiarizase con los submarinos igual que pasó con los aviones en Top Gun. Se dio permiso para rodar dentro de submarinos estacionados en muelles de Los Ángeles, y parte del elenco aportó su experiencia en la mar, como Connery, quien sirvió en la Marina Real británica; Glenn, que lo hizo como marine, o Jones, quien estuvo en el ejército estadounidense. Marko Ramius iba a ser encarnado en un principio por Klaus Maria Brandauer, que no es soviético sino austriaco, y de hecho estuvo visitando algunos buques reales como el Enterprise. Los diálogos iniciales están en ruso hasta que el personaje de Firth habla en nuestro idioma.

                                                        


Uno de los grandes méritos de esta clase de películas es como hicieron parecer auténticos submarinos en movimiento antes de la aparición del CGI. Hoy día recrear un submarino con un ordenador es muy fácil, así que en la época se recurrió a escenarios prácticos hechos a mano. Poco antes de terminarse de rodar, el Sóviet supremo ordenó acabar definitivamente con el Partido Comunista de la URSS, suponiendo el fin de la Guerra Fría. El sistema de navegación silenciosa en submarinos era por entonces un proyecto negro clasificado y en la película aparece desarrollado del todo, ya que solo en el mundo real los tenían los de clase Ohio y algunas unidades rusas.

                                                         



En la música de la película puede oírse a la tripulación del Octubre Rojo entonar el himno nacional de la URSS, ya que Poledouris se especializó en sus bandas sonoras por dar un toque potente y épico, y esta no era la primera vez que tocaba con ritmos eslavos, pues ya trabajó en cintas que presentaban la denominada amenaza comunista, como Amanecer rojo. Este filme posee una habilidad y una eficiencia que nos sumerge en el ingenioso y engañoso juego de la guerra, mostrando avances tecnológicos adelantados a su época y con un Baldwin convincente en su papel de Jack Ryan dentro de una intrigante trama que te mantiene pegado al asiento y que ha mejorado con el paso del tiempo.


Puntuación: 7,5

                                                         



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